Capítulo 5

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—¿Estáis todos en mi contra? -Louis pregunta, caminado de un lado a otro en la gran sala de la casa de Niall y Zayn.-

Y es que acababa de ser informado de que Harry había sido invitado a la cena de esa noche, y lo que era peor, el rizado había aceptado.

Sabía que estaba siendo dramático, pero no quería a Harry cerca. Porque no sabía como controlar a su corazón rebelde y salvaje, cuanto más tiempo el rizado estuviera a su alrededor, más posibilidades había de que su corazón salvaje y caprichoso cayera por unos ojos verdes y una sonrisa amable de hoyuelos.

Si eso llegaba a pasar, estaría perdido por completo.

Y ya había cometido ese error una vez.

Liam y Maya se encontraban sentados sobre el gran sofá, con sus respectivas copas de vino en sus manos mientras que Niall se encontraba de pie, rodeado por los brazos de Zayn.

—Deberías tranquilizarte, alfa. -Maya le dice antes de tomar un sorbo de su copa-

—¿Lo estáis haciendo a propósito? -Vuelve a preguntar alterado, sin detener sus movimientos-

Realmente estaba molesto.
Porque conocía a sus amigos demasiado bien.

—Louis, Harry solo va a venir a cenar. Es nuestro amigo y tendrás que aceptarlo tarde o temprano. -Niall dice seriamente- Ni siquiera tienes que prestarle atención, tan solo se amable.

Louis lo mira antes de soltar una pequeña risa irónica y negar repetidas veces con la cabeza.

—¿Si? ¿Yo tengo que aceptarlo y vosotros no podéis aceptar que no lo quiero cerca?

—No todos son como él, Louis. -Habla Liam esta vez, pasando uno de sus brazos sobre los hombros de su omega-

Louis no responde, tan solo aparta la mirada, poniéndose tenso ante la mención de aquel que había roto su corazón tiempo atrás.

—Sé que tramáis algo. -Murmura-

—¿Puedes simplemente dejar de pensar que todo gira a tu alrededor? Harry es un buen chico, es amable y no le haría daño ni a una jodida mosca, nos cae bien y no hay más que hablar. -Niall sentencia, moviéndose de los brazos de su alfa para tomar una de las copas de la encimera y llenarla de vino-

—El otro día me contó que lloraba con películas románticas, te aseguro que puedes estar tranquilo. -Liam añade divertido, a lo que Maya asiente.-

Pero por eso mismo no podía estarlo. Porque esa era una de las cosas que Louis odiaba de Harry, lo malditamente bueno que era. Porque era bueno, amable y tenía una preciosa sonrisa con hoyuelos que le hacía sentir débil por alguna maldita razón.

Había tantas cosas que en tan poco tiempo Louis había aprendido a odiar de Harry. Como la forma en la que habla, lento y con su voz profunda, la forma en la que sus piernas largas y torpes se enredan entre si y le hace recordar a Bambi, la forma en la que reía por sus propios chistes y por sobre todas las cosas, la forma en la que a pesar de todo seguía siendo amable con él.

Digamos que Louis se entretiene mirándolo en la cafetería de Liam mientras trabaja, haciendo una lista mental de todas esas pequeñas cosas que odia en Harry.

Así que finalmente se rinde. Suelta  un suspiro cansado y pasa sus manos por su rostro en forma de derrota.

—No podéis mentir eternamente. Se acabará enterando de que no sois como él, y cuando eso ocurra y salga corriendo como hacen todos, no voy a ser yo quien os consuele.

El ambiente se tensa tras eso y minutos después, cuando Louis se encontraba viendo una aburrida película en la sala ya un poco más calmado, las dos parejas se encuentran debatiendo entre susurros en la cocina.

—Empiezo a dudar de esto.

—Dios Liam no te puedes bajar del barco ahora.

—¡Pero es que es una locura, Niall! Louis odia a los humanos.

—Louis ama a los humanos y se odia a si mismo por ello. Es simple. -Razona Zayn de brazos cruzados-

—Zayn tiene razón. Louis nunca a sentido nada por ningún omega o alfa. Siempre se ha fijado en humanos hasta...

