🍦16 - Fragile

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El alfa abrió la puerta y se hizo a un lado para que pasara primero. Luego de dos pasos en la oscuridad, las luces inteligentes se prendieron por su cuenta e iluminaron todo el departamento.

Era grande, con colores neutros y sobrio como el propio dueño. Lo sorprendente fue el tamaño del lugar. Por supuesto, la familia de Yoongi era lo suficientemente rica como para permitirse ese tipo de gastos, pero no parecía un departamento de soltero.

—Es mas bonito de lo que creí, alfa. —susurró Jimin.

Yoongi solo asintió y caminó hacia la cocina, mientras él le siguió como un cachorro.

Todavía no se podía creer lo que estaba sucediendo. Su cerebro no parecía funcionar por entero y su cuerpo no se sentía como suyo en lo absoluto. Parecía que estaba viviendo la experiencia de otra persona, mientras caminaba a prisa tras la espalda de Yoongi, con el temor de despertar y perderlo todo de nuevo.

-Voy a hacer café. -musitó el alfa, lavando sus manos y tomando algunas cosas de la encimera. -Puedes..., no sé, husmear por el lugar. No hay nada del otro mundo, pero sé que eres curioso.

Jimin no se sentía lo suficientemente fuerte como para apartarse. A penas y lograba dejar de mirar la espalda de Yoongi mientras este se movía por la cocina, mucho menos podría alejarse de él.

El alfa pareció olfatear su incomodidad, pues volteó con rostro preocupado hacia él, caminando los pasos que los separaban.

-¿Qué está mal? -cuestionó, acariciando su mejilla con una mano. -¿Me cuentas?

El omega negó con la cabeza, cerrando los ojos ante el toque frío de las manos húmedas del alfa sobre su rostro caliente. Su cuerpo estaba tenso, y no lo sorprendería si el estrés acumulado terminaba provocándole fiebre.

Pero tenía a Yoongi aquí. Yoongi, a quien no había visto por demasiado tiempo, al que odiaba y necesitaba al punto de perdonarlo.

Su Yoongi quien le había dado su único y mejor beso.

-Tengo miedo de que me dejes de nuevo. -confesó cabizbajo. -Tengo miedo de perderte de vista y que desaparezcas otra vez dejándome solo. Por eso quise venir contigo hasta aquí, sin importar que mi graduación esté sucediendo ahora mismo. No me importa nada mas ahora, Yoongi, que-...

No pudo terminar sus súplicas y la boca del alfa ya estaba sobre la suya para callarlo. Suave, pero con el claro mensaje de que no quiere hablar de eso.

A Jimin no le puede importar menos los motivos que tenga el alfa para besarlo. Se siente estremecer con solo sentirlo, su boca respondiendo tan rápido a la otra que teme parecer necesitado. Pero, de cierta forma, lo está. Y no es vergüenza mostrarlo si es a Yoongi.

Por eso abre sus labios en una invitación torpe pero directa. Por eso sube sus manos casi por inercia hasta el cuello del alfa, y gime feliz cuando siente las manos ajenas envolver su cintura para atraerlo mas cerca.

La verdad es que no puede preocuparse por cualquier otra cosa si Yoongi lo está besando, porque puede no haber besado a nadie antes, pero está seguro de que estos son los mejores besos del mundo.

-No me voy, omega. No voy a ningún lado. -promete Yoongi, tras romper el beso. -Confía en mi en esto. No te dejaré de nuevo. ¿Sí? -besó su frente y mantuvo la mirada sobre él hasta que Jimin abrió los ojos. -Vamos a resolverlo. -promete. -Ve a revisar mis cosas en lo que me ocupo de esto. Haré un café deliciosos y nos sentaremos a ver películas. ¿Quieres?

Jimin solo asintió. Sus labios aún estabas cosquilleando gracioso cuando subió las escaleras en busca de la habitación del mayor.

[[...]]

El olor a alfa y las feromonas son casi tangibles en el espacioso cuarto. Todo está desorganizado, hay montones de ropas esparcidas por el piso y sobre la cama y Jimin se pregunta como puede ser así, si Yoongi era un obseso del orden.

