Capítulo 75. Mariposas

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

En el día siguiente respecto al día de ayer han sucedido varias situaciones referentes a familiares.

Nora y Alex hablaron con su padre, sobre la errónea actitud de su madre.
Esa sobreprotección no es sana ni para ella ni para la familia en general.

William logró tranquilizar a su esposa, al menos, había conseguido que les dejara más espacio a sus hijos.

Claro que Alex era la que menos tenía permitido salir, aunque eso no le importó por el acuerdo que tenía montado con Nora.

Por otro lado, Roth también se había tranquilizado, claro que no demasiado. Lara también podía salir, aunque sin pasarse, según las condiciones que le puso.

Actualmente, Roth debía ausentarse durante todo el día por asuntos de trabajo.

Roth: Tengo que ausentarme hasta la noche por cuestiones de trabajo. No aprovechéis para hacer locuras, ¿entendido? —Preguntó mirando a sus hijas frunciendo el ceño.—

Lara: Vamos a estar con las tortugas, ¿cuál es el problema? —Preguntó encogiéndose de hombros.—

Roth: Precisamente por eso lo digo. —Respondió con incredulidad.—

Sara: Vamos a estar aquí reunidos, además estaba pensando en llamar a Nora. —Dijo sacando su teléfono móvil.—

Roth: Bueno, estando Nora ya no me preocupa tanto. —Respondió mostrándose más aliviado.—

Lara: Oye, que somos responsables. —Respondió frunciendo el ceño cruzando los brazos.—

Roth: Sí, pero Nora no es escandalosa. —Respondió junto con una leve risita.— Volveré sobre la noche, si sucede algo no dudéis en avisarme... —Dijo indirectamente mirando a Sara.—

Sara: Habiendo más personas no tengo porqué avisar yo. —Respondió riéndose levemente encogiéndose de hombros.—

Lara: Chorradas, no va a pasar nada. Sólo nos vamos a juntar la pandilla. Así que venga, vete ya. —Dijo rodeando a su hermana con el brazo por encima de los hombros.—

Roth: Todavía sigo dudando si has dejado del todo de ser Lara Shadow. —Bromeó sarcástico mientras sujetaba su maleta de trabajo.—

Sara: —No pudo aguantarse la risa de lo gracioso que le pareció.— Aún queda algo.

Lara: Muy graciosos. —Respondió incrédula, sin darle importancia a sus burlas.—

Roth: Portaos bien. —Gritó desde la entrada de la mansión, y salió por la puerta.—

Lara: De verdad, qué imagen más equivocada tiene de nosotras. —Quejó refunfuñando mientras negaba con la cabeza.—

Sara: Lara, él más que nadie sabe todo sobre nosotras y las tortugas, y por supuesto, nuestras relaciones. ¿Qué imagen va a tener si no? —Preguntó entre risitas. Pues entendía perfectamente que Roth tenga una imagen descontrolada de ambas y las tortugas.—

Lara: Bueno, desde el minuto uno debería saber que no vamos a tener una vida enteramente normal. —Refunfuñó sentándose en el sofá.—

Sara: Cierto, pero al menos ya se le ve adaptado. —Respondió junto con una sonrisa, mientras desbloqueó su teléfono móvil.—

Lara: Más o menos... Aunque no se puede negar que lo lleva mucho mejor que la madre de Nora. Esa tía es muy paranoica. —Dijo frunciendo el ceño al recordar a la madre de Nora.—

Sara: Estamos en Nueva York, ¿te acuerdas? —Preguntó incrédula junto con una leve risita, mientras estaba escribiendo en el grupo de Whatsapp.—

Lara: Sí, cómo no... —Respondió rodando la vista, aunque dicho así ya se había dicho todo.— ¿Qué haces?

Sara: Estoy escribiendo en el grupo de todos, para decirles si quieren pasarse por aquí un rato. —Respondió mientras escribía el mensaje.—

Lara: A nuestras parejas más les vale. —Dijo mientras desbloqueaba su teléfono móvil para participar en la conversación.—

Ambas hermanas optaron por mandar unos mensajes al grupo en donde se encontraba toda la pandilla, incluidos April y Casey claro.

