Capítulo 11

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—¿Ves como no debías preocuparte? Niall está sano como un roble. -Maya dice mientras sale de la cocina para ponerse a un lado del rizado, con una sonrisa brillante en su rostro y un tono relajado-

Harry asiente con una sonrisa fingida. Porque definitivamente no iba a decirle que no era normal la rápida recuperación de Niall, que tan solo habían pasado tres días desde que fue atacado y ahora apenas tenía una pequeña marca en su brazo.

No era normal, y Harry comenzaba a desesperarse por saber lo que nadie parecía querer decirle. Por saber si había secretos ocultos en aquella pequeña isla a la que había llegado.

—Podrías simplemente decirme que fue lo que pasó -Murmura mientras limpia la máquina de café-

—No sé de que estás hablando -Responde un poco más nerviosa, la sonrisa de su rostro lentamente volviéndose más falsa, más forzada-

—Seguro -Harry pone los ojos en blanco.-

Maya finalmente suspira y niega levemente con la cabeza.

—No es nada importante, Harry, te lo aseguro.

Pero para Harry lo era. Le dolía la forma en la que sentía que no terminaba de encajar en el grupo, la manera en la que todos parecían saber algo que él no. El silencio incómodo bajo las miradas cómplices de todos cuando él estaba en la habitación.

Así que esa misma tarde, Harry llama a Niall para pedirle que todos se reunieran en la casa de este, porque hablar a veces solía ser la solución a las cosas.

Piensa que tal vez si lo intenta de nuevo, si dice todo aquello que necesita decir, los demás podrán hacer lo mismo. Sinceridad por sinceridad.

Llega a la casa de la pareja cuando el cielo se tornaba en diferentes tonos de naranjas. Con el aire que cada vez era más frío porque diciembre estaba cerca y eso solo hacía que la piel pálida de Harry pasara a ser rosada.

Niall le abre con una sonrisa triste y al entrar Harry se deshace de su ropa de abrigo para seguidamente entrar en la sala y quedarse de pie delante de su grupo de amigos, quienes miraban confundidos desde el cómodo sofá.

—¿Que debo hacer para que confíes en mi? -Empieza un tanto nervioso bajo la mirada de los cinco- Sé que soy nuevo y no pretendo meterme en vuestras vidas como si os conociera desde siempre, pero si vamos a ser amigos me gustaría que por lo menos seáis sinceros conmigo. Podéis confiar en mi.

—Harry... -Niall suspira sin saber muy bien que otra cosa decir-

—No podéis esperar que no me preocupe ante todo esto. A Niall y a mi nos ha atacado un animal salvaje, y vosotros parecéis tener un club del misterio a mis espaldas. Si hay algo peligroso ahí fuera o algo que debería saber es el momento de que me lo contéis.

Niall y Maya lo miran con expresión triste mientras que Liam y Zayn solo parecen frustrados con la situación.
Louis simplemente no expresa nada, ojos completamente fríos, y vacíos.

—Harry, creo que estás viendo cosas donde no las hay. -Habla Maya con cuidado, en un intento de endulzar sus palabras para que no suenen tan mal-

Pero no funciona, duelen igual.

—Y yo creo que me estáis mintiendo, os estoy dando la oportunidad de decirme lo que está pasando antes de que yo lo descubra por mi propia cuenta.

Louis suelta una pequeña risa divertida y niega levemente con la cabeza.

—Suerte con eso -Dice con burla, y eso rompe un poco el corazón de Harry, quien lo mira dolido-

—¿No vais a decir nada? -La decepción en la voz de Harry es casi dolorosa, pero nadie se atreve a hablar.-

El silencio invade la sala y todos bajan la mirada, a excepción de Louis, quien parece demasiado metido en su mundo como para hacer algo más que mantener su típica expresión seria.

—No tenemos nada que decir -Zayn sentencia, y Harry siente las lágrimas formándose en sus ojos-

Tampoco sabía que esperaba. Se siente idiota estando parado en mitad de la cálida sala, siendo observado por las personas que creía que eran sus amigos, esperando recibir algo más que miradas tristes o excusas baratas.

—Bien, entonces no tenemos nada más que hablar. -Finalmente dice en voz alta.-

Tras eso, Harry da media vuelta y se va sin ni siquiera tomar su chaqueta, sale por la puerta principal y empieza a caminar con furia por la nieve. Las lágrimas ya caen por sus mejillas y el frío le golpea con fuerza, pero no le importa, el dolor en su pecho era todo lo que podía sentir en aquel momento.
Se sentía completamente horrible. Se sentía solo una vez más, y se preguntaba si alguna vez dejaría de hacerlo.

Y entonces, segundos después, cuando unos pasos detrás de él se hacen presentes, sabe perfectamente de quien se trata.

—Déjame en paz, Louis. -Dice con rabia mientras se abraza a si mismo debido al frío, sin detener su paso-

—Voy a vigilar que llegues a salvo a casa. Y deberías abrigarte, te vas a enfermar. -Responde tranquílame detrás de él, con sus manos metidas en los bolsillos de su chaqueta de cuero-

—¡Eres tan confuso! -Grita Harry, finalmente girándose para afrontar al castaño- ¡Deja de confundirme de una maldita vez!

Louis frunce el ceño.

—¡Y tu eres tan insoportable! ¿Por qué no puedes dejar las cosas como están? -Louis exclama y Harry quiere regañarse a si mismo por encontrar aquello doloroso-

—¡Estoy en un lugar nuevo, Louis! -Grita, las lágrimas ruedan por sus mejillas pero ya ni siquiera le importa- ¡Un lugar que no conozco! ¡E intento entender que está pasando porque quizás corro peligro y vosotros parecéis saber más de lo que decís!

Louis aprieta los dientes y niega con frustración.

—Hay cosas que simplemente no debes saber -Dice, en un tono frío y distante que solo hace que Harry se ría con rabia-

—Pareces una versión patética de Edward Cullen.

Louis suelta un bufido y sonríe con burla.

—¿Y tú eres Bella? -Pregunta levantando una ceja levemente-

Las palabras de Louis solo confunden más al rizado, quien frunce el ceño mientras se cruza de brazos.

—Ese no es el maldito punto

—El punto es que quieres saber más de lo que debes. -Louis murmura, y de alguna manera, Harry agradece que no le haya gritado.-

—Que te jodan, Louis. El brazo de Niall casi se cae por la mitad hace tres días y ahora solo tiene una pequeña marca mientras yo aún apenas puedo moverme por el ataque de aquel animal, hay un jodido lobo por ahí suelto que en cualquier momento podría matarme. ¡Y cuando os pregunto al respecto solo actuáis de forma extraña!

Louis no dice nada, solo aprieta los labios y segundos después habla con el mismo tono frío de siempre.

—Vamos, te llevare a casa. -No es una pregunta ni una sugerencia, es más una sentencia. Una orden-

—No -Niega, limpiándose las lágrimas con rabia.-

—Harry -Advierte pero el rizado simplemente niega con la cabeza-
No me gusta repetirme, muévete.

—He dicho que no.

Louis frunce el ceño y vuelve a apretar su mandíbula con rabia, y Harry sabe que acaba de perder los nervios.

Pero no le importa.

—Bien, que te den. -Dice, sin ningún tipo de emoción en su voz- Si te comen vivo de camino a casa no será mi maldito problema. No sé porque me molesto.

Louis se da la vuelta para volver a dentro, pero es entonces que Harry se permite explotar en sollozos.

Y al escucharlo, el castaño se detiene en seco para darse la vuelta y mirarlo confundido.

—¿Harry? -Pregunta mientras se acerca de nuevo al rizado-

—¡Vete! -Le grita antes de tapar su rostro con sus manos.-

Si es sincero consigo mismo, había algo en llorar delante de Louis que le hacía sentir de cierto modo avergonzado. Quizás, se debía a la manera en que las palabras de Louis le dolían, el poder que Louis realmente tenía sobre él si tan siquiera poder evitarlo.

Louis en aquel momento no sabe que hacer, por primera vez no sabe como actuar alrededor de Harry. Su corazón se detiene por unos segundos y el alfa en su interior grita que haga algo para detener las lágrimas en los bonitos ojos del rizado.

—Hey ratón, no llores. -Dice mientras se acerca lentamente, dejando a un lado la rabia y el frío en su voz-

—Déjame en paz Louis, solo me confundes más. -Harry susurra aún con sus manos en su rostro, y Louis se siente como un completo idiota-

—No me voy a marchar dejándote aquí llorando y no voy a dejar que te enfermes. -Dice con delicadeza, tomando las muñecas del rizado para apartar con suavidad las manos de su rostro-

Ver los verdes ojos de Harry llenos de lágrimas hacen que Louis quiera esconderse y no salir nunca más, porque así quizás dejaría de hacerle daño. De repente siente la necesidad de decirle todo, de intentar explicarle el desastre en el que había terminado metido. Pero el miedo de que Harry salga corriendo de repente recorre cada parte de su cuerpo, haciendo que descarte la idea rápidamente.

—¿Pero si me ibas a dejar ser comido por un animal salvaje? -Harry susurra bajando la mirada al suelo, haciendo que el castaño suspire.-

—Sabes que nunca dejaría que eso sucediera. -Louis dice con sinceridad en voz baja, como si fuera un secreto-

Y quizás escucharlo decir esas palabras es reconfortante, es agradable, las palabras siendo como flores naciendo en mitad de una fuerte tormenta de nieve.

—Ya no sé nada, no sé qué pensar. -Susurra mirándolo a los ojos-

Louis suspira y se acerca aún más al rizado para seguidamente tirarlo hacia él y envolver sus brazos alrededor de su cuerpo cubierto por varias capas de ropa. A pesar de no llevar su ropa de abrigo Harry vestía una camiseta blanca un tanto gruesa debajo de una gran sudadera de color verde.

El corazón de Harry no debería enloquecer de la manera en la que lo hacía, no debería sentir como si el resto del mundo desapareciera mientras el es abrazado por el castaño.

—Pareces una cebolla -Louis susurra con su mentón sobre la cabeza de Harry, abrazándolo con delicadeza.-

—Hace frío -Susurra con la voz ligeramente rota, rompiendo un poco el corazón de Louis-

—Lo sé -Acaricia la espalda baja del rizado en un intento de consolarlo-¿Me permites llevarte a casa? Por favor.

La forma en la que se lo pide con tanta dulzura hace que el corazón de Harry se sienta cálido, pero aún tiene ráfagas de aire frío a su alrededor. La forma en la que hace tan solo unos minutos estaban gritándose el uno al otro y ahora estaban abrazándose en mitad de la nieve hacía que Harry no entendiera absolutamente nada, que se sintiera más confundido de lo que ya estaba.

Pero mentiría si dijera que no le gustaba, que no estaba disfrutando estar en los brazos de Louis mientras lo consolaba y le pedía permiso para llevarlo a casa.

Louis Tomlinson era tan malditamente confuso, y Harry quizás estaba dispuesto a perder la cabeza por él.

—Intento entenderte Louis, pero siento que cada vez es más difícil. -Dice con sinceridad, con sus brazos alrededor de la cintura del castaño-

—Lo sé.

Harry no dice nada, tan solo entierra su rostro en el hueco del cuello del castaño e intenta disfrutar aquella cercanía, sabiendo que tal vez podría ser la última vez que tuviera a Louis tan cerca.

Mientras intenta impregnarse en su olor, deja que las lágrimas caigan, porque no puede evitarlo y algo en el aroma de Louis hace que se sienta seguro, cómodo. Era tan confuso, su cabeza le decía que no debía acercarse a Louis más de lo necesario, pero su corazón le pedía a gritos que nunca se alejara de él.

—Ratón... -Louis dice en un susurro que parecía casi doloroso al sentir las lágrimas del rizado mojando su ropa-

—Perdón -Harry se aparta lentamente, pasando su mano por sus ojos húmedos para eliminar las lágrimas-

Louis aprieta los labios con fuerza y parece dudar de algo en su mente por varios segundos, pero finalmente se acerca de nuevo al rizado para pasar sus dedos pulgar por las mejillas del chico, apartando las lágrimas restantes que aún quedaban por su rostro.

—Voy a ir a por tu abrigo ¿Esta bien?
Te llevaré a casa. -Dice ahuecando su bonito rostro dejando suaves caricias.-

Y a Harry le gusta tanto la sensación, le gusta tanto que Louis lo trate así, que no puede negarse. No quiere hacerlo.

—Bien -Harry le sonríe débilmente, sintiéndose tan feliz y a la vez tan confuso por la cercanía de Louis. La rabia y el enfado parecían haberse escondido en alguna otra parte de su cuerpo-

Louis se aleja con una muy pequeña sonrisa, y Harry ya no sabía que pensar. Tan solo sabía que Louis le gustaba, le gustaba tanto que dolía, porque no sabía que era lo que el castaño sentía. Louis era un rompecabezas difícil de montar, y cuando creía que había encontrado la manera de encajar las piezas juntas, se daba cuenta de que realmente no encajaban.

Un rompecabezas al cual le faltaban varias piezas. Pero Harry lo quería así, roto y con piezas faltantes. Harry quería a Louis tal y como era, sin importar el qué o que eso le hiciera volverse completamente loco.

Porque las cosas que más esfuerzo llevan, son las mejores de todas.

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