Dos

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Dedicado a
JanuMontaa




No éramos perfectos pero estuvimos cerca
Hasta que puse todo nuestro dolor bajo el microscopio

La habitación estaba hecha un chiquero, aún no asimilaba lo sucedido hace unos días atrás, buscaba y buscaba razones para ese engaño, sabía perfectamente el idiota que había sido con ella, pero su machismo, no lo dejaba reconocerlo

Sentado en la cama miraba una de las tantas fotografías esparcidas sobre el catre, totalmente desordenadas, no sabía que tenía tantas de ella hasta que las saco de un cajón dentro de su closet.

Fallo número uno: querer esconderla.

¿Cuál era el problema en que todos supieran que el tenía a alguien a su lado?

Simple, el macho alfa no se comprometía y siempre estaba dispuesto a probar nuevas pieles, comer nuevos labios, y saborear nuevos elixires... aunque... ninguna sabía cómo Joe.

Resignado cerro sus ojos, dejando libremente las lágrimas que había contenido, porque claro, ninguna mujer merecía sus lágrimas, todas eran desechables.

Pero si creció con ese pensamiento, con el que su padre le inculcó cada día de su vida... ¿Porque ahora se arrepentía e intentaba convencerse que Joe no era como todas?

Abrió sus ojos y miro el atardecer que alumbraba con rayos cálidos su cuarto, y ahí se quedó, pensativo.


•°•°•°•


- Jungkook, -entró al departamento con la llave que él mismo le había dado.

Pero por alguna extraña razón, él salio de la habitación en boxer y acomodando un pantalón de satín.

- ¿Que haces aquí? -reclamo con el entrecejo fruncido.

- Venía a hacerte una invitación -dijo sonriente.

- No quiero salir, estoy cansado -la tomo del brazo y jalo hasta la puerta.

- Kookie, ¿Estás bien?

- No me digas así, ya te dije que no me gusta me trates como a un bebé -abrio la puerta- nos vemos mañana, y avísame si vienes a mi casa, no te dí una llave para que entraras como si fuera tuya.

Y finalmente le cerró la cara, dejando a la chica de una pieza llena de incertidumbre.

Fallo número dos: menospreciarla.

Pero lo que no sabía Jungkook, era que Joe, había vuelto horas más tarde decidida a romper todo lo que supuestamente tenían, y queriendo lanzar la llave en su pecho para que notará su molestia y darle a entender que con ella no se juego.

Y lo que no sabía Josefine, era que su corazón saldría completamente roto.

Al girar en aquel pasillo y ver cómo el chico que robó su corazón se despedía de otra, en la puerta de su departamento, romántico, acariciando su rostro con sus nudillos, como la trato las primeras veces que estuvieron juntos, tal cual fue con ella.

Ahí estaba la razón por la que la sacó con prisas, por cómo la sacó y por cómo se liberó de ella.

Jungkook movió su mano en despedida, al ver que la chica se alejaba, y noto la presencia de Joe quien lo veía con dolor.

- Ay, rayos -murmuro para sus adentros, abrió la puerta completamente Joe camino con desgano hasta el interior.

Ahora tenía una razón más potente para soltarlo, dejarlo libre.

- Solo venía a devolver esto -dijo ella en un hilo de voz, estiró las llaves y Kook miró fijamente.

Un sudor se hizo presente, el egocentrismo le decía que en definitiva no podía perderla, sería literalmente perder una presa deliciosa que le costó cazar, y qué decir de todos los buitres y hienas que había a la siga de Joe.

Aquellos hombres que no se atrevían a acercarse porque él los había amenazado, advirtiendo que la chica era solo de su propiedad y pobre de aquel que fuera descubierto mirándola siquiera.

Pobre de aquel.

- No quiero -en realidad no queria- sé que en algún momento me necesitarás, y aquí estaré -subio los hombros para restarle importancia.

Lo malo es que, Jungkook así se crío, así le decían que debía tratar a las mujeres, desde pequeño fue aconsejado por su padre, abuelo y tíos que tenían el mismo acto con las mujeres de la familia.

Por lo tanto, él no sabía que en ese preciso momento, era un verdadero idiota, un maldito y egocéntrico idiota, todo era normal en su interior.

Claro que... no contó con que la chica, no sería como las sumisas del árbol genealógico Jeon.

- No las quiero -lanzo contra su espalda y este se detuvo- sea lo que sea que tuviéramos en algún momento, no se va a volver a repetir.

Jeon rio y dió un suspiro, sus manos las entrelazó en su nuca y cada músculo de sus brazos y torso se contrajeron poderosamente, camino a ella y la miro con esos ojos brillantes y seductores.

- ¿Segura?

- Muy, muy segura -sintió las manos agarrar sus caderas y pegando su cuerpo.

- ¿Y porque no te alejas de mí, entonces? -dio una sonrisa ladina- Ah!, debe ser eso -acerco su rostro al de ella- me amas, nunca podrás dejarme

La beso con agresividad.

¿Pero cómo se atrevía?, solo hace unos minutos se estaba besando con otra, y eso ocasionó la furia de Joe, la que reaccionó mordiendo con fuerza su inferior, tanto, que el sabor metálico se adueñó de sus bocas.