Pues ya que tenían la mansión libre, pensaban en reunirse con los demás.
Ya que estas semanas atrás han pasado tantas cosas que han impedido tener tranquilidad y pasar tiempo entre todos.

Sara: Hey chicos, estamos Lara y yo libres en nuestra mansión.

Sara: Os avisamos por si queréis pasaros un rato. 😉

Lara: Pasaros por favor, que me aburro. 😧

Mikey: ¿Estáis solas? ¿En la mansión?

Mikey: ¡Me apunto! 😁

Lara: Ay, ay... 😲

Nora: ¡Qué bien! En un rato estoy ahí. 😊

Donnie: En ese caso iremos enseguida.

Lara: Qué pronto te has decidido Donnie. 😂😝

Casey: Estoy de Hockey, otro día será. 👍

April: Yo tengo muchos deberes, la próxima vez.

Lara: ¿Qué os pasa que a veces no venís? 😂

April: No siempre estamos libres. Nora tiene mucha suerte. 😅

Nora: 😜

Sara: No hay problema, otro día venís. 😊

Leo: Ya vamos para allá.

Sara: 😍💙

Nora: Cálmate, Sara. 😂😳

Lara: Me lo has quitado de la mente. 😆

Sara: 😒

Raph: Vaya, Leo ha puesto la misma cara. 😂

Mikey: ¡Es verdad! 😆😂

Donnie: No llenéis la conversación de tantos mensajes.

Donnie: Se hace un poco molesto. 😪

Nora: A mí se me hace divertido. 😂😳

Donnie: Bueno... a mí también. 😁😂

Sara: ... Pfft 😆😂

Lara: Wtf? 😂

Nora: Chicas, estoy en camino. 😃

Sara: Genial. 😊

Raph: Nosotros también.

Mikey: A ver quién llega antes. 😜

Nora: 😜

Tras una cómica charla por el grupo, tanto Nora como las tortugas ya estaban de camino hacia la mansión.

No siempre tienen un día tan calmado y libre como lo era el de hoy, así que, ¿qué mejor que reunirse todos para pasar un rato genial?

Las tortugas fueron más rápidas al llegar, Nora no tardó mucho en llegar después que las tortugas.

Sara: Hey, Nora. —Saludó junto con una sonrisa.—

Lara: Al fin llegas, rubita. —Dijo saludando a Nora.—

Nora: Sí, aunque cada vez se me hace más corto llegar hasta aquí. —Respondió reuniéndose con todos.— ¿Qué tal estáis, chicos?

Leo: No hay mucho que contar, por ahora. —Respondió junto con una sonrisa encogiéndose de hombros.—

Sara: Tú lo has dicho, por ahora. —Río levemente ante la respuesta de su novio. Aunque no se resistió a darle un pequeño beso en la mejilla.—

Leo: —Como respuesta también le devolvió el beso, y la abrazó por la cintura con el brazo.—

Raph: Después de lo sucedido con lo de Lara Shadow no ha vuelto a suceder nada más. —Dijo encogiéndose de hombros.—

Lara: Y que siga así. —Respondió junto con un resoplido. No quería ni pensar en qué otra cosa podría suceder.—

Mikey: Pero al menos salió todo bien. —Dijo en un tono alegre abrazando a la pelirroja.—

Lara: Tampoco había mucha diferencia entre "Lara Shadow" y yo, Mikey, solo estaba siendo una marioneta. —Respondió entre risas dándole leves palmaditas en el caparazón.—

Donnie: Sí, y un terminator también. —Dijo sarcástico recordando lo peligrosa que era la pelirroja en aquellos momentos.—

Lara: Nada de diferente en mí, D. —Respondió bromeando junto con una leve risita.—

Todos reaccionaron con una risa ante la broma de la pelirroja. Les pareció divertido, aunque tampoco podían negar de que era cierto.

