SIXTEEN. ミ vista al futuro

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Enzo.

La risa de Antonella llega a mis oídos mientras la tengo a unos pasos adelante mio, levanto la vista con el ceño fruncido sin entender de qué se reía.

─ ¿Qué? ─ pregunté alzando un poco la voz, capaz no me escuchaba aunque tan lejos no estaba.

─ Es que... cuando sugerí hacer ejercicio, esto no es exactamente lo que tenía en mente sobre eso ─ dice entre respiraciones agitadas.

Yo sonrío escuchándola porque sabía que la pobre se cansaba con facilidad a pesar de que hacia ejercicio, aunque no tan seguido. Por mi parte, yo estaba radiante, ponele. Ella se giró hacia mi en la punta de la colina viéndome trepar hasta llegar a ella y la vuelvo a mirar.

Su pecho estaba agitado, subiendo y bajando mientras sus cachetes estaban colorados del calor. Hace unos tramos más atrás se había atado el pelo en una colita que se movía de un lado a otro cada vez que hacia un paso.

Igualmente ahora que lo dice, tampoco era lo que tenía en mente y me arrepiento de invitarla a venir conmigo, aunque si no venía con ella yo ni venía directamente. Me dió la idea de hacer yoga, pero creí que una pequeña travesía por la ciudad subiendo una más o menos "colina" me ayudaría para no ir al gimnasio hoy y transpirar acá.

Además tampoco ayudaba tener adelante a Anto dejándome a la vistas tantas cosas admirables de ver para mí solo, y ella ni cuenta se daba de su exposición. Aunque en otra situación la hubiera admirado, bueno, no en otra situación si ya estaba disfrutando teniendo a la vista todo el culo de un momento a otro cuando la mandé ir primera.
Igual no era para verla, más que nada por si se caía, viste.

Buena esa Enzito, por fin pensaste cosas sucias para algo bien.

Pero la última hora se puso cómo un ciclo interminable de mi puteando a cada persona que se me cruzaba en la cabeza o al cielo cada dos minutos. Es tan condenadamente inconsciente de lo seductora y linda que es haciendo literalmente nada. Es irrisorio cómo hace meses me asustaba tenerla como algo más que un enganche y ya hace días estaba teniendo distintos pensamientos y escenarios sobre ella que me daba hasta vergüenza contarle a Julián porque se me iba a cagar de risa.

Y no se lo conté porque ya hice el error de contarle de Anto a mi familia que estaba acá en Catar, y me comí el descanso de mi vida. Pero además del descanso de mi papá y hermano, raramente conté con el apoyo de mi vieja que hasta me había dado ánimos y opciones para invitarla a salir, no bueno como se nota que no lleve nunca una mina que realmente me guste a casa.

Pero con Antonella todo parece tan fácil, lindo e irreal que me daba miedo de que ella se esté aprovechando de eso y me haga cagar ni bien volvamos a Argentina o algo más. Odiaba tener que pensar así de ella porque sabía que no era así, era demasiado sencilla y eso me hacía quererla aún más.

Y hasta que creo quizás me fui a la mierda cuando una pasada me puse a pensar a futuro teniendo una familia con ella, estaba literalmente hasta las manos y era mejor mantener un poco de indiferencia con eso. Antonella se atrincheró y ocupó un lugar en mi vida, sin darme la oportunidad de alejarla a pesar de mi ansiedad por depender de ella.

Pero creo que todo eso se fue aquella vez que la vi en la parada a plena madrugada, porque a pesar de que volví todos los días ahí ella ya no estaba más y aunque busqué formas de llegar a ella sabiendo el colegio al que iba no llegué a nada, pero la fe claramente nunca la perdí y se ve que el universo no me pateo el culo por una vez y me dió esta oportunidad que espero no termine en nada malo.

─ Dale seguí, ya llegamos ─ le dije cuando llegué a su lado y ella solo asintió sin querer gastar aire hablando.

Me di cuenta que tengo poco control sobre las reacciones de mi cuerpo cuando se pone delante de mí, con el culo a la vista en esos ajustados leggings rosa chicle. En cualquier otra persona no funcionaría, pero en Anto, todo vale. Y tampoco quería mirar mucho el corpiño deportivo a juego. ¿Era legal vender algo así? Cuando le pregunté lo llamó moda, mientras que yo digo que es una tortura, literalmente.

Creo que por un momento se dió cuenta de cómo mis ojos se disparaban de un lado a otro a pesar de poner los ojos chinos por el sol que nos daba de frente, pero era Anto, sabía todas mis miradas. Cuando nos faltaban unos pocos metros pisé con fuerza la arena e inmediatamente bajé mi vista rápidamente, la concha de mi vieja ahora no. Volví a mirarla, viéndola ajena a mi dilema mientras contemplaba la vista de la ciudad, así que de un movimiento rápido me acomodé el short negro del entrenamiento.

Llegué a su lado y ninguno volvió a decir una palabra mientras veíamos toda la vista desde arriba. Ella sonrió y se giró a verme mientras yo solo la mire tratando de que no viera mi mirada de admiración hacia ella, pero mi vista pasó más allá de sus ojos o labios y bajó más haciéndome pasar la palma de la mano por la cara.

