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XVII. SIN FINAL
capítulo diecisiete

LA DAMA ROJA estaba para servir. Y, siguiendo las órdenes de Zemo, empujó hacia un lado todo lo que cubría la puerta y la abrió de una patada. Sam Wilson, quien se había estado esforzando en abrir la puerta fue mandado por los aires ante la abrupta violencia de la Dama.

Tenía una misión e iba a cumplirla.

La Dama caminó por los pasillos con paso decidido. El contorno de sus ojos estaba manchado de negro y tenía sus navajas a mano. A Zemo le gustaba jugar.

La gente corría despavorida por todos lados. Oficiales de policía intentaron detenerla, pero ella tenía un objetivo y no le importaba lastimar o matar a quien se interpusiera.

No se detuvo hasta que lo vio. El objetivo estaba localizado y luchaba con el Natasha Romanoff.

La Dama corrió hacia ellos y de una patada, tiró a Romanoff al suelo y fue directo a su objetivo. Pero antes de poder tocarlo, la pelirroja se lanzó sobre ella, ahorcándola con las piernas.

Intentándose zafar, se inclinó hacia adelante y debilitando a la agente por la gravedad, giró sobre su cabeza hasta separarse.

Su objetivo fue por Natasha, llegando a estrangularla sobre una mesa. Antes de que la falta de aire la dejara inconsciente, T'Challa empujó al objetivo, comenzando un pelea física con él.

Pero la Dama no lo iba a permitir. Ese era su objetivo.

El Soldado del Invierno era su objetivo.

Así que fue hacía T'Challa, deteniendo de que aniquilarla al Soldado. Pero este también quería terminar su misión y vengar a su padre, lo que la concernía a la Dama también.

Ella lo peleó, pero su objetivo se escapaba. T'Challa no parecía rendirse y no lo haría hasta vengar a su padre y poder evitar que los soldados de HYDRA siguieran hiriendo a otros.

El Soldado del Invierno, con otra misión, subió las escaleras. Se estaba escapando.

La Dama, gruñó y empujó a T'Challa con todas su fuerzas. Entre esos segundos de distancia, aprovecha para agarrar mesas y sillas y empujarlas hacia él para bloquear su camino. Así ganó unos pocos segundos para poder correr detrás del Soldado.

Pero el ahora Rey de Wakanda era rápido y se las arregló para caer en las escaleras, frente a ellos. Continúo su pelea con el Soldado, tirándolo escaleras abajo. La Dama se interpuso, con las navajas en la mano no logró más que unos pocos rasguños. Hasta que T'Challa la empujó hacia atrás, haciéndola chocar contra el Soldado, tirándolos del barandal de las escaleras.

Fue muy lento, cuando bajo a buscarlos, ambos Soldado y Dama ya no estaban.

Ella lo persiguió. Este no se dio cuenta del objetivo de su compañera hasta que ella lo apuñalo en el hombro derecho.

—¿Qué estas...?

—Eres mi misión.

La Dama desenterró la navaja y fue por otra puñalada pero el Soldado le agarró el brazo en el aire, torciéndolo hasta que el arma cayó al suelo. Él la pateó lejos.

—Tenemos que irnos.

Pero la Dama lo ignoró, golpeándole la rodilla. Tomándolo desprevenido, se dobló hacia el suelo. Antes de que el segundo golpe llegara, el Soldado giró quedando detrás de ella. Le tomó las muñecas como si quisiera esposarla. La Dama levantó los brazos y le pegó en la barbilla.

Zafándose intentó volver a golpear.

En el fondo de su mente, en un lugar muy escondido, había algo que le decía que se detuviera. Esto no estaba bien. Nunca fue así. Ni siquiera como la Dama. Ir en contra de su compañero nunca fue una misión. Podía detenerlo pero nunca tuvo que matarlo.

Su misión siempre fue protegerse. Dos es mejor que uno.

Pero le asignaron una misión. Y ella debía cumplirla.

Así que fue por el golpe. Pero otro golpe llegó primero.

El Soldado agarró el cuerpo inconsciente de su compañera y lo cargó en sus hombros.

Llegó hasta la terraza, donde un helicóptero se estacionaba. El Soldado abrió la puerta de este, metió a la Dama adentro, cuidando de lo golpearle la cabeza con el techo y la aseguró en el asiento.

Steve Rogers intentó detener el helicóptero ya en despegue. Este término por averiarse cuando el Soldado intentó chocar contra Rogers.

Una vez más, los tres cayeron al agua.

Esta vez fue Steve quien los salvó.


El dolor de cabeza retumbaba junto a un molesto pitido. Sentía que todo daba vueltas y la luz era muy fuerte como para abrir los ojos, pero hizo el intento.

Cuando su visión se acostumbró a la luz, dio un vistazo al lugar. Era un asco. Estaba húmedo por todos lados, lleno de aparatos oxidado y el olor era terrible.

Girando un poco la cabeza lo vio. Bucky esta sentado junto a una máquina vieja, en la cual habían atrapado su brazo de metal.

Louise intentó moverse hacia él pero estaba atada a un tubo. La desesperación le subió a la cabeza, preocupada.

—¿Bucky? —dijo, intentando alargar las piernas para moverlo, en busca de señales de vida—. ¡Bucky!

Su pie llegó hasta la caja en la que Bucky se sentaba, así que la pateó. El movimiento hizo que Bucky empezara a despertar.

—Steve —una voz dijo a lo lejos y dos hombres aparecieron. Steve Rogers y Sam Wilson.

—¿Lou? —Bucky murmuró todavía recuperando la consciencia.

—Bucky —respondió Louise.

—¿Con quienes estoy hablando? —pregunto Steve antes de que alguien pueda decir algo más—. ¿Bucky y Louise o el Soldado y la Dama?

Bucky se tomó unos segundos mientras se enderezaba.

—Tu mamá se llamaba Sarah —dijo, pensando. Una sonrisa cruzó su rostro—. Solías llevar periódicos en los zapatos.

—No puedes leer eso en un museo —Steve sonrió.

—¿Solo con eso esta todo bien? —Sam Wilson dijo y dirigió la mirada a la chica—. Tú.

Pero Louise no lo miró a él. Miró a Steve.

—Destrozaste mi casa —la voz le raspaba la garganta.

—No, ellos querían...

—No —interrumpió Louise—. Tu destrozaste mi casa.

—Ese lugar era una pocilga —Wilson dijo.

—No te pongas muy cómodo, porque no está todo bien —Louise hizo referencia a lo que él había dicho anteriormente.

—Ves, Steve —se quejó el hombre.

—Louise —interrumpió Bucky, pero ella no quitaba la mirada de los dos hombres parados frente a ella.

Se sentía amenazada e insegura. Vulnerable porque sabía que había hecho cuando estaba la Dama Roja activa. Una ola de desagrado y odio hacia sí misma le cruzaba el cuerpo, y el hecho de que siguiera atada no la hacía sentir más segura.

Bucky giró la cabeza lo más que pudo, se quedó en silencio unos segundos al ver el maquillaje debajo de los ojos de su compañera. No quería decirle porque sabía que se sentiría mal. Pensó en su mirada de dolor cuando le contó que, al verse en el espejo, solía ver su rostro manchado de negro. Sabía lo mucho que le afectaba y que ahora no era su imaginación, era real.

El odio que Bucky sentía por el hombre que hizo todo esto creció aún más.

Lou —al escuchar la voz de Bucky devuelta, la chica alejó los ojos de Sam hacia Bucky. Relajándose un poco ante sus ojos celestes—. ¿Te dejé inconsciente? —preguntó cuando, al ver el rastro de sangre en la frente de Louise, se le atravesó un vago recuerdo.

—Sí —respondió Steve.

—Bueno, te la debía de todas formas —dijo con pequeña sonrisa recordando el día que le dio las uvas.

Pero Bucky parecía más preocupado que entretenido.

—Perdón.

Louise negó con la cabeza. No tenia que disculparse. Había hecho lo correcto.

—¿Qué hicimos?

—Bastante.

—Sabía que esto volvería a pasar —Bucky se lamentó.

—¿Volvería? —Wilson preguntó, preocupado. Pero lo ignoraron.

—Está vez fue provocado —dijo Louise intentado que Bucky se sienta menos culpable, cuando para ella misma no había palabra alguna que le saque la culpa.

—No importa, pasó de todas formas.

—Buck...

—No, Lou, te golpe hasta desmayarte. Podría... podría haberte... —pero el miedo a sus propias palabras, el miedo a que estas se volvieran realidad, no le permitieron terminar.

Louise se sentía exactamente igual. Desde que escaparon de HYDRA vivían con el miedo constante a lastimar a al otro. Por más que se intentarán reconfortar con palabras, ambos sabían que era posible.

—Mi misión era matarte —Louise murmuró avergonzada.

—¿Porqué querría que lo mataras? —preguntó Wilson.

—Quería un poco de diversión —dijo la chica, recordando la cara de Zemo, cuan divertido estaba por activar a la Dama y causar un desastre.

Bucky apretó la mandíbula, cerrando los puños con fuerza. Quería correr hacia Louise y sacarle la pintura de los ojos, como si eso la hiciera sentirse  inmediatamente bien. Necesitaba sacársela, pero no quería que ella lo supiera.

—Todo lo que HYDRA nos metió en la cabeza sigue ahí. Lo único que tuvo que hacer fue decir unas malditas palabras.

—¿Quién era? —preguntó Steve.

—No lo sé.

—Murió gente —antes las palabras del rubio, Louise cerró los ojos con fuerza—. La bomba, el engaño. El doctor hizo todo eso solo para conseguir diez minutos con ustedes. Necesito que me respondan algo mejor que "no lo sé".

Louise dijo todo lo que sabía. Sin mucho detalle pero lo dijo. Zemo quería divertirse con su sufrimiento, por eso le contó sobre su padre, le arruinó la imagen que ella tenía de él. Y, para terminar con la cereza del pastel, quería que matara a Bucky.

Bucky pensó por unos segundos.

—Quería saber sobre Siberia. Dónde estábamos. Quería saber exactamente donde.

—¿Para qué querría saber eso?

—Porque no somos los únicos experimentos que funcionaron.


HOLA! ACÁ UN CAPÍTULO UN POCO MÁS LARGO...

Perdón por no haber estado publicando últimamente, pero me había tomando un descanso para empezar con otro fics (vayan a leerlos 😉). Pero bueno, tendría que haber publicado el jueves pero no llegue a terminarlo.

También perdón que no haya gif en este capítulo, pero la computadora me anda mal y no pude hacerlo.

( ‼️ ) Por favor comenten y voten, es la única manera en la que puedo saber si les gusta o no y sus opiniones sobre el capítulo. Esto me ayuda a escribir mejor y seguir publicando.

ESPERO QUE HAYAN DISFRUTADO!
xoxo cassie 💌

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