Nora: Lo que importa es que Lara está sana y salva después de aquello. —Dijo soltando un leve suspiro de alivio.—

Donnie: Sí, pero esa magia negra que domina Amanda no trae nada bueno. Deberíamos tomarlo en serio, e investigar. —Respondió mostrándose pensativo. Hasta ahora no han tomado cartas en el asunto, pensaba que ya iba siendo hora.—

Lara: Oye, ¿para qué nos hemos reunido? ¿Para hablar de los problemas, o para pasar un rato guay? —Preguntó refunfuñando.—

Leo: Cierto, pero Donnie tiene razón. —Respondió seriamente.—

Raph: Sí, pero dejémoslo para más tarde. Ahora olvidémonos de historias. —Respondió cruzando los brazos.—

Mikey: Tengo hambre, ¿tenéis algo de comer? —Preguntó a ambas hermanas junto con una sonrisita.—

Sara: Justo había guardado un par de pizzas para vosotros. Ahora os las traigo. —Respondió entre risas dirigiéndose hacia la cocina.—

Mikey: ¡Qué alegría me das! —Exclamó más que contento.—

Nora: —Río por la divertida actitud de Mikey.— Mikey, siempre piensas en pizza.

Leo: Es lo único que piensa en la mayoría del tiempo. —Respondió riéndose levemente.—

Donnie: —No pudo evitar quedándose mirando a la rubia, sintiendo una cálida y a la vez extraña sensación al verla reírse. Su risa le sonaba como una dulce melodía en su mente, no pudo esconder una sonrisilla en el rostro.—

Raph: Nada raro en él. —Siguió la broma entre risas.—

Lara: Oye, D, baja de las nubes. —Dijo al notar aquella mirada atontada en el de morado.—

Donnie: —Reaccionó agitando levemente la cabeza.— Ya, perdona, estaba pensando en mis cosas. —Respondió junto con una risita.—

Nora: Ah, no sé si Donnie os lo contó, pero me llevó al restaurante de Murakami, aunque ya lo conocía de haber ido con los compañeros. Muy buenas sus pizzas guiozza. —Comentó con una sonrisa recordando aquellas deliciosas empanadas de pizza.—

Mikey: ¿Habéis comido pizza guiozza, sin mí? —Preguntó seriamente mostrándose ofendido.—

Donnie: Si te hubiéramos llamado no nos habrías dejado ni una. —Respondió burlón frunciendo el ceño.—

Mikey: No puedo negar eso. —Reconoció junto con una risita nerviosa.—

Nora: Precisamente por eso no llamamos a nadie más. —Bromeó riéndose levemente.—

Lara: Literal que una vez Mikey me las quitó todas. Todavía me debes unas cuantas, Mikey... —Dijo dedicándole una mirada sería frunciendo el ceño.—

Mikey: Muy pronto, te lo prometo. —Respondió entre risas.—

Leo: No te fíes de él. —Bromeó riéndose levemente.—

Sara: —Volvió con dos cajas de pizza entre las manos. Aunque no se acercó del todo a ellos porque sabía que con Mikey cerca las pizzas no iban a durar mucho.— Estáis hablando demasiado teniendo yo aquí dos cajas de pizza. —Dijo riéndose levemente.—

Todos se rieron por la broma de que Mikey se comía todas las pizzas, y estaba claro sabiendo cómo es él ante unas deliciosas pizzas.

Al poco rato casi parecía que habían montado una fiesta, pues optaron por poner un poco de música, con el volumen normal, para animar un poco el ambiente.

Mientras que unos hablaban con otros, a veces entre todos, pero cada uno se relacionaba con el otro.

Literalmente, casi habían montado una fiesta sin darse ni cuenta.

Lara: Oye, oye, ¿qué se supone qué es esto? ¿Una reunión, o una fiesta? —Preguntó con incredulidad mirando a todos y cada uno de ellos.—

Nora: Yo diría que una fiesta sorpresa. —Respondió riéndose levemente.—

Sara: Es evidente. —Respondió entre risas encogiéndose de hombros.—

Lara: Pues ya que estamos, podríamos hacerla cómo tal, ¿no? —Preguntó suponiendo la idea.—

Miradas se compartieron entre todos, dudando ante la sugerencia de la pelirroja.

Bueno, no es que tuvieran muchas ganas de fiesta, pero al menos sí tenían ganas de que el ambiente se animara un poco más.

Todos concordaron con la sugerencia, pero no querían una fiesta de "desmadre", solo querían algo que animara el ambiente.

Raph: Pero sin pasarse, no estoy para fiestas. —Respondió encogiéndose de hombros, mostrándose no muy entusiasmado.—

Lara: Nah, algo sencillo. Con más música y algo de juerga, no necesitamos más. —Concluyó junto con una sonrisita.—

Mikey: ¡Bien, fiesta! —Exclamó emocionado celebrándolo con un baile.—

Sara: Sin descontrol, que nuestro padre aún sigue en la ciudad. —Dijo entre risas.—

Donnie: Ya has oído, Mikey. —Repitió seriamente a su hermano.—

Mikey: Está bien, me controlaré... Lo intentaré. —Respondió junto con una sonrisita.—

Nora: Eres un peligro. —Río levemente.—

Raph: No tienes idea, amiga. —Respondió sarcástico y dirigiendo una mirada burlona hacia su hermano.—

Mikey: ¡Eh! —Exclamó ofendido.— Puedo controlarme, y lo vais a ver.

Lara, Raph: —Entre ambos se miraron, compartiendo el mismo pensamiento de "lo dudo".—

Literalmente no alcanzaron a pasar ni diez minutos, y Mikey ya no mostraba ningún control.

Es como si la música lo controlara, pero quien se salió de control era él, de manera inconsciente, pero aún así ya se estaba dejando llevar demasiado.

Recordaba mucho a aquel momento cuando estuvieron en la granja, que Mikey estaba viendo Crognard junto a gatito helado, y se dejó llevar hasta el punto de ensuciar de pizza las paredes del salón.

Casi se podía decir que se estaba repitiendo ese episodio. Solo que en vez de manchar el salón de pizza, la víctima había sido Sara.

Con tanto movimiento sin control, a Mikey se le había escapado la rebanada de pizza que se estaba comiendo. Y aquella rebanada chocó contra la camiseta azulada de Sara.

Para colmo, la mancha se había ocasionado en su pecho, y para empeorar, se extendió hacia abajo marchándose de todos los ingredientes de la pizza.

Sara: Vaya... —Susurró un tanto incómoda, aunque frustrada por la demasiado notoria mancha en su camiseta.—

Leo: Mikey, ¿cuándo aprenderás? —Preguntó seriamente molesto hacia su hermano. Estaba cansado de que su hermano fuese tan descuidado, y menos le calmaba de ver lo que acababa de pasar.—

Mikey: —Una expresión de sorpresa se mostraba en su rostro al mismo tiempo que sus manos se dirigían a la cabeza. No era su intención lo que repentinamente había sucedido.— Perdón, no era mí intención, en serio. Lo siento. —Se disculpó con su irresistible mirada de cachorrito.—

Sara: No pasa nada, Mikey, sólo ha sido un accidente. Pero intenta ser más cuidadoso, ¿vale? —Preguntó ladeando la cabeza en un tono ligeramente serio. No quería tener que enfadarse, y ni siquiera podía cuando se trataba de un accidente.—

Lara: Es lo mejor que habré visto hoy. —Dijo entre risas sin poder aguantarse.—

Nora: ¿Qué pasaría si te habría pasado a ti, eh? —Preguntó burlona hacia la pelirroja.—

Raph: Habríamos visto su "Lara Shadow" aparecer de nuevo con intenciones de acabar con Mikey. —Respondió sarcástico, aunque en realidad le habría gustado ver eso.—

Donnie: Será mejor que te cambies, esas manchas van a ser complicadas de quitar sin un lavado. —Aconsejó siendo la mejor opción.—

Sara: Sí, será lo mejor. Voy a cambiarme. —Dijo dirigiéndose hacia las escaleras.—

Leo: Te echaré una mano. —Dijo yéndose junto con su novia dirigiéndose hacia el ala norte, donde se encontraba su habitación.—

Nora: ¿A caso Sara necesita ayuda para cambiarse? —Preguntó riéndose levemente.—

Lara: Claro que no, y conociendo al intrépido me espero cualquier cosa. —Respondió incrédula persiguiendo a la pareja con la mirada.—

Nora: —No pudo evitar reírse tras entender lo que insinuaba la pelirroja.—

Donnie: Oye, Nora, ¿te importaría qué charlemos un momento? —Preguntó mostrando cierta timidez.—

Nora: No, que va. Contigo cuando quieras. —Respondió gentil junto con una sonrisa.—

Lara: —No pudo evitar quedándose mirando a ambos, sobre todo a Donnie. Le estaba llamando la atención su actitud últimamente, con Nora desde luego.—

Mientras tanto, la pareja recién había llegado a la habitación de Sara.
Al menos la habitación ya estaba bien preparada de ropa y todo lo que Sara necesitara.

No era de negar de que la habitación había quedado incluso acogedora, a pesar de ser grande, desde luego.

La morena se había parado frente al armario, mirando qué podía ponerse de recambio.

Sara: No era necesario que vinieras conmigo si no querías. —Dijo mientras rebuscaba entre el armario.—

Leo: No quería dejarte sola con el dilema, además, me siento mal por el descuido de Mikey. —Respondió refunfuñando ante la descuidada y errónea actitud de su hermano.—

Sara: No pasa nada, de verdad. Sé que no lo ha hecho a propósito, y estas cosas pasan. Lo que me sorprende es que no haya pasado antes. —Dijo riéndose levemente, aún buscando entre su armario.—

Leo: Aún así creía que había recapacitado un poco desde la granja, pero ya veo que me equivoqué. —Respondió frustrado recordando la actitud que tuvo su hermano en aquel día.—

Sara: —Tras al fin encontrar una camiseta de recambio se la llevó consigo hasta el otro lado de la habitación, donde se encontraba la cama y un espejo de pie.— En la granja pasaron muchas cosas. —Dijo en un tono dulce y dedicándole una sonrisa juguetona, recordando cuando empezaron a salir.—

Leo: —Le invadió el mismo recuerdo. No pudo evitar sonreír cual bobo por recordar aquel momento en la granja, cuando confesaron sus sentimientos. Iba a responderle, pero sus palabras se quedaron mudas cuando vio a su novia sacarse la camiseta manchada de pizza, quedándose en sujetador.—

Sara: No es que sea la mejor elección, pero hasta después del lavado para la otra está bien. —Comentó viéndose en el espejo y colocándose por encima aquella camiseta rojo carmín de manga larga que había escogido para recambio.—

Leo: —Se dirigió a ella a sus espaldas. Cuando se detuvo detrás de ella, acarició con suavidad sus suaves y llamativas caderas.—

Sara: ¿Piensas ayudarme a cambiarme? —Preguntó en un tono juguetón junto con una sonrisita. Un agradable escalofrío sintió recorrer su espalda cuando sintió el plastrón de la tortuga posarse sobre su espalda. Un leve suspiro se escapó tras sentir los labios de su novio en su cuello. —

Leo: Me haces perder el control... —Susurró cerca de su oído para después redirigir los labios a su cuello. Depositaba cálidos y húmedos besos sobre su zona sensible en el cuello, mientras dirigió las manos hacia el botón del pantalón para desabrocharlo.—

Sara: ¿Leo...? No sé si sea el mejor momento... Pero... —Gimoteó inclinando la cabeza hacia atrás tras sentir esos deliciosos escalofríos gracias a la tortuga. No podía resistirse ante los deliciosos cosquilleos y besos que le dedicaba Leo, sentía que la dominaba por completo.—

Sara no se pudo resistir más, haciéndolo saber con un suspiro transmitiendo la excitación que empezaba a invadirla gracias al líder.

Tras eso, Leo la tomó suavemente de las caderas de nuevo, pero esta vez para girarla ligeramente, y así acceder con más facilidad al broche del sujetador de su novia para quitárselo.

Por otro lado, Sara rodeó su cuello con el brazo derecho mientras que con la otra mano empezó a sacar su equipo y sus correas que ayudaban a sujetar sus katanas en su caparazón.

Ambos se miraron cegados por el otro, y fundieron sus labios en un apasionado beso.

Sabiendo donde se encontraba la cama, Leonardo recostó a su novia suavemente de espaldas hacia la cama, acostándola de manera horizontal en vez de en vertical.

Quedándose de pie frente a la cama y a su novia se posó sobre ella colocando ambas manos en cada lado por encima de la cabeza de Sara, aunque después tuvo que usar una de sus manos para desvestirla.

Sara optó por no quitarle más de lo necesario, ya que los demás iban a notar qué algo había estado sucediendo en su ausencia para cambiarse. Aunque empezaba a ser evidente...

Tras tenerla desvestida, sujetó sus piernas con cuidado para llevarlas hacia su cintura, ya que pensaba que estarían más cómodos.

No esperaron mucho más, gemidos y suspiros empezaron a sonar tras empezar con unas ligeras embestidas.

Al mismo tiempo se compartían caricias y besos aquí y allá, mientras que aquellos gemidos iban aumentando.

Sara se conocía bien en estos momentos, y no era el más adecuado para dejarse llevar demasiado, así que trató de controlar el volumen de sus gemidos.

Leonardo sonrió de lado juguetón al darse cuenta, pero le gustaba jugar sabiendo que con facilidad lograba arrancarle gemido más notorios, y no podía negar de que eso le gustaba demasiado, le ayudaba a excitarse aún más.

El ritmo era más acelerado, pero debían controlarse por que no se les escapara ningún grito puntual, aunque se dieron cuenta de que no iba a ser problema.

Pues además de saber controlarse, se ayudaban con apasionados besos, era la mejor ayuda para controlar aquellos gemidos.

Para mejorar la experiencia, Sara entrelazó sus piernas rodeando la cintura del líder, atrayéndolo más hacia ella, lo que ayudó en la profundidad de las embestidas, y a la misma vez del aumento de gemidos.

Estaban cerca, ambos lo sentían, por lo que Sara no se resistió en pedirle por más mientras de sus labios también gemía el nombre del líder.

Aquello aumentó la excitación del líder, y aceleró dejándose llevar mientras sujetaba las sábanas sintiendo aquella oleada de placer.

Al igual que Sara, quien llevó las manos a los hombros de la tortuga para sujetarse y controlarse tras aquella oleada de placer. Sentía como su cabeza se inclinaba hacia atrás y como su espalda se arqueaba ligeramente.

Ambos soltaron un placentero gemido, aunque por parte de la tortuga fue acompañado por un placentero gruñido.

Además de compartir una mirada embobada, compartían la misma agitación en la respiración.

La tortuga acarició levemente el rostro de su novia dedicándole aquella sonrisa embobada.

Sara: Parece que no sepas que en realidad eres tú quien me haces perder el control. —Bromeó junto con una leve risita, dedicándole la misma sonrisa embobada.—

Leo: ¿Eso crees? —Preguntó juguetón frunciendo el ceño dedicándole una mirada traviesa.—

Sara: —Tanto por aquella respuesta como su mirada la hicieron sonrojarse levemente. Soltó una risita mientras con cariño acariciaba su mejilla.— Te quiero mucho, Leo.

Leo: Yo también te quiero. —Respondió gentil junto con otra embobada sonrisa, y no se resistió a besarla apasionadamente, mientras pasaba una de sus manos entre el suave y largo cabello de su novia.—

La pareja se vistió de nuevo para reunirse de nuevo con los demás lo más rápido posible.

Tenían claro de que las sospechas de lo que habían hecho estaban aseguradas, pero si podían evitarlo era lo más favorable.

Volvieron al salón y vieron que el ambiente había cambiado, las tortugas estaban con Nora en la sala de tecnología.

Mientras que Lara los observaba cerca con los brazos cruzados.

Leo: ¿Qué ha pasado aquí? —Preguntó con confusión al ver a casi todos en la sala de tecnología.—

Lara: Han insistido en investigar sobre Amanda ahora que estamos todos juntos. ¿Qué, os habéis quedado atrapados en el armario, eh? —Preguntó burlona junto con una sonrisa pícara.—

Leo: —Rodó la vista y se dirigió hacia donde se encontraban sus hermanos.—

Lara: Tengo razón, ¿a que sí? —Preguntó a su hermana dándole leves codazos.—

Sara: Claro que no, solo se sentía mal por lo que había pasado. —Respondió tratando de sonar convincente.—

Lara: Ya, ¿y te ha ayudado para cambiarte? —Preguntó burlona.— Además, tienes las mejillas un poco sonrojadas. —Indicó con una sonrisa burlona.—

Sara: —Reaccionó ligeramente sorprendida, llevándose las manos a sus mejillas.—

Lara: Ay, bribona. —Dijo burlona dedicándole una sonrisita traviesa.—

Sara: Cállate. —Respondió seriamente mostrándose un tanto tímida.—

De repente Donnie intervino en la conversación de ambas hermanas. Pero no para participar, tenía algo que decirles.

Donnie: Chicas, ¿tenéis un momento? Me gustaría hablar con vosotras. —Dijo mostrándose un tanto tímido.—

Lara: Claro, ¿de qué se trata? —Preguntó con curiosidad.—

Donnie: Es algo privado que sólo quiero compartir con vosotras. ¿Os importa que nos alejemos un poco? —Preguntó mirando de reojo a Nora y  sus hermanos.—

Sara: Sí, cómo no. —Respondió un tanto confusa por el misterio que Donnie transmitía con lo que quería decirles.—

Los tres se fueron casi a la otra punta del salón, al lado de las escaleras. Así ya tenían la suficiente privacidad para escuchar a Donatello.

Lara: Venga, D, ¿qué pasa? —Preguntó agotada por tanto misterio.—

Donnie: Veréis, últimamente me ha estado pasando algo... —Dijo mostrándose tímido.—

Sara: ¿Todo bien? —Preguntó preocupada.—

Donnie: Sí, tranquilas, no es nada malo. Es solo que... no me había pasado esto, bueno... por segunda vez... —Dijo entre cortado rascándose la nuca.—

Lara: ¿Por segunda vez? ¿A qué te refieres? —Preguntó totalmente confundida.—

Donnie: Me refiero a esas sensaciones... confusas. Ya sabéis, esas mariposas que sientes cuando estás con alguien... —Sin poder evitarlo miró de reojo a la rubia.—

Sara, Lara: —Ambas al notar que Donnie dirigía la mirada hacia la rubia, ambas se miraron entre ellas al darse cuenta al mismo tiempo de lo que la tortuga estaba tratando de decir.—

Sara: A ti te gusta Nora. —Soltó sorprendida tras darse cuenta.—

Lara: Ahí va, qué fuerte. —Comentó también sorprendida junto a su hermana.—

Donnie: —Chistó tratando de recuperar la calma, sobre todo para no llamar la atención a los demás.— Chicas, por favor. Esto es muy complicado para mí...

Sara: Perdona. —Respondió junto con una sonrisita encogiéndose de hombros.—

Lara: Así que te gusta nuestra amiga, y nos lo cuentas porque... ¿Por qué? —Preguntó con confusión ladeando la cabeza.—

Donnie: Evidentemente no le iba a decir nada a los otros, y mucho menos a Nora. Así que pensé que vuestro apoyo y consejos me serían de ayuda, si vosotras no tenéis ningún inconveniente, claro... —Dijo avergonzado en un tono tímido.—

Sara: Pues claro que sí, Donnie. No te preocupes, nos tienes a nosotras. —Respondió con una cálida sonrisa.—

Lara: Aunque una cosa te pido, si disimularas un poco más sería mejor, por si no habías caído en la cuenta. —Dijo con incredulidad, pues la actitud de la tortuga resaltaba un poco de sospecha.—

Donnie: Oh, sí, claro. Gracias, chicas. —Agradeció tímidamente junto con una sonrisa.—

Sara: No agradezcas, D. —Respondió junto con una cálida sonrisa.—

Gracias a que habían hablado lo más importante justo antes de que Raphael se acercara a ellos.

