13. can we

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13. can we
( be friends? )

   LA BUSQUEDA SE podía resumir en Hyunjin yendo de un lado a otro y A-ri, como una estúpida, siguiéndolo a todas partes. Ninguno le dirigía la palabra al otro, la pelinegra estaba demasiado furiosa como para intentar romper el hielo. Le dolía, le dolía mucho más de lo que quería admitir, porque le había dicho en la cara por fin todo el daño que le había hecho, pero al parecer, no le había movido ni siquiera el más mínimo remordimiento. En aquel momento, se encontraban rebuscando en el jardín del bloque 3. Era el bloque que tenía el jardín más extenso. Había una fuente en la mitad, era la fuente de los deseos y habían encontrado un banderín púrpura sostenido por el querubín de la fuente.

Debido a que habían encontrado uno ahí, el pelinegro estaba convencido de que habría más por el jardín. Y si que había más banderines, había rojo, azul, verde y así, para los demás grupos. A-ri comenzaba a impacientarse, pensaba seriamente que máximo habría un banderín en cada lugar donde buscasen, porque ¿qué caso tenía poner dos en el mismo lugar? Sin embargo, no había querido murmurar palabra hacia Hyunjin, incluso si eso significaba que tendría que fingir buscar entre las plantas del jardín.

Y eso hacía, con el pie y no muy convencida, movía un par de plantas para tratar de encontrar un banderín. Suspiró, cansada y giró la cabeza, para mirar a su compañero. El mayor estaba hincado sobre unas flores rosas y las analizaba con suma atención, para que su vista no le hiciese una mala jugada e ignorara el banderín. Negó con la cabeza y volvió la vista a donde su pie movía con cuidado las plantas.

—¡A-ridoo! —la pelinegra giró la cabeza solo para a un castaño correr hacia ella y envolverla en un abrazo gigante. Seungmin llevaba unos vaqueros sencillos y una camiseta de un color vino tinto—. ¡No te veo hace mucho! ¿Cómo estás? ¿Cómo sigues?

La preocupación en la voz del chico la hizo sentirse en evidencia, así que se apresuró a responderle el abrazo con muchísima fuerza mientras plantaba la sonrisa más grande y creíble que pudo fingir.

—Estoy mucho mejor ahora que te veo —rápidamente cambió su sonrisa por un puchero y se separaba del chico. Pudo ver a Jisung (vestido de rojo) caminar hacia donde estaba Hyunjin—. Por favor, Minnie, tenemos que salir solo los dos. Así nos ponemos al día.

—¡Oh, esa es una idea fantástica! Podríamos... —pero la idea de Seungmin quedó al aire cuando su mirada recayó en el pelinegro que hablaba con su compañero. Fue como si toda la alegría que estaba en su rostro desapareciera y, por impulso, tiró de A-ri, hasta esconderla tras él—. ¿Qué hace ese aquí?

—Ay, no —A-ri escuchó el lamento de Han. Sacó la cabeza de detrás del castaño y miró la situación con el ceño fruncido.

La expresión enojada en el rostro de Hyunjin se acentuó el doble, luciendo como una bestia furiosa lista para atacar. Jisung, por su parte, se había sentado en el borde de la fuente, mirándo todo con expresión de resignación. Luego estaba Seungmin, completamente tenso, enojado y tratando de apartar a la chica del pelinegro frente a ellos.

—Soy su compañero —Hyunjin se encogió de hombros—. ¿Tienes un problema con eso?

—Sí, claro que sí —respondió Seungmin con la velocidad de la luz—. ¿Cómo tienes el descaro de si quiera acercarte a A-ri luego de todo? Eres un descarado, Hwang Hyunjin.

El ceño fruncido de A-ri desapareció de su rostro cuando entendió lo que sucedía. Desde aquella pijamada un tiempo atrás, Seungmin se había estado comportando raro con Hyunjin, siempre enojado y lanzando comentarios pasivo-agresivos. El castaño estaba furioso, en su cabeza no cabía todo lo que había sucedido y, por si fuera poco, había tenido el descaro de mentir. Si solo hubiese sido a Changbin, lo entendería, pero ¿a todos? ¿Con qué fin? ¿De A-ri quedara como la villana de la historia?

—¿Y eso a ti qué? —bufó el pelinegro—. Lo que pasó entre ella y yo es asunto nuestro. Tu no tienes nada que ver ahí.

—¡Claro que sí! Ella es mi mejor amiga y...

—¡¿La prefieres a ella sobre mí?! —explotó Hyunjin. Lágrimas inundaron los ojos del pelinegro y su mirada rasgada iba de Jisung a Seungmin y del castaño a la pelinegra que miraba todo con extrañeza—. ¡Yo fui tu amigo primero! ¡Yo! ¡No ella!

—Pero la cagaste tu...

—¡¿Y qué?! —aquel grito salió con su voz rota—. ¡Si tu la hubieses cagado igual te hubiese apoyado! ¡No te daría la espalda de esta forma! —por impulso, caminó hacia A-ri y la tomó de la muñeca—. ¡Iremos a buscar banderines a otra parte! Realmente no quiero ver al falso de Seungmin.

Tiró de la pelinegra y comenzó a caminar lejos de ahí. A-ri todavía seguía replanteándose la situación en su cabeza, repasando los sucesos una y otra vez, no sintiéndose mentalmente preparada para la conversación que le esperaba. Hyunjin era demasiado alto, tenía piernas muy largas, por lo que se encontraba corriendo, tratando de seguirle el paso, el agarre que tenía sobre su muñeca era doloroso y trataba de concentrarse en el suelo de hierba y piedras para no tropezar.

—¡Alto, me duele! —como si lo hubiese hecho a propósito, apretó el agarré. Un quejido salió de los labios de A-ri—. Hyunjin, basta —se quejó sin gritar, pero él solo aceleró, causando que A-ri tropezase con sus pies por culpa de una gran piedra que no pudo esquivar.

Hyunjin la soltó de golpe. Aquello ocasionó que cayera de rodillas sobre el suelo. Sintió un ardor fuerte extenderse por toda su pierna derecha y soltó un gemido bajito. Apoyó sus manos sobre el suelo, evitando caer de cara por la fuerza del golpe y se quejó cuando también raspó sus manos.

—¡Maldito hijo de perra! ¡¿Qué puta mierda te pasa?! —espetó A-ri, tan pronto de impulsó hacia arriba, para quedar sentada con la rodilla derecha flexionada y la izquierda extendida.

—¡Es tu culpa! ¡Seungmin me odia por tu culpa! —Hyunjin se giró y la miró con rabia.

—¡Mi culpa! ¡Yo solo le dije la verdad de lo que pasó entre nosotros! ¡Que te odie es cosa de él, yo le pedí que no lo hiciera!

Hyunjin sollozó con fuerza y se dejó caer de rodillas también, justo frente a A-ri. Ella deshizo su ceño fruncido y lo miró fijamente, mientras el mayor lloraba con fuerza, sintiéndose muy herido porque uno de sus mejores amigos lo odiaba con cosas que hizo en un pasado. A-ri pasó saliva con fuerza, miró hacia atrás, pensando en que probablemente Seungmin la quiera matar después de aquello, pero su corazón latía con fuerza y sentía que ella también lloraría de tan solo ver al pelinegro en ese estado. Le dolía más verlo llorar que cualquier cosa, porque realmente seguía enamorada y lo único que quería, era verlo feliz.

Entonces, ignorando el ardor en su rodilla y sus manos, gateó hasta el mayor y lo rodeó con los brazos, acunando su cabeza en el hueco de su cuello y acariciando su espalda con el dorso de su mano, para evitar manchar de sangre la prenda púrpura. Hyunjin sollozó de nuevo y la rodeó por la cintura, apretándola contra su cuerpo. El abrazo se sentía tan natural, como si sus cuerpos encajaran de una forma mágica, perfecta, como si de aquella forma estuviese escrito que debía ser. Los sollozos fueron cesando lentamente y se convirtieron en balbuceos bajos y rotos.

