NINE. ミ penales

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Antonella.

Bien creo que podía estar por morir, todos los presentes conmigo también y hasta la Argentina también. La puta madre nunca había estado sufriendo tanto un partido como ahora malditos Países Bajos por qué tenían que ser así. Además estaba que me arrancaba los pelos por culpa del árbitro, si del árbitro.

Ya era el segundo tiempo y claramente lo estaba sufriendo más que al primero. Ya con ver a Enzo parado al lado de un jugador de Países Bajos y ver que le sacaba cinco cabezas se me bajó la presión, se me dieron vuelta los ojos, caí seca al piso y terminé siendo fiambre en la funeraria. Si bien contra Polonia no había sido tanro sufrimiento, no se comparaba con este, pero bueno era fútbol y esto era así. Pero creo que quien sufrió más ese partido contra Polonia fueron Melina y Paulo.

Íbamos ganando uno a cero y grité por primera vez con todas mis fuerzas cuando Messi no erró el penal y quedamos dos a cero, estábamos más adelantados y eso nos daba un lugar en la próxima tanda, estaba que me meaba de los nervios pero con esto m tranquilice. Diego me abrazó y los dos saltamos, el pobre estaba peor que yo.

Nos quedaban máximo diez minutos, pero me tuve que sentar en el sillón cuando Países Bajos metió un gol. Ay por favor.

─ La concha de la lora ─ Diego se agarró la cabeza y compartí el mismo sentimiento que él ─ Bueno tenemos un paso adelante y falta poco.

Seguimos con el culo fruncido los últimos minutos y nos empezamos a quejar cuando dieron diez minutos de alargue, no podía yo ya. Agarré uno de los papeles de Diego y me empecé a autoventilar porque posta estaba sufriendo y pensé en Melina ahí en la cancha que se ponía peor, tenía presión baja y encima todo esto que estaba ocurriendo.

Y todo se vino a bajo cuando Países Bajos metió otro gol a casi dos minutos de que se termine el alargue, nos empataron. Lo peor de todo es que dieron otros dos minutos más que no sirvieron de nada y yo ya estaba en las últimas, literalmente.

─ Diego dame agua ─ le supliqué al mayor que me pasó rápido una botella sin dejar de ver la televisión e hice un lloriqueo silencioso cuando la cámara enfocó a Enzo que tampoco daba más y literal la remera la podías escurrir y salía agua.

─ Listo, nos vamos a prórroga ─ se quejó furioso Diego y se levantó del sillón para hacer dios sabe qué y me quedé ahí sentada ─ Que hijos de puta.

Tragué el agua y respiré profundo cerrando los ojos, ¿era normal querer llorar y sentirse en las últimas? Me seguí ventilando viendo cómo daban esos quince minutos extra, no puede ser. Todo el alrededor nuestro tan tenso me hizo sentir que casi ni podía respirar y hasta ni cerrando los ojos me podía concentrar, necesitaba salir un poco de ahí.

Hice fuerza para levantarme pero me tuve que volver a sentar cuando la vista me empezó a hacer puntitos negros y de a poco todo se me puso negro, asustandome. Se ve que llamé la atención de Diego que me llamó rápidamente.

─ Me siento mal ─ prácticamente lloré cuando tratando de respirar, aparte no veía nada cuando sabía que tenía los ojos abiertos.

─ Bueno, bueno, tranquila ─ Diego me ayudó a pararme y sentí movimiento en todos lados, él me guió y supe que me llevó a la sala porque me senté cómo pude en la camilla ─ Escúchame, toma agua y respira. Se te bajó la presión.

Cuando me pude calmar la vista se me fue aclarando y vi cómo Diego me comenzó a tomar la presión rápido mientras me pasaba un pañuelo para sacarme la transpiración de la cara.

─ Por dios, que feo, nunca me había pasado.

─ No pasa nada Anto, suele ocurrir. Por eso tenés que estar hidratada siempre, pero es entendible con esto que está pasando ─ me sonrió para tranquilizarme y respiré profundo ya calmada ─ ¿Estás mejor?

Solo asentir y él sacó todo el equipo de presión de mi brazo y abrió la puerta de la sala dándome espacio mientras se asomaba.

─ ¿Que pasó?

─ Sigue igual y ya está por terminar, si sigue así otros quince, sino a penales ─ escuché la voz de otro hombre y Diego chisto mientras volvía a mi.

Despacio me bajé de la camilla y caminé hasta la puerta que no iba al vip donde estábamos antes, seguí a Diego que se dirigió a la principal yendo al túnel y me puse a su lado terminando mi agua y escuché el silbato dando fin a los quince minutos. Me quedé un rato pensativa tratando de convencerme de que me sentía viendo fijamente el fin del túnel al verdoso césped, pero de la nada mi paisaje se llenó de personas corriendo y tuve que enfocarme en lo que estaba pasando que me hizo asustar.

Scaloni traía corriendo en brazos a Melina literalmente inconciente con Paulo y Enzo también corriendo detrás de él y el mayor le pegó un grito de ayuda a Diego y a los demás médicos, yo me quedé quieta sin saber qué hacer mientras veía a la rubia que dios, parecía muerta de lo pálida y transpirada que estaba.

─ Se desmayó ─ avisó Scaloni entrando a la enfermería y pude respirar más tranquila de que no sea nada peor viendo a todos los médicos también entrar y a Paulo a los gritos pidiendo entrar con ella.

Enzo se separó del chico y se acercó a mí al verme parada ahí a un costado dura.

─ Anto, ¿vos estás bien? ─ le asenti rápido y él me miró fijamente, estaba demasiado débil y no podía mentirle.

─ Hace un rato se me bajó la presión pero ya está, ¿que pasó con Meli?

─ ¿Segura que estás bien? ─ volvió a preguntar insistiendo y solo asenti ─ Toma agua por favor, todos están así, cuídate.

─ Si, tranqui que tengo toda una heladera llena de agua ─ señalé detrás mío y reí, cosa que a él no le causó gracia porque seguía mirándome serio ─ En serio, estoy bien.

─ Bueno ─ me creyó y también asintió antes de pasarse la mano por la cara sudada ─ Y Meli nada, estuvo todo el partido ansiosa según me venía diciendo Paulo, además no merendó ni cenó antes de venir así que se le juntó todo hasta con el calor y también se le bajó la presión, pero quedó desmayada literal.

─ Dios pobre. Justo pensaba en ella cuando ya varios comenzaron a desmayarse.

Ambos quedamos en silencio mirando fijamente la puerta de la enfermería y mí mirada se desvió al túnel donde venía a pasó rápido Nicola, el amigo de Melina y Paulo, quién lo hizo pasar a la enfermería cuando Scaloni salió.

─ Enzo, ya vamos ─ le avisó al chico trotando hasta la cancha.

─ Nos vemos después ─ él se acercó a mi y me dió un beso en el cachete, pero al dar un paso atrás volvió y me dió un pico.

─ Éxitos ─ le sonreí y él troto también hasta la cancha, donde ya estaban dando los últimos quince minutos definitivos.

Me quedé unos minutos ahí en el túnel viendo de a ratos la puerta de enfermería y Paulo salió de ahí, al verme me sonrió viendo mí preocupación.

─ Está bien, tranqui, ya se despertó. Se quedó con Nico ─ le asenti dándole las gracias y él también corrió hacia la cancha.

Fui a la sala viendo la televisión donde quedaban cinco minutos de la prórroga, pero el partido seguía empatado.

─ ¿Vamos a penales sino? ─ le pregunté a Diego sin mirarlo y éste me dió una afirmación.

Los cinco segundos se terminaron y salí de la sala para ir hacia la cancha, quería ver esto en vivo. Cuando salí me crucé a Melina que salía de la enfermería.

─ Ay boluda me asustaste, ¿cómo estás? ─ ella sonrió algo tímida.

─ Bien, ya me hicieron subir la presión y me ahorré otros quince minutos de sufrimiento en la cancha.

─ Me alegra que estés bien, literal todos estábamos cómo el culo estos últimos minutos.

─ Ni me digas ─ suspiró y ambas salimos del túnel yendo a la cancha ─ Ahora a ver los penales, si la quedo acá espero que sea después de pasar a semifinal.

Le sonreí y me dejó ir con ella a la banca quedándonos ahí paradas junto a los demás chicos, Melina estaba prendida de Paulo cuando los penales comenzaron y arrancó Países Bajos. El Dibu la atajó demasiado bien dándoles un error y después le tocó a Messi, me tembló hasta el culo pero tenía fé. Y la fé no me falló cuando hizo gol y me abracé junto a los dos amigos al lado mío. Dibu atajó el segundo penal y nosotros volvimos a festejar. Aguanté la respiración cuando fue Paredes y solté todo cuando también hizo gol, bien dos a cero teníamos ventaja.

Países Bajos metió gol y Dibu ni siquiera la pudo agarrar pero bueno, a no decaer. Fue Montiel y la metió, los tres volvimos a festejar y nos abrazamos pero Paulo se separó rápidamente.

─ No te aceleres Meli, por favor, no te vayas a desmayar ─ le agarró la cara con las manos y le gritó haciendo que ella asienta rápidamente pero el equipo contrario nos metió otro.

Me separé de ellos cuando vi a Enzo caminar despacio hacia el arco y supe que le tocaba a él. Por nervios me agaché y me mordí la uña mirándolo fijamente rezando el padre nuestro de arriba abajo. Iba a cerrar los ojos pero sentí que tenía que verlo así que solo los entre cerré. Enzo se puso de costado tras el silbato y corrió a la pelota para patearla con fuerza, pero se desvió para el costado.

Todos suspiraron y yo me levanté pasando mis manos por el jean mirándolo fijamente viendo cómo se lamentaba a si mismo. Por un segundo miró para el banco y sentí que me miró, pero desvió la mirada rápidamente hacia el arco otra vez. El jugador de Países Bajos metió y nos empató, pero teníamos diferencia o sea que había chances y todo quedaba en el siguiente penal.

Fue Martínez, Melina y yo nos abrazamos y tras el silbato cerré los ojos con fuerza, pero el grito de Melina en mi oreja y toda la cancha gritar me hizo abrirlos rápidamente y miré el panorama, metió el penal y quedamos en semifinal. Vi a Melina comenzar a llorar mientras Paulo la abrazó con fuerza diciéndole cosas al oído y les sonreí viendo a todo el plantel festejar y los jugadores saltando hacia la gente que festejaba en la tribuna. Paulo y Melina me metieron al abrazo y hasta yo comencé a llorar de la felicidad y los nervios de la presión que tenía acumulado desde hace rato.

Melina y yo saltamos abrazadas mientras Paulo se fue a festejar con su equipo y después la rubia se fue con su padre para abrazarlo. Yo quedé ahí parada sonriendo y recalculando hasta que comencé a correr hacia el túnel para ir a la sala a buscar a Diego, cuando lo encontré prácticamente salte a su espalda a los gritos y ambos nos pusimos a festejar.

─ Pelotuda, ¿donde estabas? ─ ay este amor que me tenía él.

─ Me fui con Meli a ver todo desde la cancha ─ me pasé las manos por cachetes secándolos y le sonreí ─ Que locura Diego.

Me volvió a abrazar y estuvimos un rato ahí mientras los chicos seguían festejando en la cancha. Terminé de tomar agua y salí al túnel para volver y buscar a Meli con una botella de agua a la pobre. Pero cuando cerré la puerta de la sala vi entrar al túnel a Enzo con una gran sonrisa ya mirándome y le sonreí, ni siquiera aguante de la felicidad que comencé a correr hacia él y cuando lo tuve enfrente le salte enrrollando mis piernas en su torso y lo abracé con fuerza mientras él nos daba vuelta y saltaba.

─ La puta madre estamos en semi ─ me separé de él sonriendo y pegó su frente con la mía.

─ Iug, estás transpirado ─ reí mirándolo a los ojos que se le ponían chinitos ─ Después te abrazo cuando estés seco y perfumado.

─ No importa.

Le alcé una ceja y él se acercó a mí rostro dándome un beso, lo agarré del cachete con una mano para acercarlo más y le correspondí. Estuvimos así solo unos segundos hasta que él se separó todavía con una sonrisa y me dió un pico para después darme un beso en el cachete. Dios me mataba esto.













hola hermanas hacía del año pasado no nos leíamos!!! ahre, que tal feliz año lindotas espero que la hayan pasado lindo.

dale que este año es nuestro, manifiesto que este año me consigo un novio y si es futbolista mejor necesito vivir el sueño.

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