Raph se acercó a ellos para avisarles de algo que debían saber todos.

Raph: Chicos, Nora ha encontrado algo que debéis ver todos. —Comunicó a los demás seriamente, pues habían descubierto algo serio.—

Sara: ¿Qué ha descubierto? —Preguntó con curiosidad.—

Raph: Se trata de Amanda, y no es nada bueno. —Respondió seriamente.—

Sara, Lara: —Ambas se miraron entre ellas con confusión, y no perdieron más tiempo en reunirse con todos en la sala de tecnología.—

Lara: ¿Qué pasa? ¿Qué has encontrado, rubita? —Preguntó confundida por la situación.—

Nora: He estado buscando cualquier información que pueda portar sobre Amanda. En todo este rato no he encontrado ni lo más mínimo, hasta ahora, pero estos archivos parecen estar bastante protegidos. Afortunadamente he logrado hackearlos, y esto es lo que he descubierto...

La rubia mostraba cada uno de los archivos que había logrado hackear.
Eran artículos e informes en los que redactaban sobre Amanda.

Hablaban desde su pasado, hasta una fecha no muy lejana al presente.

Amanda empezó siendo una mafiosa junto a su hermano, pero en uno de sus asaltos, hayó un objeto que la cambiaría definitivamente.

Se trata de una "piedra espectral", la cuál pertenecía a una mujer que poseía amuletos y objetos, quien resultaba ser especializada en el espiritismo y magia negra.

Esa piedra le brindó a Amanda unas habilidades que poco después de conseguirla, descubrió.

Al principio era reacia a creer en esas cosas, pero un día, la cambió por completo.

Desde entonces, Amanda se apartó de la mafia, para dedicarse a sus peligrosas y oscuras habilidades.

Todos quedaron atónitos cuando leyeron los informes que redactaban sobre víctimas que fueron atacadas de formas desconocidas.

A pesar de ir por su lado, seguía trabajando para la mafia de su hermano. Pero gracias a eso, logró dominar las peligrosas habilidades que guardaban la piedra espectral que había hayado en uno de los asaltos junto a su hermano.

Amanda era un auténtico peligro, incluso más de lo que fue su hermano junto a la mafia entera.

No había duda, todos se miraron entre ellos compartiendo el mismo pensamiento de que debían detenerla.

Leo: Ahora sabemos a quien nos enfrentamos, y nos queda claro de que debemos detenerla cuanto antes. —Dijo seriamente dirigiéndose hacia todos.—

Sara: —No dijo palabra alguna, se encontraba sin expresión alguna, aunque metida en sus pensamientos. Había una idea que llevaba en su cabeza desde el enfrentamiento contra Amanda cuando recuperaron a Lara. Ahora ya no tenía dudas, tenía esa idea clara.— Voy a hacer el reto espiritual...

Todos se quedaron atónitos tras escuchar la seria decisión de la morena.

Ni siquiera dudaron de su idea, pues se la escuchó totalmente segura de aquella decisión, aunque no se lo esperaban en absoluto.

Lara: ¿Quieres hacer el reto espiritual? —Preguntó seriamente a su hermana.—

Sara: Cuando me enfrenté a Amanda la última vez, sentí que necesito mejorar, necesito prepararme, y mejorarme a mí misma. Lo he estado pensando desde entonces... y el reto espiritual es la opción más acertada. —Respondió seriamente.—

Leo: Entonces tenemos que hablar con Splinter, y prepararte para tú reto espiritual. —Respondió.—

Sara: No hay más tiempo que perder. —Concluyó seriamente.—

Pues para el próximo capítulo se viene el reto espiritual de Sara.

Lara tuvo el suyo, ahora le toca a Sara. Así que atent@s al próximo capítulo. 😉💚

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro