FIFTEEN. ミ resaca de semifinal

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Antonella.

Había una frase que Olivia siempre me decía, y más cuando llegaba hecha mierda los lunes a las clases: si al otro día de estar disfrutando y tomando vino tenés una resaca de la mierda, es porque era un buen vino.

Y lo confirmé cuando vi a Enzo parado de brazos cruzados enfrente mío y yo ni siquiera sabía qué estaba pasando a mi al rededor.

La puerta de la habitación no dejaba de ser golpeada y dudé que sea Merlina jodiendo a estas horas de la mañana. Ignoré al chico parado y busqué mi celular que resultó estar en el piso, cuando lo agarré noté que estaba en rojo pero frunci el ceño con fuerza viendo la hora y ni siquiera respiré. Las ocho y dos minutos en punto, y el micro para el estadio salía y media. Me llevé ambas manos a la cara y patalee las sábanas para sacarmelas de encima volviendo a escuchar la puerta.

─ ¡Antonella! ─ escuché la voz de Diego y ahogue un grito de rata sentándome en la cama sin saber qué hacer ─ Decime que no seguís dormida.

Respiré profundo y miré a Enzo para que me ayudara en algo o no sé, pero el muy hijo de puta seguía de brazos cruzados y negó con la cabeza como diciendo jodete por idiota.

─ ¡Estoy! ─ grité y después me lleve las manos a la cabeza por cómo mi grito retumbó por toda mi cabeza ─ La concha, la concha. La puta madre.

─ ¿Estás bien? ─ volvió a hablar Diego y yo casi a los tumbos me acerqué más a la puerta.

Quería desnucar a Enzo de pasada.

─ Si si, es que me sentía mal ─ mentí y desde la otra punta Enzo ahogó una risa causando que girara para mirarlo mal ─ Ya en un ratito salgo.

─ Bueno dale, ¿de paso no viste a Enzo? ─ yo frunci el ceño sin responder ─ Ah que boludo si no saliste porque estabas mal, bueno dejá. Te espero abajo.

Dejé que se fuera y volví corriendo para ir al baño y lavarme la cara. Ay por favor, ¿por qué parecía que me había dado un pedo barbado? Igual tratando de recordar no me llegaba nada así asumí que capaz si estuve re dada vuelta anoche para terminar despertando a esta hora.

─ ¿Vos qué haces acá? ─ le reclamé a Enzo con el cepillo de dientes en la boca y me puse frente suyo.

─ Estaba tratando de que el pedo de anoche no te chupe y te mueras, sabes ─ me dió una sonrisa sarcástica y lo miré mal.

─ Cuánta ayuda la verdad, ni siquiera me despertaste o algo, sorete mal cagado.

─ Ah bueno ─ terminé de lavarme los dientes y me giré para verlo apoyado en el marco ─ Encima que te voy a buscar a vos estando re en pedo, ahora me tratas mal.

─ Yo no te pedí que me vayas a buscar, tenías concentración aparte ─ por favor ni siquiera me acuerdo que él me haya ido a buscar porque literal no sé cómo llegué acá arriba.

─ No me dijiste que salías.

─ ¿En serio te tenía que decir? ─ le dije y comencé a reírme ─ No sabía que ahora respiro y te tengo que decir.

Él frunció el ceño y miró el piso pensando qué mierda le había dicho y sinceramente, yo estaba igual después de que lo dije.

─ No te obligo a que me digas las cosas pero mínimo hacerme un comentario de eso o hacérmelo saber, no sé.

Salí del baño y empecé a buscar la ropa que me tenía que poner. Dejé de hacer lo que estaba haciendo cuando me acordé el por qué lo estaba haciendo, hoy había partido.

─ ¿Vos no deberías estar con los demás? ─ me giré para verlo y él ni se inmutó.

─ Si, ¿y?

─ Diego dijo que te estaba buscando ─ volví a buscar ropa mientras de a rato lo miraba.