—Hasta que llegó él. -Finaliza Niall con una mueca-

—¿Pero no lo veis? Si Harry se asusta y acaba marchándose, vamos a dejar a Louis más roto que antes.

—No queremos que se casen y tengan tres hijos, solo hacerle ver a Lou que los humanos no son tan horribles como él cree. -Niall razona, como si fuera lo más evidente-

Sin embargo, Liam niega con la cabeza, preocupado de agrietar más el corazón de su amigo, quien poco a poco había ido curando las heridas del pasado.

—Esto no va a acabar bien. -Sentencia con una mueca-

—Sigue así y lo vas a manifestar. -Maya responde rodando los ojos-

Liam le mira confundido y cuando su boca se abre para decir algo más, el sonido del timbre resonando por la casa le interrumpe.

—¡Louis! -Niall exclama con una sonrisa- ¡La puerta!

***

Harry suspira, su aliento transformado en humo por el frío mientras que espera a que alguien abra la puerta de la casa.

Se había sorprendido cuando llegó y contempló aquella casa tan enorme, bonita, y para su mayor sorpresa, moderna. Las luces exteriores iluminaban la entrada principal, desde fuera podían verse las luces de la casa encendidas y de la chimenea salían nubes constantes de humo.
En el camino de la entrada se encontraban dos coches aparcados a un lado de la nieve y todo parecía sacado de un libro.

Harry había sentido que tal vez estaba dentro de alguna de las películas de crepúsculo, o algo así.

Cuando la puerta es finalmente abierta, Harry borra su sonrisa al encontrarse con Louis. Un Louis de rostros serio y ojos fríos, como siempre.

—Hola. -Saluda un tanto cortante, apretando los labios con algo de nerviosismo-

Louis lo examina de arriba abajo, soltado una pequeña risa burlona ante la imagen frente a él;

Harry vestía con su típica chaqueta marrón, unos pantalones de chándal negros que parecían realmente gruesos y calientes, sus rizos siendo aplastados por un gorro azul cielo y en sus manos cubiertas por guantes marrones llevaba lo que parecía ser una tarta.

—¿De que pasarela te has escapado? -Pregunta divertido- Estoy seguro que definitivamente del Victoria's Secret no.

Harry finge una sonrisa por unos cortos segundos antes de rodar los ojos mientras pasaba por su lado, ignorándolo. Una vez dentro de la casa se permite soltar un suspiro de alivio, todo estaba muy cálido y olía a... ¿Incienso de café? Era acogedor y agradable, así que se permite llenar sus pulmones de aquel olor mientras sonríe.

Eso era lo que tenía que hacer, fingir que Louis era invisible.

—¡Harry! -Niall sale de la cocina con una gran sonrisa, caminando hacia él para abrazarlo con fuerza-

—Niall, hola. -Susurra-

—Hola amor ¿Como estás? ¿Has pasado mucho frío? Nuestra casa no está muy lejos de la tuya pero espero que no haya sido mu...

—Estoy perfectamente bien, Ni.
Me gusta el frío.

Sí, Harry tenía una obsesión por el frío. Amaba el verano, quizás era su estación favorita, porque todo era luz y color, risas y días eternos. Pero había algo en el clima frío que le reconfortaba, algo que siempre le hacía extrañar la brisa que le iluminaba las mejillas y la nariz de tonos carmesí.

—Bien, perfecto. -Asiente, seguidamente bajando la mirada a las manos de Harry- ¿Eso es pastel?

—Así es -Sonríe- Quería agradeceros la invitación, solamente habéis sido amables conmigo desde que llegué y lo agradezco mucho.

—No es nada H, nuestro hogar es tu hogar. -Zayn dice esta vez, apareciendo en la entrada del hogar- ¿Estas cálido? ¿Quieres que suba la calefacción?

—Estoy bien, gracias Zayn. -Responde un tanto más tímido, por alguna razón Zayn le intimidaba un poco-

Maya aparece segundos después con un bonito vestido negro, le saluda alegremente antes de tomar la tarta entre sus manos y seguidamente llevarla a la cocina, mientras Harry se retiraba la ropa de abrigo.

