Capítulo 68. Presentimiento

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Por desgracia, el día no había terminado. En este momento, Sara ya estaba siendo atendida en el hospital.

Lara ya se encontraba junto con Roth, quienes llenos de angustia con el corazón en un puño y un fuerte nudo en el estómago, estaban viendo cómo se llevaban a Sara en una camilla, en dirección hacia el quirófano.

Uno de los enfermeros se quedó con ellos para tratar de calmarles, y de informarles cómo iban a actuar.

Enfermero: Son los familiares de la joven, ¿cierto? —Les pregunta.—

Lara: ¿No le resulta evidente? —Le pregunta sarcástica, era evidente que eran los familiares.—

Roth: Sí, yo soy el padre y esta mi hija mayor. Dígame, doctor, ¿cuánto tiempo estará mi hija en ese frío quirófano? —Le pregunta lleno de angustia.—

Enfermero: Estimo que unas dos horas aproximadamente. —Le responde.—

Lara: Para que lo sepa, no nos vamos a ir de aquí hasta que salga del quirófano. —Le dice seriamente.—

Roth: Nos gustaría permanecer aquí hasta que hayan terminado en el quirófano, y tengamos noticias de ella. —Le dice educadamente, ya que Lara no estaba siendo nada educada.—

Enfermero: Pueden quedarse en la sala de espera muy cercano al quirófano. Si acceden les acompañaré, y cuando hayan terminado en el quirófano uno de mis compañeros se reunirá con ustedes para informarles el resultado de la cirugía. 

Roth: Estupendo. ¿Podría llevarnos hasta la sala de espera, por favor? —Le pregunta.—

Enfermero: Por supuesto. Por aquí, por favor. 

Habían pasado ya dos horas desde que se llevaron a Sara al quirófano. Lara y Roth estaban cada vez más nerviosos y angustiados, ya que todavía no tenían ninguna novedad a cerca del estado de Sara

Pero durante la espera, recibieron visita de unos buenos amigos. 

Nora: ¿Lara, Roth? —Preguntó al entrar en la sala. Al entrar se los encontró dentro, notoriamente nerviosos.—

Lara: Nora. —Se acercó a ella para recibirla.— Has venido.

Nora: Vine en cuanto pude. Pero no he venido sola. —Concluye con una pequeña sonrisa dirigiendo la mirada hacia la puerta.—

En ese momento, April y Casey entraron por la puerta. Ni Lara ni Roth esperaban que vinieran justo ahora. Pero les reconfortó que se preocuparan hasta el punto de visitarles junto con Nora.

April: Hola. —Saluda notándose en el tono la preocupación que traía consigo.—

Casey: ¿Qué hay? —Saluda igual que la pelirroja.—

Roth: April, Casey. —Los nombra notándose la sorpresa por su inesperada visita.—

April: Quisimos venir en cuanto nos enteramos. Y ya que Nora iba a venir también decidimos ir los tres. —Les dice en un tono de voz notoriamente desanimado.—

Lara: Os lo agradecemos. —Le responde en un tono casi frío, pues no tenía ningún ánimo.—

Nora: ¿Está bien? —Pregunta sobre Sara llena de preocupación.—

Lara: No, esos imbéciles nos tienen aquí dos horas esperando, sin decirnos absolutamente nada. —Responde molesta cruzando los brazos.—

Roth: Lara haz el favor de comportarte. Todos estamos nerviosos, pero hay que comportarse. —Le riñe seriamente.—

Lara: Ahora no me hables de modales. —Le responde irritada e indiferente.—

Roth: Lo único que sabemos es que la han llevado al quirófano. En cuanto acaben, tendremos noticias. —Dice tratando de mantenerse con serenidad.—

Lara: —Empezó a sentir su móvil vibrar en su bolsillo. Al sacarlo, vio una llamada entrante de Leonardo.— Y es la cuarta vez que Leo me llama. Estoy bastante nerviosa como para estar hablando con nadie por teléfono. —Se queja en un tono notándose lo irritada y nerviosa que estaba.—

April: Por lo que sé, Leo está bastante nervioso y alterado. —Dice en un tono desanimado, mostrándose preocupada.—

Casey: No sabría decir cual de los dos está peor.

Roth: Deberías hablar con él en cuanto sepamos el estado de Sara. —Le dice seriamente a su hija.—

Lara: Ya lo sé. Pero ahora estoy que muerdo. —Responde irritada y molesta dando un fuerte pisotón en el suelo y cruzándose de brazos.—

Doctor: ¿Familiares de Sara Cheryl? —Pregunta al entrar en la sala.—

Roth: Aquí. —Responde y se acerca a él.—

Lara: Al fin, ya era hora. —Dice en un tono molesto y también se acerca al doctor.—

Nora, April, Casey: —Los tres también se acercaron al doctor, prestando atención igual que Roth y Lara.—

Roth: ¿Cómo está mí hija, doctor? —Le pregunta angustiado y totalmente preocupado.—

Lara: ¿Podemos verla? —Le pregunta seriamente mostrándose preocupada.—

Doctor: Cálmense. El resultado de la cirugía ha sido un éxito. Hemos conseguido extraer el proyectil sin ningún problema. Su hija ha tenido mucha suerte, la bala no ha dañado ningún órgano, y los huesos están casi intactos. Pero lo malo es que ha perdido mucha sangre. 

Lara: —Al igual que su padre, se sintió aún más angustiada al escuchar lo último. Nora, April y Casey también sintieron lo mismo.—

Doctor: No se preocupen, la hemos salvado a tiempo. —Les dice en un tono animado, tratando de subirles el ánimo.—

Lara: ¿Ella está bien? —Le pregunta llena de preocupación.—

Doctor: Sí, está bien. Ahora está dormida, pero es incierto cuando despertará. No se preocupen, su estado es estable, y está fuera de peligro. —Concluye de manera positiva, logrando aliviar la preocupación de todos.—

Nora: Esas son buenas noticias. —Comentó aliviada.—

April: Sí, menos mal. —Le responde igual de aliviada.—

Roth: ¿Podemos verla? —Le pregunta al doctor todavía preocupado.—

Doctor: Me temo que no hasta mañana. La hemos trasladado a observación para vigilarla toda la noche. Si todo va bien, a partir de mañana podrán estar con ella. —Les comunica seriamente.—

Lara: Somos su familia, ¿en serio está diciendo qué no podemos estar con ella? —Le pregunta en un tono molesto cruzando los brazos.—

Roth: Discúlpela, ambos estamos nerviosos con el corazón en un puño. —Le dice.—

Doctor: No se preocupen. Mañana podrán volver a primera hora, y tendrán noticias. Hasta entonces no podemos hacer nada más que tenerla bajo observación. —Le responde en un tono sereno tratando de calmarles.—

Roth: De acuerdo. Muchas gracias, Doctor. —Le agradece gratificante. Al menos Sara estaba a salvo y fuera de peligro.—

Doctor: No es nada. Le mantendré informado por teléfono. Buenas noches. —Se despidió para retirarse.—

Lara: ¿Y hasta mañana tenemos qué estar así? Maldita sea... —Se queja irritada cruzando los brazos.—

Roth: No vamos a estar tranquilos hasta mañana, pero al menos podemos estar aliviados de que Sara está fuera de peligro. —Le dice a su hija tratando de tranquilizarla.—

Nora: Podéis estar tranquilos, solo hay que esperar y ver como habrá pasado Sara la noche. —Dice sintiéndose aliviada.—

April: Seguro que todo irá bien. —Comenta en un tono animado tratando de animarles aunque fuese un poco.—

Casey: Sara es fuerte, estará bien seguro. —Dice junto con una sonrisa.—

Roth: Muchas gracias a los tres. —Le agradece reconfortado.—

Lara: Pues mañana os diré novedades. Gracias por preocuparos y venir, chicos. —Les agradece. No tenía el ánimo de ser agradecida, pero no podía irse sin agradecerles su apoyo y el haberse pasado al hospital.—

April: No agradezcas, Lara. —Le responde amable junto con una sonrisa.—

Nora: Estamos para todos. —Responde junto con una sonrisa.—

Casey: No hay de qué, y lo que han dicho ellas. —Le dice junto con una leve risita.—

Lara: —En vez de palabras les respondió con una pequeña sonrisa.—

Ya que no podían hacer más en el hospital hasta mañana, todos se fueron a sus hogares, obviamente Lara y Roth se fueron a la guarida.

Todavía en la misma noche, Jack estaba reunido con la mujer misteriosa con la que se reunió no hace mucho.

Jack: Está hecho, Amanda. Y como prueba, aquí tienes. —Sacó la foto que le había hecho a Sara, tirada en el suelo y rodeada de su sangre. Dicha foto se la entregó a la mujer.—

Amanda: —Al coger la foto, se quedó mirándola unos cuantos segundos. Una sonrisita de lado se formó en su rostro, junto con una espeluznante risita.— Buen trabajo, Jack. Me alegra ver buenos resultados esta vez. 

Jack: Lo que sea, pero no quiero seguir formando parte de esto. —Le dice seriamente.—

Amanda: ¿A qué se debe ese cambio? —Le pregunta seriamente.—

Jack: Estoy harto de tú maldito y enfermizo chantaje. Ni yo ni mí banda estábamos obligados a obedecerte ni a que nos tomes como perros de presa. —Le dice molesto y seriamente.—

Amanda: Te recuerdo que tú me llamaste aquel día, tú me trajiste a esta ciudad porque esos malditos estaban acabando con mí hermano. Me lo debes, Jack. —Le contradice seriamente y enfadada.—

Jack: No, no te debo nada. Mis hombres fueron apaleados, he tenido que disparar a alguien con quien estaba cada día estos diez años, y todo esto es por tú venganza. ¿Y qué hay de mí? ¿Dónde está aquello qué me prometiste? —Le pregunta seriamente.—

Amanda: Todavía no hemos llegado a esa parte. Hay planes que llevo pendientes, y no voy a cambiarlos por ti. —Le responde seriamente.—

Jack: En ese caso, no pienso seguir permitiendo ni un solo minuto más que me sigas utilizando, Amanda. Trabajaba para tú hermano, sí. Pero eso no hace que deba trabajar para ti, renuncio. —Concluye seriamente, y da media vuelta dándole la espalda, y dirigiéndose hacia la salida.—

Amanda: Vas a desear no haber renunciado, Jack. Más vale que te escondas, porque en cuanto los haya destruido, tú y tú banda seréis los siguientes. —Le advierte seriamente, dedicándole una mirada llena de rabia. Volvió a dirigir la mirada hacia la foto, y se quedó pensativa.— Muy pronto, llevaré a cabo mis planes con la siguiente. —Concluye seriamente.—

Después de tanta angustiosa espera, al fin recibieron novedades sobre el estado de Sara en el día siguiente. 

Según el doctor, Sara había pasado bien la noche, su estado se mantenía estable. Pero la mejor decisión para Sara era permanecer en el  hospital hasta que físicamente se recuperara.
A pesar de tener los órganos intactos, habían partes de su cuerpo que necesitaban de reposo. Y desde luego un control en la recuperación de Sara

Al fin podían verla y estar con ella, pero aún no había despertado. Aún así podían estar con ella, y darle compañía hasta que despierte. 

De nuevo, Nora junto a April y Casey se pasaron para ver a Sara, y saber de su estado. Pero no eran los únicos visitantes. 

Después de asegurarse de que no iba a entrar nadie, las tortugas entraron en la habitación para ver a Sara y saber de su estado. Se quedaron aliviados de saber que ella estaba bien, y su estado era bueno. Pero seguían afectados por lo que le ha sucedido, sobre todo Leonardo. 

Desde que llegaron, Leonardo estaba junto a su novia, entristecido por verla en aquel estado en esa camilla. Con delicadeza sujetaba su mano, y no se despegaba de su lado. 

Unas cuantas horas pasaron, y los visitantes ya debían marcharse. Acordaron que mañana volverían para visitar a Sara y saber de su estado.

Leonardo no accedía a irse, no le importaba pasar el tiempo que fuera hasta que Sara despertara. No quería, ni se sentía capaz de irse. Debido a su decisión, los hermanos tortuga volvieron a las alcantarillas sin él.

 Los únicos que quedaban eran Leo, Lara y Roth. Los tres estaban dispuestos a quedarse todo el tiempo, y no tenían que preocuparse de Brandy ya que las tortugas estaban cuidando de él en las alcantarillas. 

Ninguno de los tres estaba dispuesto a irse de aquel hospital hasta que al menos Sara despierte. 

En el día siguiente, no había novedad alguna.

Sara seguía sin despertar, al menos su estado se mantenía estable. Y compañía no le faltaba, Leonardo no se había ido de allí, al igual que Lara y Roth. Pero estos dos últimos se turnaban para ir a comer, y para comida para Leo, ya que no quería moverse de allí.

Nora, April y Casey fueron de visita de nuevo, a pesar de no haber novedades, al menos querían pasarse a ver cómo estaba ella, y los que cuidaban de ella.

Las tortugas no se pasaron porque Lara les comunicó que todo seguía igual, que Nora, April y Casey ya les había visitado, y que ya que hoy estaban algo ocupados mejor era que se pasaran mañana. 

A pesar de seguir dormida, Leonardo le hablaba a su amada. Le decía que iba a salir de esta, que todo irá bien, que todos la necesitaban de vuelta, y que de ahora en adelante no se separará de ella. 

Roth y Lara les conmovía el cariño que Leonardo transmitía a Sara, estos días les estaba demostrando más de lo que habían visto de él en todo este tiempo. Ambos trataban de estar lo más serenos y animados posible, Roth lo lograba por momentos, pero Lara no tenía esa suerte. 

El día fue bastante lento y pesado para los tres, pero tenían la esperanza de que la situación irá a mejor pronto. 

Apenas había amanecido el día, Lara y Roth habían logrado pegar ojo, ya que en estos días no podían dormir con facilidad. Y no solo porque se duerma fatal en un hospital. 

Leonado en cambio había despertado no hace mucho. Tenía la misma dificultad para dormir que Lara y Roth, pero quería tratar de mantener su hora de levantarse.

La luz del sol que entraba en la habitación alegraba el ambiente, algo que sin duda era necesario. A Leonardo le reconfortaba admirar aquella bonita luz del sol iluminando la habitación y Sara

Siendo lo más animado que podía, le dio los buenos días a su novia, junto con un pequeño y suave beso en sus labios. Le brindaba cariñosas caricias sobre su rostro, con la esperanza de verla despertar, como bien hacía estos días atrás. 

Y al parecer la suerte les sonrió en este día. 

Sara: —Soltó un suave suspiro, al mismo tiempo que sus ojos empezaban a abrirse despacio.— Mmm...

Leo: —Reaccionó ante su suspiro, y alegremente exaltado se acercó más a ella, esperando verla despertar al fin.— ¿Sara?

Sara: Mnf... —Con delicadeza sus ojos se abrieron tras días de inconsciencia. Lo primero que Sara pudo ver era a Leonardo junto a ella. De sus labios salió un débil saludo.— Hola...

Leo: ¡Sara, al fin despiertas! —Exclama lleno de alegría junto con una aliviada sonrisa.—

Lara: ¿Eh? —La exclamación de Leo la habían despertado, con la facilidad de que en estos días tenía el sueño más ligero de lo habitual.— Pero tío, ¿qué rayos...? —No terminó al ver que Sara estaba ya despierta.— ¡Sara! ¡Menos mal! —Exclamaba, y se acercó a su padre para despertarle.— ¡Papá, arriba!

Roth: —Se despertó abruptamente por el zarandeo por parte de Lara.— ¿Qué pasa? —Sus ojos terminaron de abrirse por completo cuando vio a su hija ya despierta.— ¡Sara, hija mía!

Sara: —Ríe levemente ante las repetidas y un tanto exageradas reacciones de su hermana y su padre.— 

Lara: Tía, menos mal. —Emocionada la abraza con extremo cuidado.— Empezaba a pensar que no te despertarías nunca.

Roth: Tranquila, Lara, está bien. —Le dice tratando de calmarla.—

Lara: Perdón, estos días han sido una tortura. —Se separa despacio sin querer hacerle ningún daño a su hermana.—

Leo: ¿Cómo te encuentras? —Le pregunta preocupado.—

Sara: Bien, un poco dolida, pero mucho mejor. —Le responde.— Siento haberos preocupado tanto.

Roth: No lo sientas, hija. Tenemos que preocuparnos por ti. —Le responde junto con una sonrisa y una cariñosa caricia en su mejilla.—

Lara: Así es, como tú también te preocupas por nosotros. —Le dice junto con una sonrisita.—

Sara: —Les devuelve la sonrisa.— Por cierto, ¿y Brandy? ¿Dónde está? ¿Está bien? —Pregunta preocupada.—

Lara: Tranqui, tú perrito está con las tortugas en las alcantarillas. Está bien cuidado. —Le responde.—

Sara: Ah, genial. —Responde junto con un leve suspiro de alivio.—

Leo: Sara, sé que acabas de despertar, y no es el mejor momento, pero... ¿qué ha pasado? ¿Quién te hizo esto? —Le pregunta preocupado, sujetando su mano con suavidad.—

Sara: No me lo esperaba... de él. No esperaba que me hiciera esto. —Le responde un tanto angustiada por recordarlo.—

Leo: ¿Quién? —Le pregunta lleno de preocupación.—

Sara: Jack, se presentó en el apartamento, y me disparó justo en la entrada. —Le responde angustiada.—

Leo, Lara, Roth: —Los tres quedaron congelados ante la revelación de quién fue el que le disparó a Sara. No esperaban que se tratara de él, pero era de esperar.—

Lara: Ese estúpido ha firmado su sentencia de muerte. —Soltó llena de rabia.—

Leo: No, se las verá conmigo primero. —Soltó también lleno de rabia.—

Roth: Sé que estáis furiosos, pero ahora Jack no es la prioridad. Debemos permanecer con Sara hasta que esté recuperada, y le den el alta. Hasta entonces, no quiero que vayáis por él, ¿de acuerdo? —Les pregunta seriamente.—

Lara: No prometo nada, pero está bien. —Le responde cruzando los brazos.—

Leo: Está bien. No te preocupes, vas a salir bien de esta. —Le dice a su novia junto con una sonrisita.—

Sara: Lo sé. —Le responde devolviendo la sonrisa y acaricia sobre su mano con cariño.—

Lara: Oye, Leo, ¿por qué no vas a por tus hermanos? Están como locos por ver a Sara despierta. —Le dice al líder.—

Leo: Claro, y de paso hablo con el sensei acerca de mi ausencia estos días. —Se acerca a su novia, y con ambas manos le sujeta suavemente su mano.— Volveré en un rato.

Sara: Está bien. —Le responde con una sonrisa.—

Leo: —Le deposita un suave beso en la mejilla, y se separa con delicadeza.— Nos vemos después.

Leonardo abandonó la habitación, y se subió a la azotea para dirigirse hacia las alcantarillas.

Sara: ¿Qué le pasa? —Les pregunta preocupada.—

Roth: Leonardo ha estado muy afectado estos días desde que todos nos enteramos que te habían disparado. —Le responde.—

Lara: Ha estado durante dos días sin moverse de tu lado. —Le dice con una sonrisita.—

Sara: —Al escuchar a su hermana le conmovió saber eso. Aunque por un lado se sintió mal de que Leo haya estado estos días atrás sin moverse de su lado. Pero no podía evitar sentirse conmovida por ese gesto por parte de su novio.— Cómo no quererle. —Responde junto con una embobada sonrisa.—

Tras rato más tarde, las tortugas volvieron a visitar a Sara, y no fueron los únicos, Nora, April y Casey también fueron a visitarla. Todos se alegraron de ver a Sara como siempre, con una sonrisa en su rostro y su optimismo de siempre.

Los tres amigos humanos no pudieron quedarse mucho tiempo, pues ya estaban ocupados con deberes y exámenes. Pero no iban a faltar a ver a su amiga.

Al cabo de unas horas llegó la noche, todo estaba realmente tranquilo en el hospital. Los cuatro todavía seguían despiertos. Pero a Roth le había dado apetito, así que pensaba salir un momento para coger algo en las máquinas expendedoras.

Roth: Voy un momento a las máquinas expendedoras, ¿queréis algo? —Les pregunta dirigiéndose hacia la puerta.—

Lara: No, estoy bien. —Le responde.—

Leo: No, pero gracias. —Le responde agradecido.—

Sara: A mí me gustaría, pero no puedo. —Responde torciendo los labios.—

Lara: Es lo que tiene ser la paciente, hermana. —Le responde burlona.—

Roth: Bueno, ahora vuelvo. —Les avisa y sale de la habitación.—

Cuando Roth salió de la habitación, tuvo que recorrer el pasillo hasta llegar a la zona donde se encontraban las máquinas expendedoras. Una vez allí, se compró un mini brick de zumo, y una barrita energética. 

Cuando terminó de recoger lo que quería, sus ojos se abrieron como platos al ver a alguien que no esperaba en absoluto ver por ahí. 

Vio a un chico joven, lo que parecía estar buscando a alguien. 

Ese no era otro que Jack

En ese instante Roth sabía que debía avisar a sus hijas y a Leo de que Jack los estaba buscando. Así que sin llamar la atención, volvió a paso rápido hacia la habitación. Cuando entró, dejó de mantener la calma. 

Roth: No vais a creeros esto, pero acabo de ver a Jack aquí, buscándonos. —Les dice nada más entrar, mostrándose exaltado.—

Sara, Lara: ¿Qué? —Preguntan ambas a la vez igual de exaltadas que su padre.—

Leo: ¿Lo dice en serio? —Pregunta igual que las chicas.—

Roth: Sí, sí, lo acabo de ver, os lo aseguro. Nos va a encontrar, y no llevo nada para defendernos. —Les dice angustiado, pues estaba preocupado de que haya venido para atacarles, o algo peor.—

Leo: No, no habrá problema. —Dice seriamente levantándose de su asiento.—

Lara: Da igual, con los puños es suficiente. —Dice seriamente y se levantó de su asiento para dirigirse hacia la puerta.—

Sara: Lara, espera. —Le dice tratando de detenerla.—

Lara: —Justo al escucharla se detuvo, y la miró.—

Sara: —Con cierta dificultad sacó las piernas de entre las sábanas, llegando a colgarlas en la cama sentándose, y poco a poco logró ponerse en pie.— Ni se te ocurra ir por Jack sin mi. 

Leo: ¿Qué? No, no, de eso nada, tú te quedas aquí. —Le dice seriamente.—

Roth: Puede ser peligroso. —Dice mostrándose preocupado.—

Sara: Quiero tener unas cuantas palabras con él, y nadie me lo va a impedir, ¿estamos? —Les pregunta seriamente, y no esperó respuesta alguna para salir de la habitación junto a Lara.—

Roth: Agh, no, más problemas. ¿Qué vamos a hacer ahora?  —Le pregunta a Leo angustiado.—

leo: No quedarnos de brazos cruzados. —Concluye seriamente, y rápidamente sacó su T-Phone, para llamar a Raph y avisar a sus hermanos.—

Mientras tanto, ambas hermanas tenían un plan. No iban a encararse con Jack dentro del hospital para que todas las personas vean el espectáculo. Así que habían planeado atraerlo hasta la azotea. 

Ambas rondaron por los pasillos, hasta lograr el contacto visual con Jack, fue entonces cuando las chicas empezaron a correr como podían. Con Jack detrás de ellas se dirigían a la azotea.

Mientras tanto, Leonardo también se dirigía a la azotea, a Roth no le quedó otra que quedarse en la habitación para hacer guardia. 

Sin dificultad alguna, Sara y Lara lograron atraer a Jack hasta la azotea. 

Jack: Vale, ya veo que Sara está bastante bien. Y tu también, Lara. Una bonita visita, pero ya debo irme. —Les dice apurado, dando media vuelta para volver atrás.—

Sara: —Rápidamente lo detiene, impidiéndole irse.— La visita no ha terminado aún, Jack. —Con sus fuerzas lo agarra del cuello de su camiseta, y lo empuja como puede hacia aproximarse cada vez más al bordillo de la azotea.—

Jack: Está bien, admito que no fue muy de buen gusto el disparo, pero al menos estás bien. Perfectamente pude haberte matado, Sara, y lo sabes. —Le dice seriamente, apurado por no saber qué tramaba hacer Sara.—

Sara: Tal vez, pero me gustaría que me digas con claridad en qué diablos pensabas en ese momento. Y para eso, pienso darte el mismo susto que me brindaste. —Le dice amenazante, tratando de intimidarle.—

Jack: Ese estilo de matona no va contigo, Sara. Tú no eres así. —Le dice vacilón, mostrándose burlón.—

Sara: Cierto, tienes razón, no es mi estilo. —Le responde.— Pero sí el de Lara. —Le dice burlona, apartándose a un lado.—

Lara: —Sin nada de sutileza, le lanza una fuerte patada golpeándole en todo el abdomen tirándolo de la azotea.—

Tras la patada de Lara, Jack estaba cayendo con rapidez hacia el suelo. Pero era obvio que no le iba a pasar nada, gracias a las tortugas desde luego. 

Raph, Donnie y Mikey aparecieron en escena, usando sus garfios de agarre para columpiarse en el aire. Leonardo también apareció en escena deteniéndose junto a las chicas. Cuando Raph, Donnie y Mikey aterrizaron en la azotea, Raph llevaba consigo a Jack, agarrándolo con fuerza y ahora tirándolo al suelo ya a salvo. 

Sara: Buena entrada, chicos. —Les dice junto con una sonrisa.—

Lara: Uf, qué agusto me he quedado. —Comenta satisfecha por la patada que le había dado a Jack tirándolo de la azotea.—

Leo: —Al acercarse a Jack lo suficiente, lo agarra de la ropa obligándolo a levantarse del suelo.— Yo tampoco seré sutil contigo hasta que digas lo que queremos saber: ¿Por qué lo hiciste? —Le pregunta seriamente.—

Jack: Hacedme caso, chicos, no queráis saberlo. —Le responde apurado.—

Raph: ¿Prefieres que te tire de la azotea ésta vez? —Le pregunta mostrándose amenazante, pues a decir verdad le gustaría hacerlo.—

Jack: Vale, está bien, hablaré: No disparé a Sara porque quisiera, de hecho, pude haberla matado y en realidad no quise hacerlo. Pero alguien me mandó acabar con ella. —Confiesa seriamente.—

Sara: Ahora lo entiendo. Me extrañó que no lo hicieras, porque pudiste haberlo hecho. Pero no era tu intención, ¿verdad? —Le pregunta.—

Jack: No, no lo era. Pero esa...maldita bruja me utilizaba para cumplir sus planes. —Soltó lleno de rabia, realmente estaba rabioso por ser utilizado.—

Lara: ¿Qué bruja? ¿De qué estás hablando? —Le pregunta confundida.—

Jack: Esa maldita... Está aquí por mí culpa, porque yo la traje aquí el día en que acabasteis con Ángel. Desde que llegó, todo ha sido desastres. —Soltaba pensativo recordando desde que llegó esa mujer.—

Leo: Al grano, Jack. ¿De quién estás hablando? ¿De qué se trata todo esto? —Le pregunta seriamente.—

Jack: Se trata de Amanda, la hermana de Ángel. —Confiesa seriamente.—

Todos reaccionaron con sorpresa, especialmente Sara, pues ella la conoció hace bastante tiempo, y no esperaba volver a oír sobre ella.

Mikey: No sabía que Ángel tenía una hermana. —Responde pensativo.—

Sara: Es cierto, la conocí hace mucho, mucho tiempo. —Dice pensativa, recordando el momento en que la conoció. Todavía era una niña cuando la vio por primera y última vez.—

Leo: Dices que te utilizaba para realizar sus planes, ¿qué planes? —Le pregunta seriamente.—

Jack: En el día que acabasteis con Ángel, su rabia la invadió por completo. Tiene un plan en el que se trata de muchos planes para llevar a cabo su venganza. Está loca, no pensé que se le iría tanto la cabeza desde aquel día. —Admite angustiado.—

Sara: ¿Venganza, planes? ¿Sus planes se trata de acabar con nosotros? —Le pregunta.—

Jack: Sí, tiene varios planes para acabar con vosotros. Si no lo consigue, lleva a cabo otro plan, y así continuamente hasta acabar con todos. El atraco de los bancos fue uno de ellos, intentar atraparos y acabar con vosotros. —Les confiesa angustiado.—

Lara: Pues vaya plan más inútil... —Dice sarcástica e indiferente, pues realmente no le funcionó en absoluto el plan.—

Raph: ¿Y qué tiene qué la hace tan temible? —Le pregunta con intriga.—

Donnie: La llamaste bruja hace un momento, ¿es por algo en concreto? —Le pregunta.—

Jack: No sé cómo diablos lo ha hecho, pero esa bruja domina habilidades de magia oscura. Con esas habilidades, no tenéis idea de lo peligrosa que es. —Les confiesa mostrándose angustiado, pues realmente se trataba de alguien realmente peligrosa.—

Lara: ¿Magia oscura? ¿Te crees qué nos chupamos el dedo, Jack? —Le pregunta sarcástica seriamente.—

Sara: No, dice la verdad. Cuando yo la conocí, también vi algo raro en ella. Nunca le había dado importancia, pero ahora, me doy cuenta de que no se trata de ninguna broma. —Responde seriamente.—

Mikey: Uuh, magia negra, me pregunto cómo serán esas habilidades. —Se pregunta inocentemente.—

Jack: Yo que vosotros no me lo tomaría a broma. Esto es muy serio, y no es ningún juego. —Les dice seriamente.—

Leo: Un momento, si dices que ella te utiliza para llevar a cabo sus planes, eso quiere decir que estás aliado con ella, ¿verdad? —Le pregunta seriamente, a punto de sacar sus katanas.—

Jack: Nada de eso, tortuga. Después de disparar a Sara, le dejé bien claro que renunciaba seguir siendo su perro de presa. Así que ahora me toca a mí y a mí banda escondernos de esa bruja. —Confiesa seriamente mostrándose angustioso.—

Lara: ¿Estás diciendo qué no nos vas a ayudar? —Le pregunta seriamente frunciendo el ceño.—

Jack: Eso es, chica lista, como siempre. —Le piropea ligeramente.— Bueno, ya os he contado demasiado, así que será mejor que me vaya a algún escondite cuanto antes, mi vida depende de ello. —Les dice mientras empezaba a alejarse de ellos.—

Sara: ¡Espera, Jack! —Exclama tratando de detenerlo.—

Jack: ¡Buena suerte, la vais a necesitar! —Les exclama, y rápidamente vuelve a dentro del hospital, huyendo de ellos y corriendo a encontrar un escondite lo antes posible.—

Raph: Genial, un enemigo más a la lista de "enemigos locos de Nueva York." —Dice sarcástico.—

Donnie: Entonces, ¿esto es en serio? —Pregunta con confusión.—

Mikey: Una enemiga con magia negra, la verdad es que suena interesante. —Comenta pensativo.—

Lara: Y encima hermana de Ángel, vamos apañados. —Comentó torciendo los labios.—

Sara: Tengo un mal presentimiento... —Comentó angustiada.—

Leo: Esto no me gusta nada... —Comentó igual que su novia.—

Lara: Ahora falta contárselo a mí padre, y que se lo crea. —Comentó sarcástica.—

Sara: Será mejor volver dentro antes de que alguien sospeche. —Concluye seriamente.—

Leo: Sí, será mejor volver, y tomarnos esto de la manera más adecuada. —Dice seriamente.—

Una vez dentro, las chicas y las tortugas le contaron a Roth todo lo que Jack les había revelado.
F

ue un tanto costoso de asimilar, pero se lo tomó como debía ser, con seriedad.

Pero no podían hacer nada hasta que Sara sea dada de alta, y el doctor había valorado que debía estar 15 días ingresada, para asegurar que su recuperación va en buen camino, y así poder estar completamente recuperada.

Hasta entonces, no podían hacer otra cosa que esperar a que pasaran los 15 días, y así prepararse para lo que estaba por llegar.

Se me empieza a ser una costumbre concluir los capítulos con una pizca de intriga y suspense. 😂😁

Lo más interesante está por llegar. 😉

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