—Lo siento, lo siento, lo siento tanto —repetía Hyunjin una y otra vez, mientras la abrazaba con fuerza—. Lo siento, lo siento, lo siento —seguía diciendo. Sonaba como un mantra, uno cargado de dolor y sufrimiento. De forma muy lenta, se separó y la miró fijamente a los ojos. Llevó las palmas de sus manos a las mejillas de A-ri y sonrió con tristeza—. Conejita, de verdad lamento lo que acaba de pasar. Lamento haber desquitado mi rabia por Seungmin, contigo.

A-ri se forzó a sonreír. Se sentía débil, porque por una fracción de segundo, había creído que Hyunjin se estaba disculpando por absolutamente todo y no solo la estúpida escenita que se había armado entre ellos hacía tan solo un par de minutos atrás. Quiso reír amargamente, quiso llorar y, de nuevo, quiso golpearlo por ser tan idiota. A-ri solo quería que se disculpara. Pero, entonces pensaba en el abrazo que le había dado, la forma en que sus grandes brazos la habían rodeado y él había ocultado su rostro en su cuello, como si la quisiera así sea un poquito y, por masoquista que sonara, aquello le había bastado.

El estándar estaba en el inframundo, lo sabía, pero no podía evitarlo.

—Siéntate en aquella banca —señaló una banca debajo de un árbol que parecía un sauce llorón, pero no podía serlo porque no había ninguna fuente de agua cercana—. Iré por algo para tu rodilla.

A-ri se levantó sola y caminó hasta la banca, donde se sentó y observó a Hyunjin ir trotando a conseguirle algo para curarse. Cerró los ojos unos segundos y comenzó a recordar. La primera vez que lo vio en casa de Bangchan, lo lindo se sentía estar con él, todas sus citas y todas las cosas bonitas que habían vivido en esos tres meses que estuvieron juntos. Entonces, un nudo se formó en su garganta mientras comenzaba a recordar cuando las cosas se habían ido por el caño y, entonces, fue su turno de llorar. De nuevo, estaba llorando por Hyunjin. Cubrió su rostro con las manos, no le importó que le ardieran cuando caían las lágrimas y tampoco le importó que terminara con sangre en el rostro.

A-ri lloró sola, porque Hyunjin se había ido. A-ri siempre lloraba sola, porque Hyunjin siempre se iba.

—¿Seo A-ri? —pegó un saltó y sintió que el corazón casi se le sale. Su llanto se detuvo de golpe y miró al chico que estaba frente a ella—. Lo lamento, no quise asustarte.

A-ri le miró. Era un tanto alto y delgado. Tenía la piel muy, muy pálida y el cabello muy negro. Tenía cejas pobladas y resaltan por su piel y una peca cerca del puente de la nariz. Era bastante guapo y sonreía con amabilidad, se le hacía familiar.

—Soy Sunghoon.

—Hubiese sido mi compañero —hizo una mueca que pretendía ser una sonrisa—. Mucho gusto, Sunghoon oppa.

—¿Por qué asumes que soy mayor? —preguntó él de forma juguetona, soltando una risita ante la mueca asustada de A-ri—. En realidad, si lo soy. De hecho, he querido hablar contigo desde hace un tiempo —se sentó a su lado y la miró con entusiasmo—. Soy un gran fan de Dwaekki y de Wolfchan.

Ella le miró perpleja, no sabiendo muy bien qué hacer o qué decir.

—Te ves sorprendida.

—Lo estoy —balbuceó, aún con los ojos muy abiertos—. Nadie conoce la existencia de mis personajes. Discúlpeme, Sunghoon oppa, si estoy siendo descortés, es solo que... no, realmente no logro comprender cómo sabe de su existencia.

—Vamos, A-ri, ¿realmente mi rostro no se te hace familiar? —la pelinegra le miró con los ojos muy abiertos, como intentando reconocer el rostro del chico en alguna otra parte y aunque era cierto que se antojaba familiar, no podía decir exactamente de dónde. Sunghoon chasqueó la lengua—. ¿El área de dibujo del club de arte? Soy el compañero de Min-seo.

Los ojos de la menor se abrieron desmesuradamente mientras sus mejillas se teñían de un rojo intenso. Estaba más avergonzada de lo que podía imaginar, sintiendo como no era capaz de sostener la mirada, bajándola levemente y haciendo un puchero involuntario. ¿Y así pensaba ganarse la vacante?

—¿U-usted es él se-segundo al mano? —preguntó, levantando la mirada y acentuando su puchero.

Sunghoon sintió una necesidad casi insoportable de pellizcarle las mejillas por lo tierna que se veía de aquella manera, con el flequillo desordenado y su mejillas y naricita teñidas de rojo, pero simplemente se limitó a asentir y a sonreír.

—Min-seo me castraría si se entera de que estoy hablando contigo. Esa chica es realmente aterradora. Pero lo hago porque estoy realmente emocionado por la idea de tenerte en el área de dibujo —la menor parpadeó, de nuevo, completamente perpleja. ¿Qué estaba qué por tenerla en dónde?—. Naturalmente, espero que me dejes participar en futuras creaciones de Dwaekki y Wolfchan, si me permites, considero que deberías centrarte un poco en PuppyM y agregarlo al dúo dinámico...

—Disculpe, oppa —A-ri levantó ambas manos, deteniendo la verborrea del mayor—. No estoy entendiendo muy bien, ¿qué es lo que me quiere decir?

—Pues, aún falta hacerlo oficial ante los demás aplicantes y al área de pintura, pero era obvio que con tremendo portafolio entrarías. Tienes ideas interesantes. Según tus notas, planeas hacer 7 Skzoos, bueno, 4, sin contar a los otros 3 ¿cierto? —ella asintió, dudosa. En realidad eran 8, pero dudada se sí misma y de su autocontrol para someterse en la creación de uno en específico—. ¿Me dejarás participar?

El cuerpo de A-ri comenzó a temblar de forma incontrolable. Por unos segundos, olvidó que había estado peleando y llorando con y por Hyunjin (de nuevo) y la más grande y radiante sonrisa que podía ofrecer se plasmó en su rostro. Sentía que el cualquier momento sería capaz de saltar encima del chico frente a ella y abrazarle por la maravillosa noticia que traía consigo. ¿Realmente había logrado entrar al área de dibujo? Creía que sería capaz de gritar lo emocionada que se encontraba. Se encontró asintiendo con frenetismo antes de siquiera poder procesar las cosas a su alrededor.

—Se o juro, Sunghoon oppa, me ha dado la mejor noticia del día —ella sonrió sin ser capaz de evitarlo. Creería que podría llorar de nuevo, debido al alivio—. De verdad, de verdad muchas gracias.

—A-ri —ella le miró, aún radiante—. Puedes dejar los honoríficos. Tan solo soy un año mayor.

—Entiendo, disculpe... disculpa —se corrigió de inmediato, sonriendo de nuevo—. Eso significa que ¿somos amigos? —preguntó, un poco ilusionada. Realmente le vendría bien tener un amigo, sobre todo si resultaba ser cercano a Min-seo, la líder del área de dibujo.

—Obviamente, podemos ser amigos —el chico asintió, haciéndola sonreír—. Cambiando de tema, ¿puedo preguntar que haces aquí sola? ¿Y Hyunjin?

Pasó saliva con fuerza, luciendo incómoda. Hyunjin, lo había olvidado. Suspiró. —Me caí, fue a buscar algo con lo que curarme. Quizás se distrajo o simplemente lo olvidó.

Sunghoon asintió ante sus palabras. Pensó un poco y se dispuso a hablar, poniéndose de pie.

—Yo también debo buscar a mi compañero, ¿me acompañas?

A-ri no respondió, simplemente se puso de pie y siguió al chico mayor por donde Hyunjin se había ido. Caminaban en silencio, Sunghoon liderando la caminata unos pasos por delante y la pelinegra le seguía el paso con lentitud, sopesando la idea de que sus medías veladas se habían estropeado. Evitó chasquear la lengua para no atraer la atención se Sunghoon y evitar mencionar la prenda dañada. Avanzaron por uno de los caminos hechos de piedras que cruzaban del jardín lateral del bloque 3 hacia los jardines del bloque 4. Siguieron caminando un par de minutos más, hasta que Sunghoon se detuvo.

—Creo que lo encontramos —el pelinegro con cejas espesas señaló un punto.

