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CAPÍTULO VEINTITRÉS
pov's baek narae

Ellos se habían ido de ahí para subir a los carritos chocones, pero aunque sus presencias ya no eran vistas, el recuerdo de cada una esas palabras o acciones me siguen perturbando en la mente. Bebí un poco más de agua, como si el líquido pudiera sustituir el que mis ojos pierden. Ha sido un día duro, verlos actuar como una pareja de enamorados es asqueroso, los desconocidos creen que hacen el lindo papel de novios, y no se molestan en negarlo. JungKook pide que le sea fiel, de una manera tan descarada que no puedo creerle.

Las manos de TaeHyung me rodean en un abrazo unilateral, sentado a mi lado, trata de hacerme recapacitar.

—No vale la pena, Narae. —susurró, su cálido aliento estremece la piel de mi cuello.

—¿Por qué es mejor que yo? ¿Por qué no me ama de la misma forma?

—No necesitas que te ame de la misma forma que ama a su amante, mereces que te quieran de una manera única, con todos los sentimientos puestos en tí. —eran palabras tan dulces que mi corazón se quiebra a casa segundo del abrazo, porque quisiera haber recibido un abrazo así antes, quisiera que JungKook fuera TaeHyung.

La cruel perspectiva de la realidad y la llegada del verano amargan mi garganta. El verano, en junio, no me gusta. ¿Podemos saltarnos hasta la próxima primavera? Fui acogida por su dulzura, una que yo no merezco. El verano comenzó hoy, veintidós de junio, pero anochece y la ventisca provoca que sienta mis huesos temblar. Me dejé a mi misma sollozar las últimas lágrimas de dolor, era mi debilidad, JungKook y Lima son dos demonios en mi vida que no desaparecen, me han vuelto alguien que no quería ser. Llena de veneno, de odio e infelicidad.

Arrastro a una persona sin culpa como TaeHyung a ésto.

No quiero arrepentirme, no, debo continuar. Entonces, me volveré también como ellos.

Por mis hombros temblando, el rubio se quita su chaqueta. Quise negar, pero fue tarde, ya la había puesto sobre mi cuerpo. No merezco a una persona tan buena como él, fue casi como si mi cuerpo se adormeciera, caí sobre su hombro y los ojos se me cerraron, están hinchados.

—Dije que no me arrepentía, no obstante, he estado pensando en ésto en cada oportunidad. La idea de no ser amada me sigue a todos lados, porque… TaeHyung, amo a JungKook desde hace dos años, y he querido a Lima toda mi vida. ¿Qué hice mal para merecer sus traiciones?

—Nada, no hiciste nada. —las luces del parque se encienden y dejan ver una hermosa vista. El espectáculo nocturno llama a todas las personas, tras pasar tantas horas aquí, me siento débil como para querer ver la función de fuegos artificiales. La deliciosa colonia del Kim llega a mis fosas nasales, deleitándome— Somos jóvenes, Narae. Hay tiempo para el amor.

¿Y si ya no hay nada para mí? ¿Y si no merezco ser amada? Me separé de su hombro, viendo a la lejanía miles de parejas tomadas de la mano, con sus diademas combinando y nada más que la felicidad en el ambiente. Observan al cielo, esperando los aclamados fuegos artificiales. Volví a TaeHyung, continúa con las orejas de gatito, le quedan tierno, pensé que se las quitaría luego de que mi novio dejara de vernos, pero no lo hizo. Él las mantuvo puestas. Mi mano subió hasta su cabello rubio teñido, las raíces de su color natural amenzan con salir, sonreí divertida. Cuando era castaño recuerdo pensar que el rubio le quedaría bien, en efecto, no me equivoque. ¿Hay algo que le quede mal? Lo dudo, es perfecto. Toqué las orejas, esponjosas como sus hebras.

Tan cerca uno del otro, nuestros rostros se encuentran en una guerra de miradas.

Me sonrojé teniendo sus ojos sobre mis labios húmedos de tanta bebida.

—Pensé que ibas a quitártelas.

—Me gustan. —dijo, trague saliva— Narae…

—¿H-Hum?

—¿Puedo besarte?

Inhalo, pero no exhalo. Mi extremidad baja de su cabello hasta posarse sobre uno de los hombros, temblé bajo esa mirada feroz. Esa pregunta me tomó de sorpresa.

—Sí. —la respuesta salió de mis labios sin haberlo pensado mucho, lo quería, quería besar a TaeHyung.

¡PUM! Los fuegos artificiales despegando al cielo eran como una escena romántica que nosotros disfrutamos, bajo la luz del farol, mis lágrimas fueron secadas entre sus labios suaves y esponjosos.

— ¿Qué les gustaría que pase de ahora en más? juju

créditos a dorasilove

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