El escritorio del alfa está sumamente desorganizado también. El ordenador está encendido, incluso si deben haber pasado horas desde que Yoongi salió, y hay un pequeño cactus que está cerca de morir de sed.

Jimin intenta apagar el equipo, pero termina sentado frente a el cuando descubre qué es lo que veía el alfa.

Fotos suyas.

Cientos de fotos suyas, almacenadas cuidadosamente por fecha. Las que estaba viendo en particular, pertenecen a las últimas vacaciones que pasaron juntos en Daegu con la familia paterna de Yoongi. Jimin se ve mucho mas joven, algo gordito y con cabello corto. Sus mejillas están completamente estiradas y rojas, mientras le muestra a Yoongi una enorme calabaza que habían encontrado en el patio de los abuelos.

Sonríe ante el montón de recuerdos que se agolpan de repente. No solo esas vacaciones, sino toda su vida, miles de viajes o salidas con el alfa y su familia. Todas fielmente guardadas en una carpeta titulada "First Love".

Jimin tiene que cerrar el ordenador de un golpe si no quiere ponerse a llorar por las estupideces que hace el alfa.

"Alfa imbécil" masculla, y se pasa una mano por la cara, de manera tosca, para retirar una lagrimita rebelde. Es tanta su frustración con Yoongi y con sigo mismo, que quiere solo bajar y golpear al mayor hasta cansarse. Está molesto, herido y un poco satisfecho también.

Su omega está feliz, rodeado del aroma que ha extrañado, y ver que Yoongi también le extrañó es reconfortante de cierta manera.

Camina hacia el baño y toma un poco de agua para la planta y luego se dispone a organizar el desastre que tiene Yoongi. Es la primera vez que entra a esta habitación, pero hay una pequeña parte de si que comienza a reconocer este como su territorio por lo que no se detiene cuando su omega le impulsa a liberar su olor. De manera tenue pero con un mensaje claro de territorialidad.

Hay prendas de Yoongi, literalmente, en todas partes. Algunas usadas y otras limpias, pero ninguna en algún lugar que la diferencie de las otras. Por lo que Jimin las apila todas para llevarlas a lavar en cuanto termine de recoger el desorden.

Pero, aunque intenta continuar organizando, su mirada se desvía una y otra vez a la pila de prendas que pareciera llamarle. Y es que, más que naturaleza e instinto, hay algo familiar en tomar el olor de ese alfa para sentirse seguro. Por años ha sido su aroma quien le rodea durante su celo o al dormir.

Así que está mas que tentado en anidar cuando mira las ropas. Su propio omega parece gimotear por acercarse a las prendas y envolverse en ellas.

Es que, dios, la naturaleza de los omegas es tan conflictiva, que Jimin solo puede maldecir y refunfuñar cuando su cuerpo se mueve por su cuenta hacia el bultito. Agarrando una chaqueta verde oscuro que está impregnada en el olor del mayor y hundiendo su nariz en ella.

Como un adicto al que se le ha prohibido su droga favorita por meses, y finalmente se hace de una pequeña dosis. El olor del alfa es adictivo, y Jimin no puede explicarse como ha sobrevivido sin el por tanto. Pero no se le puede llamar vida a lo que él llevó, de todas maneras.

-Imini.

Su cuerpo se estremece al oír la voz del otro. Sus manos aprietan la tela con más fuerza y tiene los ojos cerrados en un intento de aplacar la vergüenza que siente al ser atrapado así.

Yoongi deja las tasas humeantes de café en alguna mesa y camina hacia el omega, quien se encoge y se encoge entorno a la chaqueta. Jimin, de hecho, le gruñe en cuanto se acerca. Abrazando la tela como si fuera su cachorro y escondiendo su rostro en ella.

A Yoongi deja de parecerle tierno cuando ve los movimientos bruscos de los hombros del menor y un sonido roto se escucha en la habitación. Jimin está llorando o sufriendo un ataque de pánico y la cabeza de Yoongi está a mil por hora porque no sabe qué hacer. Las piernas del omega se tambalean y cae arrodillado en el suelo. Yoongi se apresuró en llegar a su lado para envolverlo en un abrazo.

Las manos y piernas de Jimin se removían intentando apartarse de él, pero el alfa permaneció ahí, sujetándolo con fuerza, hasta que se calmó un poco.

-Estoy aquí.., estoy aquí. -aseguró, en tanto el menor aflojaba el agarre sobre la prenda y se afianzaba más a él. -No necesitas eso, omega.

Jimin soltó la tela por completo y Yoongi la apartó con rabia, mientras se apretaba más contra el menor. Los ojos del omega parecían desenfocados y perdidos, en tanto sus pupilas estaban reventadas.

-Te extrañé mucho. -dijo Jimin, sonando somnoliento y aturdido. -Tu olor..., todo tu. Me haces tanta falta, alfa.

La nariz de Yoongi aspiró el embriagador olor del omega y besó sobre la fuente de dicho aroma. -Yo te extrañé más. No puedo funcionar bien sin ti.

-Eres un imbécil y te odio mucho. -murmuró Jimin, apoyando la cabeza sobre el hombro del alfa. Sus mejillas rojas del llanto y la vergüenza. -Debes de creer que soy un omega pervertido y desvergonzado..., olfateando tu ropa. Dios, qué bochorno.

-Está bien, puedes odiarme, lo merezco. -admitió Yoongi. -Y no creo nada de ti. Nada malo, al menos.

-Es que..., quería tener tu aroma encima. Como antes. -puchereó, sonando miserable. -¿Puedes marcarme con tu olor? ¿Solo un poquito?

-Jimin... -advirtió Yoongi. -No es recomendable.

Jimin estaba casi sentado sobre él, todo ojos llorosos, labios fruncidos y voz de ruego.

-Tus padres podrían venir a buscarte en cualquier momento. No es buena idea marcarte con mi olor si tengo que dejarte ir luego.

-No me voy. No quiero irme. Me quedaré unos días contigo..., si tu quieres. -dudó un poco, a lo que Yoongi terminó asintiendo. -Entonces me quedo aquí. Por favor, solo un poquito, ¿si? -rogó.-Por favor, alfa.

Yoongi termina cediendo, como es costumbre, y libera su aroma sobre el menor, en tanto se envuelven de manera tal que Jimin parece fusionarse con él. El olor a madera ardiendo llena la habitación y, mas importante, se impregna en el rubio tanto como es posible.

Jimin aspira el olor de manera codiciosa, haciendo que Yoongi se sienta jodidamente territorial. Y no hay dios que pueda sacar al omega de su casa. No por unos cuantos días, al menos.

[[...]]

Ya en la noche la ropa está tendida, la casa limpia y Yoongi ha intentado asar un filete. Huele bastante decente, pero cuando lo prueban es duro y salado. Por lo que Jimin hierve agua y preparan ramen instantáneo. Eso nunca falla.

-Aprenderé a cocinar. -prometió Yoongi, llevando los fideos a su boca. -Tendás quem rohgar pot mi comida. -asevera a medio bocado.

-Primero me salen ángeles del trasero, Yoonie.

-Haré que mastiques tus palabras.

-Con que no me hagas masticar el filete que hiciste, me doy por satisfecho.

Yoongi arroja un poco de ensalada al otro y Jimin continua burlándose de él durante toda la cena. Comen palomitas con mantequilla mientras ven viejos capítulos de The Mentalist y todo parece mejor que en la tarde.

Yoongi sabe que no están bien.

Jimin está pegado a él todo el tiempo y se muestra ansioso incluso cuando el alfa va al baño. No soporta estar separado de él, pero tampoco quiere hablar sobre eso. Así que está moviéndose nervioso e inquieto hasta que los brazos de Yoongi lo rodean de vuelta.

Por supuesto, duermen juntos. Tan juntos como en los viejos tiempos, pero muy diferente a aquello, puesto que Jimin le besa los labios antes de bajar a esconderse en su pecho.

Y Yoongi está preocupado por la naturalidad de los actos del menor, pero no deja de sonreír entusiasmado cuando susurra "Descansa, Imini". Aunque lo siente extraño, estar de esta forma con el omega es lo que ha deseado por años. Incluso si él mismo no sabía que lo quería.

Es un poco preocupante que su alfa parezca pedirle que tome todo cuanto pueda ahora; pero Yoongi no quiere pensarlo mucho.

🍒🍒🍒

Me demoré. 😖

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