🍦4 - Innocent

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Fun Fact: yo creía que Holly era niña, y lo creí por muchísimo tiempo. Al punto que hace un año me regalaron una chachorra de pastor belga y le puse así. XD.😄  Así que ahí se quedó, hehe.

—¿Que te tiene de tan mal humor? —preguntó JungKook.

Jimin dejó su jugo de manzana sobre la encimera y volteó para ver a su hermano. Ugh, malditos genes de alfa que hacían tan notoria la diferencia de tamaño entre ambos.

—No estoy enojado. —respondió, irónicamente haciendo un puchero.

—Pero estás haciendo eso con la boca. —señaló el menor. —Papá Jin también lo hace cuando está enojado y no puede arreglarlo. 

Jimin asintió, recordando que su manía por hacer pucheros derivaba de su padre omega. Jin le había enseñado que esa también era una herramienta de control sobre los alfas; ya que ningún alfa respetable quiere ver a un omega triste.

—No es enojo. —aclaró el omega. —Solo estoy triste.

—¿Porque se acerca tu celo? —atinó JungKook.

Bien, su hermano podía ser un poco tonto, pero sabía lo básico para subsistir.

Era un Kim, después de todo.

Jimin se había presentado a los  dieciséis y su celo llegaba periódicamente cada tres meses. Hasta ahora, había pasado por cinco celos.

Y nada fue como dijeron que sería.

Para empezar, el primer celo no fue tan fuerte como era costumbre. A tal punto que, tomando sus supresores, Jimin pudo pasar los tres días con Yoongi viendo películas y remoloneando en su habitación.

Al enterarse de eso, el Doctor Cha dijo que era una locura permitir que un omega pasara el celo con un alfa si no había intenciones de copular. Afirmó que era riesgoso, que el alfa podía descontrolarse y abusar de él y un montón de mierdas mas.

¿Resultado?

El segundo celo, Jimin lo pasó a pelo. Encerrado por completo y alejado de su mejor amigo, con supresores que eran casi un placebo para su lobo y tanto, tanto dolor que recuerda haber llorado los tres días.

Para completar la desgracia Jimin no permitía que nadie entrara en la habitación, en un intento de proteger su nido, preservar el olor de Yoongi y protegerse a sí mismo en la soledad. Sintiendo una amenaza donde no había, pues estaba en casa, pero ¿quien le explicaba eso a su lobo?

Jin se desesperó al no poder ayudarle, NamJoon quiso demandar al Doctor y JungKook se mudó para la casa de, quien por aquel entonces solo era su amigo, TaeHyung.

La ansiada mejoría no llegó con el fin del celo, sino que se extendió hasta que sus padres trajeron a Yoongi de vuelta. Y una vez que el alfa puso un pie en la casa, Jimin le dejó entrar sin quejas a su cuarto. 

A partir de ese celo sus padres optaron por mantener solo a Jimin durante los dos primeros días, y permitir que Yoongi pasara el tercero (con supervisión) en su compañía. Era ridículo, si le preguntaran a Jimin, porque muchas veces Yoongi pasaba sus celos con él y nadie se enteraba. Agradecía a los inhibidores de olor por ello.

—¿Te quejas por el celo o porque vas a estar sin tu alfa? —la pregunta de JungKook lo sacó de su mente.

—Yah, no es mi alfa. —Aún —Y no estoy triste por eso. Es solo... bueno, no lo entenderías. No eres omega.

—Tengo novio, ¿sabes? —alardeó el menor, inflando el pecho ante la sola mención de su chico. —Y, aunque no hemos pasado celos juntos, sé como son. Tae siempre se pone melancólico antes de que llegue.

Jimin volteó a buscar su vaso de jugo, no dispuesto a hablar sobre la intimidad de su mejor amigo, quien resultaba ser su cuñado. Con vaso en mano, agitó su cabeza como despedida y dejó a su hermano solo en la cocina.

Una vez que subió las escaleras, el olor dulce de su papá Jin le confirmó que estaba en su cuarto, seguramente preparando las cosas para lo que se acercaba.

—Pa, ya te dije que puedo hacerlo solito. —regañó al mayor que estaba rellenando la pequeña nevera que tenía en su habitación.

—Y yo te dije que no. ¿Que clase de papá sería si dejo solo a mi cachorrito? —preguntó el mayor.

Jin era extremadamente sobreprotector con sus dos hijos. Pero, aunque JungKook era el menor, Jimin y él compartían demasiadas cosas. El embarazo de Jimin fue muy complicado, al punto que  Jin lo pasó casi todo en el nido, teniendo a su omega a flor de piel.

Que luego el cachorro fuera omega fue una revelación. Ellos compartían más que el vinculo familiar; eran un alma en dos cuerpos.

Jimin adoraba a su padre alfa, pero prefería alejarse de toda su testosterona y su sobre protección. Jin, por su parte, era tranquilo y comprensivo.

Y lo apoyaba en su plan de casarse con Yoongi. Eso era lo más importante aquí.

Los brazos de su papi se envolvieron sobre sus hombros y el suave aroma lo arrulló.

—¿Vas a estar bien, cachorrito? — murmuró el omega mayor contra su cabello. —A papi le duele mucho no poder hacer nada, pero el Doctor Cha dice que...

—Odio a ese viejo. —gruñó. —Odio a todos los médicos en general. Sobretodo a la enfermera que vio a Yoongi sin ropa cuando le hicieron el examen en el colegio. ¡Maldita zorra!

—¡Minnie! —exclamó Jin y, Ups, cierto, lenguaje. —Esa señora quiso poner una orden de restricción contra ti, no creas que lo olvidé.

—Pero solo le dije que la denunciaría por tocar a un menor de edad, y que llegaría a los tribunales para que no pudiera ejercer su profesión. —puchereó. —Y todas las veces que hablamos me referí a ella en lenguaje formal. Lo juro.

Jin suspiró, resignándose a la idea de que había criado un pequeño demonio manipulador. No tan diferente a él cuando conoció a NamJoon.

—Bebé. —rogó, acariciando ambas mejillas del menor. —Esa señora solo hacía su trabajo. Igual que el Doctor Cha. —razonó. —Si el Doctor Cha dice que no es bueno, pues, por algo debe de ser.

—Si el Doctor Cha dice que tengo que embarazarme, ¿también le harías caso? — cuestionó. —Aunque, no sería tan malo eso... un bebé de Yoonie.

—¡Yah! —gritó Jin, golpeando con dos dedos la frente de su hijo. —Ni lo pienses, ¿bien? Soy muy joven para ser abuelo y tu muy pequeño para traer un bebé al mundo. Recuerda esto: sin globos no hay fiesta.

—¡JIN! ¿QUÉ LE ENSEÑAS A MI HIJO?

Su papá Nam era un cotilla.

[🐣]

El celo estaba dando sus primeros indicios al llegar la noche. Jimin podría asegurar que esa madrugada lo despertarían los fuertes calambres y el calor abrazador.

Y los siguientes dos días serían mas de lo mismo.

Pero ahora, sabiendo que su Hyung vendría a visitarlo un rato no podía estar mas que feliz.

Su cuarto estaba muy bien organizado y su nido se veía cómodo y listo para ser usado. Jimin apenas y salía de ese rincón durante su tormento, refugiado en el olor de las prendas, en su mayoría de Yoongi.

Imaginaba que en un futuro, si la Diosa Luna y el amarre hacían lo suyo, Yoongi podría pasar el celo junto a él en ese mismo nido. O, quizás, tener otro en la habitación del alfa. A Jimin le daba lo mismo, lo importante era la compañía.

—Imini, ¿puedo entrar?

La voz de Yoongi sonaba tras la puerta, haciendo la pregunta mas estúpida de todas. ¿A caso no se daba cuenta que Jimin lo dejaría entrar donde el quisiera?

<<Se inocente, se inocente>>

—Claro que puedes, bobo. —fue lo único que dijo. Su sonrisa estiró sus mejillas al ver la oscura cabellera haciendo aparición en su territorio. —¿Desde cuando me pides permiso, alfa?

Yoongi se le quedó mirando unos segundos, sin parpadear a penas, y Jimin rió en su fuero interno.

El mayor ya estaba acostumbrado a que él lo llamara alfa. Era una costumbre que tomó después de rebelar su naturaleza como omega, y Yoongi seguramente lo ve como una muestra de respeto o admiración, así que ya no le tomaba importancia.

Pero llamarlo alfa mientras está recostado sobre el nido que contiene prendas de ambos, oliendo a celo y vistiendo una camiseta de Yoongi, eso es otro nivel. Así que obtiene una reacción instantánea del mayor, quien permanece en silencio mirando la escena que debe de ser él.

—¿Tu celo ya inició? —pronuncia el alfa despacio, su voz suena un poquito mas baja que de costumbre.

—No, aún no comienza. —murmura, tratando de mantener su mirada baja y lucir lo mas puro y virginal que puede. Rayos, él es puro y virginal, pero quiere tentar al lado primitivo de su amigo y eso funciona en las novelas. —¿Por qué no te recuestas a mi lado, alfa?

Yoongi parece dudarlo. Mira a todos lados de la habitación y a la puerta, como si tratara de localizar las salidas de emergencia en caso de desastre.

Es un alfa sabio, después de todo.

—Está bien. —murmura, soltando su mochila en una esquina y adentrándose a la carpa de colores cálidos que cubría el nido. Los almohadones y las prendas hacen que sea realmente agradable de estar, y Jimin reza porque el alfa se quede dormido aquí.

Eso sería bastante cercano a lo que quisiera en todos los celos.

No escapa a sus ojos la manera disimulada en la que Yoongi olfatea todo el lugar, viéndose relajado cuando solo puede olfatear notas de aroma de ambos. Se recuesta a su lado, mirando hacia arriba y no a su rostro. Yoongi suele hacer eso cuando está avergonzado.

—Así que..., otro celo, ¿eh? —balbucea Yoongi. —¿Tus padres siguen aferrados a eso de apartarte de mi?

Hum, nótese que el enojo se filtraba en la voz del alfa.

—Sí, el doctor Cha insistió mucho. —explicó con un puchero. Su manita inquieta se encargó de acariciar el brazo desnudo del alfa acostado a su lado. —Teme que podrías descontrolarte e intentar..., algo.

Yoongi bufó, con un sonido mezcla de burla y queja.

—Eso es francamente estúpido. —se quejó, sin retirar el brazo pero mirando hacia el techo —He estado a tu lado desde que naciste. Soy como tu hermano, nunca te pondría una mano encima sin tu permiso.

Auch!

—No eres mi hermano, sin embargo. —respondió bajito. —Y..., una vez en celo, yo... podría darte permiso a cualquier cosa.

Finalmente Yoongi se giró a mirarlo.

—¿Qué quieres decir con eso? —susurró y, quizás fue imaginación de Jimin, pero juraría que sus pupilas se habían agrandado un poco.

—N-nada realmente. Solo... —se interrumpió un segundo para disfrutar la mirada asustada del otro. —No podría negarte nada, estaría completamente a tu merced y tu... no podrías resistirte. Tomarías todo sin dudarlo un segundo; porque eres un alfa.

Yoongi tragó en seco. La nuez en su cuello bajó y subió, atrayendo la mirada de Jimin hacia allí.

De repente estaba haciendo mucho calor.

—Mi control es mejor que eso. —refutó el trigueño.

—Y yo no lo dudo, alfa. Pero... ¿yo podría?

La expresión de Yoongi era de puro desconcierto, pero seguía sin moverse. ¿Asustado quizás?

Jimin no iba a detenerse por ello.
Levantó su torso de los almohadones y se reclinó sosteniéndose de su codo, hasta que su rostro quedó por encima de la cara del alfa.

—Si yo comienzo a rogarte que me ayudes, no estoy seguro que podrás resistirte tampoco. —suspiró, fingiendo quejarse. —Querrías ayudarme, porque eres un buen alfa y te dolería verme sufrir. ¿verdad?

Yoongi está asintiendo, aún sin hacer el mínimo sonido y, aunque es muy vergonzoso, Jimin quiere escudarse en su celo mientras prueba algo.

El alfa apenas se percata, solo cuando ya está hecho, y Jimin ha pasado una pierna por sobre su cadera y ahora está sentado sobre su pelvis. La cara de Yoongi es casi trágica, con los ojos abiertos y la boca que no logra emitir queja, pero aún no amaga apartarse.

—Yo estaría tan necesitado de ti, alfa. —afirma un poco avergonzado, completamente en contra a sus actuar atrevido —Suplicaría por tu toque, por tus besos. Estaría completamente entregado a tu persona y tu a mi.

Su cara está sonrojada, Jimin lo siente.

El calor se expande mas allá del celo, es casi abrasador. Y quizás se deba a que está sentado sobre su amigo, atrapados en un nido que es de ambos aunque Yoongi no lo admita, y su omega lo está impulsando a más.

Quiere más.

Mas de este alfa.

Quiere que se de cuenta de una vez que sus sentimientos por él cambiaron.

Que no lo ve como un amigo, y no lo volverá a ver de esa manera.

Que lo quiere como lo que es.

—Alfa~. —gime y todo sucede muy rápido.

Las manos de Yoongi lo toman y lo levantan, alejándolo por completo de él. Yoongi se pone de pie como un resorte y sale del nido a toda prisa.

Jimin no tiene tiempo de procesarlo, solo logra encogerse en su lugar, asustado por el comportamiento del alfa, y por el olor intenso que nada tiene que ver con la esencia natural del mayor.

Huele a miedo, a ira, a vergüenza. A tantas cosas que Jimin a penas logra moverse mientras ve a Yoongi caminar deprisa hacia la puerta, sosteniendo su mochila.

—Te veo después. —gruñó el alfa cuando tomó la perilla para salir.
Sus ojos se veía dorados y brillantes, pero Jimin estaba demasiado asustado para pensar en eso.

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