Kook se alejó de ella con asombro, llevó su dedo pulgar tomando un par de gotas de sangre mezclada con saliva y sonrió viéndola.

- Algún día, te darás cuenta de lo que te pierdes sin mí, no te darás ni cuenta cuando yo haga lo mismo y me acueste con otros. Y cuando encuentre a quien me haga olvidarte, solo ahí te abandonaré, Jungkook.

- Perfecto, mientras tanto, eres solo mía, Joe.

Fallo número tres: subestimarla.

Dió pasos a ella lento, acarició sus mejillas limpiando las lágrimas y esta vez el beso fue paciente e intenso.

No negaba que sus palabras habían ocasionado un par de estragos en su pecho, el hecho de imaginarla con otro, tuviera su atención, y esos sobrenombres tan cursis pero hermosos, o que alguien más poseyera su cuerpo lo aniquilaba por dentro, nunca lo admitiría, y por un momento pensó en que hacer para evitarlo.

La guío directamente a la ducha, ella merecía un cuerpo limpio, merecía que su aroma no se mezclara con el de cualquiera otra, y por primera vez, sintió que su mundo daba giros alrededor de Joe, y no le pareció mal, era... hermoso.

Sus manos recorrieron delicadamente su cuerpo, sin dejar el beso tierno que provocaba grandes latidos en su pecho, su miembro se entrometió entre sus piernas y comenzó a ingresar lentamente, ahí, bajo el agua.

Joe se cuestionaba, ama a Jungkook, pero le hacía daño estar con él, y sí, prometió que comenzaría a dejar de tener esos sentimientos por alguien que no la valora, pronto sería su despedida.

- Lo superaremos -murmuró Jeon tomando su cuerpo y terminado de ingresar por completo- superaremos esto, no volverá a pasar -el vaivén de sus caderas fue tierno, nunca se imaginó que haría el amor.

Claro, el alfa en su interior, solo le decía que era la única manera en que ella se quedaría a su lado, y disfrazó esos sentimientos como orgullo.

•°•°•°•


Pasaba las palmas de sus manos por su rostro, la barba había crecido notoriamente, su cabello era largo, sus ojeras notables, y qué decir de la fermentación que hasta él podía oler y se daba asco.

Levantó la vista hasta el espejo y como un lunático miró sobre su hombro.

- Joe -murmuró

- Hola JungKookie -esta sonrió tan hermoso que las lágrimas corrían por las mejillas de JungKook.

- Es mentira, ¿verdad? -intento decir

Quería ser claro, hablar sin ninguna interrupción, dar a conocer que el estaba bien y no habían roto su corazón, disimular que no había dolido que cumpliera su palabra.

- Vamos a la cama, Kookie -camino sin tocarlo

Apenas Jeon se recostó ella lo hizo también, viéndose a los ojos del otro, la chica comenzó un leve cántico, el que explotó definitivamente en llanto.

- Quédate conmigo.

- Debes superarme.

- No quiero.

- No se trata de que no quieras, tus amigos te han llamado, has rechazado a muchas, eres grosero con ellas y eso no habla bien de ti.

- No me importa, solo quiero que me perdones

- Te perdono, pero debes subsistir.

- No quiero, no, sin tí.

- Jungkook, tu nunca sentiste algo por mí, eso lo dejaste muy en claro, ya era tiempo de que yo fuera feliz.

- Mentí -dijo con agonía y cerró sus ojos- yo te quiero, me enamore de ti, Joe, quiero hacerte feliz.

- Ya es tarde, tengo quien me haga feliz -la frase sonó como un eco en el interior del chico.

Este se sentó con desespero en su cama, todo había sido una pesadilla, y dolía como si cortaran su cuerpo, cada parte de su cuerpo.

Lo único que lo calmó y reguló su respirar, fue ver su muro, lleno de las imágenes que tenía de una feliz Josefine, cuando supuestamente todo estaba bien.

•°•°•°•


- ¿Hola?

- Hey, bro, tengo una chica con la que quiero salir, pero llevará una amiga, ¿Te apuntas?

Jungkook miró a la cocina, Joe estaba ahí preparando la cena, antes, habría salido corriendo sin siquiera avisarle, pero últimamente, solo se dedicaba a rechazar las salidas con sus amigos, inclusive, Joe llevaba más tiempo en su casa, en comparación con los habituales tres días.

- Lo siento, amigo, está noche no.

- ¿En serio?, es sexo seguro, le mostré unas fotos tuyas y solo quiere probarte

- Paso, pero pregúntale a Eun Woo, seguro tiene la noche libre.

- Mira, te enviaré fotos de la chica, en serio es todo tu tipo, avísame -corto la llamada e inmediatamente llegaron las imágenes.

Ya era extraño, negarse a una salida donde había sexo seguro era no cotidiano en Jk, y ahora que veía las fotos de la muchacha, encontró tan insípido como aburrido, escribió un NO y envío dejando el teléfono en silencio sobre el sofá, caminando hasta la cocina, envolviendo sus brazos en la pequeña cintura de Joe, besando su cuello y provocando risas en la chica, mientras, que en el móvil entraba una llamada de Kai, era quien lo había invitado.

Él, sí había cambiado, pero demasiado tarde.



Todavía estoy enamorado, por lo que vale la pena
Tal vez odiarte es la única manera de que no duela


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