La casa era tremendamente grande y acogedora, una mezcla entre cabaña y casa moderna que se veía demasiado bien. Había velas encendidas y la chimenea chisporroteaba en la sala.
En el televisor podía verse una película navideña y Harry se sintió muy cómodo bajo todo aquel ambiente.

Aunque sin embargo, Harry prefería su pequeña casa en el bosque. Porque se sentiría demasiado solo en un hogar tan grande.

—Espero que te guste la cena, Zayn la ha preparado por su propia cuenta y posiblemente acabemos todos envenenados. -Liam bromea mientras le guía a la mesa, una larga mesa de cristal en la que copas, cubiertos y servilletas color vino se encontraban colocadas a la perfección-

—¡Oye! -Zayn exclama con indignación-

—Seguro que está deliciosa, amor. No le hagas caso. -Niall le defiende, dejando un pequeño beso en su mejilla antes de sacarle la lengua a Liam en forma de burla-

Harry sonríe. Su corazón se derretía un poco al ver la bonita relación de Niall y Zayn. Y puede que más de una vez se haya encontrado a si mismo preguntándose si algún día él conseguiría tener algo así.

—Que la fiesta comience -Maya dice con emoción mientras vuelve de la cocina, alzando en sus manos dos botellas de vino-

[...]

De todas las cosas que Harry había imaginado que podrían ocurrir en aquella cena, lo último que esperaba era ver a Louis salir de la casa completamente borracho.

La cena había sido muy agradable, entre conversaciones que le habían sacado más de una risa y anécdotas en las que Harry pudo llegar a conocer mejor a todos ellos.

Como que Maya y Liam se habían conocido en aquella cafetería en la que ahora él trabaja, y que fue amor a primera vista. Que Niall y Zayn al principio no se llevaron tan bien, pero supieron enseguida que acabarían cayendo el uno por el otro.

Y lo que más le sorprendió, que Louis era realmente encantador con las personas a las que amaba. Eso y que realmente no sabía cómo cocinar.

Pudo comprobar aquello, que Louis realmente podía llegar a ser la persona más dulce en el planeta. La forma en la que trataba a sus amigos le derritió el corazón, la forma en la que sonreía y las pequeñas arruguitas se formaban a los laterales de sus ojos, la forma en la que echaba la cabeza para atrás cuando reía...

Todo eso le hizo darse cuenta de que Louis distaba mucho de ser aquel chico con el corazón vacío, ojos de hielo y personalidad arisca.

De hecho, Louis podía ser de esas personas por las que puedes caer fácilmente, porque tiene ese encanto natural que le hace ser tan especial.

Cuando esperaba encontrarse con Louis siendo un completo idiota cómo parecía serlo siempre, terminó encontrándose con aquella versión que distaba bastante de lo que conocía. Aquella noche descubrió que realmente era familiar, dulce y divertido, que hacía reír a Niall con tan solo respirar cerca suya, que constantemente molestaba a Liam pero parecía adorarlo y que amaba a Zayn y Maya como si fueran sus hermanos menores.

Y fue aterrador descubrir eso, saber que aquel Louis existía debajo de esa capa fría que solía utilizar.

Porque eso le hacía más difícil odiarlo.

Y tal vez le asustó la forma en la que su corazón latió con fuerza y como una involuntaria sonrisa se formaba en sus labios al verlo sonreír. Pero sobre todas las cosas, era frustrante, porque se encontraba a si mismo deseando ser tratado de la misma forma en la que trataba a Maya, Liam, Zayn y Niall. Que le hablara con dulzura, que le dedicara aquellas miradas repletas de amor y cariño, o que le dedicara sus bonitas sonrisas.

O incluso, tan solo alguna mirada que no fuera tan fría como el hielo.

Y no debía desear aquello, porque Louis no lo quería cerca y realmente estaba siendo un idiota con él.

El castaño le había ignorado por completo durante toda la noche, como si fuera invisible. Y lo peor era que Harry no sabía si prefería eso a sus desprecios constantes. Le frustraba, porque no entendía que había hecho para que el castaño se comportara de esa forma.

Pero ahora, cuando lo veía salir por la puerta de la casa de Zayn y Niall entre pasos torpes, mientras los demás se encontraban riendo en la cocina, el corazón de Harry no puede evitar latir preocupado por el chico castaño.

Y sinceramente, no debería hacerlo.

No debería hacerlo porque todas las veces que había intentado ser amable y tener un buen acto con el castaño, solo había recibido respuestas negativas.

Y quizás, si esa noche no hubiera conocido aquella versión de Louis, no lo hubiera hecho.

Pero lo hizo. Porque no podía evitarlo, no podía ignorar que lo había visto salir de allí demasiado borracho como para mantenerse en pie.

Así que aprieta los labios e inicia su camino hacia la cocina, sabiendo que acabaría arrepintiéndose de aquello.

—Debo irme, estoy algo cansado. -Anuncia entrando en la cocina con una sonrisa mientras jugaba con sus manos, nervioso- Muchas gracias por la invitación, me lo he pasado muy bien.

—Pues claro, amor. Vuelve cuando quieras, ya eres parte de la familia.

Eso le hace brillar, latir su corazón con fuerza y que sus ojos destellen con ilusión.

—Nos vemos el lunes en el trabajo. -Es lo último que dice, con una sonrisa tímida al sentirse tan bien recibido-

—Nos vemos. -Hablaron todos en coro con sonrisas dulces a lo largo de sus rostros-

Y cuando el ruido de la puerta principal cerrándose inunda la casa, Liam habla;

—¿No nos habremos pasado con emborracharlo?

Niall enseguida rueda los ojos, tomando una cuchara y clavándola en la tarta de zanahoria que el rizado había traído.

—No le hemos obligado a beber, alfa. -Razona la omega-

—Pero hemos puesto tres botellas de su vino favorito sobre la mesa...

—Mentes positivas, nada puede salir mal. -Niall dice, metiéndose la cucharada de pastel en la boca-

—Literalmente todo puede salir mal, es una pésima idea. ¿Y si Louis se transforma y Harry lo ve?

—¡Pero que no lo manifiestes!


***


Harry no tarda mucho en encontrar a Louis tendido sobre una montaña de nieve fuera de la casa de Niall y Zayn.

Ni siquiera llevaba un suéter grueso como para estar ahí fuera, y el cuerpo de Harry se dispara en alarma ante la idea de que el castaño pudiera coger una hipotermia.

—¿Louis? -Lo llama una vez que se encuentra cerca, agachándose y sacudiendo el cuerpo del castaño con delicadeza-

—Vete a la mierda. -Responde arrastrando las palabras, pero esta vez sonreía-

—Ni borracho puedes ser amable. -Rueda los los ojos-

La sonrisa en sus finos labios se borra para seguidamente mirarlo con el ceño fruncido.

—¿A quien llamas tu borracho, pequeña mierda?

Harry se cruza de brazos y suspira, comenzando a pensar que realmente aquello había sido una mala idea. Bueno, supo desde un principio que aquello era una muy mala idea, ahora tan solo lo estaba confirmando.

—Ni siquiera sé para que me esfuerzo contigo, todo lo que hago parece molestarte.

Louis se pone de pie con dificultad, tambaleándose levemente de un lado a otro. Harry frunce el ceño pero lo imita, atento de que el castaño no se caiga de nuevo.

—Tu existencia me molesta. Pero debo de admitir que tienes unos ridiculos rizos bonitos, ratón. -Dice mirando el cabello de Harry con el ceño fruncido- ¿Que champú usas?

Aquello no debe sacarle una sonrisa sincera a Harry, pero lo hace.

—Gracias, procederé a ignorar la parte en la que mi existencia te molesta. -Rueda los ojos- Y el champú es un secreto que no pienso desvelar.

Louis se encoge de hombros.

—Ignórame a mi mejor.

