PROLOGUE

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La música retumba sobre los oídos de Altair Parker, su cuerpo se movía al compás de la música.

Sus compañeras de carrera al igual que su mejor amigo de toda la vida: Christian Steele y su prima Meissa Parker estaban en la discoteca.

Era viernes por la noche, y bajo la influencia de Christian fueron arrastradas hasta aquel bar de mal a muerte según sus propias palabras, pero ahora en medio de la pista se le olvidaba por completo las palabras que había dicho mientras estaban en la fila.

Christian caminó hasta Altair enganchándose a su cuello.

— Creo que alguien se está divirtiendo — susurro Christian.

Altair se giró a mirarlo colgándose de su cuello.

No malinterpreten su amistad, Christian era abiertamente gay y Altair lo adoraba por completo, eran casi como hermanos. Desde que la hermana de Christian se mudó con su nuevo esposo, el chico pasaba tiempo en casa de la peonas Parker la mayor parte de la semana.

Altair abrió su boca, pero fue interrumpida por un empujón de una chica.

— Puedes fijarte por donde caminas.

La chica miró a Altair barriéndola con la mirada, siguió su camino estando del brazo de aquel hombre de traje que se dirigió hacia la segunda planta del establecimiento, la zona privada.

Altair rodó sus ojos, odiaba cuando las chicas la miraban así, como si el estatus social fuera lo único que les importara.

Christian al ver el rostro de Altair intentó distraerla.

— Oye, ¿No vas a bailar conmigo? — preguntó Christian.

Altair cambió su rostro al ver a Christian con su mano extendida hacia ella. Los dos siguieron bailando al ritmo de la música, incluso el pelinegro la hacía dar vueltas causando la risa en ambos.

— Iré por algo de tomar — dijo Altair a gritos debido a la música.

— Buscaré a Meissa — dijo Christian.

Los dos tomaron caminos diferentes, mientras Altair se acercaba a la barra de tragos para pedir un ponche con whisky, una mezcla extraña, pero que a ella le gustaba.

— Un Whisky con ponche, por favor — pidió al barman.

El chico fue por su pedido, Altair se sentía extraña como si alguien estuviera observando, busco entre la gente hasta dar con cierta persona que ella prefería evitar.

— Altair — dijo Trent Fisher, el ex novio de Altair.

— Trent — dijo Altair de mala gana, prefería tener su Whisky a la mano para aguantar a su inesperada compañía.

— Estaba pensando — dijo Trent acercándose a Altair. — Hace tanto que no nos veíamos...

— Desde que terminamos exactamente.

El barman le entregó el trago a Altair, antes de que se fuera le pidió otro, lo necesitaba para tener que aguantar a su ex.

— Sigo enamorado de ti, Altair...

Altair río sin gracia, una risa cargada de sarcasmo y odio. Escuchar a Trent decirle aquello le parecía una burla contando su historia de amor y él como terminó.

— Te recuerdo que fuiste tú quien me engañó en la despedida de soltero de uno de sus amigos — recordó Altair mirándolo con ganas de lanzarle el whisky en la cabeza.— Y al día siguiente intentaste proponerme matrimonio cuando te mostré las pruebas.

— Fue solo un desliz — dijo Trent intentando tocar la mano de la castaña. — Un error, no significó nada.

— No quiero ser la otra — lo corto Altair moviendo su mano para que no la tocara. — Y no me toques.

Altair estaba por marcharse dejando a Trent en la barra e irse en búsqueda de Meissa o Christian el que apareciera primero, pero Trent la tomó del brazo haciendo fuerza para evitar que se marchara.

— ¡Suéltame!

— Dije que necesitamos hablar — gruño Trent. — Vas a escucharme, Altair.

— La señorita ha pedido que la sueltes.

Altair escuchó una voz a sus espaldas, a pesar de conocer la voz gruesa que Christian solía hacer supo que no era él, se giró para ver se quien se trataba encontrando al hombre de traje que había pasado junto a aquella chica que la barrió.

— No te metas — le dijo Trent al pelinegro de traje.

— Amigo, ella ha dicho que la sueltes...

— Y tú no te metas donde no te hablan — dijo Trent.

El chico estaba dispuesto a golpear al de traje, pero el hombre de traje negro y cabezo pelinegro detuvo el golpe para regresarle el puñetazo en la cara de Trent causando un hilo de sangre en la nariz de este.

Trent intentó regresarle el golpe, pero los guardias de seguridad del pelinegro lo tomaron d ellos brazos escoltado a la salida de la discoteca, prohibiéndole la entrada permanente.

— ¿Estás bien? — preguntó el pelinegro mirando a Altair, intentando inspeccionar si tenía algún rasguño.

Altair detalló sus ojos, eran de un grisáceo que te hacía perderte en ellos en búsqueda de la galaxia infinita.

— Estoy bien — dice Altair.

— Creo que necesitas tomar algo de aire, todo el bochorno de esta situación te debió haber dejado algo abochornada.

— ¡Altair!

La voz de Christian la trajo a la realidad, el chico se acercaba a ella con Meissa siguiéndole de espaldas, los dos al ver el alboroto que se formó y como sacaban a Trent supusieron que Altair estaba allí y no se equivocaron.

— ¿Estás bien? — preguntaron su prima y Christian al mismo tiempo.

— Estoy bien.

Altair notó como el hombre de traje se había marchado para volver a su lugar, donde estaba otro hombre rodeado de mujeres, había una en especial que estaba de brazos cruzados y miraba a Altair como si quisiera golpearla.

Las primas Parker y Christian salieron del lugar sin mirar detrás suyo, dejando la galaxia de ojos grises mirando a otra chica.

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