Capítulo 9

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Mike se encontraba ese día en la cafetería de su universidad, estaba con sus amigos y con Roger aprovechando el tiempo libre que tenían entre materias. No había visto a Andy todavía pero quería verlo para poder conversar con él sobre lo que había estado ignorando la última vez que salieron.

— ¿Dónde está tu novia Gastón?

— ¿Dónde está el tuyo, Roni?

—Yo no ando con nadie, tú sí.

—Debe estar en clases o faltó hoy, por eso es que anda comiendo con nosotros hoy—habló Mike, Gastón se llevó una mano al pecho haciéndose el ofendido.

— ¿Creen que yo, Gastón, los dejaría por una chica?

—Por una chica no, por Keyla sí—respondió Roger riendo, Gastón negó con una sonrisa burlona en el rostro.

—Está en clases, sale como en media hora—respondió y le dio un bocado a su hamburguesa—. Stuart no tenía clases hoy y bueno, aquí estoy.

—Somos tu gelatina cuando ya no hay budín de chocolate—murmuró Roni, Gastón negó.

—Ay, no sean llorones—habló, miró su reloj—. Me voy a la biblioteca, debo buscar unas cosas.

—Te acompaño—dijo Roni—, no quiero ser el mal tercio aquí—rio y se levantó junto a Gastón para caminar lejos de ellos.

Roger le sonrió a Mike y éste le devolvió el gesto, últimamente había estado pensando mucho en él y en cómo se sentía a su lado. Podría decir que bien, que todo el tiempo que han estado juntos ha valido oro para él y que no cambiaría esos momentos, pero la otra cara de la moneda indicaba que había un chico confundido por todo lo que estaba ocurriendo.

Lloró tantas noches por Andy que tenerlo frente a él era como un sueño, y quizás eso era.

—Ahí viene—habló Roger, Mike volteó a donde él estaba mirando pero ya había sido tarde, Andy llegó a su mesa con una bandeja en la mano y una sonrisa cerrada en el rostro

— ¿Puedo comer con ustedes hoy?

Mike no supo qué responder. Sí era la opción que deseaba pero estar Roger a su lado y no sabía si él lo quería, por respeto debía decirle que no.

—Claro, siéntate—comentó Roger, Andy hizo caso a la petición—. ¿Cómo estás?

—Bien, gracias—respondió—. ¿Estaban ocupados?

—No, realmente acaban de irse Gastón y Roni a la biblioteca.

—Oh, claro—comentó y nadie habló por un breve momento.

Mike miró a Andy esperando que él pudiese decir algo, a él siempre se le daba bien comenzar una conversación, pero en ese momento parecía estar concentrando pensando en muchas cosas y ninguna era hablar con ellos.

Roger tomó la mano de Mike que estaba sobre la mesa y este, en un acto inconsciente, la soltó como si no quisiera ser tomado. Pero al instante la tomó nuevamente y le sonrió, Roger le echó una mirada discreta a Andy y luego volteó a ver a Mike para devolverle el gesto.

No quería sacar ideas ni conclusiones, pero sabía hacia dónde iba todo.

~•~

—Un chico está esperándote—le dijo Leo, uno de sus compañeros, a Andy. Este lo miró con confusión.

— ¿Un chico?

—Le dije que ya estábamos cerrando para que así se fuera y dijo que te conocía y que estaba esperando a que salieras—respondió—. Deberías ver entonces quién es.

—Gracias—le comentó, Leo asintió y caminó hacia el baño de trabajadores para cambiarse.

Andy se quitó la gorra y la guardó en su mochila para luego caminar hacia el área de las mesas y darse cuenta de que Mike lo estaba esperando sentado en una. El chico estaba mirando algo en su teléfono pero se percató de su presencia, ya que levantó la mirada y una sonrisa apareció en su rostro al verlo.

Se levantó y caminó hacia él.

—Vine a acompañarte hasta tu casa.

—No era necesario—comentó—. Estás con Roger, puedo irme solo.

Mike negó antes de que se marchara.

—Pero quiero pasar el rato contigo—Andy suspiró vencido.

—Está bien, ya podemos irnos.

Se dirigió a la puerta con Mike a su lado y salió del local para comenzar a caminar hacia su casa. La mayoría de las veces tomaba el autobús para llegar más rápido pero quería estar un rato con Mike.

— ¿Cómo te fue en el trabajo?

—Agotador, pero todo con calma—respondió—. Debo decirte algo, una de las razones por las que me alejé en primer lugar fue porque tenía que trabajar todo el día para poder pagar un abogado, conseguí dos trabajos para poder lidiar con todo y me alejé de todos para no lastimarlos, pero lo hice, así que te pido una disculpa por eso.

—No debes disculparte.

—Sí debo, Mike—dijo—. Estuve evitándote por mucho tiempo y sólo te hice daño con eso. Me alejé sólo pensando en mí y jamás me detuve a pensar en cómo podías sentirte tú con eso.

—Ahora estás aquí, y no te vas a ir—respondió, Andy le sonrió.

—Estoy terminado de pagar al abogado, ha estado haciéndole seguimiento a mi padre y me dice a veces cómo se encuentra. Lastimó mucho a mi mamá, pero me agrada que se encuentre bien en todo su caos—expresó, se llevó una mano por detrás de su cuello y se rascó—. El abogado piensa que mi mamá necesita un psicólogo, ya lo hablé con ella y cree que es una buena idea; yo he ido mensualmente a uno también y me ha estado ayudando con todo mi estrés mental.

—Me parece bien, Andy—le dijo—. Eso te ayuda y si sientes que es así, mucho mejor.

—Llevo varias sesiones, el primer mes debía verla semanalmente pero luego fuimos cambiando el tiempo entre sesiones, ahora voy una vez mensual para conversar sobre lo que me agobia.

Mike tomó su mano y la apretó fuerte.

—Aquí estoy por si necesitas algo en todo tu proceso—le dijo—. Siempre estaré para ti, no importa cuánto huyas.

—No huiré, no ahora que estoy feliz de estar contigo—Mike se detuvo y Andy lo imitó—. ¿Qué sucede?

—Te quiero mucho.

Y sin mucho que hacer o decir, lo besó.

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