El amor

El regalo más preciado que la Divinidad celestial suprema otorgó a los hijos de los hombres.

Un sentimiento arrollador como el fuego, con el poder de calentar, quemar y destruir.

El amor abarca cada emoción que podemos albergar en nuestro interior, y puede fluctuar dependiendo de la unión entre los hombres: amor de pareja, amor maternal y paternal, amor de familia y amistad.

Aunque otras virtudes fueron otorgadas a la humanidad, el amor era su fundamento.

Kassandra, la diosa de la luna, sentía una profunda envidia por ese regalo concedido a los mortales, y la ira la consumía cuando ellos despreciaban ese don de cualquier manera.
El amor no estaba destinado a los dioses, pero Kassandra anhelaba experimentar en carne propia aunque
fuera una ínfima parte de ese sentimiento. Con el paso de los días, la necesidad de dar amor y sentirse amada se acrecentó en la diosa; no era un mero deseo, sino una necesidad primordial.

Sin embargo, había un tipo de amor que Kassandra deseaba experimentar por encima de todos: el amor hacia un hijo. Podía permanecer más allá de su tiempo en el firmamento con tal de observar a las madres con sus pequeños hijos, amamantándolos, enseñándoles a hablar y dar sus primeros pasos, y sobre todo, viendo cómo acompañaban a sus hijos hasta la edad adulta.

Estaba resuelta a cumplir su deseo a cualquier costo.

La oportunidad no tardó en llegar, y Kassandra no pudo sentirse más satisfecha cuando vio a aquella mujer suplicarle por un deseo ferviente que ella estaba dispuesta a cumplir.

“Luna quiere ser madre
Y no encuentra un querer que la haga mujer
Dime luna de plata
¿Qué pretendes hacer con un niño de piel?”

Si han llegado por aquí, les agradezco por la oportunidad
Espero disfruten este proyecto
Nesblack