🌼Todavía recuerdo el tres de diciembre, yo con tu sueter
Dijiste que se ve mejor en mí que en ti
Solo si tú supieras, cuánto me gustas.

Éramos tan solo unos niños, salía de mi casa feliz por verte a ti y tu hermosa familia, ver tan solo tu sonrisa, divisar cada lunar pequeño de tu bello rostro, mi madre siempre sonreía al ver que tú y yo, nos queríamos lástima que ella pensara que yo te guste.

¿Alguna vez lo hiciste?, ¿Alguna vez te gusté?

El 3 de diciembre te busqué en tu cuarto para salir a jugar en los columpios para ser sinceros ese lugar siempre fue mi favorito, amaba ver tus ojos marrones brillar de alegría al sentir el aire en tu cara, tu cabello castaño despeinarse en aquella fresca brisa mientras tú y yo hacíamos carreras por ver quien llegaba más alto y en ese instante me prometiste.

–Kookie, te prometo jamás alejarme de ti, te quiero– Si tan solo supieras que en tan pocas palabras me sonrojaste y solo asenti feliz, pensé que te gustaba.

El viento soplaba con demasiada fuerza haciendo que los brazos del pequeño y lindo Jeon jungkook se estremecieron del frío y aquella brisa tan tosca.
Jungkook recordó haber dejado su suéter de Lana color rojo en su casa, se le había olvidado por apresurarse a llegar puntual a la casa de su mejor amigo.
Taehyung al ver a su mejor amigo en apuros, sus lindos ojitos y mejillas se pensaban al ver la brisa, no perdió tiempo y se sacó su suéter color amarillo fuerte, Taehyung llevaba 2 años mayor al pequeño de 6 años Jungkook, alzó los bracitos de kook y colocó delicadamente el suéter, dejando que la camiseta coral de Jungkook se saliera un poco de su brazo dando a la vista sus pequeñas clavículas.

Taehyung podía jurar que el destino le daba un gran regalo, Jungkook tinto sus mejillas en un tono rosa carmín, un mohín se hizo presente en sus labios finos un poco resecos por el frío.

–Kookie, vamos debes volver a casa, yo te llevo conejito– Jungkook alzo su vista hacia el mayor dando a entender un "Si", su corazón latía con mucha fuerza.

–Ese suéter es mi favorito Kookie, me lo devuelves cuando lo desees, eh incluso-...-Se acercó a su oído para susurrar dulcemente-...-Te queda mejor a ti que a mí, te ves tierno.

–Tae... para, no es divertido–El pequeño miro hacia otro lado mientras caminaba tranquilamente, apreciando cada centímetro de la dulzura en su mejor amigo.

Su madre los había recibido enérgica, dándoles unas paletas de chocolate en forma de corazón, Taehyung se despidió de Jungkook con un beso en su mejilla, dejando miles de ilusiones en la cabecita castaña de su mejor amigo.

–Te presta hasta su ropa, hijo mío confirma la boda –Las locas ideas de su madre lo bajaron del mundo Taehyung, para caer en cuenta que tenía ese suéter bonito y especial de Taehyung, quizás era una señal de que tal vez, tan solo... por un poquito Tae no lo viera solamente como un amigo.

Wheiin tomo en brazos a su hijo, para dejarlo en su habitación , decorada con Figuras de iron man y los dibujos característicos de él, su bebé desde temprana edad comenzó a pintar destacando en esa área mucho más que en las anteriores.

Acaricio la cabecita de su pequeño hijo, Wheiin ya sabía de la sexualidad de su hijo, no era tonta, se había dado cuenta desde que Jungkook se sonrojó por ver a Taehyung despeinado, no estaba decepcionada de su hijo.

Lo ama, y eso no tiene nada que ver con su sexualidad, Jungkook podía gustarle hasta una roca ella lo aceptaría es su hijo lo ama más que a nada en el mundo, no dejaría que unos estúpidos estereotipos rompieran su relación con su bebé.

Su padre tampoco se oponía ante la sexualidad de su hijo, de hecho su sobrino también era gay, amaba a su familia eso bastaba para aceptar a su pequeño hijo conejito tal y como era.

Jungkook sonreía feliz la sudadera amarilla le quedaba muy linda y no olvidaba el aroma que estaba plasmado desde hace días, de su mejor amigo y amor platónico Taehyung.
Ya era costumbre que cada 3 de diciembre Taehyung arropara con aquel suéter amarillo a su pequeño mejor amigo con apariencia de conejito su amistad con el castaño era sincera, Oh Taehyung si supieras que con cada una de tus acciones matas aquel corazón que juraste jamás destruir.

Tenías 10 años yo 8, me preguntaste si ya había dado mi primer beso, solo te lo negué y me sonroje, esperaba verte desinteresado y soltar aquellas palabras que me dejaron sin aliento.

"¿Puedo ser tu primer beso?"

Sonreíste divertido ante mi expresión debí ser un poema en ese instante, un poema el cual jamás supiste leer, ese mismo 3 de diciembre, me dejaste sin aliento, me besaste tan fugazmente y dulcemente que no pude evitar agachar mi cabeza con mi respiración entrecortada, tus labios sabían a cereza tu tacto me dejo helado, tu sonrisa coqueta me confundió más y dio otro vuelco de emociones a mi tan frágil y pequeño corazón.

Siempre pensé que seríamos felices los dos.

Algo así como las margaritas y los rayos del sol, necesitándose unas a las otras, tú jamás me necesitaste, nunca lo hiciste o al menos eso me lo comprobaste, para ese entonces me tenías a tus pies.

"Te extrañé,  cada segundo en mi cerebro tu imagen se reproducía ahy pude entender que al fin me enamoré."🌼

Primer capítulo,  me hizo chillar jajajaja  y pos me alegra ya no tener tantas historias  en borrador pero cada segundo una nueva historia se transmitía en mi cabeza tons probablemente siga con las historias aunque nadie las lea, espero les guste dejen su estrellita chau🌼.