A-ri desvió la mirada de Sunghoon hacia el lugar que señalaba con su pulgar y quiso, realmente, no haberlo hecho. Ahí, donde señalaba Sunghoon, una chica pelinegra se encontraba apoyada. Tenía una falda que parecía de uniforme, junto a una chaqueta de tweed de color amarillo. Su cabello negro caía a ambos lados de su rostro, luciendo inmaculadamente perfecto, mientras su sonrisa ladeada y coqueta iluminaba su bello rostro. Era Dal-mi, apoyada sobre un árbol del jardín, mirando fijamente a un chico mientras hablaban muy íntimamente. El chico tenía un hoodie púrpura y en las manos llevaba unas vendas, un tarrito de alcohol y unos cuantos banderines.

Sintió que su respiración se ahogaba en su garganta. Estaba tensa, herida y congelada en su lugar. Las piernas le pesaban y sentía que su cuerpo se había llenado de mil emociones que no sabía muy bien cómo controlar. No sabía que hacer, porque no podía evitar pensar en que se hubiese quedado como estúpida esperando con Hyunjin, sino fuese por Sunghoon que había ido a buscarla. Aclaró su garganta y se giró a su nuevo amigo, cambiando su expresión tensa por una sonrisa un tanto fingida, que el pelinegro no pudo notar.

—Al parecer Hwang está un poco ocupado y no sabemos cuanto nos demoremos en encontrar a su compañero... pero, ambos somos del mismo equipo y, en teoría, debíamos trabajar juntos.

Sunghoon sonrió con coquetería.

—¿Qué me estás proponiendo, Seo A-ri? —preguntó aún con ese tono coqueto. Sin embargo, su expresión denotaba que era un broma. La menor rió, sacudiendo la cabeza y bajando la mirada—. Si querías pasar más tiempo conmigo, simplemente debías decirlo.

—Claramente, eso es lo que sucede —ironizó la menor, en broma.

Sin poder evitarlo, Sunghoon soltó una carcajada profunda y sonora. A-ri trató de contenerse un poco, pero a los pocos minutos se encontró riendo con Sunghoon. Los dos chicos vestidos de púrpura, partieron de aquel lugar, con una reanimada y renovada búsqueda de banderines. Que, en realidad, resultó en vano, pues el grupo rojo ya había encontrado los 34 banderines para ese punto. Pero valió la pena, pues durante la búsqueda, tanto A-ri, como Sunghoon pudieron conocerse mucho mejor, dándose cuenta de que los dos estaban enamorados del dibujo y ansiaban poder trabajar juntos en el proyecto de A-ri y sus 7 (que, en realidad, debían ser 8) personajes propios.

A-ri se había divertido tantísimo, que había olvidado por completo a Hyunjin, su excompañero, quién había observado como Sunghoon partía de los jardines del bloque 4 acompañado de A-ri, quién debía haberlo estado esperando en la banca bajo el árbol que parecía un sauce llorón. Excompañero que sintió su estómago revolverse al ver aquella escena. ¿Por qué demonios A-ri no lo había esperado? No eran celos, de eso estaba seguro, porque en realidad no le importaba lo que hiciera con Sunghoon. Era más bien la incomodidad de saber que ella... no lo había esperado. 











a veces escribir a hyunjin me desespera hasta mi misma, lo JURO por dios JAJDJKSJKAJKAJKJSA a ver, por si no había quedado claro, los últimos tres capítulos suceden el mismo día, así que hyunjin explota de esa forma porque se le fueron acumulando las cosas

seungmin lleva raro con hyunjin muuuuucho tiempo, desde que ari le contó la vdd, sumado a eso, leer las letras de taylor le dolió a hyunjin de vdd, aparte de la pelea verbal con seungmin, por eso explota y llora, ya eso de que deje a ari esperando no es justificado y deberíamos quemarle el pelo idk solo digo. anyways, escribí esto a la 1 de la mañana un jueves xd xd xd, en la madrugada me pega la creatividad pero no la coherencia, me disculpo si no tiene sentido

con este cap, teminamos la colorvivencia de igual forma, se mencionará porque es un suceso de toda la saga jkdsjksdjkds espero haya disfrutado de este cap tan triste. hyunjin lloró y le perdoné todo, perdón soy débil, les quiero muchito <3

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