─ Te ves indecente.

No me aguanté perdón.

Anto sonríe mostrando sus hoyuelos, golpeándome con una imagen impresionante de ella, cómo siempre. Cada movimiento me hechiza más.

─ Que te digo, el estilo deportivo está de moda y si estamos haciendo ejercicio es la ocasión de estrenarlo.

─ Bueno, pero lo podrías estrenar para otra ocasión, digo ─ alcé una ceja viéndola de reojo.

Pero tengo que girar la cara para verla completa cuando, sin dejar de sonreír, extiende los brazos y hace un círculo, dándome una visión de todo lo que quiero tocar y lamer. En ningún orden específico.

Ojalá nadie supiera que ese pensamiento era el más sano que dije durante todo lo que la conozco.

─ En serio, ¿Y la remera deportiva que usas siempre? ¿Mi camiseta nueva que te regalé? ─ me hice el ofendido pero lo que menos estaba era ofendido, por más que me gustaba verla tan despechugada no era ahora ─ Toma la mía.

Escucho otra vez su risa mientras empiezo a quitarme la remera desesperado por tener algún tipo de protección visual. La veo reírse y fue un grave error cuando veo cómo sus pechos suben y bajan cada vez que respira o ríe cómo ahora. Ahora que estábamos del todo cansados por subir hasta arriba se hizo todo más difícil.

─ Dios, no es para tanto. No me tenés que obligar a taparme, es ropa normal, Enzo ─ claro que la dejaría usar eso sí me re encanta, pero ahora por mi buena salud no estaba para verla así.

Además la boluda se dió cuenta y se comenzó a reír máspero se corta cuando me mira ya sin la remera. Sus ojos se abrieron un poco cuando se posan en mi estómago y mis tatuajes cerca.

─ No bueno. A ver, guarda tus abdominales, nadie estaría necesitando verlos ─ ahora yo río mientras la veo taparse los ojos.

Y me río más cuando mira mi cuerpo a través de los huecos de sus dedos, sin saber que la podía ver hacerlo y era muy obvio. Sus ojos se encuentran con los míos antes de sacar la mano de sus ojos haciendo cómo si nada y carraspeó frunciendo el ceño para observar las vistas del paisaje.

─ Fua mirá, creo que vi una paloma en ese arbolito. Qué raro, porque acá no hay... ─ movió sus manos y se giró caminando por ahí.

Mis ojos vuelven a fijarse en su culo mientras se aleja. Considero la posibilidad de escribir una carta de queja a la empresa de los leggins esos. Ropa deportiva una chota. ¿Quién puede hacer ejercicio con eso? Es el colmo. Y lo que es más importante, ¿quién puede trabajar en un gimnasio al lado de alguien con ese aspecto? Yo me mato, pero por lo menos si es Anto usándolos no me quejo.

Solo espero que no venga nadie a esta colina porque la va a mirar y aunque no me preocupa igual me molesta, pero bueno, solo yo la vi sin esos leggins.

─ ¡Dale pelotudo, vení! ─ escuché el grito de la morocha más lejos y sonreí volviendo a subir.

Subimos a la cima del sendero después de otros diez minutos de caminata, obteniendo una gran vista de la ciudad. Agradezco haber terminado de escalar porque ya no siento la tentación de golpear el culo de Anto mientras camina delante mío.

Antonella empieza a toser después de tragar agua desesperadamente y la miro fijamente hasta que camina a donde hay arena para tirarse de golpe sin poder respirar. Una exagerada.

─ Ya terminé, nunca más. No sé por qué decidí estudiar algo relacionado al ejercicio, no sé por qué creí que tenía que estar en forma y someterme a aceptar esto ─ ven, una exagerada.

Me reí acercándome a ella y me paré al frente suyo mientras ella se revolcaba.

─ Todavía tenemos que volver a bajar.

─ ¿Por qué vos todavía podés respirar? ─ dijo confundida, no bueno.

─ ¿Porque hago ejercicio como un animal todos los días? ─ le sonrío.

Puso cara de desagrado y rodó los ojos acostándose mejor. Mi cuerpo se cierne sobre ella, haciéndole sombra e impidiendo que le llegue la luz y ella se quejó.

─ Qué boluda, ¿cómo no me di cuenta? ─ se hizo la chistosa y ahora yo rodé los ojos.

─ Bueno, te podría enseñar. Y te cansas menos en todo ─ le digo y abre la boca ofendida.

Agarra una ramita que tenía al lado y me la tira, pero no me llega porque se rompe antes.

─ Pobrecita, falló ─ le sonreí y rodó los ojos, bueno ya se estaba por molestar así que basta de chistes si quiero conversación a la vuelta.

─ La próxima vez apunto en la cabeza. Es grande, por lo cual un objetivo más fácil.

─ No hace falta que te hagas la desinteresada, antito patito, esa mirada salvaje que pones cuando me ves después de los partidos es suficiente para mí ─ me río cuando mira para el cielo haciéndose la loca ─ ¿Te gusta verme transpirando? ¿O porque te acordas de algo?

Levanta ambas y se encogió de hombros haciéndose la desinteresada, pero noté cuando dobló sus piernas cruzandolas, era tan fácil leerla a veces, solo a veces.

─ Cómo se nota que necesitas acción con alguien porque estás empezando a ver cosas que no existen ─ soltó en un tono raro y reí sin evitarlo.

Ah bueno, si así es como quiere jugar.

─ ¿Eso fue una oferta? ─ murmuré para que ella solo escuchara y rápidamente dejó de mirar el cielo para mirarme a mi con las cejas fruncidas.

Acá es donde me manda a la mierda.

Una rama me golpea no tan fuerte en el hombro y me empiezo a reír. Camino un poco hacia ella y me tiro de espaldas a su lado para los dos mirar el cielo, cómodos en silencio. Mi cuerpo la roza mientras me reajusto y me pongo cómodo. Giro un poco la cabeza a ella y la veo mirar el cielo con los ojos entrecerrados, pensando.

─ Es una paja que Meli ya no quiera seguir saliendo a ningún lado por ese pelotudo. La extraño.

─ Ahora estás atrapada conmigo. Te tengo toda para mí, justo como te quiero ─ digo y su semblante cambia a una mirada obvia mientras también gira la cabeza hacia mi.

─ Ya me ocupas la mitad de mi tiempo libre.

Sonrío aceptando que también lo acepta indirectamente. No me da vergüenza admitir que me gusta tenerla cerca y hacer cosas juntos. Me ayuda a pasar el tiempo cuando no hay partidos, me aburro en el hotel, o ya me cansaron los pibes. Era como un escape.

Siento la arena tocarme la piel debajo de la remera cuando giro mi cuerpo hacia ella. Sus ojos se posan en los míos y me dan ganas de besarla sin sentido contra el piso, ya mandando a la mierda ese conjunto rosa. Bueno, tampoco tanto porque estábamos en público, pero es mejor si es en lugar prohibido, le pone más emoción.

Luché mi guerra interna de actuar como un caniche alzado o como un caballero.

Mis manos se mueven por sí solas, apartando algunos mechones de cabello sueltos que se escaparon de su colita y bajan por su cara. La veo respirar profundamente y sonrío. Sus ojos se cierran durante un breve segundo antes de volver a abrirse.

Es imposible ignorar la atracción que siento hacia ella, tanto física como emocionalmente, algo que creía que había desaparecido hace tiempo de mi vida. Ella me empuja en todos los sentidos y se enfrenta a mí zancada a zancada. Técnicamente no había hablado de tipos de sentimiento con ella, o algo a futuro como yo ya había estado visualizando, pero quería saber si ella también lo había hecho. Pensar a futuro. Porque quedaba poco tiempo para que el mundial terminara y eso significaba que esto de nosotros también.

Tenía que ir a jugar a Portugal, y lo que más me dolería sería tener algo a distancia con ella porque sabía que no funcionaría. Además me aterraba la idea de ponerle el tema encima de la mesa para hablarlo, aclarar las cosas o llegar a algo, porque no sabía en qué iba a terminar y no quería que estos momentos lindos los tengamos que pisar porque lo de nosotros no va más allá de atracción tanto física como sexualmente.

Yo sabía que era más allá de eso, podía haber algo más que podamos llegar para que todo no se arruine, pero no sabía las ideas que tenía ella sobre esto que estábamos haciendo acá, ya hace más de un mes. Lo quería todo con ella, ya estuve bastantes años queriendo volver a verla y por más que no nos conocemos desde hace mucho tiempo ya tenía decidido que quería pasar todo lo que venía a su lado, que ella esté a mi lado a partir de lo que pase este fin de semana, a partir de la final del domingo.

Y no me quería hacer falsas ilusiones viendo sus ojos brillar cada vez que cruzamos miradas, porque me hacía pensar que ella quería lo mismo. Pero a la vez, yo no lo quería demostrar, teniendo miedo de lo que pueda pasar o lo que pueda cambiar en simplemente días.














hola mis queridas y más preciadas amigas a las cuales las dejé abandonadas y vengo a pedirles perdón ahre.

hoy les fallé pq no hay capitulo hot, ni gracioso, ni nada. peeeero el próximo quizá si viene medio cargado pq tiene que venir la acción before final del mundo.

anyway este capítulo va en agradecimiento a todas las que me votaron en los awards amigas GANÉ COMO MEJOR FANFIC DE ENZO FERNÁNDEZ y encima hechízame está por llegar a 100k de vistas flañflaldñskdlakdks cuando empecé a escribir esta historia ni en pedo me lo imaginé y😭😭😭 estoy muy agradecida con todos literal tantas noches de llantos de frustración dieron su fruto y siento que haber ganado eso fue como una recompensa de mi sufrimiento ahre.

bueno ya dejo de llorar y creo que no tengo que decir más nada ajá, solo que quizá suba una fic del licha (cofqueeltienewattpadcof) y una del dibu (cofprofesoracof) asi que nada🤗

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