𝘤𝘩𝘢𝘱𝘵𝘦𝘳 𝘰𝘯𝘦
❝la jaula de oro

Dicen que soy afortunada. Que debería estar agradecida por todo lo que tengo, por la vida que llevo. Si miras desde fuera, parece que lo tengo todo. Vivo en una mansión enorme, con habitaciones que jamás uso, rodeada de lujos y comodidades que a la mayoría de las personas les gustaría tener. Mi abuelo siempre me recuerda que soy "una chica con suerte". Según él, me he salvado del desastre en el que se convirtió mi vida después de la muerte de mi padre. Me asegura que estoy a salvo, que nunca me faltará nada, y que debo sentirme agradecida. Pero la verdad es que nada de esto me importa. No lo quiero. Porque lo que realmente necesito, lo que realmente deseo, no puede ser comprado con dinero.

Me falta lo más importante:
              una familia.    
Mi padre murió cuando yo era una niña, y mi madre... bueno, mi madre desapareció en el fondo de una botella después de eso. No me malinterpretes, sigue aquí, viva. Pero no de la forma en que solía estar. Está atrapada en una realidad que no entiendo, en un mundo que no compartimos. Y Ethan... él es mi hermano, pero a veces parece un extraño. Después de todo lo que pasó, él cambió. Se volvió frío, distante, como si una parte de él hubiera desaparecido junto con papá.

Vivir con mi abuelo es como estar atrapada en una jaula dorada. Él cree que dándonos todo lo material es suficiente para que estemos bien. Nos llena de reglas, de responsabilidades que no pedí. Está convencido de que con suficiente disciplina, podremos superar cualquier cosa. Pero no puede reemplazar a papá, ni llenar el vacío que dejó su muerte. Y no puede salvarnos de todo lo que hemos vivido, de los recuerdos que me acechan cada noche cuando cierro los ojos.

El único lugar donde me siento un poco libre es cuando estoy con los Pogues. Ellos son mi verdadera familia. John B, JJ, Kiara y Pope. Con ellos, me siento viva. Me río, corro, y por unas pocas horas, olvido el dolor. Olvido las sombras que cubren mi casa, la rigidez de mi abuelo y la distancia que Ethan ha puesto entre nosotros. Pero claro, mi abuelo no los aprueba. Cree que no debería juntarme con ellos, que son "malas influencias". No le importa que con ellos sea donde realmente me siento bien. Así que tengo que escaparme cada vez que quiero verlos. Ya me he conventido en toda una experta ,aunque sea por unas horas, puedo ser yo.

Una vez, mi abuelo me confrontó cuando volví a casa después de escaparme para ver a JJ y los demás. Era tarde, y no tuve cuidado al entrar. Me esperaba en la sala, su rostro severo, el ceño fruncido, como si llevara horas pensando en cómo castigarme.

—Leila, ¿qué crees que estás haciendo? —me preguntó, con esa voz que utilizaba para imponer autoridad.

—Solo salí a dar una vuelta 0—mentí, sabiendo que no iba a creérmelo.

—Sabes perfectamente lo que pienso de esos chicos. No son buena compañía para ti. Quiero lo mejor para ti, pero necesitas seguir las reglas si vas a vivir bajo mi techo —su tono era duro, inquebrantable.

—Ellos son mis amigos, abuelo —dije, cruzándome de brazos—. No puedes controlarlo todo. No puedes encerrarme aquí y esperar que me quede sentada, mirando cómo pasa la vida.

—No los necesito a ellos para controlarte, Leila. Lo hago porque te quiero. No quiero que acabes como tu madre —sus palabras fueron como un golpe en el estómago, y antes de que pudiera decir nada más, se dio la vuelta y me dejó sola en la sala.

No soy como mi madre. No voy a perderme en una botella. Pero cada vez que me escapo, siento que me estoy alejando de algo. De él, de esta casa, de los recuerdos que me atan aquí.

Tenía siete años cuando todo cambió. A esa edad, las cosas no deberían ser tan complicadas. Los recuerdos de esa noche son como piezas de un rompecabezas que no logro encajar. Recuerdo estar jugando en el jardín, cuando las luces rojas y azules comenzaron a llenar el cielo. Me quedé paralizada, observando cómo la casa que conocía tan bien se volvía una escena de caos.

Mi madre salió corriendo. Estaba gritando algo, pero no podía entenderla. Solo recuerdo su voz, quebrada, como si algo dentro de ella se hubiera roto para siempre. Ethan, que ya era un niño más grande, más consciente de lo que estaba pasando, me agarró del brazo y me llevó dentro, aunque yo no quería moverme. Quería saber qué estaba pasando. Quería correr hacia papá.

Entonces vi a los policías. Uno de ellos se acercó a mi madre, mientras otro hablaba con mi abuelo, que acababa de llegar. Mi madre lloraba, gritaba cosas que no entendía, mientras el mundo a mi alrededor se desenfocaba. —¿Dónde está papá?– pregunté. Nadie me respondía. Ni siquiera Ethan, que intentaba parecer fuerte, pero sus manos temblaban al apretar las mías.

Y luego lo supe.

Mi padre no iba a volver. Lo habían matado. Al principio no lo entendía. Los adultos evitaban hablar conmigo, como si fuese demasiado pequeña para enfrentar la verdad. Pero lo supe. Lo sentí en la forma en que mi madre dejó de hablar, en la mirada vacía de Ethan y en cómo el mundo, de repente, parecía mucho más frío.

El juicio de custodia fue una pesadilla que siguió a la tragedia. Mi madre no estaba en condiciones de cuidarnos. Nunca lo había estado. El alcohol se había apoderado de ella mucho antes de que la muerte de papá la terminara de hundir. Mi abuelo fue quien tomó el control de todo, asegurándose de que Ethan y yo fuéramos criados "correctamente". El juicio fue breve, pero tenso. Mi madre luchó, pero al final, no pudo. Nos quedamos con el abuelo, mientras ella desaparecía de nuestras vidas, poco a poco.

Recuerdo el día que nos dijeron que nos mudaríamos a la casa de mi abuelo. La casa donde ahora vivo. Para los demás, podría haber sido un sueño hecho realidad: una casa enorme, rodeada de jardines cuidados, habitaciones más grandes de lo que cualquier persona necesitaría. Pero para mí, esa casa fue el recordatorio constante de todo lo que habíamos perdido. Cada rincón me recordaba que estábamos allí porque ya no teníamos padres. Porque la vida que habíamos conocido había terminado.

──ꗃ mili's notes

POR FIN!!! No aguantaba más para publicar el primer capítulo,i know,i know es cortito pero es más que nada para introducir.

✶ pido disculpas por las faltas                      de ortografía.