Lo único que Harry ignora es su comentario y simplemente se acerca a Louis para tomar uno de sus brazos y pasarlo por encima de sus hombros.

—¿Qué mierda haces? -Pregunta un tanto molesto, pero sin apartarse-

—Llevarte a casa antes de que te mueras bajo la nieve, eso hago. Y si no te callas o pones resistencia usare la violencia.

Para sorpresa del rizado, Louis suelta una risa sincera, dejándose llevar, demasiado borracho y enfocado en reírse del comentario de Harry.

—¿Violencia? No le harías daño ni a una cucaracha, y eso es asqueroso Harry, porque las cucarachas dan asco y deben ser matadas. Eres tan bueno que me molesta ¿Por que tienes que serlo?

Harry lo ignora, porque tan solo él sabe que aquello no es cierto. Simplemente se limita a caminar por la carretera que se encontraba despejada de nieve.

Agradece en sus adrentros que su casa y la de Louis quedaran cerca de la de Niall y Zayn, porque siendo sincero no sabría si podría aguantar a Louis más de lo necesario en estas condiciones.

—Siempre tan bueno -Canturrea mientras alargaba la o después de varios segundos en silencio- Como cuando me devolviste a Clifford en mitad de la noche o como cuando a pesar de que no soy amable contigo sigues aquí asegurándote de que llegue a casa a salvo. Un poco repugnante tanta bondad, Harold.

—¿Harold? Eso es nuevo, ratón, Harold, repugnante ¿Algo más que quieras añadir a la lista?

—Um... -Lo piensa por varios segundos antes de exclamar con una gran sonrisa- ¡Bambi!

El rizado no puede evitar sonreír.
Por un momento puede llegar a entender a los demás, el porque adoraban a Louis. Si el Louis borracho era la mejor versión que había conocido hasta ahora, el Louis auténtico debía ser increíble.

El verdadero Louis, el que se encontraba bajo su armadura de hielo.

—Tienes hoyuelos. -Vuelve a hablar Louis cuando entraron en el frondoso bosque, con voz lenta y suave mientras mira atentamente el rostro del rizado.-

Harry asiente, preparándose mentalmente para un comentario despectivo o negativo al respecto.

—Me gustan. -Afirma el más bajo- Son como... un punto al final de tu sonrisa ¡Como un cuadro que la enmarca!

Harry se ríe y se siente genuinamente halagado, aquello fácilmente podría ser lo más amable que Louis le había dicho desde que lo conoce.

Y tenerlo tan cerca enciende algo en él, algo que le hace sentir una especie de electricidad por todo su cuerpo.

Aquella, era la primera vez que se encontraba tan cerca del castaño.

—Si, eso creo. -Responde un tanto sonrojado-

Pero era Louis idiota Tomlinson, así que tampoco podía esperar mucho.

—Pero tú no me gustas.

Harry ignora eso último rodando los ojos con molestia, y sigue caminando arrastrando el cuerpo del mayor.

Y finalmente se siente aliviado cuando puede ver la casa de Louis a lo lejos varios minutos después, y con un último esfuerzo estira de Louis hasta ella. Y es que si subir los escalones del porche no fue tarea fácil, tomar las llaves de los skinny jeans del castaño mientras se quejaba lo fue mucho menos. Pero lo hicieron, incluso cuando entraron y Clifford saltó a su alrededor de un lado a otro, ladrando con emoción por verlos. Pero finalmente lo consiguió, pudo meter a Louis en la cama.

—Bien, aquí termina mi acto bueno del día, espero que después de esto me hagan un monumento en el cielo como mínimo.

Louis bufa.

Y Harry estaba apunto de marcharse, deseando volver a casa y dormir por tres días enteros. Pero es justo entonces que la voz del castaño le hace detenerse en el marco de la puerta.

—¿Por qué? -Murmura-

—¿Por qué, qué? -Harry lo mira confundido-

-¿Por qué no puedes gustarme?

Harry decide no prestar atención al pequeño pinchazo que nota en su corazón, y simplemente sonríe.

—Duerme, Louis.

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