Confrontación

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Sarang

Ir a clases me mantuvo ocupada, hice mi examen para la conservación de la beca, y aunque todo estaba calmado seguía con la sensación de extrañar a ese monstruo que me había atormentado durante tanto tiempo.

El señor Seokjin me había ayudado mucho con el manejo de mis cuentas, ya tenía solvencia para no depender de nadie, y aunque la gira se canceló, se me planteo retomarla en unos meses si me sentía con ánimos, Tae y Yoongi me dijeron que me esperarían lo necesario para volver a compartir escena conmigo, para ir a la facultad se me contrato un chófer no quería que a anduviera sola, aunque mi chofer daba pinta mas de guardaespaldas que de chófer.

Namjoon se la mantenía en el trabajo, había sido un mes desde lo de Lia y prefería no estar en casa, casi no lo veía solo saludaba cuando me topaba en la casa, no sabía cómo ayudarlo ¿Qué le digo cuando estoy igual de rota que él? No soy la mejor opción para dar ánimos, se me hacía un nudo en la garganta cada que me deseaba decir algo. No creo que ayude mucho en realidad.

Hoy es un día algo complicado tenía cita en la corte para ver la demanda de divorcio, Seokjin me había dicho que también pusiera una demanda por violencia doméstica, pero en realidad yo solo quiero ser libre de él, puse la orden de alejamiento, entre menos tenga que revivir estos años mejor para mí.

—Tranquila, a él no le conviene negarse a darte el divorcio —Seokjin me animaba sentados en la banca esperando entrar a la corte, mi madre estaba a mi lado sosteniendo mi mano —ya regreso iré a dejar una cosas.

Recosté la cabeza en el hombro de mi mamá, hice algunos ejercicios de respiración.

—Sarang.

Cuando escuché su voz, sentí un escalofrió recorrer mi espalda, no quería levantar la cabeza, mire sus zapatos perfectamente lustrados parados justo frente a mi.

—Lárguese de aquí joven, no se puede acercar a mi hija

Me envolvió con sus brazos para protegerme de Jungkook.

—Solo quería saludarla, la extraño demasiado —se inclino a mi altura —mi ángel, te vez muy bonita hoy.

Vi que acercó su mano para tocarme, los brazos de mi mamá se tensaron a mi alrededor, cuando el aroma de su loción estaba cerca de mi, una mano morena lo detuvo levantándolo de mi vista.

—No la toques, y vete antes de que le hable los policías.

Levante la vista mirando a Namjoon con la mandíbula tensa arrojando la mano de Jungkook lejos de mi, este se sacudió la mano, mirándolo desafiante.

—No la dejaré ir tan sencillo, ella me ama lo sé, la amo y no la dejaré ir.

—Si que tienes valor para decirte que la amas malnacido, mejor vete es la última vez que se lo digo.

—Vámonos Jk, no hagas esto más complicado

Rose lo tomaba del brazo para alejarlo de mi, yo solo los vi alejarse, Rose le acariciaba la espalda para tranquilizarlo. Namjoon me tomo del rostro para que lo viera a él.

—Estamos bien —sus ojos negros me miraron —Estamos bien, estoy aquí.

Se agachó para abrazarme, me sujete de la chaqueta de su traje Jungkook nos miraba a lo lejos, con la mirada cargada de irá, una mirada que conocía muy bien, las manos de Namjoon a mi alrededor me calmaron mucho, mi corazón dejo de latir rápidamente y mi cuerpo dejo de temblar.

—Ven, Jin ya nos espera en la puerta de la corte.

Mi madre se levantó primero, Namjoon me tomo de la mano para ayudarme a levantar, camino tras de mi asegurándose que mi vista se mantuviera al frente. Entramos a la sala, tomamos asiento, esperando la lectura de cargos. Seokjin se veía imponente en el estrado, cuando lo tratas es una persona amable y bromista pero cuando está haciendo su trabajo puede dar algo de miedo.

Jungkook está a al frente, con su abogado Choi Minho, lo conocía porque trabaja para su padre, es uno de los mejores abogados de la ciudad.

Paso el juez, todos nos pusimos de pie, se hizo la lectura de cargos y la petición de divorcio, violencia doméstica y psicológica.

—¿Cómo se declara el señor Jeon?

—Inocente su señoría, además nos negamos a la petición de divorcio mi cliente no desea separarse de su mujer.

Sentí como si un balde de agua fría me cayera encima, Namjoon apretó mi mano para mostrarme su apoyo, pero el aire me estaba faltando, ¿Por qué no me deja ser libre? ¿Por qué quiere seguir torturándome?

Me mareé, la sala cada vez se hacía más pequeña, sentía las miradas sobre mi, necesito salir de aquí.

Me levanté y salí corriendo del lugar, busque los baños, cuando al fin los encontré entre sosteniéndome del lavamanos, mire a la mujer del espejo, mi imagen era distorsionada por la visión borrosa, en mi mente repasaba que el no me dejara, que el me consumirá siempre, esto no se detendrá.

"Pero ya no estás sola"

Volví a mirar al espejo, de nuevo vi a la mujer en el, está vez más clara, mi cabello ya había crecido un poco, mis ojeras no estaban, mi cuello al fin estaba sin marcas, me veía con más color, mis labios más rosados, y mis ojos no están apagados. No debo dejar que se lleve esa imagen de nuevo, me gusta lo que veo y lo voy a conservar.

"Ya no puede dañarte"

Después de lavarme el rostro para calmarme, salí del baño, Namjoon me esperaba recargado en la pared.

Camino conmigo en silencio hasta toparnos con mi madre y Seokjin que también se miraba molesto, Jungkook hablaba al fondo con su abogado teniendo de la mano a Rose.

—Sarang — Seokjin atrajo mi atención — Necesito que confíes en mí, porque te voy a prometer que ese infeliz te dejara libre muy pronto, como mi nombre es Kim Seokjin.

—Debes de tomarlo enserio, cuando Jin se molesta es peor que el abogado del diablo, todo saldrá bien.

—Gracias, se que así será, no tengo porque desconfiar de ustedes.

Salimos del ministerio, cuando caminábamos hacia el auto, volvimos a ver a Jungkook pero esta vez le sostuve la mirada.


En casa estuve un rato siendo mimada por mi madre, después  salí a sentarme al patio, el aire fresco me ayudaría, vi que Namjoon salía de la casa, caminando con pantalón de chándal negro una sudadera del mismo color y su cabello algo húmedo, se venía rascando la nuca como algo apenado, es curioso como alguien de su tamaño puede verse tan tierno.

—Buenas noches.

—Buenas noches.

Se sentó a mi lado mirando en la misma dirección que yo.

—Perdona por ausentarme tanto es solo...

—Tranquilo, perdóname a mi, por no saber cómo apoyarte, soy una mala amiga.

—No digas eso, siempre me he concentrado en el trabajo cuando quiero distraerme. Pero siento que ya estoy más tranquilo, además hablar contigo es suficiente.

—Me alegra que vinieras hoy al juzgado.

—Siempre llegaré de eso no tengas duda.

Quedamos un rato más en silencio, vi que se frotó las manos algo nervioso, había notado que me miraba en ocasiones, pero no decía nada. Al fin se paró de mi lado.

—Bueno me iré a dormir, descansa Sarang.

—¿Namjoon?

—¿mhm?

—Muchas gracias

Me dio una sonrisa con hoyuelos.

—Perdóname pero es que necesito hacer esto.

Se agachó y me dio un beso.

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