Capítulo 55. Sorpresa

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

La semana en Nueva Zelanda acabó, y al día siguiente tuvieron que madrugar temprano, concretamente a las 6 de la mañana para coger el avión de vuelta.

Actualmente, el avión estaba a 5 horas de Nueva York, pero ciertas tortugas desconocían de eso.

Sí, las chicas querían darles una gran sorpresa, y lo estaban logrando a la perfección.

Lara: Sí, Raph, lo estoy llevando bien... Más o menos. —Hablando con su novio a través del teléfono móvil.—

Raph: Bien. Y, ¿cuándo volvéis? Ha pasado ya más de una semana. —Resopla un tanto frustrado, se le estaba haciendo demasiado tiempo desde que se fueron.—

Lara: Pues... —Dirigió la mirada a la ventanilla que tenía a su lado. No quería estropear la sorpresa, ya que estaba saliendo de maravilla.— En un par de días, supongo...

Raph: —Resopla frustrado, pues deseaba que estuvieran ya aquí.— En fin... Por cierto, te tengo una sorpresa, y te va a encantar. 

Lara: Oh, ¿en serio? Bueno saberlo, solo falta esperar si realmente tienes razón.

Raph: Créeme, estarás muy contenta. Bueno, espero que volváis lo antes posible. Y, te quiero. —Concluye con un tono un tanto desanimado, pero a la vez emocionado.—

Lara: Yo también te quiero. Hasta pronto. —Concluye con una desanimada despedida, lo mismo por parte de su novio. Y la llamada finalizó, soltando un pequeño suspiro de frustración.—

Sara: —Se acercó a su hermana con el móvil pegado en su oreja. Estaba hablando con su novio, pero la conversación ya se estaba terminando.— Yo también te echo de menos, y tengo ganas de abrazarte.

Leo: Yo también a ti. Y cuando volváis, no le dejaré que Mikey te lleve a jugar con él. —Ríe levemente, aunque no era un farol.—

Sara: —Ríe ante el comentario de su novio.— Cuento con ello.

Leo: —Sonríe mientras escuchaba a su novia.— Te quiero, Sara.

Sara: Yo también te quiero, Leo, y mucho. —Responde con el sentimiento en sus palabras.—

Lara: —Resopla retórica rodando la vista. Estaba cansada de las mismas charlas de los tortolitos.—

Leo: Hablamos después, ¿quieres? —Preguntando ofrecido, aunque con las ganas de retomar la charla más tarde.—

Sara: Vale, cuando quieras. — Concluye con una pequeña sonrisa.—

Leo: —Sonríe al escuchar a su novia, y frustrado se despide.— Hasta luego. —Recibiendo la misma despedida, termina la llamada con un suspiro de frustración.—

Sara: —Igual de frustrada suspira, y guarda el móvil en su bolsillo derecho del pantalón.—

Lara: Vamos, no llores, no es para tanto. —Dice sarcástica y burlona.—

Sara: —Ladea la cabeza, echándole una mirada cómica por su comentario.— ¿Crees que ocultarles que estamos llegando ha sido buena idea?

Lara: Claro que lo es. Además, Raph me tiene preparada una sorpresa, así se la puedo devolver. —Encoge los hombros, mostrándose intrigada por aquella sorpresa.—

Sara: Y yo no he preparado nada... —Frustrada baja la mirada.—

Lara: ¿Y ese nuevo look, no cuenta? — Preguntando sarcástica, aunque también un tanto dudosa.—

Sara: Tal vez, ¿supongo? —Igual de dudosa se encoge de hombros. Soltó un pequeño suspiro de frustración, y dirige la vista a la ventanilla de su izquierda.— Ya quiero estar con ellos...

Lara: Yo también, estoy harta de este maldito avión. —Se deja caer hasta sentarse en el asiento de al lado de su hermana, cruzando los brazos decepcionada y harta.—

Roth: —Se acerca a sus hijas, con una pequeña sonrisa en la cara.— Ánimo, chicas, solo faltan cinco horas. —Anuncia totalmente animado y contento.—

Sara, Lara: —Ambas respondieron con un pesado suspiro de agotamiento y resignación.—

Roth: Venga, ¿qué son cinco horas? Ya no queda nada para llegar. —Dice tratando de animarlas, aunque sea lo más mínimo.—

Lara: Si veo un paracaídas por ahí, no dudaré en usarlo. —Responde sarcástica aún cruzando los brazos.—

La noche se hizo presente en la ciudad.
Aún no había rastro de las chicas y de su padre por el cielo, o por la ciudad.

Leonardo y Raphael supieron de ello, estando ambos en la azotea de un alto edificio, mirando el cielo sin descanso.

Leo: —Mirando el horizonte, suelta un suspiro de frustración. Le desanimaba no ver nada que pudiera ser la vuelta de las chicas.—

Raph: Estoy harto de estar mirando el cielo como un idiota para nada. —Se queja decepcionado y frustrado.—

Leo: Lo sé, pero no puedo evitarlo. Además, ¿te das cuenta de que siempre venimos aquí desde que se fueron? —Pregunta a su hermano.—

Raph: Claro que me doy cuenta, no podemos quitárnoslas de la cabeza. Siempre me ha pasado desde que conocí a Lara, ya debería estar acostumbrado. —Admite un tanto avergonzado, dirigiendo la mirada a un lado.—

Leo: Estoy cayendo en la cuenta de que no hemos compartido con ellas el tiempo que pudimos haber compartido, ambos con nuestra chica. —Dice pensativo y reflexivo.—

Raph: Es lo que he estado pensando desde que se fueron, y tengo el plan para eso. —Dice pensativo.—

Leo: —Al escucharlo lo mira intrigado.— Y, ¿cómo lo harás?

Raph: He pensado que... Podría proponerle vivir los dos juntos en su apartamento... —Mira el cielo totalmente pensativo.—

Leo: ¿Crees que es buena idea? Recuerda que están terminando la mansión, y que se irán allí a vivir.

Raph: Lo sé, pero hasta entonces, podemos tener tiempo para nosotros solos.

Leo: Yo solo necesito estar con Sara. Cada momento que paso con ella, siento que nuestra relación mejora. —Pensativo sonríe.—

Raph: Así me sentía poco después de salir con Lara. Lo que tenéis que hacer es pasar más tiempo juntos. —Dice aconsejándole.—

Leo: Sí, tienes razón, y es lo que haré. —Decide mientras dirige la mirada al cielo.—

Raph: Yo intentaré conseguir todo el tiempo que pueda para mí y para Lara. Creo que en el fondo es lo mejor para nuestra relación. — Dice pensativo y reflexivo.—

Leo: Sí, y para la mía. —Responde mirando a su hermano.—

Raph: —Suspira con frustración y resignación.— ¿Qué tal si nos largamos? No quiero estar así toda la noche, otra vez... —Dice retórico rodando la vista.—

Leo: Sí, ya hemos estado aquí demasiado. Vámonos. —Junto a su hermano saltan hacia otra azotea, y fueron en busca de cualquier movimiento criminal.—

Poco después, no se encontraron con ninguna actividad criminal, por lo que volvieron tranquilamente a casa.

Un par de horas después, el avión por fin aterrizó en el aeropuerto, y por fin las chicas junto a su padre volvieron a pisar la extrañada ciudad de Nueva York.

Antes de irse, los empleados de la empresa que les están ayudando con todo el asunto de la mansión les dijeron a la familia que llevarían los muebles rescatados a un guardamuebles, reservado para ellos claramente.

Unos veinte minutos después, un taxi los llevó hasta el apartamento. A parte de que se encontraban cansados, quisieron arriesgarse a ser vistos por las tortugas, y así estropear la sorpresa que estaba a punto de finalizar.

Una vez en el apartamento, las chicas le pidieron a su padre que les hiciera una llamada a las tortugas, mientras ellas se encargaban de vaciar las maletas y colocarlo todo en su sitio.

Y Roth se dispuso a llamar a Leonardo, quien sin tardar contestó la llamada.

Leo: Hola, Roth. Me alegra que me llamaras.

Roth: También me alegra, Leonardo. Escucha, si no es molestia, me gustaría que tú y tus hermanos os paséis por el apartamento. Quiero que me aseguréis de que todo está bien.

Leo: Está bien, en seguida nos acercamos.

Roth: Estupendo, te lo agradezco mucho.

Leo: No hay de qué, nos vemos.

Roth: Hasta luego.

Al finalizar la llamada, Leo se lo hizo saber a sus hermanos.
No es que tuvieran auténticas ganas de ir, pero no podían decir que no.

No tardaron mucho en llegar.
Se quedaron tranquilos al ver que todo estaba bien, y que las luces estaban apagadas.
Pero Leo y Raph no quisieron arriesgarse, por lo que entraron en el apartamento.

Y ninguno se esperaba lo que acababa de pasar.

Las luces del salón se encendieron, dejando ver a las chicas y a su padre.

Sara, Lara: ¡Sorpresa! —Exclaman ambas a la vez, logrando sorprender a las tortugas.—

Leo, Raph: —A diferencia de sus otros dos hermanos, ambos se sorprendieron y se alegraron el doble que ellos.—

Mikey: ¡Habéis vuelto! —Exclama contento y emocionado.—

Lara: ¿Qué hay, chicos? —Pregunta saludando a los chicos con una sonrisa.—

Donnie: Qué bien teneros de vuelta, chicas. —Les responde con una sonrisa.—

Sara: ¡Leo! —Exclama llena de alegría, y corre hacia él hasta abrazarlo.—

Leo: ¡Sara! —Con una gran sonrisa en la cara abraza a su novia, atrapándola entre sus brazos.—

Lara: Estabas desesperado por tenerme de vuelta, ¿verdad? —Pregunta sarcástica y burlona riéndose levemente.—

Raph: Igual de desesperado que tú, por volver aquí. —Responde igual que ella, sin borrar aquella sonrisa que expresaba la alegría que sentía por su regreso.—

Lara: Como no tienes idea. — Responde retórica con una leve risita. Y con su gran sonrisa lo abraza.—

Raph: —La abraza sin borrar su sonrisa.—

Roth: Qué exagerados, sólo hemos estado fuera dos semanas... —Comenta retórico viendo la escena.—

Donnie: Para ellos es como si hubiera pasado un año. —Dice riéndose levemente.—

Sara: Te echaba mucho de menos, Leo. —Se separa del abrazo, para poder admirar el tan adorado rostro de su novio, mientras le dedicaba una sonrisa.—

Leo: Yo también te echaba de menos, y no sabes cuánto. —Responde con una sonrisa embobada, y le deposita un pequeño beso en sus labios al mismo tiempo que rodeaba su cintura con los brazos.— Vaya, te has cambiado el peinado. 

Sara: Sí, quería cambiarlo un poco. ¿Te gusta? —Le pregunta ilusionada con una sonrisa.—

Leo: Me encanta, te queda muy bien. —Le responde con una sonrisa.—

Raph: Esto sonará empalagoso, pero no me acostumbro a tenerte lejos de mí. —Avergonzado confiesa a su novia.—

Lara: Sí, suena empalagoso, pero estamos igual. Yo tampoco me acostumbro. —Le dedica una sonrisa mientras suavemente acaricia su mejilla.—

Mikey: ¡Hey, los besos para después! —Exclama quejándose y riñendo a ambas parejas, pues quería recibir atención de las chicas.—

Lara: ¿Celoso, Mikey? —Pregunta burlona riéndose levemente.— Anda, ven. —Se acerca a la tortuga y la abraza.—

Sara: Hey, yo también quiero. —Contenta se une al abrazo.—

Mikey: ¡Os echábamos de menos! — Exclama emocionado abrazando a las chicas con una sonrisa.—

Leo: Qué alegría teneros de vuelta. —Dice contento saludando al padre de las chicas.—

Raph: Sin duda una agradable sorpresa. —Dice igual que su hermano.—

Roth: Lo mismo digo, chicos. Siempre es una alegría veros, a todos —Les responde con una sonrisa.—

Donnie: Ahora que lo pienso, deberíamos volver a las alcantarillas. Splinter tiene que saber sobre vuestro regreso.

Leo: Cierto. ¿Venís con nosotros? — Pregunta a las chicas y a Roth.—

Sara: ¡Sí! Qué ganas de ver al sensei. —Responde contenta con una sonrisa.—

Lara: Por mi bien. —Acepta con una pequeña sonrisa.—

Roth: Cuando queráis. —Dice aceptando la propuesta.—

Sin perder más tiempo, todos abandonaron el apartamento.
Rápidamente accedieron a las alcantarillas, y en pocos minutos llegaron a la guarida.

Al llegar, las tortugas anunciaron su llegada, pero no le dieron la sorpresa del regreso de las chicas y Roth hasta que entraron en el dojo.

Leo: Sensei, han vuelto. —Anuncia contento con una sonrisa. Al igual que sus hermano, les deja paso a las chicas y a Roth para que entraran en el dojo.—
Sara, Lara: ¡Sensei! Muy contentas exclaman, y se acercaron a Splinter para darles un gran abrazo.—

Splinter: Qué sorpresa veros. —Dice sorprendido por la sorpresa, y con una sonrisa las abraza, dedicándole también la misma sonrisa a Roth.— Bienvenidos a casa.

Roth: Siempre es una alegría volver con vosotros. —Dice devolviéndole la sonrisa.—

Splinter: —Él y las chicas se separan, y se dedican una sonrisa de alegría.— Y para nosotros recibiros.

Leo: Debo admitir que no esperábamos veros esta noche a los tres.

Raph: Desde luego, ha sido una buena sorpresa.

Roth: Ellas lo tuvieron planeado. —Dice con una leve risita.—

Sara-Es justo lo que queríamos daros, una buena sorpresa. — Responde con una sonrisa.—

Lara: Y nos ha salido de miedo. —Sonríe retórica.—

Leo: Hablando de sorpresas, nosotros también tenemos una sorpresa para vosotras. Anuncia con una sonrisa.—

Sara: ¿En serio? —Pregunta emocionada.—

Lara: Ahora mismo nos las vais a enseñar, si alguien no tiene nada que decir. —Insinúa dirigiendo la mirada hacia su padre.—

Roth: Chicas, podéis iros sin problemas. Pero mañana por la mañana tenemos que ir a hablar con la empresa, y ver el progreso de la mansión. Así que, no volváis muy tarde. —Concluye seriamente.—

Lara: Sí, vale. Venga, vamos, vamos. —Coge la mano de su novio, y se lo lleva consigo fuera del dojo.—

Sara: Necesito ver cuál es esa sorpresa, ¿vienes? —Le pregunta a su novio con una sonrisa.—

Leo: Claro, aunque ya sé qué es. Vamos, no me quiero perder la cara de Lara. —Ríe levemente, y abraza a su novia por la cintura mientras se iban con la otra pareja.—

Raph: —Llevó a su novia al laboratorio, mostrándose emocionado por la sorpresa.— Bueno, tú sorpresa está aquí.

Lara: ¿Y bien, dónde está mi sorpresa, Raph? —Intrigada mira ambos lados, sin ver nada nuevo.—

Raph: Detrás de ti, quita esa sábana y lo verás. —Dice con una sonrisa, y junto a su hermano y a Sara esperan impacientemente la reacción de la pelirroja.—

Lara: Bien, espero que merezca mucho la pena. —Dice retórica viendo aquella sábana cubriendo lo que sería la sorpresa. Agarró la sábana por los extremos, y la echó a un lado dejando ver lo que escondía. Su cara cambió totalmente de expresión, una llena de admiración y sorpresa. Se trataba de una moto negra y muy al estilo de la chica.—

Raph: —Al igual que su hermano, sonríe al ver la cara de la pelirroja.—

Sara: ¡Qué pasada! —Exclama asombrada por la inesperada sorpresa.—

Lara: —No podía dejar de admirar la moto con una cara de sorpresa mezclada con una expresión embobada.— E-esto es... Es mí... —No era capaz ni de formular una sola frase. Realmente estaba muy asombrada por la sorpresa.—

Raph: Casey me echó una mano encontrando piezas en los desguaces, y Donnie me ayudó a montarla. Espero que te sigan encantando las motos, como cuando nos conocimos. —Dice con una sonrisa, acercándose a su novia, y admirar su cara de sorpresa más de cerca.—

Lara: Es... ¡Me encanta! ¡Mirad esto, qué pasada! —Exclama muy emocionada, mientras rodeaba la moto y admiraba cada detalle.— En serio, es una bestialidad. —Dice admirando la moto, y acariciando parte de esta.—

Raph: Me alegra mucho que te guste. —Dice muy contento con una sonrisa.—

Lara: Raph, no sabes cuánto te lo agradezco. —Abraza a su novio con fuerza acompañado de una gran sonrisa.—

Raph: No me lo agradezcas, no ha sido nada. —Responde con una sonrisa, y abraza a su novia.—

Lara: —Se separa un poco, para mirar el rostro de su novio, y sujetando suavemente sus mejillas deposita un gran beso en sus labios.—

Raph: —Sonríe embobado entre el beso, y abrazando su cintura corresponde el beso.—

Lara: —Se separa y lo mira con una gran sonrisa.— ¿Nos damos una vuelta?

Raph: No sé, Lara, no quiero que me vean. —Indeciso encoge los hombros.—

Lara: Bah, no te verá nadie. Venga, vamos. —Emocionada coge a su novio de la mano, y se lo lleva consigo.—

Sara: Bueno, intrépido líder. ¿Y tú qué tienes preparado? —Pregunta con una sonrisa.—

Leo: Sólo necesito que me respondas a una pregunta, y en seguida lo sabrás: ¿Alguna vez has soñado en volar? — Pregunta ladeando la cabeza con una pequeña sonrisita.—

Sara: ¿Hm? —Reacciona confundida ante la pregunta de su novio. Aunque se ha dado cuenta de por donde iba la cosa.—

A lo que Leonardo se refería, era a darle la oportunidad a su novia de volar junto a él, con los aeroplaneadores que las tortugas usaron para la primera invasión kraang.

Mientras tanto, los otros tortolitos no desaprovecharon dar una vuelta con la nueva moto de la pelirroja.

Ambas parejas terminaron sus "paseos".

Leonardo llevó a Sara hasta uno de los edificios más altos que había por la zona.

Mientras que Lara y Raph se quedaron por una azotea cualquiera, vigilando que nadie tocara la moto.

Lara: Debo admitirlo, no esperaba esa sorpresa. —Ríe levemente, reconociendo su sorpresa.—

Raph: Quería darte alguna sorpresa, además de que siempre me propuse darte un regalo. —Admite con una sonrisa.—

Lara: Qué adorable. —Ríe levemente.— Pero no es necesario, de verdad. Ya es un regalo estar contigo. —Admite con una pequeña sonrisa avergonzada.—

Raph: ¿En serio? —Pregunta con un pequeño tono de emoción.—

Lara: Claro que sí, no puedo negarlo. —Sonríe y acaricia con cariño la mejilla de su novio.—

Raph: —Sonriendo acaricia su mejilla con el mismo cariño.— Oye, Lara, estaba pensando en una decisión que...no sé qué pensarás, pero creo que estaría bien para nosotros. —Dice mostrándose pensativo y reflexivo.—

Lara: ¿Una decisión? ¿Qué decisión? —Pregunta confundida ladeando la cabeza.—

Raph: Verás... Últimamente he estado pensando, y siento que necesitamos tener más tiempo para nosotros solos. Y he pensado que estar los dos juntos en el apartamento podría irnos bien... —Avergonzado se rasca la nuca, temiendo por la respuesta de su novia.—

Lara: Así que, ¿quieres que tú y yo vivamos juntos en el apartamento? —Pregunta un tanto confundida.—

Raph: No tiene porqué ser quedarnos allí a vivir, de hecho, cuando la mansión esté acabada os iréis a vivir en ella. Pero, tal vez quedarnos hasta que esté terminada. ¿Qué me dices? Pregunta sintiéndose avergonzado, jamás se imaginó en esta situación.—

Lara: Bueno, la verdad es que en este tiempo me he sentido un poco mal por dejar el apartamento tanto tiempo abandonado, y que sólo estemos allí para "jugar". —Ríe levemente al decir la última palabra.— Pero sí, estoy de acuerdo contigo. —Concluye con una sonrisa.—

Raph: —Reaccionó sorprendido ante la respuesta de su novia. No se la esperaba, aunque le alegraba.— ¿En serio? Entonces, ¿quieres que estemos tú y yo en el apartamento? —Pregunta con ese tono de ilusión.—

Lara: Sí, ¿por qué no? Además, también me gustaría ver cómo nos desenvolvemos en la convivencia, puede ser interesante. —Suelta una risilla al decir lo último. Pero realmente le encantaba la idea.—

Raph: Vaya, la verdad no esperaba que aceptaras. Pensé que no querrías, o incluso que te parecería mala idea. —Ríe levemente encogiéndose de hombros.—

Lara: Qué va, es más, me encanta la idea. —Le sonríe mientras abraza su cuello.— No hay nada mejor que estar tú y yo en ese apartamento, ¿cierto? —Pregunta en un tono coqueta y juguetona, pues estaba claro a qué se refería.—

Raph: Y que lo digas. —Responde con su sonrisa pícara, y abraza su cintura atrayéndola más a él.—

Lara: —Sonríe contenta a la vez que embobada por su novio. Se acercó cada vez más a su rostro, hasta que sus labios se topó con los suyos, convirtiendo un beso apasionado.—

Raph: —No se quedó atrás en seguir con el beso. Se notaba el hambre que sentía por los añorados labios de su novia. Realmente los echaba de menos, y volverlos a sentir le llevaban de satisfacción. No dudó en introducir su lengua en busca de la de su novia, y hacer una pequeña guerra entre ambas. Pero la falta de oxígeno les obligó a separarse poco a poco, quedándose mirando entre ambos como embobados enamorados.—

Lara: En serio, gracias por el regalo, pero sólo quería estar contigo otra vez. —Le susurra mientras juntaba la frente con la suya, y las frotaba con cariño.—

Raph: Y yo sólo quiero darte lo mejor. —Le responde susurrando igual que ella, y con cariño acaricia suavemente su mejilla.—

Lara: Te quiero mucho, Raph. —Sonríe al decirlo, y cierra los ojos disfrutando de aquellas caricias tan agradables por parte de su novio.—

Raph: Y yo a ti, Lara. —Le responde con una gran sonrisa. Depositó un gran beso en sus labios, y se separó para seguir disfrutando de su rostro de felicidad.—

Lara: ¿Quieres que demos otra vuelta, o seguimos aquí parados toda la noche? —Pregunta sarcástica con una pequeña risita.—

Raph: No hay duda de que te ha encantado la moto. —Ríe levemente ante la pregunta de su novia.—

Lara: Bueno, ya que me la has regalado no voy a desaprovecharla. —Responde sarcástica con una pequeña risita.— ¿Vamos?

Raph: Pero sólo una pequeña vuelta. —Responde mientras caminaba hacia el borde de la azotea.—

Lara: Bueno... Lo vamos viendo. —Responde sarcástica acercándose también al borde de la azotea, para bajar tranquilamente por la escalera de incendios.—

Mientras tanto, la otra pareja disfrutaba de las vistas de la ciudad.
Sara se encontraba junto a Leonardo, con la cabeza acomodada sobre su hombro, mientras este unía su mano con la de ella.

Sara: Ha sido increíble volar contigo. Nunca creí que llegaría a volar en mí vida. —Ríe levemente.—

Leo: Bueno, pensé que te encantaría, además de que te sentirías como Batman cuando planea. —Ríe levemente, pues él sabía lo que le encantaba ese personaje a su novia.—

Sara: ¡Sí, es verdad! Qué guay, ha sido emocionante. Además de que, ha sido mágico volar junto a ti. —Le sonríe mirando sus ojos.—

Leo: Me alegra oír eso. Sé que no es un buen regalo, como el que Raph le ha hecho a Lara, pero quería darte alguna sorpresa después de todo por lo que hemos pasado. —Dice reflexivo, ya que se refería a todos los acontecimientos ocurridos anteriormente, los cuales no les permitieron disfrutar plenamente de su relación.—

Sara: Hey, no me debes nada, aquello pasó porque tenía que pasar. Y, me encanta mí regalo. ¿Volar contigo y estar a tu lado de nuevo? ¿Qué más puedo pedir? —Pregunta retórica, dedicándole una sonrisa mostrando lo alegre y enamorada que se sentía. Acarició con cariño su mejilla, mientras admiraba su mirada.—

Leo: Entonces, ¿estás contenta? — Pregunta ilusionado dedicándole una sonrisa.—

Sara: Más que eso, estoy feliz. —Concluye con una gran sonrisa, y acariciando el rostro de su novio.—

Leo: Me alegra. Y yo también estoy alegre de tenerte conmigo de nuevo. —Dice dedicándole una sonrisa, mientras la abraza por la cintura atrayéndola a él.—

Sara: Te quiero mucho Leo, no sabes cuánto. —Le dice llena de sentimiento, mientras abraza su cuello sin dejar de admirar su mirada.—

Leo: Yo también te quiero, más de lo que crees. —Le dedica una tierna sonrisa, mientras sus rostros acortaban la distancia entre ambos. Sus labios se toparon, convirtiendo lo que al principio era un simple beso, en uno apasionado, y lleno de sentimiento. Pero a medida que pasaban los segundos, el beso era más apasionado, incluso llegaron a juguetear con sus lenguas, humedeciendo así el beso. Entre medias se compartían alguna que otra caricia. Hasta que finalmente, la falta de oxígeno les obligó a separarse. Ambos se miraron con un leve sonrojo en sus mejillas, y la respiración la tenían igual de acelerada.—

Leo: Eso ha estado bien. —Admite avergonzado, soltando una pequeña risita.—

Sara: Sí, cierto. —Reconoce igual de avergonzada, dando una sonrisita que lo mostraba aún más.—

Leo, Sara: —Ambos se quedaron unos cuántos segundos mirándose entre ellos. Pero la pasión del momento les impulsó, y volvieron a unir sus labios. Era un beso hambriento, pero lleno de pasión. Ambos disfrutaban de sus labios al mismo tiempo que de sus dulces caricias. El jugueteo entre sus lenguas se volvió a hacer presente, y el beso se volvía húmedo. No lo podían negar, disfrutaban cada segundo, y no querían que se acabara. Pero la tortuga perdió el equilibrio, y cayó de espaldas al suelo de la azotea, llevándose consigo a su novia. Se separaron rápidamente, y se quedaron mirando avergonzados, pero menos que hace un par de minutos.—

Leo: Perdona, culpa mía. —Ríe levemente, mientras aún sus brazos abrazaba la cintura de su novia.—

Sara: No, no, está bien. —Ríe levemente, y no pudo evitar quedarse mirando de nuevo la mirada de su novio. Aquella mirada siempre la atrapaba, no importa en qué momento, no lo podía evitar. Le dedicó una dulce sonrisa, y él le respondió con la misma.—

Leo: Se está haciendo tarde, deberíamos volver a casa. —Dice un tanto desanimado, pues ambos estaban disfrutando de este tiempo juntos, y aunque quería que durara más no podía escapar de la realidad.—

Sara: Está bien. —Asienta estando de acuerdo, aunque fastidiada por que ese momento juntos acabara. Pero la realidad es que no podían volver a casa más tarde, pues querían evitar problemas. Se puso en pie, y seguido la tortuga se levantó, ya dispuestos a irse.—

Leo: Este no será nuestro último tiempo para nosotros, te lo aseguro. — Dice dedicándole una sonrisa, y depositando un corto pero cálido beso en sus labios.—

Sara: Me alegra oír eso. —Responde mostrándose contenta, realmente le comentaba oír eso.—

Leo: Vamos, espero que tú padre no me mate, o incluso Lara. —Retórico ríe levemente, y seguido agarra la mano de su novia.—

Sara: Si es así, no se los permitiré. —Ríe levemente dedicándole una sonrisa.—

La pareja volvió a usar los aeroplaneadores para bajar del edificio, hasta llegar al callejón que los llevaría a las alcantarillas.

Justo cuando la parejita volvió a la guarida, se escuchó la moto de Lara al llegar al garage.

Ambas hermanas intentaron evitar el encuentro con su padre, cosa que no tuvieron éxito.

Roth: Chicos, es tarde. Os dije que no volviérais tarde. —Dice seriamente de brazos cruzados.—

Sara: Perdón, nos olvidamos. —Mira a un lado un tanto avergonzada.—

Lara: Oye, yo solo estaba estrenando mi moto. —Responde retórica.—

Roth: ¿Moto, qué moto? —Pregunta confundido.—

Raph: Le he regalado una moto, espero que no sea un problema. — Dice rascándose la nuca, pues temía de que hubiera algún problema.—

Roth: No, está bien. Sólo que tened cuidado. Bueno, mañana a las nueve os quiero levantadas. —Concluye seriamente.—

Sara: ¿Qué, otra vez a madrugar? ¿Por qué? —Pregunta agotada.—

Roth: Es una hora excelente, y yo que vosotras me iría ya mismo a la cama.

Lara: Nos merecemos un descanso, estamos agotadas con los madrugones para coger ese estúpido avión. —Refunfuña cruzando los brazos.—

Roth: Bueno, podéis venir conmigo, o quedaros. Descansad, y buenas noches. —Les dice antes de irse.—

Lara: Genial, más días sin dormir... —Refunfuña soltando un pesado suspiro.—

Sara: Bueno, es lo que hay. —Dice encogiéndose de hombros.—

Las chicas junto a sus parejas se fueron a las habitaciones correspondientes.

Por mucho que querían estar pegadas a las sábanas mañana temprano, no querían faltar a ver el progreso de la mansión, su casa, el hogar que en un tiempo volverían a disfrutar, y esta vez junto a las tortugas y amigos.

Bueno, así es definitivamente el capítulo.

Lo sé, muy normalito, pero eso cambiará, y eso es lo que está por verse más adelante. 😉

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro