CAPÍTULO CUARENTA Y DOS
pov's baek narae

La casa de TaeHyung es enorme, o bueno, mucho más grande que mi departamento –ya de por sí era considerado gigante a un apartamento normal de Seúl–. Tiene dos pisos y está aislada del exterior por los muros que la rodean, antes de abrir la puerta se debe ingresar un código, y una vez pasada, atravesar un camino directo a la casa de dos pisos; cuenta con un hermoso jardín delantero lleno de vegetación. No sabía que él contaba con una vivienda, digamos en palabras concisas, superior al promedio de clase media en Corea. En mi mente atravesó el pensamiento de preguntarle a qué se dedican sus padres, ¿Pero si sueno interesada? No quiero estar a su lado porque tenga dinero, en realidad hasta ahora no sabía de su… vida.

Puede que no sepa nada de mi novio, soy lo peor que existe. 

El interior es aún más bello que el exterior, un ambiente minimalista carente de colores o el paso de los años. Pasamos a la sala, donde dejé mi mochila sobre el sofá, ¡Hay una televisión de setenta pulgadas! Podría quedarme a vivir aquí si TaeHyung me lo permite, me volvería la chica más vaga del planeta, todo el día echada en el sofá viendo la televisión. ¿No es el paraíso?

—¿Esos son tus padres? —el enorme retrato puesto en la pared llamó mi atención. Era una mujer de cabello castaño, con un niño de cinco años, y a un costado, un hombre pelinegro con escasas canas blancas asomándose, es bastante parecido a TaeHyung, con una mandíbula afilada y ojos rasgados con doble párpado.

—Sí. —se acercó para verlos también.

—Hacen una linda pareja.

—Ellos no están juntos hace años. Mi madre vive en Roma, trabaja allí, y mi padre viaja constantemente, están casados pero no hablan.

No pregunté más al respecto, aún así me hice idea de lo que sea este pasando entre ellos como matrimonio, y lo relacioné a la casa solitaria. Aquí no viven sus padres, está solo. Dejar a tu hijo a la deriva es egoísta, tomando en cuenta la edad que tenemos, donde peores malas decisiones se llegan a tomar, dejarlo sin supervision es como pedirle que arriesge su vida en cada momento. Me sentí mal por él, y enojada por la actitud de sus padres. TaeHyung merece algo mejor.

Estando en la cocina, observé lo extensa que es, tiene el tamaño de dos habitaciones de mi apartamento, y no es exagerado. Abrí la heladera en busca de ingredientes para cocinar, pensé que iba a tener una cebolla y una lata de gaseosa, pero para mi sorpresa, está llena. El jjigae es sencillo de hacer, papá me enseñó la receta cuando era pequeña. He preparado éste platillo desde entonces para Lima, sin embargo, es la primera vez que me encuentro nerviosa en medio de la preparación, ¿Y si no le gusta?

—Huele bien. —se colocó a un costado— Es la primera vez en años que alguien más me cocina.

Uh, mi corazón se vuelve una pasita de uva triste cuando lo escucho hablar de la falta de amor que sus padres le han dado a lo largo de su vida. Un puchero se formó en mis labios, y él lo tomó entre sus dedos para apretarlo.

Joder, lo amo demasiado.