ELEVEN. ミ carrefour

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Antonella.

Yo no sabía si era por la hora o qué, pero no había tanta gente en el supermercado como esa vez que vinimos con Melina, había tanta que muchas veces paramos porque a ella le pedían fotos. Ahora había gente, pero no la misma cantidad, creo que era la cantidad de un supermercado común a estas horas.

Enzo y yo vinimos caminando, no eran muchas cuadras pero al ir hablando y jodiendo se hizo súper rápido el camino. Al llegar yo fui a dejar mi mochila y agarré un carrito para entrar a los pasillos con Enzo detrás que justo acababa de dejar su celular en el bolsillo. Me giré a él y le di una sonrisa cuando me miró con atención.

─ ¿Que estuviste haciendo hoy? ─ le seguí tratando de sacar conversación y busqué unas masitas en las góndolas.

─ Tuve entrenamiento toda la mañana y a la tarde nos pusimos a jugar al truco con los chicos.

─ Que bien, me encanta el truco, ¿vos jugas? ─ él sonrió y negó un poco con la cabeza haciendo que pare de caminar ─ Qué.

─ Tipo juego, pero no es algo que hago. Me gusta más el uno ─ menee la cabeza mientras él se ponía a la par mia entrando a otro pasillo.

Me quedé parada entre medio de las bebidas y me puse a decidir entre Coca-Cola o Sprite, tuve un debate muy difícil conmigo misma hasta que agarré la Sprite. Estos días estuve tomando mucha Coca-Cola así que tuve que cambiar un poco antes de que me agarre una ataque al hígado o no sé.

─ Después hasta hace un rato estuve con Paulo ─ dijo y lo miré mientras empujaba el carrito otra vez.

─ ¿Si? ¿Y viste a Meli?

Él hizo una mueca que trató de disimular pero yo vi bastante bien, haciendo que levante una ceja.

─ ¿Que pasó? ─ lo miré con los ojos entrecerrados.

Si pasaba algo con Melina quería saberlo, de todas formas ella era mí amiga. Enzo rió nerviosamente y eso que hace como un mes lo conozco me di cuenta al toque.

─ Nada, Melina estuvo con el padre viendo jugadas y armando el equipo para el próximo partido ─ se encogió de hombros volviendo a su seguridad ─ Y me quedé con Paulo haciéndole compañía, además necesitaba unos consejos.

Le di la espalda justo cuando terminó de hablar o básicamente se quedó callado al toque y frunci el ceño agarrando un paquete de pan. Me volví a él y lo miré fijamente, no me gustaba éste comportamiento cómo si me estuviera escondiendo algo y eso que yo era media loca con estas cosas y hasta perseguida, pero lo podía oler.

─ ¿Que consejos? ─ él no respondió y cuando supe que no lo iba a hacer opté por la respuesta que seguro me daba o seguro era porque quizás estaba pensando cualquier cosa ─ ¿De fútbol y esas cosas?

─ Claaaro ─ dijo y se giró agarrando una caja de frutillas ─ Ponela en el carrito, te las regalo.

Lo seguí mirando con los ojos entrecerrados y dejé que se acercará hasta mi tirando la caja en el carrito a mi lado y cuando se separó y fijo su atención otra vez en mi volví a mi mirada natural sonriendole.

─ Gracias Enzito ─ le di un beso en el cachete y volví a agarrar el carrito para salir de ese pasillo y seguir recorriendo.

Había agarrado bastantes cosas y quizás podía hacer algo con todo. Pero igualmente seguimos recorriendo el súper viendo todas las cosas, me sorprendió no ver tantas cosas provenientes de acá en Catar pero quizás al ver que siempre tenían turistas tenían cosas que mayormente todos consumíamos. Nos dirigimos a la sección de cajas pero pasamos por el pasillo donde estaban los perfumes y todas esas cosas, por lo que me quedé oliendo todo y viendo las cremas.

─ ¿Sabes si Melina anda en algo con alguien? ─ casi se me cae la crema cuando escuché a Enzo a mí lado y lo miré confundida.

─ ¿Que?

─ No, digo, cómo casi nunca me cuenta nada. Paulo me contó que estaba saliendo mucho con Nicola, el amigo de él ─ me quedé callada sin saber qué decir y los dos hicimos una mueca por cosas distintas ─ No es por nada, solo curiosidad. Melina nunca cuenta nada.

─ Si, no sé. Yo tampoco sé mucho de su vida amorosa ─ lo miré fijamente dándole a entender que si él sabía menos por algo será ─ Capaz si salen, pero lo dudo ahora porque hace unos días él se volvió a su país.

─ ¿Y Fede?

─ Ah bueno, de ese sé menos ─ me encogi de hombros ─ Son amigos hace bastante pero según ella hasta ahí, no lo quiere para algo más y dudo que él también.

Ay por favor, ¿por qué me ponía a hablar como si supiera? Enzo me saca los chismosa.

Él murmuró en afirmación y asintió, por lo cual lo volví a mirar mientras veía que sacaba su celular otra vez.

─ ¿Pero por qué me preguntas a mi? Estuviste todo el día con Paulo, él sabe más seguro ─ volví mí atención a los perfumes y dejé uno que me había re gustado, ya la próxima lo compro porque estaba llevando muchas cosas.

─ Bueno, él sabe menos y por eso me preguntó ─ me quedé pensando y mientras me giraba para volver a agarrar el carrito lo miré ─ No es cómo si planeara meterse o algo.

Volví a mirarlo confundida cuando rió nerviosamente y antes de llegar a la caja lo miré mal.

─ Enzo, mentís horrible.

Los siguientes minutos mientras pagaba mi compra lo ignoré y cuando comenzamos a salir del supermercado me puse a pensar palabra por palabra que dijo él, porque era bastante fácil sacarle algo si ponías atención. Primero me llamó la atención lo de Paulo preguntando todo eso cuando era más cercano que yo a Melina y no podía ser que yo supiera más que él. ¿Y lo último que dijo Enzo? Saqué mí cara de disgusto ya dejando de pensar de más.

¿Además Paulo no tenía novia? Ay no que horror si era lo que estaba pensando.

─ ¿No gastaste mucho? ─ preguntó otra vez Enzo a mi lado y le presté atención llevando una de las dos bolsas que llevábamos de la compra.

─ No, era todo lo necesario. Otro día vengo para las boludeces ─ reí.

Cuando llegamos al hotel él llamó al ascensor mientras yo buscaba la tarjeta en mi mochila. Cuando entramos al ascensor dejé la bolsa en el piso y putee mientras abría la mochila y por fin sacaba la tarjeta. Enzo miró la hora en su celular y chisto justo cuando el ascensor llegaba a mi piso.

─ Julián ya se re durmió seguro.

─ ¿Dormís con él, no? ─ él asintió y salimos del ascensor ─ ¿Que no baja a comer?

─ Se ve que hoy no. ¿Vos por qué no vas? Digo, cómo sos parte del equipo y todo eso tenés un lugar en las mesas.

─ Ni idea, prefiero comer acá en la habitación ─ me encogi de hombros dejando la bolsa en el piso y pasé la tarjeta por la puerta para abrirla ─ Además porque me gusta usar la mini cocina que tengo.

Él entró a mi habitación y vió dónde le señalé hasta la cocina y sonrió, pasándose las manos por el short después de dejar la bolsa al lado de la puerta.

─ ¿Tenés comida para uno más?

Me le quedé mirando con la boca entreabierta y solo asenti rápidamente antes de sonreír. Me acerqué a su lado para agarrar la bolsa que había dejado, que era lo que tenía lo que compré para comer ahora. Me separé de la bolsa y pensé que primero iba a prender la cocina por lo cual me moví de ahí, pero Enzo me detuvo agarrándome del brazo y levanté la cabeza para mirarlo.

No tuve tiempo de preguntar qué pasaba que se acercó a mi y me dió un beso brusco sujetando mi nuca. Y cuando se separó quedó unos mini centímetros de mi boca, me quedé con los ojos cerrados y pude sentir su sonrisa contra mi boca haciéndome sonreír también. Así que lo agarré de los cachetes y lo volví a acercar a mi para besarlo. Él me beso con más fuerza y bajó una mano a mi cintura para apretarla un poco mientras la mano en mi nuca bajaba y se ponía en mí cuello, apretando un poco.

Enzo se separó y abrí los ojos un poco con el ceño fruncido.

─ ¿La comida puede esperar? ─ me preguntó mirándome fijamente y yo entre cerré un ojo.

─ Puede esperar.

Volví a acercar mí boca contra la de él con fuerza y dejó que me suba sobre él para enrrollar mis piernas al rededor de su torso, sosteniendo éstas fue despacio y a ciegas hasta la cama para dejarme ahí con él encima sin dejar de besarme. El beso me daba a entender que era demasiado necesitado y la última vez que lo hizo fue la primera vez que nos besamos, pero creo que ya habíamos avanzado bastante desde aquella vez, ahora podía ser distinto y yo no tenía problema.

Reí sintiendo su pelo haciéndome cosquillas la mandíbula mientras él dejaba besos por mi cuello y se separó para mirarme a los ojos confundido.

─ ¿Que?

─ Nada, me hiciste cosquillas ─ reí y con ambas manos le agarré la cara para que me siguiera mirando.

─ Paro entonces ─ negué rápidamente con la cabeza y él sonrió viendo mi necesidad, por lo que volvió a mi cuello.

Se puso más encima mío y sus besos fueron bajando hasta que mí remera le impidió el pase a más y me hizo levantarme para sacarla encima mío. Siguió bajando con sus besos por toda mí clavícula y después bajó abajo de mi corpiño para darme besos en el centro de mi estómago. Vi que me quiso sacar la otra parte de mi vestimenta pero se lo negué sentándome en la cama, Enzo me miró confundido.

─ Sacate la remera vos ─ él alzó una ceja y cuando lo seguí mirando fijamente me hizo caso.

Se levantó de la cama y se sacó la musculosa azul que usaba para entrenar, dejando a la vista todos su tatuajes y rápidamente se sacó las zapatillas de paso y ahí noté que yo ya no las tenía puestas. Cuando quedó así, me miró desde la punta de la cama y sonreí levemente viendo cómo se comenzó a acercar hasta donde estaba yo en el centro.












que onda amigas andamos atrevidas que se quedaron hasta el final 🤨

iba a seguir escribiendo para llegar a más en eso último pero dije mmm mejor dejo lo bueno para más adelante ahre.

bueno que tal que les parecieron estos dos capítulos? díganme que dudas o preguntas tienen yo encantada de contestar🤠 además, me pone muy contenta este fic y como le está yendo, me encantan sus comentarios me hacen reír😭 sean libres de comentar hermanas, no lo duden.

besitos nos leemoss <33

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro