⃝⃕Úɴɪᴄᴏ

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Seok Jin acomodó el cuello de su blusa, cerrando los botones hasta su cuello pálido sin dejar una parte de su piel expuesta, el pantalón fue acomodado, se revisó por tercera vez en el espejo frente a su tocador, cuidando que el suéter fuera lo suficiente largo como para evitar  que su trasero estuviera a la vista,  si su madre notaba que su ropa era llamativa iba a tirarla de nuevo. Prefería prevenir que lamentar y olvidar las prendas llamativas a que su padre le castigara.

Atando su cabellos rubios en un  moño, la chica jaló de su mochila que era la actual cama de Shiro, su gato negro. Kim dio un beso en su pequeña cabecita peluda antes de salir corriendo por ka puerta y bajar las escaleras de su hogar corriendo, prefería huir de su padre antes de que la interceptara en medio camino.

Amaba a los adultos, no iba a negarlo, pero el ser presionada a casa segundo del dia no era su vida favorita en la vida, Seok Jin prefería ignorar el hecho de que sus padres dejaban en claro el baber deseado un niño para que heresade su empresa a una muchacha que podría ser un estorbo y vergüenza si habría las piernas.

Mientras más te nieguen las cosas tu mente creerá que es exactamente eso lo que debes de hacer.

"¿Jin?" La voz proveniente de la cocina le pertenecía a su madre, soltó un jadeó cuando llegó al último escalón, había luchado por no hacer ruido y ahora ahí estaba, con su madre llamándola seguramente para tegañarle por algo que aún no hacía. Era una reverenda idiotez.

La menor acomodó su mochila en su espalda, dejando ver su atuendo del día. "¿Qué pasa?"

"Buenos días, cariño" la señora Ho, la cocinera, le saludó con una gran sonrisa entregando un toper con comida. "No es bueno saltarse comidas, menos cuando es tu primer día de clases" le regañó mandando una mirada de advertencia, no iba aceptar un desorden alimenticio nuevamente.

"Tu padre sigue opinando que es estúpido que vayas al colegio" Su madre soltó, tomando su taza de café entre sus delgados dedos y dando un largo trago hasta regresar la taza de vuelta al pequeño plato de porcelana azul. "Podrías quedarte en casa, no perder el tiempo y buscaremos un marido para ti, así tu padre adquiere más socios y yo podría presumir eso en mi próxima campaña"

Jin apretó sus dedos entre sua manos, enterrando las uñas sobre su piel pálida, lo había visto venir, se había preparado mentalmente para ello durante todo el verano y parte de su noche, por ello no había dormido nada, temerosa a que los adultos ligados sanguineamente a ella irrumpieran en su habitación y le declararan que no habría más posibilidades de ella en el colegio, que nada de lo que deseaba se podría hacer realidad y su sueño de ser parte de una editorial no sería posible dado que era estúpido y patético.

"Creí que teníamos un trato" le reprochó, deseaba lanzarle a su madre su almuerzo en la cabeza o huir de su casa, pero a final de cuentas estaba tan acostumbrada a la vida de lujos que no podía imaginarse pasar de ser la hija mimada a ser una trabajadora, sola en el jodido país donde no sólo podría ser violada o robada, sino usada como material de algún negocio sucio.

"Y lo tenemos" aceptó con un movimiento de cabeza. "Sólo digo que puedes tener menos trabajo y cansancio si adelantamos todo"

"No" le riñó. "Tenemos un trato, yo acabo la universidad, ustedes pueden casarme con quien les de la gana mientras me dejen hacer mi vida profesional, quedamos en eso"

SeokJin vio como su madre se escogía de hombros, podría decir que era bastante obvio su molestia en la tensión de su cuerpo, pero no podía dar marcha atrás cuando su vida podía estar en una cuerda floja.

"Tenemos ese trato en pie" resopló la mujer. "Pero una sola falla y haré que te cases antes de lo deseado y dejes la escuela" murmuró en un tono frío, Jin no dijo nada, sólo se despidió de la señora Ho y huyó de su casa con un nudo en su maldita garganta.

Sus padres la debían de odiar, no tenía otra respuesta para el hecho de que buscaban arruinar su vida o hacer con ella lo que les diera en gana,  nadie podría salvarla de una maldita línea sanguínea y el deber como heredera de su hogar. Era una jodida que su madre ya no pudiera tener hijos para liberarla del suplicio que le esperaba ser la única hija.

Veinte minutos más tarde la rubia se encontraba entrando a su salón de clases, había olvidado la materia de la primera hora, en realidad no tenía cabeza para nada más que para maldecir a sus padres por la injusticia que le obligaban a vivir bajo su techo. Removió sus cosas de su mochila, revisando que le tocaba la clase de francés, cuando su libro estaba siendo retirado del interior de su mochila una pequeña caja salió a la luz, con suerte no la había olvidado en casa.

"¿Sigues fumando?" Seok Jin dio un salto en su lugar cuando Jimin le habló al oído, la pelirrosa le sonrió al verla tan asustada y desorientada. "Soy yo... no debes tener miedo" su amiga dejó su mochila en la banca de la fila izquierda a ella.

"Ten miedo al llevar eso a casa" le reprochó la pelirroja. "Deja de llevarlo, Jin. Puedes meterte en problemas con tus padres, da gracias que no han notado que fumas" Yeri se dejó caer detrás de Jimin, saludando a las otras con su mano.

"Y no lo harán" recalcó rodando los ojos y dejando su celular sobre la mesa. "Pero tienen razón al decir que no es buena idea llevarlo a casa"

"Yo los llevaré" Jihyo saludó a las tres jóvenes, ganándose su plena atención antes de dejarse caer en su pupitre al lado derecho. "Así evitas tener problemas y de paso me dices en donde está viviendo tu primo"

"Hoseok está viviendo en el centro" Jin visualizó a sus compañeros tomar asiento en sus lugares y al presidente de la clase pedir orden ante la llegada del nuevo profesor de francés. "Te los daré cuando vayamos de vuelta a casa, de esa manera puedo fumar en el receso"

"Como sea, sólo dame la dirección de Jung y puedo conseguirte dos cajetillas"

"No alientes su adicción, es dañiño y lo sabes, no llegues a un exceso" le reprochó Taehyung en el asiento detrás de ellas. "¿Qué dice Daniel?"

Seok Jin dejó de ver a sus amigas para centrar la atención en el presidente del salón, soltó un suspiró y apoyó su barbilla en su mano cuando le chico bajo empezó a relatar un discurso  bastante aburrido como para permanecer con los ojos abiertos y seguir el hilo de ello, tenía demasiado sueño y el tono de voz del castaño le daban ganas de poner su mochila en el pupitre y colocar su suéter en la cabeza para perderse en su inconciente. Hablaba acerca de como la señorita Rite ahora estaba felizmente casada y en espera de au primer bebé, lo que significaba que tomaría uno o dos años para cuidar de su hijo y luego regresaría al trabajo, cuando Daniel estaba dando más vueltas como siempre y aburriendo a todos la puerta se abrió y el silencio reino.

La rubia mantenía sus ojos aún cerrados, sintiendo sus párpados demasiado pesados como para seguir  trabajando por el día, si Daniel iba a perder el tiempo en estupideces ella estaba bien con ello. Para su mala suerte no fue así, una mano se puso frente de ella, no lo vio, pero lo sintió. Kim abrió sus ojos tapándose con un adulto no mucho mayor que ellos, analizando con una ceja alzada su rostro. El sujeto no dejaba de verle, tan serio y curioso.

"¿Cansada, señorita?" Cuestionó el adulto, levemente inclinado contra el rostro de la muchacha. "Porque apenas iniciará mi clase y usted se está durmiendo"

La rubia sintió sus mejillas arder, el sujeto era su nuevo profesor, pudo confirmarlo cuando se dirigió al pizarrón y comenzó a anotar su nombre completo. Kim Namjoon, el mayor tenía el cabello levemente rubio, era más un castaño rubio que combinaba perfecto con su piel y los ojos oscuros bajo sua lentes. El traje no era el de un jodido anciano aburrido como el del señor Wang de historia o el clásico traje deportivo del señor Kang, el profesor Kim llevaba un atuendo que le hacía dudar a todos si de verdad era el profesor de la materia o un alumno que les tomaba el pelo.

¿Ese era el maldito profesor y tutor de salón? Debían de estarla jodiendo, porque en realidad la única cosa que pasó por su mente era a ese profesor haciendo de todo menos enseñando francés.

Jin mordió su labio, Jihyo le dio un codazo a su lado. "Deja de babear o tendremos un mar y un regaño por tu culpa"

La rubia negó, anotando lo que sea que el profesor había puesto en el pizarrón. "Lo quiero para mí..."admitió en un susurró, sintiendo un maldito terremoto de emociones cuando el señor Namjoon le miró por unos segundos antes de seguir explicando. Jin no evitó mirar como los musculos de su profesor  se flexionaban cuando había llegado hasta su lugar para entregar el programa del año y la forma de evaluar, el castaño pidió que pasaran las hojas a todos los demás alumnos de las bancas tras ellas. Por primera vez en su vida escolar estuvo feliz de estar en el lugar justo frente al escritorio de su profesor, Seok Jin podría verle de cerca.

Estaba jodida.

Tres clases después, la rubia estaba en el comedor con sus amigas, quejándose de las largas clases, tareas, proyectos y malos tratos por parte de los ancianos profesores, a ella no le interesaba nada de eso, al menos hasta que Tzuyu abrió la boca.

"¿Te gusta?" La castaña señaló con sus ojos a la mesa de los profesores, donde el señor Kim intercambiaba una charla amena con una de las profesoras más grandes que había en el campus. Con suerte, para el bienestar de la joven, la profesora más joven tenía cuarenta años, nada cercano a la edad del señor Namjoon.

"Tiene veinticuatro años, dicen que sus padres adoptivos son franceses y por ello tiene como segunda lengua, también dicen que es un recién graduado, pero independiente de su familia" murmuró Yeri, la pelirroja era la más ágil para enterarse de los chismes en el colegio.

TaeHyung sorbió de su jugo hasta dejar el cartón en su charola. "Te gusta..." aseguró la peliazul. "¿Qué vas a hacer ahora?"

Jin se encogió de hombros, en realidad no podía decir qué plan tenía,  ningún chico le había gustado antes, tal vez se había enamorado en algún momento de los actores de sus series o películas, mas sentirse atraída por alguien que no estaba separado por una pantalla significaba problemas,  mucho más si la línea que les separaba era moral y ética profesional. Una mierda si le preguntan a la joven.

"Es el profesor de francés" dijo obvia, empujando con su tenedor un trozo de pollo.

Jihyo se dejó caer en su hombro, jalando del pudin de Tzuyu y metiéndole a su boca luego de quitar la tapa. "¿Qué más da? Tiene lindo rostro, deja que te folle y listo, lo tendrás a tus pies"

"Por supuesto que es fácil para ustedes decir algo como eso, tienen pechos enormes" con una queja la peliazul les arrugó la nariz mirandoles,  Jin rodó los ojos acostumbrada a los problemas de apariencia que tenía la más baja. TaeHyung consideraba que los cuerpos de Jihyo y ella podían darles la felicidad y todo lo que desearan, desde hombres a renombre,  para su mala suerte nada era así y Seok Jin pudo saberlo.

•••

Jin cerró sus ojos unos segundos, sintiendo el aire pegar a su rostro. Las hojas de los árboles golpeaban entre si y algunos pájaros cantaban, nunca iba a cansarse de los días nublados, los amaba, el olor del pasto mojado, de la humedad en el aire y el leve frío que cubría la mañana, tarde o noche la cual gobernaba. Estaba alegre luego de pasar por los exámenes del primer corte de evaluación, con algo de buena suerte y mucha dedicación la joven llegaría a ser el primer lugar de nuevo, debía de serlo o las consecuencias en su hogar podrían ser superiores a catastróficas.

La rubia buscó en el bolsillo de su sudadera rosa, la tela deportiva y suave escondía la cajetilla de cigarrillos que Jihyo le había regalado como pago por llevarla a la casa de su primo Hoseok, no sabía que le miraba su amiga a su primo, fuera de que era el mejor boxeador en Chicago no había otro beneficio que podría asegurarle algo bueno, sólo sabía que Jihyo y ella compartían el gusto por los hombres mayores. Jin se lamentaba porque luego de tres meses su interés por el señor Kim estaba más arraigado a ella que una pulga.

Estaba encaprichada con el profesor. Se lo diría, no había duda de ello, sólo que la situación no se había dado y el señor Namjoon no era fácil de encontrar y atrapar. La rubia supo que iba a ser un trabajo duro desde el momento en que su mirada oscura helo sus sentidos, el profesor de francés no era simpático con nadie. Ni mucho menos con ella, eso le irritaba, la menor encendió su cigarrillo aspirando el primer humo antes de guardar su encenderdor en su pantalón, como siempre el atuendo decente era el que cubría su piel pálida.

Iba por el tercer cigarrillo cuando el viento sopló demasiado fuerte y la rubia ni siquiera pudo escuchar unos pasos acercarse detrás de ella. "No debería de fumar, señorita Kim"

Seok Jin casi se ahoga con el humo tras oir esas palabras. Dio una vuelta lo suficiente rápido como para marearse y casi caerse, la rubia visualizó al señor Kim frente de ella, sin su saco y con los brazos cruzados sobre su pecho, casi deseaba lanzarse y taclear a su tutor, pero sabía que eso podría traer sólo cosas malas.

"Es bueno para el estrés" murmuró dando un último jalón a su cigarro antes de dejarlo caer al suelo y pisarlo, la colilla siendo apagada, apestaba al humo del cigarro, su boca estaba invadida por él.

"Eres menor de edad" señaló el castaño.

"Y tengo ya los suficientes problemas para necesitar fumar" con ruedo de ojos la rubia se encogió de hombros, el profesor Namjoon le miraba, como si deseará entender lo que habia detrás de sus palabras.  "¿Va a suspenderme?" Cuestionó temerosa por fin, el señor Namjoon podría estar pensando en cómo puede castigarla y no en la verdad de sus palabras.

El adulto negó, quitando sus antojos de su puente de su nariz y dando presión en ese lugar con sus dedos.

"¿Dejaras de hacerlo si digo que no?" Seok Jin enarcó una ceja luego de que el profesor le mirara. "No creo que un regaño te haga dejarlo, por el contrario podrías terminar aferrandote más y joder tus pulmones"

La rubia buscó entre sus ropas, encontrando la caja de cigarros en su bolsillo derecho de su pantalón, la Kim menor caminó hasta quedar frente al profesor Namjoon, dándose cuenta de que era mucho más alto que ella, la chica extendió la cajetilla acompañada de su encendedor rosado, Namjoon elevó una ceja creyendo que la joven estaba cediendo muy rápido.

"Lo haré, si me da diez minutos de su tiempo" Seok Jin señaló en su mano los dos objetos, incitando al adulto a tomarlos.

En un inicio Namjoon le miró receloso, creyendo que era una trampa, al ver que la joven no hacía nada más que esperar optó por tomarlo entre sus manos. Los dedos del castaño rozando los delgados pálidos de la muchacha. Kim ladeó su rostro, colocando sus manos unidas frente a su abdomen, relamió sus labios, tratando de ver todo a su alrededor y esconder la vergüenza donde pudiera, su rostro apenas podía ser escondido bajo un leve flequillo rubio.

Jin removió sus piernas inquieta, el viento pegando contra los rostros de ambos, agitando sus cabellos rubios. El señor Namjoon estaba atento a sus palabras, esperando alguna acción.

"Me gusta, profesor Namjoon" admitió con rubor en sus mejillas, sus manos siendo talladas entre ellas y sus piernas temblando. Lo había dicho, ahora sólo quedaba continuar. "En realidad lo quiero demasiado. Por eso mismo no puedo esconderlo luego de dos años, así que salga conmigo; aunque sea en secreto"

El adulto permaneció inmóvil, digiriendo las palabras tan directas de la joven. Jamás en su vida se hubiera imaginado ser el amor imposibles de una alumna, sus amigos le hacían bromas pesadas relacionadas a ello, viendo tan lejano el tema, ahora estaba detrás de un edificio con una alumna que se le declaraba como algo tan simple, proponiendo verse a escondidas  como si se tratara de jugar ajedrez o a las damas chicas, no como lo era el hablar de algo éticamente prohibido.

No, no estaba bien que una alumna le quisiera, mucho menos si se enteraba alguien del Consejo de profesores del colegio, lo más probable era que quedara desempleado y sin alguna referencia o recomendación, además de quedar marcado toda su vida profesional que apenas iniciaba.

"No puedo aceptar tus sentimientos, joven Kim" respondió el mayor guardando los objetos en su bolsillo de su pantalón.

"¿Por qué no?" Indagó la rubia, dando un paso más invadiendo un poco del espacio del mayor. "Nadie lo sabrá, no se lo diré a nadie" concluyó mordiendo su labio inferior, Seok Jin no había creído que se negaría.

"Porque no existe una posibilidad de tener una relación" masculló dando un paso atrás, la joven no retrocediendo ni un poco, Namjoon podía admitir que la chica le ponía de los nervios, la conocía bien, era su tutor de clase y ella resaltaba en todas las materias, menos en la suya y en matemáticas.

"Tal vez diga eso ahora, señor Kim. Pero habrá un momento donde usted ceda" Seok Jin se alejó del adulto con un mal sabor de boca, ser vencida no era uno de los sentimientos que disfrutará, mucho menos si se trataba de alguien a quien deseaba poseer. "Lograré tenerlo antes de que salga del colegio"

Namjoon tembló, la forma sombría en que los ojos de la joven habían brillado, la sonrisa torcida y el caminar tan relajado le dijo que debía de tener cuidado ante una muy probable amenaza. No estuvo tan equivocado cuando al día siguiente las cosas no parecían ir igual, su alumna había llevado una falda, prenda que nunca había visto usar a la chica, a diferencia de otros días ocupaba una sudadera menos holgada, las grandes curvas de un cuerpo perfecto contrastando y atrayendo la atención del alumno más calmado.

El castaño supo que no estaba para nada a salvo cuando el final del día la puerta de su aula se abrió y por ella ingresó la rubia. Namjoon podría no tener un sexto sentido, pero consideraba que cualquiera que pusiera atención vería la manera en que su alumna caminaba hasta su escritorio dejándose caer en una esquina junto a él.

Lo estaba intentado seducir.

"Buenos días, señor Kim" saludó la chica rozando entre sus piernas jugueteando con ella a la vez que se inclinaba ante su tutor.

"¿Qué planea, señorita Kim?" Atacó el moreno dejando caer sua lentes en su escritorio junto a las caderas de la muchacha, Jin enarcó una ceja, dando una sonrisilla inocente y negando suavemente con su cabeza.

"Nada que no sepa, señor Kim" jadeó suavemente la última frase, deseosa de crear alguna reacción en el adulto. "Se lo dije, usted me gusta y haré lo que sea necesario para tenerlo a mis pies"

Namjoon arrugó el rostro. "Puedo deportarla..."

Jin se encogió de hombros. "Hágalo, puedo cambiar las cosas con un par de lágrimas y una buena historia y aunque no lo haga seguramente será blanco de una investigación, ¿realmente cree conveniente eso? Le revisarán su casa, su auto, revisarán su laptop y sus cuentas, cada pequeño detalle, sumando a que los padres joderan a todos con tal de ganar en esto, no puede salir de esto fácilmente, señor Kim"

Namjoon pensó por unos segundos, sintiéndose estúpido al saber que la menor tenía toda la razón, meterse en un lío de esos era meterse en boca de miles de lobos que buscaban el beneficio a base de sufrimiento ajeno, de tener el placer de agrandar algo que no podría ser cierto y arruinar su vida sin importar que él fuera la jodida víctima. La mejor y más factible opción era dejar a la mocosa hacer lo que le diera en gana, Namjoon estaba determinando a no ceder ante una alumna que sólo buscaba un poco de diversión placentera con un adulto, no podía arriesgarse a caer en una trampa de una víbora, ignorarla era la mejor solución.

"Tiene razón, joven Kim" respondió el mayor fijando su vista en su laptop y continuando con su evaluaciones.  "Puede hacer lo que crea necesario, así como yo haré lo que creo necesario para ignorarle"

"Va a ceder" gruñó la chica, apretando sus labios, Namjoon se sintió poderoso ante la furia de los ojos de la rubia, estaba igual de iracundo que ella.

"Como dije, ya lo veremos" Namjoon le dio una mirada que podría derretir las bragas de muchas mujeres, Seok Jin sintió algo húmedo  bajo su falda. Estuvo mucho más segura de que Kim Namjoon iba a ser suyo a lo que diera lugar.

Tal vez por eso, la chica había decidido regresar, hacer una gran rutina el luchar por seducir a su tutor. Jin sonrió luego de recordar su primera vez en la oficina del señor Namjoon, hacia un mes de ello y la rubia no faltaba ni un sólo día. Luego de clase, cuando los alumnos se iban a casa y la mayor parte de profesores se quedaban a adelantar trabajo que les obligaba el decano del lugar, la menor se colaba en el salón del castaño hasta quedarse a su lado, ya fuera luchando por ganarse algo de su atención o porque empezaba adorar estar ahí que estar con sus padres en casa.

Jin había ganado muchas batallas al adulto, el castaño se negaba a ceder, eso estaba bien para ella, mas para el moreno no era así. Namjoon había aprendido que intentar huir a casa significaba que la rubia llamara a la puerta durante horas exigiendo dejarle entrar, ¿cómo había dado con su hogar? No lo sabía, pero lo que sí sabía era que estar en su aula significaba menos problemas y posibilidad de ser acusado de algo que no era su culpa.

Prefería quedarse dos horas encerrado en su aula que toparse con una rabieta de la chica por no dejarla estar dentro, tenía suficiente estrés como para pensar en cómo librarse de ella, por ello había aprendido a ignorarla, al menos hasta ese día, donde creyó que la tutoría con dos alumnas iba a ser lo menos problemático de su día, estaba muy equivocado.

"Seok Jin" le riño la muchacha cuando se dejó caer con sus codos apoyados en su escritorio. "Dime Seok Jin" le pidió pestañeando,  Namjoon pensó que si la joven no fuera su alumna enredarse con ella no habría ocasionando algún conflicto.

"Señorita Kim, sus compañeros están por entrar a mi clase. ¿Podría tomar asiento?" Namjoon soltó un suspiro cuando vio a la rubia obedecer por primera vez en muchos meses, normalmente la chica se quejaba y le hacía un berrinche antes de ceder. Para su suerte la menor caminó a su pupitre, Namjoon por fin calmado tomó su café de la mesa, la rubia parecía entender por fin las cosas.

No estaba interesado.

"Llámeme Seok Jin" pidió de nuevo la chica con sus labios firmemente sellados al final, estaba molesta, lo que extrañaba a Namjoon era que no había hecho ningún movimiento agresivo a como acostumbraba.

"No" respondió simple luego de darle un largo sorbo a su termo de café.

Jin enarcó una ceja, sintiéndose lo bastante molesta ante la negativa del mayor. Había actuado docilmente porque había creído que el adulto entendía sus actos y sólo tal vez había una pequeña posibilidad de que cediera, por ello esa mañana había buscado la forma de pasar una de las muchas líneas.

"Bien..." le gruñó. "Usted es el que me ha llevado a esto"

Namjoon iba a preguntar qué carajos quería decir con ello, dejando de ver los papeles en su escritorio el mayor fijó sus ojos en como la rubia se subía a la su propio pupitre, elevando su pierna derecha a hasta apoyar su zapato de tacón sobre la madera pulida. La pequeña falda de la chica se había resbalado hasta dejar ver la pálida piel de sus muslos de la rubia, su mano jaló de la prenda dejando ver una pequeñísima tela blanca como la falda que apenas cubría algo de piel.

El profesor escupió por accidente parte del líquido amargo sobre de si mismo, dejando caer una gran cantidad sobre su camisa, corbata y traje, salvándose por poco su pantalón. Namjoon abrió sus ojos, recorriendo la pálida parte íntima de la menor, todo lo que la chica le ofrecía siendo apenas visible, nunca de había imaginado que su alumna llegaría a tal extremo de mostrar su lencería de forma tan descarada. Kim se fijó en la tersa piel limpia, casi haciéndole caer cuando se colocó de pie por el ardor del líquido caliente caer contra su piel.

Se estaba quemando, no sólo con el líquido oscuro. Su mente le estaba jugando mal cuando la sonrisa tímida e hipócrita de la rubia le saludó. "Ve, señor Kim. Pierde el tiempo negando algo que su mismo instinto le grita tomar" la joven señaló la entre pierna del mayor,  un bulto ganando el protagonismo.

"Cubrete" ordenó, sacudiendo su mano y sacando de entre sus pantalones su camisa, necesitaba abanicar para sacarla. "Tus compañeros pueden llegar en cualquier momento"

"No voy a hacerlo, señor Kim... No hasta que acepte que puedo ser más que una alumna" encogiéndose de hombros, Seok Jin se relamió los labios.

Namjoon entraría a un juego del que no saldría ileso. "Bien, es correcto lo que dice" admitió dejando sus prendas para centrar su atención  en la muchacha. "Sin embargo, el único motivo por el cual podría considerar a usted más como una alumna es porque su grado de acosadora me pone en duda su cordura, señalando el efecto que tiene en mí no puede ser negado, los instintos primitivos de deseo sexual pueden despertar no sólo con usted, sino que pueden ser atraídos por cualquier persona del sexo opuesto que sea buena para procrear"

Namjoon no vio el efecto esperado, la sonrisa colgando en la curva de sus labios le dijo que no había ganado la batalla como había pensado. "¿Entonces me dice que la señorita Han Seok puede ser atractiva para usted?" Jin no escondió sus intenciones, dejando humillado al castaño que negó rápidamente, no, no podía ver a la profesora de español como algo atractivo.

"No, yo no..."

La rubia unió sus manos frente de sí. "Ahora lo entiendo" murmuró señalandole. "Le gustan mayores, eso tiene mucho más sentido ahora... Pero señor Namjoon, ¿qué dirán los demás al saberlo?" Cuestionó con una inocente máscara, Namjoon deseaba dominar a la mocosa que no le permitía dormir en paz.

"Que no me refería a eso" casi gruñó como un perro rabioso, le estaba llevando a acabar con su poca paciencia, la menor en menos se un minuto ya estaba corriendo contra su cuerpo, casi tirando de él al suelo, con suerte sólo empujando hasta inclinarlo en su escritorio.

"Tenga mucho miedo, señor Kim" amenazó, susurrando contra su oreja y soltando un leve jadeó fingido sobre la piel.  Seok Jin enredó sus brazos en el cuello del profesor, sintiéndole negarse en un principio. "Es mejor obedecer antes de que el rumor de que se siente sexualmente atraído por la señorita Han Seok se corra por todos los pasillos"

Namjoon apretó sus labios. "¿Sabes que eres una arpía?" Seok Jin negó ante las palabras venenosas del mayor.

"No, señor Kim. No soy ninguna bruja, podría ser una sirena que atrae a los hombres a su muerte, pero no se preocupe, que usted para mí es el mejor tesoro que puedo guardar" delineando con sus labios un camino del hombro cubierto del saco del profesor, la rubia llegó a la piel del cuello del adulto, rozando inicialmente sus labios húmedos con esa zona. La menor no negaría su absoluto placer al sentir el cuerpo negativo del mayor, Jin sabía que el señor Namjoon cedería en poco tiempo.

Lo supo cuando por unos segundos visualizó sus manos casi rodearle, mas el ruido tosco de sus compañeros acercándose sacó del pequeño trance al señor Kim y terminó por negar pidiendo su espacio personal para no ser despedido o demandado.

"Obedeceré sólo porque no quiero que lo ataquen, señor Kim" admitió alejándose con un molesto sentimento en su pecho. "Pero no me haga enojar más tarde, porque como dije... No queremos que ningún raro rumor salga de estas paredes"

Confesaría que sus actos no eran los más dignos para ganarse el cariño o atención del profesor, para su muy mala suerte el adulto sólo le había demostrado que esa era la única manera de gobernar sobre de él sinbhener consecuencias y que a final ella saliera ganando con el adulto, todavía no existía un resultado que le logrará convencer, pero ganaría, de eso estaba segura. De una u otra manera el señor Namjoon estaría a sus pies, dispuesto a aceptar por una vez lo que ella daba.

Durante esa semana Seok Jin sólo se había limitado a lo mismo, molestar al mayor y mostrar la linda lencería que Jihyo le había comprado para presumir un poco de su cuerpo. Todas las mañanas la rubia tenía que llegar a casa de la azabache para cambiarse y salir con diminutas faldas que le hacían sentir incómoda todo el día.

¿Por qué atraían a idiotas de colegio y no al adulto titulado y exitoso?

No tenía una pista de ello, pero de lo que estaba segura era de que el señor Namjoon no podía negarse a un buen culo, palabras de Jihyo.

"Es hombre, Seok Jin" la azabache ató su cabello en una coleta. "Todos los hombres caen ante un buen culo"

"Ven, palabras de una experta" recriminó la pelirroja.

Taehyung negó, burlándose de la pelirroja. "¿Cómo va a ser experta si ella no se ha enrollado con Jung?" Declaró jalando de la mochila de su hombro.

"Sólo trato de decir que ella siempre declara que un hombre va a ceder mientras le abras las piernas"

Jin negó con un siseo. "Para su mala suerte no ha decidido en estas dos semanas" mordiendo su uña la rubia cerró la puerta de su camioneta de Jimin, elevando sus cejas cuando ver a la mencionada saludando desde lejos al capitán del equipo de basketball de la universidad vecina.

"Lo has dicho en casa de Taehyung, ¿a quién carajos vas a usar como cebo para que ceda? Si has dicho que todos son unos idiotas" Tzuyu se cruzó de brazos, pensado si su amiga iba a actuar  con la cabeza o con el estómago, cual fuera la opción estaba segura de que iba a caer redondo de cara.

"Jackson" admitió al alzar sus hombros. "Ha estado invitandome a una cita, además si me acuesto con él tal vez podría salvarme de ser regalada a ese anciano de Jang Hyuk"

"No es feo"

Jin asintió a lo dicho por Yeri. "No es feo, pero me lleva más de veinte años, no gracias, prefiero meterme en la cama con Jackson y pasar mi vida con un chico que es manipulable a tener a alguien que me gobierne y le deba cambiar los pañales en poco tiempo, ¿cuánto más tendrá de tiempo antes de que sus erecciones fallen?"

"Tal vez cinco años más antes de que empiecen a fallar" admitió Jihyo entrecerrando sus ojos. "¿Qué hay del señor Namjoon? Te lleva cinco años"

TaeHyung empujó la puerta dejando a todas entrar al colegio, Jimin cerró la puerta al ser la última. "Cinco años no es tanto como veinte o más, por ejemplo... Yoongi le lleva dos años a Jimin y aún así muchas veces parece que sale con un adulto"

"Eso es porque Min parece un gato viejo"

"¡Yoongi no lo parece!" Exclamó la pelirrosa.

"Lo hace, a lo que iba es que otro ejemplo es Jung, le lleva tres años a Jihyo... No es mucha diferencia"

"Ven" señaló la rubia viendo a la capitana del equipo de béisbol acercarse a ellas. "De eso a tener que estar con un anciano y cambiar sus pañales es patético"

"¿No ha cedido?" Cuestionó la peliazul, Seok Jin negó.

"Hey" Seok Jin vio a TaeHyung hablar a su costado, la capitana del equipo de béisbol se acercaba a ellas, ninguna de sus amigas dijo nada, mas las miradas que le dieron a Yeri podrían delatar todo. Con suerte Joy tenía la mala fama de ser lo bastante distraída como para no notar que la pelirroja estaba enamorada de ella.

"Joy, ¿qué tal?" Saludó la castaña de vuelta.

"¿Deberíamos de irnos a adelantar el plan? Tienes unos veinte minutos para joder la cabeza del señor Namjoon antes de que lleguen los de primero"

Seok Jin miró a Tzuyu, pensado si era correcto o no, no perdía nada con ir a molestar antes de tiempo al señor Kim, podría arruinarle por fin una vez que llegase la hora de asesoría, después de todo  ese día era su última oportunidad. Sus padres habían dejado  bastante claro que la siguientes semana empezarían más citas con el Ceo, lo que significaba que lo más probable era que la boda la desearían ese año, tenía que escapar de su casa de una u otra forma.

"Tae" le llamó Tzuyu al ver asientir a Jin. "Nosotras nos vamos a nuestros salones, te veremos en el almuerzo" luego de un intercambio corto de palabras las chicas se dirigieron al aula del señor Namjoon.

"Suerte, te cuidamos aquí" Jimin elevó su mano, dando un gran golpe em el trasero de su amiga a la vez que la incitaba a caminar a su destino.

"¡Jimin!" Chilló la rubia en un leve susurro por semejante golpe en el culo, Jihyo soltó una carcajada que fue silenciada con sus propias manos, el pasillo estaba vacío, quedaba veinte minutos antes de que los alumnos más responsables de primer año incluso decidieran llegar.

Seok Jin le fulminó con la mirada, alisando su falda hacia abajo con temor a que se hubiera arrugado por culpa del golpe de su amiga, la falda negra que ayudaba a esconder la desnudez bajo la tela. Kim abrió la puerta, revisando cualquier rastro de algún alumno de primero, con suerte no había visto ni a un alumno corretear por ahí ni al más responsable.

"¡Buenos días, señor Kim!" Dando una patada lo suficiente fuerte como para hacer que la puerta se abriera de un golpe y se regresara, la menor ingresó en el aula del adulto. El castaño dejó caer sus lentes en su escritorio, negando en el momento que la joven cerraba la puerta con seguro.

"Podría al menos ser sigilosa al entrar, señorita Kim"

Seok, ignorando las palabras del adulto dio leves brincos hasta donde el castaño estaba sentado, Namjoon apretaba el puente de su nariz mientras la otra mano sujetaba sus lentes tratando de no verse afectado por la rubia. Nada parecía importarle a esa chica, era la estudiante más despreocupada de su grado y salón, mas sus notas se veían afectadas por sus actos, siendo impecable en todas las materias.

"¿Para qué ser sigilosa si a usted le molesta todo?" Jin se encargó de dejarse caer en el regazo del adulto, siendo la primera vez que irrumpia todo espacio personal del adulto, la chica rodeó con sus brazos el cuello del profesor, luego de haber quitado de su mano sus anteojos y dejarlos caer en el escritorio.

"Señorita Kim..." advirtió al ver a la joven sonreír coquetamente, sus manos jugueteando con el cuello de la camisa del adulto.

"Veo que no ha cambiado la idea de dejar de decirme señorita Kim" Seok Jin negó con su cabeza, deseosa de poder cambiar el parecer del mayor.

"Puede llegar alguien" señaló, Namjoon se dejó caer en la silla, sus manos se colocaron en las caderas de la chica para desterrarle de su regazo. Seok Jin se tensó, lanzando su cuerpo en contra del moreno peleando cuando el adulto ejerció fuerza paga empujarle.

"Tengo algo que decirle antes de que me deje fuera y sus alumnos lleguen"

Namjoon negó. "Dígalo en clase"

La joven negó, moviendo su cabeza y emitiendo el sonido con labios sellados. "No creo que sea de su agrado que toda la clade de entere que no llevo puesta ninguna prenda interior"

Namjoon dio gracias a que no había decidido beber nada en estos momentos, pues habría escupido todo por la confesión de la joven. El adulto abrió sus ojos, estupefacto de saber que bajo las prendas de la joven no llevase nada, un mal punto para él dado la confusión que su alumna le provocaba. La rubia empezaba a mover cada uno de los pilares de su moral y estructuras profesionales, el adulto sentía que podía dejarse llevar por la menor, a final de cuentas si la chica decidiera darle la euina estaría jodido hasta las orejas, para su beneficio Seok Jin sólo dejaba actos incómodos a cada hora del día.

No diría que era un santo, había pensado demasiado en el cuerpo de la menor, si bien la chica no estaba dejando el camino fácil para él. No podía ceder, era su alumna, una que no dejaba de arruinar su cordura.

"Señorita Kim" conminó el castaño, dando una última mirada de labios sellados. Namjoon se sintió temblar cuando las manos de la rubia bajaron por sus hombros hasta llegar a sus manos, rozando sus propias palmas contra las impropias, Kim se negó cuando la chica buscó su muñeca, Seok Jin le dio una mirada de advertencia abriendo los labios.

Si no obedecía gritaría y Namjoon tenía todo por perder.

Seok Jin no escondió su curva de sus labios al ver los ojos llenos de furia del adulto cuando llevó ambas manos a sus muslos, obligándole a recorrer su tersa piel en sus costados inferiores de sus muslos, la menor mordió su labio cuando las llemas levemente callosas de su profesor arribaron en sus dos glúteos. Namjoon había creído por un segundo  que su alumna estaba jugando con su mente, buscando hacerle caer al final, lo estaba intentado, pudo confirmarlo al sentir la piel desnuda bajo sus ropas.

"Sabe, señor Kim" murmuró dejándose caer contra el pecho del castaño, hablando contra la curva de su cuello. "Hoy será el último día que decida molestarle" confesó con un tono tan apagado que atrapó toda la atención del adulto. "Así que piense bien sus actos, porque si está decidido a rechazarme de nuevo tendré una cita con Jackson Wang..." Namjoon deseó que su alumna no notará la tensión en su cuerpo. "Pero si decide que puede tomar lo que le ofrezco debe de ser hoy"

Tan ensimismado se encontraba el castaño en las palabras de la menor que el único momento en que volvió a la realidad fue cuando sintió unos pliegues húmedos y calientas rozar sus dedos, Namjoon se encontró con que Seok Jin había guidado sus dedos hasta su hueco, el mayor halló la piel tersa y limpia de la joven.

Su alumna no dijo nada, mucho menos cuando podía burlarse o dejar expuesto el hecho de que estaba cediendo un poco, sólo se limitó a soltar un pequeño jadeó ante la intromisión de dos de sus grandes dedos entre de sus paredes húmedas. Namjoon evitó emitir algún sonido, callando su satisfacción al  palpar lo mojada que se encontraba su alumna, podía considerar que con cada toque la chica soltaba más lubricante.

"Haré lo que me pida" susurró la rubia, Seok Jin había notado que obligar al señor Namjoon era la única manera de obtener lo que deseaba. La mano de su profesor se había detenido ante una tensión. "Si alguien nos mira ahora podría quedar más que arruinado, señor Kim... Sólo le pido que me dé esto" suplicó separándose del adulto. "Sé lo he dicho ya, será el último día que le moleste, mas no crea que me iré con las manos vacías, podría arruinarle de por vida si me niega algo tan simple como manejar su cuerpo por diez minutos"

Namjoon clavo sus ojos en los de Seok Jin, creyendo sus palabras al ver sus ojos sinceros, la chica estaba decidida a joderlo si no cedía, consideró dos opciones, negarse y perder la oportunidad de ser libre llevándose como consecuencia la furia de la menor, la segunda opción era seguir el juego de ella, ganar los beneficios de ser ignorado y al final regresar a su monótona vida.

La menor no espero respuesta, ordenando sobre el adulto y llevando sus labios encontra de los del mayor, Namjoon había estado esperando algo más, algo tan siniestro como las advertencias de Seok Jin, no toparse con unos labios primerizos y las caracias de la chica en su nuca. La chica negó cuando el adulto estaba listo para alejar su mano de su mojado coño,  su mano le incitó a continuar.

"No estoy pidiendo mucho" recriminó, acariciando sus labios contra los del adulto. Namjoon sabía que perder un poco de su determinación podría dar muchas consecuencias, pero jamás una tan mala como el no hacerlo.

Obedeciendo a las palabras de la menor, Namjoon se dejó guiar, los dos dedos regresando dentro del hueco húmedo, jugando con aquella zona, sus dedos entrando en los pliegues, frotándose cada vez más rápido hasta el punto de hacer a la contraria respirar agitadamente como a su vez su pulso de su pecho golpeaba contra el pecho de él. Seok Jin consideraba que si no podía poseer al hombre por completo al menos tener el calor de sus manos sobre su cuerpo podría adquirir una pizca de lo imposible.

Jin dejó que el profesor guiará sus manos, teniendo por primera vez una reacción por su parte, los largos dedos del adulto jugaron con su entrada húmeda dejando pequeños espasmos. Por un segundo la chica tembló, Seok Jin jadeó llevando sus manos a su sudadera deportiva, dejando ver debajo de ella una delgada blusa de seda con botones dorados entre sus pechos, los pezones duros de la joven siendo lo más relevante en la pequeña prenda, la rubia colocó sus manos de forma desesperada sobre los botones retirando cada uno de su hueco, la tela de abrió cuando llegó al último botón dejando sus pechos expuestos a los ojos del mayor.

"Ve, señor Namjoon" jadeó cerrando sus ojos fuertemente. "Esto podría ser todo suyo, pero supongo que será más divertido que alguien termine de probar" el castaño entre cerró los ojos, arrugando su rostro cuando la muchacha retiró la tela blanca de la blusa de ella. Había comprendido todo, al menos lo que la muchacha intentaba decir.

La rubia consideró una última carta antes de dejar que todo se fuera al carajo, dejar que el profesor viera un poco de lo que podría perder y si ella llegaba a ser la perdedora tendría como regalo de consolación el calor de los toques del mayor.  Jamás olvidaría que el primer hombre en algunos sentidos había sido el señor Kim. Seok Jin obligó a la mano libre del adulto pegar contra la piel suave de uno de sus pechos, jadeó ante el simple toque frío de su palma del castaño contra la pálida de la suya, su pezón rozando contra el centro de su mano.

Con un latido caliente entre sus piernas, la rubia dejó el trabajo para la determinación del adulto, llevando sus manos a los hombros de su profesor, comenzó con un vaivén sobre los dedos empalados dentro de ella, su espalda arqueándose ante la deliciosa sensación de sus paredes ser llenadas y adentrándose a una parte de ella, lástima que no era la parte que ella había querido. Unos segundos después de halló a si misma moviendo sus caderas y aguantando los gemidos que luchaban por salir de sus labios, Seok Jin apretaba la piel de los hombros del profesor conforme la necesidad de tenerle más profunda le poseía, el sonido de algunos alumnos llegar al edificio promoviendo desde la ventana le obligó a empujarse desenfrenada contra el señor Namjoon.

Seok Jin sintió algo extraño por primera vez en su cuerpo, el leve espasmo parecido a las ganas de orinar le golpearon, su coño mojado se apretó alrededor de los dedos, dejándose caer la menor tuvo un hormigueo en su entre pierna, un golpe en la puerta le indicó que era hora de escapar. Con la fuerza que pudo acumular en sus piernas la menor se retiró del regazo del adulto llevándose a si misma un gran jadeo acompañado del sonido viscoso de sus dedos del castaño salir de ella. Corrió por su sudadera que estaba en el suelo, pasando la prenda por su cabeza, tomando después la blanca blusa llevándola entre sus piernas hasta dejar su humedad  de ellas.

Jin extendió la tela al señor Kim. "Puede usarla para limpiarse y luego tirarla, lo que sea mejor para usted" murmuró, luego de ello la chica se dio vuelta hasta salir por la puerta del aula escapando de alguna otra oportunidad para hablar, minutos más tarde sus alumnos estaban entrando y Namjoon permanecía inmóvil y mojado con los fluidos de su alumna.

Su mente no estaba trabajando, no estaba realmente en sus  sentidos, no cuando después de cuatro horas de haber tenido sus dedos dentro de su alumna estaba en esos momentos viendo a la menor parlotear con uno de sus compañeros. Conocía al chico, por supuesto que era bueno en el colegio, amable, educado, respetuoso y hasta podría decirse que virgen, pero no se libraba de la lascivia que cualquier hombre tenía. Había notado la manera en que sus alumno pasaba su mano por la espalda de la menor, como si deseará encontrar algo; Namjoon sabía que no iba a encontrar nada.

"¿Entonces vienes a mi casa?" Logró oír el adulto cuando se había colocado de pie a espaldas de sus alumnos y anotando la tarea del día. Negaría que estaba empezando a sentir ardor en el estómago por la incómodad.

"¿Qué te parece si te digo después de mi asesoría de francés?" Contestó y Namjoon dejó sólo una lectura simple con tal de poder regresar a oír y ver a los mocosos. "Tengo planes y no estoy muy segura de si estaré libre" la campana sonó antes de que Jin acabase de hablar, por esa vez el castaño no les gritó  a sus alumnos por salir corriendo del aula, tampoco detuvo a la azabache amiga de Seok Jin cuando salió corriendo.

"¿Tomarás asesoría?" Wang vio asentir a la menor. "¿Será largo?"

La rubia miró al señor Namjoon quien bajo su mirada a su escritorio, negando la joven le acarició la mano al alto. "Depende del señor Namjoon, ya sabes que hay días donde suele ser un dolor de cabeza y otros donde prefiere irse a casa, ¿qué tal si esperas cinco minutos abajo? Si no bajo en ese tiempo hablamos mañana" prometió con un guiño de ojo.

Namjoon apretó los labios cuando vio al joven hormonal morderse el labio y asientir, estaba seguro de que el estúpido niño se preguntaba si la joven tenía también falta de ropa bajo la falda donde sus piernas que no dejaban de juguetear y subir su falda. Luchó por no gruñir al ver como el muchacho se iba del aula con una tonta sonrisa y un brillo en los ojos, debía de estar duro de sólo pensar que podría tener el cuerpo del a rubia, él había estado duro  en sus clases  recordar lo hecho con el cuerpo de la chica.

Colocándose de pie con su mochila en mano, la menor de acercó al escritorio del adulto, dejando  caer la mochila a un costado de su silla y a su trasero en su lugar favorito, la esquina derecha de la superficie de madera fría. Kim abrió sus piernas, ladeando su cabeza y fijando sus ojos en los del adulto.

"¿Debería de irme, señor Kim?" Cuestionó en un leve murmullo la rubia. "Porque sólo tengo cinco minutos para usted, a no ser que deseé más que esa miseria de tiempo"

El castaño la observó, recorriendo con sus ojos el cuerpo esbelto de la menor. ¿Qué podía perder ya? Había tocado ya a la menor, podían llamarle pedófilo, degenerado y pervertido, aún así estaba con su mano siendo alejada de su regazo y siendo llevada al muslo pálido desnudo.

"¿Sólo irás con él para molestarme?" La tensión de la voz del adulto le dijo a Seok Jin  que lo tenso de su mano no era parte de su imaginación.

Jin negó, sintiendo un cosquilleo en todo su cuerpo cuando la mano de Namjoon se deslizó por la parte lateral de su muslo descendiendo lentamente por su piel. "Tengo mis razones, no sólo para joder su mente señor Kim, podría llegar a ser un bote salvavidas en algún punto" confesó con sus mejillas rojas ante tanta iniciativa por parte del adulto.

Sólo en sus mayores sueños húmedos se había imaginado que el adulto tomara el poder, para su deleite estaba sintiendo las manos del castaño ordenar lo que había callado desde la mañana. Seok Jin se encontró con un silencio incómodo, en su lugar el trabajo de las manos del adulto le dejó en claro que no estaba muy feliz de su respuesta.

"No es lindo ocupar a la gente" atacó el moreno, sus manos separando las piernas pálidas a la vez que jalaba de ella corta su escritorio y la colocaba frente suyo, casi tirada en la madera.

"No lo uso, sólo trato de salvarme el cuello" se sinceró, dejándose domar por el adulto que le miraba de forma oscura y hambrienta. "Tal vez en algún punto lo entienda" al menos eso esperaba la menor.

Sin decir una palabra más, Namjoon ascendió con sus manos hasta subir por completo la tela negra de la falda, Kim elevó su vista hasta toparse con los ojos castaños de la chica. "¿Por qué sigues sin ropa interior?" Esperando su repuesta tomó el borde de la sudadera hasta pasarla de igual forma lejos de ella y comprobar que no llevaba nada bajo la prenda.

Jin se encogió de hombros. "Considere que sería una mayor forma de seducirle y obtener más facilidad si era que lo logaba"

Namjoon soltó una risa, colocándose de pie de su silla el castaño empujó a la menor contra el escritorio hasta hacerla caer por completo. "Sí que ha funcionado" tomando los muslos de la chica logró separ ambas piernas, dejándo sus pies apoyados en la madera hasta que tuvo una visión completa de ella. El castaño estaba asombrado de la perfección del coño de su jodida alumna, Seok Jin estaba tumbada en su escritorio, con sus manos a sus costados de su cabeza a petición de él, el cabello rubio esparcido por toda la madera y la falda apenas tapando algo de su abdomen.

Seok Jin observó a su profesor llevar sus manos a sus pantalones, zafando su cinturón y bajando la cremallera luego de quitar el botón, bajando ambas telas su falo salió disparado contra su piel, la punta roja dejando un temblor en la parte baja de la rubia, jamás se había imaginado que el tamaño de su tutor iba a ser tan grande,

Namjoon se sintió un idiota al no haber cedido antes.

•••

Seok Jin supo que algo no andaba bien luego de ver sus notas, sacudió su cabeza al despertar luego del impactó de ver a Taehyung besar a su no hermano, la peliazul iba a estar metida en un gran problema.

"¿Estás preocupada por tu nota?" Quiso saber Jimin a su lado, la pelirrosa acarició su hombro, dándole consuelo.

"Creo que es hora de que decida salir de casa..." murmuró. "¿Debería hablar con el señor Kim?"

"Creo que es lo mejor" interrumpió Yeri, señalando al estacionamiento de los carros de los profesores. "¿Crees que lo hiciera por venganza?"

Jin sintió un pinchazo que se extendió por su cuerpo, no estaba segura de que el profesor estuviera feliz de la clase de rumbo que habían llevado las cosas, pero jamás se imaginó que llegara a odiarla, había follado de todas las formas posibles durante ese mes, era obvio que ella creería que existía algo de cariño en ese acto, parecía que era sólo su estúpida mente.

"No te humilles" le advirtió Tzuyu. "Sea cual sea la razón de la nota no dejes que te humille, mantener la cabeza en alto es lo mejor que puedes tener"

"No creo que la pueda tener al final, no cuando caí por completo por él sin que se esforzara"

Tzuyu negó molesta. "No vayas con él, sea cual sea las consecuencias de la nota nosotras vamos a apoyarte"

Jin torció su boca, mordiendo su labio inferior y pensado en todas las alternativas que le quedaban. "El papá de Jihyo es un excelente abogado, su madre es fiscal y sabes que mis padres no van a negarte ayuda, mucho menos sabiendo las amenazas de tus padres" Jimin le sonrió, creyendo que era mejor plantear sus opciones a la rubia.

"Tus padres no puede a obligarte a nada si ya no vives en su casa, quédate en mi casa, al menos hasta que seas mayor y de ahí podemos pensar en algo" señaló la azabache, dándole una cálida sonrisa.

"Taehyung tampoco se va a negar a brindarte ayuda" señaló la pelirroja, Yeri mordió su labio inferior viendo detrás de ellas. "Jin..."

Justo cuando la rubia iba a cuestionar qué iba mal con ella un carraspeo de garganta le hizo ver a sus espaldas, la rubia se encontró con el señor Namjoon que cargaba su portafolio, cada una de las jóvenes se cruzaron de brazos con un semblante nada amistoso, pese a que se trataba de su profesor ninguna tenía el interés de parecer educada frente de él.

"Señorita Kim... creo que debemos hablar" dijo con su semblante indescifrable.

"Joder que la hipocresía en este lugar es mucha" gruñó la azabache cruzando sus brazos sobre su pecho.

"Jihyo" le regañó la pelirrosa negando, siendo ignorada por la azabache, la chica continuó.

"Sabe, señor Namjoon. Justo ahora estamos hablando de algo muy importante... como lo es la estabilidad de nuestra amiga, así que si no le molesta demasiado podría dejar de joder e irse muy a la mier-" los labios de la azabache fueron sellados una vez que Seok Jin colocó sus manos en los labios de Jihyo.

"¿Estabilidad?" Cuestionó el moreno sin entender.

"Eso" atacó esta vez la pelirroja, rodando los ojos. "Dada la maldita nota que le puso a Jin lo más seguro es que la casen con un anciano"

"¿Por qué no nos dejamos las máscaras hipócritas y hablamos derecho?" Dijo Tzuyu con una expresión áspera que dejaba en claro su mal humor.

"Tzuyu, no..." le amenazó la rubia, ganándose una mirada fulminante.

"¿Le dio una mala nota a Jin como  venganza por molestarle?" Terminó por cuestionar Jimin. "Porque si es así sin duda es su mejor venganza"

Namjoon se quedó por un momento inmovilizado, en shock por la confesión de sus alumnas, el adulto se dio cuenta de que tal vez su relación con la rubia no había tan secreta como él había creído, una gran cantidad de furia le embriagaba al momento de ver a las jóvenes detestarle con la mirada.

"Por su culpa Seok Jin tendrá que huir de su casa y de paso dejar la escuela"

Namjoon les miró confundido. "¿De qué carajos hablan, señorita Kim?"

"Puede dejar de decirme de esa forma" le respondió la rubia mordiendo su labio inferior, Seok Jin movió ligeramente su cabeza indicando que deseaba privacidad con el adulto.

"Bien" le riñó la mayor del grupo. "Pero no nos iremos lejos"

Asintió, satisfecha de que sus amigas le confiaran algo de privacidad y a su vez le cuidaran de cerca. "Si pasa algo nos dices y vamos a patear el culo del profesor" Seok Jin negó ante la amenaza de la azabache, estando agradecida cuando se alejaron la rubia encaró al adulto, nerviosa jugueteando con sus manos.

"¿Es verdad eso?" El adulto fue el primero en romper el incómodo silencio, viendo las piernas de la menor rozarse entre sí  ansiosa.

"La verdadera pregunta es ¿por qué  carajos me puso una calificación que no me merezco?"

Namjoon colocó una mano en su rostro tallando sus ojos con la frustración desprendiendose por cada poro en su cuerpo. "Eso ha sido un maldito error... de eso quería hablar, gracias a que alguien de decidió entrar a mi salón y súplicar que la jodiera en mi escritorio todas la calificaciones están terriblemente confundidas"

La rubia mordió su labio nerviosa. "Es tarde creo que terminamos casi por romperla"

"Exacto, dado que no me diste ni tiempo de moverla  creo que debiste de presionar algún botón con tu culo y mover todo... Park Jay sacó un diez, un jodido diez  cuando sólo ha ido tres veces en todo el semestre"

"Eso tiene mucho sentido" murmuró con la vista baja, teniendo que elevarla en el momento que vio los zapatos pulcramente limpios de su profesor.

"Ahora dime qué carajos significa eso de que vas a dejar la escuela y tu casa" ordenó el adulto ladeando su rostro en busca de una buena respuesta, Seok Jin supo que el mayor no iba a tragarse una tonta escusa.

La rubia de encogió de hombros, negando con la cabeza y evitando el contacto visual  con el mayor. "Mis padres son unos idiotas que tiene por amenaza mis notas y comportamiento, por eso es que la aventura que hemos tenido me perjudicaría mucho más a mí de lo que podría hacerlo a usted. Mis padres van a casarme con algún anciano que tenga un buen billete, sólo es cuestión de tiempo, creí que mis notas serían la mejor arma para que  ellos acabaran con mi vida"

"Por eso ellas dijeron que tendrías que irte de casa" concluyó el moreno señalando al grupo de chicas que le maldecian con la mirada.

"Sí"

El silencio se sumergió entre ambos, la menor miraba entretenida sus manos mientras Namjoon pensaba estúpidamente.

"Si no te vas de casa van a casarte en un futuro"

"Ese es el plan" volvió a hablar la rubia.

"¿Cuándo cumples la mayoría de edad?" Cuestionó el moreno.

"Dos meses" respondió rápidamente mientras enarcaba una ceja. "¿Por qué?"

Namjoon soltó una larga respiración. "Puedes pedir una baja temporal, hacer los exámenes extraordinarios regresando de vacaciones, tus padres no tendrán idea de donde te has metido y por lo que tengo entendido tus amigas te apoyan, la pregunta es si sus padres serían capaces de hacerlo"

Dejándola mas confundida que antes, ansiosa y dudosa la menor negó dejando en claro que no entendía nada. "¿De qué habla?"

"No me agrada  la idea de que te casen con alguien, inicialmente no me agradó la idea de que abandonaras el colegio, así que pensar que otro sujeto pueda tocarte no es algo que pueda procesar"

"¿Q-qué?" Seok Jin no era capaz de decir nada más, muerta de nervios y miedo por creer que todo podría ser tan falso como una mala jugada de su mente.

"Casemonos cuando cumpla la mayoría de edad, señorita Kim" escupió el adulto, dejando pérdida a la chica y de paso por primera vez a él temeroso.

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