─ Vine para acá a verte nomás, sabía que seguías desmayada así que me tenía que fijar que mínimo siguieras respirando ─ se encogió de hombros.

─ Que exagerado, tampoco tomé tanto.

Él se comenzó a reír.

─ Ni siquiera me reconociste cuando paré el auto al lado tuyo y encima te dije que era yo ─ él se sentó en la cama y yo me fui para el baño a cambiarme.

─ Yo si me acuerdo que eras vos ─ traté de defenderme aunque tenía razón, pero no se la iba a dar.

─ Me preguntaste si podías eructar, no sé ─ me quedé quieta y tampoco recordé eso.

Bueno por lo menos pregunté.

Me puse el jean y arriba el top deportivo, busqué la remera blanca que siempre usaba y salí del baño para buscarla. Me senté en el piso apurada y me puse a sacar la ropa que tenía en el bolso buscando la remera esa de mierda.

─ Hija de puta dónde estás ─ tiré la ropa al aire y escuché el quejido de Enzo cuando le cayó algo.

─ Para, para ─ se levantó de la cama y fue a mí escritorio donde estaba su bolsito y sacó él una remera ─ Hoy ponete esta.

Fruncí el ceño viendo la remera celeste y blanca y se la saqué de las manos para abrirla.

─ Igual tengo ya una de Mess... ─ me quedé callada cuando vi en grande el número veinticuatro con el Fernández arriba ─ Que conchudo.

─ Esa no la tenés seguro ─ alzó una ceja y sonrió cuando lo miré mal ─ Dale ponetela.

Él volvió a sentarse en la cama y tomó las vans que siempre usaba mientras abría los cordones cómo yo hacía para ponermelas y las dejó en el piso junto a un par de medias mias. Yo solo lo miré fijamente y después miré mis manos que tenían su camiseta.

Si este un días de estos no me mata creo que es suerte.

Él vió que lo estaba mirando y también me miró en silencio con el rostro algo confundido, yo solo negué con la cabeza y me empecé a poner la remera bajo su mirada atenta. Me quedaba un toque larga así que le hice un nudito para que me quede más corta y atrás se vea el número bien. Agarré las zapatillas que Enzo me preparó y me senté al lado de él en la cama para ponermelas, y cuando terminé él se acercó y me dió un beso en el cachete para después levantarse.

Fui al baño y busqué el peine porque tranquilamente un nido podía descansar ahí arriba.

─ Voy yendo yo ─ me avisó él y entró al baño mirándome a través del espejo ─ Te queda hermosa.

Yo hice un ruido con la boca sin entender y después sonreí cuando vi que me miraba la remera y después de cuerpo entero.

─ Dale anda ─ terminé de peinarme y me giré a él ─ Yo tengo que hacer el bolso todavía.

─ Te cargué la botella de agua hoy al mediodía, la dejé en el freezer ─ me avisó.

Sonreí y vi cómo se acercaba para darme un pico antes de salir del baño, yo salí detrás de él y fui a buscar mi botella.

─ Nos vemos en un rato ─ me saludó antes de irse y yo me puse a terminar mis cosas.

Suspiré cuando tenía todo listo y agarré la tarjeta de la habitación para salir. Cerré todo y caminé por el silencioso pasillo para después llamar al ascensor. Mientras este venía prendí mi celular que cargó re poquito y vi todos los mensajes y llamadas que tenía. El ascensor llegó y cuando la puerta se abrió apareció Melina.

─ Ay casi me muero ─ dijo cuando me vió y me empujó adentro del ascensor ─ No respondías boluda. Hace de ayer que Enzo te fue a buscar que no se nada.

─ Recién me levanto ─ le confesé mientras guardaba mi celular en el bolso ─ No me acuerdo ni cómo llegué anoche.

─ Me imagino. Pero bueno, eso quiere decir que fue una linda cena ─ me sonrió y después tensó la sonrisa ─ ¿Fue una linda cena, no?

─ Si me acordara después del segundo vino te respondería.

─ Enzo forro no le agradeció por el auto a Paulo, y ni a mi por las ideas que le di para irte a buscar ─ se quejó y me reí.

─ ¿Agarró el auto de Paulo?

─ Te juro boluda. Fue como una escena de desesperación cómo en rápidos y furiosos, literal de la preocupación Enzo quedó pelado y se convirtió en Toretto por cómo salió con el auto ─ ambos reímos y ella negó con la cabeza ─ Paulo se quería arrancar los ojos cuando lo vió salir así.

El ascensor llegó a la planta baja y yo salí ni bien la puerta se abrió, pero me giré cuando Melina no apareció a mi lado y la encontré mirando la espalda de mi remera con la boca abierta de par en par.

•••

Por fin era un partido bastante tranquilo, digamos. A los minutos que comenzó hubo un penal que Messi convirtió en gol y luego vinieron dos goles de Julián Álvarez. El primer tiempo estuve con el culo apretado porque Messi andaba como medio rengo viste, se tocaba por ahi por allá y dije, acá cagamos. Pero en el entre tiempo Diego fue a preguntarle y ya para el segundo tiempo estaba todo bien.

Menos mal que no me tocó revisarlo porque me meaba.

Paulo entró a jugar y me reí cuando justo enfocaron a Melina en el momento que entró y estaba toda colorada, no sabía si era de calor, nervios, por haber gritado o capaz todo junto.

─ Últimos cinco ─ dijo Diego sentándose tranquilo al lado mío.

Yo miré fijamente el televisor viendo los tres goles y me pude quedar tranquila, aunque en el fondo sabía que los últimos partidos también faltaban cinco y nos empataban al toque, pero tenía fe. Me acomodé como cincuenta veces en el sillón y no saqué la vista del reloj a un costado que marcó el fin de los cinco minutos.

El partido habia terminado y ganamos. Pero al minuto caí que ganamos, porque ganamos y si, estábamos en la final.

Todos a mi al rededor comenzaron a saltar y yo me llevé las dos manos mi boca sin poder creerlo. Tampoco se cuánto estuve así que hasta sentí que se me habían caído lágrimas, reí cuando Diego vino hacia mi como siempre y nos abrazamos para luego ponernos a saltar.

Los chicos estaban festejando todavía en la cancha saltando y cantando. Estuvieron así por mucho hasta que la mayoría se separó para dar notas. Yo seguía cerca de Diego y no dejaba de taparme la cara con las manos y hasta me revolvi todo el pelo de la locura, estaba súper contenta. También me puse a hablar sobre el partido con otros médicos que estaban ahí y como si nos conociéramos de toda la vida nos abrazamos.

─ Voy a buscar a Meli ─ le dije a Diego cuando salimos por la sala e íbamos en el túnel.

No esperé que responda y me fui a los saltitos hasta la cancha saliendo del túnel. Me quedé parada viendo que dónde estaban los del cuerpo técnico no había nadie y me metí a la cancha junto a los demás buscando a mis tres personas.

De lejos vi a Melina que también miraba hacia todos lados junto a los demás chicos que saltaban frente a los hinchas. Ella me vió y levanté los brazos cruzando toda la cancha corriendo y ella hizo lo mismo hacia mi. A la mitad nos encontramos y ella salto hacia mi cruzando las piernas sobre mi cintura y las dos reímos cuando no mantuve el equilibrio haciéndonos caer al pasto para que Melina nos haga rodar.

Me puse de rodillas sobre el pasto y la miré teniéndola abajo mío, las dos no dejábamos de sonreír y ella hasta tenía el perfecto delineado de siempre para cualquier lado por haber llorado.

─ Boluda ─ quiso hablar pero las comenzamos a reírnos de los nervios y felicidad del momento.

─ No sé que decir Meli, esto es increíble ─ le dije, ya sintiendo dolor en la cara por no dejar de sonreír.

Melina rió fuerte y me volvió a abrazar cayendo otra vez al pasto. Creo que hasta quedamos más sucias que los jugadores mismos.

─ Ay amiga ya no se si llorar o reír, pero literal ─ dijo y nos levantamos del pasto con ella todavía colgada a mi.

Alguien vino a los saltos mientras gritaba "ea ea ea" y se nos tiró encima a ambas. Yo quedé aplastada y me hubiera caído si no estaba todavía prendida de Melina. Cuando el chico se separó de nosotras pude verle el rostro para saber que era Paulo.

─ ¡Felicitaciones! ─ hablé cuando nos abrazamos los dos, la felicitaciones eran más de que por fin jugó creo yo y se podía notar aún más su felicidad.

Paulo se separó de mi y volvió a abrazar a Melina dándole un fuerte beso en la mejilla causando que ella ruede los ojos y lo abrace más fuerte del cuello casi levantándola del piso por la diferencia de altura. Melina me hizo seña con los ojos y frunci el ceño hasta que vi su dedo señalar atrás mío.

Me giré viendo cómo Enzo venía junto a otro chico y sonreí rápidamente cuando él me miró. Comenzó a trotar hasta nosotros pero yo fui a su encuentro corriendo comenzando a reír y él no dejaba de sonreír. Me lancé a abrazarlo con fuerza y estaba a punto de llorar mientras él me abrazaba con fuerza de la cintura y con una mano me dejaba caricias en la espalda apoyando su mentón en mi hombro. Me prendí con fuerza de su cuello y toqué su pelo de atrás sintiendo lo mojado que estaba, pero no me importó.

─ Están en la final ─ le dije separandome un poco de él para verlo y él sonrió más grande mirándome fijamente a los ojos.

─ Estamos en la final ─ asintió comenzando a reírse y volví a abrazarlo.

Él me estiró más hacia arriba levantandome del suelo y alcé mis piernas para rodearlo de la cintura sin dejar de abrazarlo. Comenzó a caminar hacia algún lado y después comenzó a saltar conmigo encima haciendo que me agarre con más fuerza sin dejar de reír.

─ Basta que me caigo ─ grité en su oído para seguir riendo.

Enzo volvió a saltar un poco pero solo para subirme más cuando yo me comenzaba a caer. Me separé otra vez de él para mirarlo sin dejar de sonreír.

─ Por dios estoy tan feliz ─ confesé sintiendo todo tipos de sentimientos juntos.

Miré al rededor toda la gente, literal la cancha eran todos argentinos y eso de alguna manera me llenaba. Volví a mirar a Enzo notando que miraba mis labios, y sin esperar se acercó para darme un beso con fuerza apretándome más de la cintura. Le correspondí al instante y una sonrisa se nos escapó a ambos mientras yo llevaba una mano a su cachete sin dejar de besarlo y despacio me bajé de él pero sin ninguno querer separarse.

Cuando ambos nos separamos solo le seguí sonriendo y él me dió un fuerte beso en el cachete abrazándome más. Estaba tan feliz, todos estábamos felices.














HOLA AMIGAS FKSLKFLSKDKSKS who's back? back again?

kflsldla que emoción perdón por dejarlas tiradas no fue mi intención 😔 solo me tomé una semana(? de descanso y tratar de sacar mí bloqueo escritor pero creo que ya está todo okey.

quizá no haya actualizaciones de día de por medio pero voy a tratar de escribir un pedacito cada tanto, además cómo tenía un bloqueo con esta fic me puse a hacer otra🤡 pero bueno ya verán.

also un pequeño spam, estoy subiendo edits a tiktok (el mismo @ que acá) aunque todavía no subí los tengo y solo uno de meli y paulo, en esa cuenta tengo unos pedorros y viejos pero ahora APRENDI A EDITAR me pone re contenta así que solo falta el apoyo ahre.

bueno nos leemos <33

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