Capítulo 87. Dificultades

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La pelirroja llegó bastante tarde a casa después del encuentro con Jack en la fiesta.

Era de madrugada cuando Lara al fin volvió a la mansión. Y tanto era su cansancio que no era capaz de subir las escaleras hasta su habitación.

Así que, se quedó en ropa interior, dejando el vestido tirado sobre un sofá para ella dormir en el sofá de enfrente.

Suerte que era pleno verano, y que en la mansión se dormía realmente bien con poca ropa.

Luna se alegró de ver a su dueña de vuelta, pero se la encontró tirada sobre el sofá, tratando de conciliar el sueño.

La cachorrita optó por dormirse junto a ella, aprovechando el más mínimo hueco en el que pudiera quedarse, y dormir en su compañía.

Lara por su parte, dio una pequeña sonrisa, ya que la cachorrita tenía momentos en los que era una batalla perdida ante sus encantos.

Aunque no siempre era así, ya que tiene ratos en los que suele ser una cachorrita gruñona. Pero con su dueña, era diferente.

Ambas no tardaron mucho en quedarse dormidas sobre el sofá.

En la mañana, Lara continuaba durmiendo sobre el sofá. Luna estaba despierta, pero no quería dejarla.

Pero, como era de esperar, Raph apareció en busca de su pelirroja. Pues seguía preocupado y con la incertidumbre de dónde pudo estar su pelirroja en la noche, y, sobre todo, si ella estaba bien.

Cuando la vio echada al sofá, y en ropa interior, se quedó congelado. No esperaba verla así. Por un momento se dejó invadir por los nervios, pero estaba convencido de que no había estado nadie con ella.

Por otra parte, Sara bajaba las escaleras, cuando también se quedó perpleja de ver a su hermana en el sofá en ropa interior.

La situación la confundió aún más cuando vio a Raph cerca de Lara . Dirigió la mirada hacia él señalando a ambos, con la insinuación de que ambos se han acostado.

Raph negó varias veces con la cabeza encogiéndose de hombros, sintiendo la misma confusión de la morena por el hecho de que no tenían ni idea de lo que le había pasado a Lara anoche.

La tercera decidió tratar de despertar a su pelirroja, recibiendo los ladridos de Luna como protección a su dueña.

Raph: ¿Lara? Lara, despierta. Vamos, arriba. —Tratando de despertarla mientras la agitaba con delicadeza.—

Lara: M-mmnf ... —Gimoteó en respuesta del intento de la tortuga por despertarla. Los ladridos de Luna ayudaron a que esta se despertara cada vez más.—

Raph: Lara, vamos. Lara ... —Continuó con su intento de despertarla, cosa que estaba funcionando.—

Lara: —Tras el constante zarandeo, esta se despertó al fin. Pero cuando vio que la tortuga fue quien la despertaba, perdió el interés.— Mng ... Lárgate, Raph...

Raph: Va a ser que no. Vamos, levanta. —Insistió zarandeándola un poco más.—

Lara: Que te largues. —Respondió malhumorada lanzándole un cojín del sofá, para volver a tratar de dormirse de nuevo.—

Raph: —Con sus reflejos esquivó el cojín. Cuando despertaban a su chica, ella tendía a tener mal despertar. Pero eso poco le importaba a la tortuga en este momento.— No voy a parar hasta que te levantes.

Sara: —Bajó las escaleras acercándose a ambos. Aún sintiendo esa sorpresa y confusión con la que le ha dejado sin palabra alguna.—

Lara: —Suspiró pesadamente por la agotadora insistencia de la tortuga. Se levantó finalmente sentándose sobre el sofá.— ¿Se puede saber qué diablos quieres ahora? Déjame en paz, joder.

Raph: Quiero saber dónde andabas anoche, y porqué estás así. —Señaló a su semi desnudez, preguntando con seriedad cruzando los brazos.—

Lara: Uno: No te importa. Y Dos: Tenía calor y quería dormir a gusto. ¿Contento? ¿Si? Pues adiós. —Concluyó en un intento por deshacerse de él, levantándose para dirigirse hacia el baño, pero Raph la detuvo.—

Raph: Lara, ¿dónde estabas anoche? —Preguntó seriamente.—

Lara: A donde no te importa, pesado ... —Respondió refunfuñando.—

Sara: Esto... ¿Ese vestido de ahí ...? —Se preguntó señalando la mencionada prenda.—

Raph: —Escuchó a Sara, y dirigió la vista hacia el vestido negro y plateado que supuestamente llevó anoche la pelirroja.— ¿Has ido de fiesta?

Lara: —Se apartó de la tortuga.— ¿Y qué? ¿A caso no puedo? ¿Eh? —Cuestionó frunciendo el ceño.—

Raph: No es eso. Es que... Desapareces como si nada, no das señales y nos tienes en un sin vivir porque no hay comunicación de tú parte. —Indicó preocupado por su pelirroja.—

Lara: Mira, hablando de sin vivir... —Insinuó dedicándole una mirada despectiva.—

Raph: Lara... Por favor, vamos a sentarnos y hablar de lo que está pasando. —Rogó en un intento de hablar con ella.—

Lara: ¿Qué dices? ¿Qué cuándo salga de la ducha ya no estarás? Vale, adiós. —Se despidió de él con indiferencia, yéndose al baño tratando de evitar a la tortuga.—

Raph: —Tras la evasión de su pelirroja, no pudo evitar sentir esa sensación de sentirse abatido por el recurrente fracaso de intentar hablar con ella.— Es inútil...

Sara: No digas eso, Raph. Ya sabes cómo es, sólo dale tiempo. Además, todavía sigue siendo terca, pero verás que se irá ablandando. —Dijo tratando de animar a la tortuga.—

Raph: Quiero pensar que estoy equivocado, pero... Creo que no voy a ser capaz de recuperarla yo sólo. —Indicó con desánimo bajando la mirada.—

Sara: Sí puedes. —De inmediato se le ocurrió una idea. Pero antes, echó una ojeada asegurándose de que Lara no estaba escuchando.— Mira, no me gusta la idea de tener que meterme en vuestra relación, pero... A lo mejor puedo echarte una mano.

Raph: ¿Lo harás? —Preguntó con asombro, y notándose la subida de ánimo.

Sara: Sí, claro. Puedo decirte cómo va de ánimo, qué hace, incluso cosas con las que te podrían ayudar a interactuar con ella. Pero bajo ningún concepto voy a ser la mensajera, ni voy a espiar todo lo que haga Lara, ¿entendido?

Raph: No te preocupes por eso. Sólo te pido un pequeño empujón. —Respondió.—

Sara: Vale, quedamos así. Pero como me encuentre en la situación de ser parte de vuestro problema, yo me desentiendo. —Sentenció seriamente, pues no quería tener que comerse parte del problema de la pareja.—

Raph: Descuida, Sara. Y... Gracias. —Agradeció por la significante ayuda de la morena.—

Sara: De nada. —Respondió con una sonrisa.— Ahora vuelve a casa, no queremos que la cosa vaya a peor hoy.

En eso, la pelirroja se había llevado sus cosas consigo al baño, incluso su teléfono. 

Desde que salió del salón para meterse en el baño, no paraba de refunfuñar. Si ya estaba afectada por la situación, más le afectaba por la agotadora insistencia de Raph

Lara: Es que siempre igual, no se cansa... ¿Tan difícil es darse cuenta de cuándo alguien resulta ser un pesado? —Preguntó refunfuñando y agotada de la tortuga.— Argh...

Fue entonces cuando su teléfono le avisó de un par de mensajes entrantes. Cuando agarró el móvil y encender la pantalla, vio que se trataba de Jack

Este la invitaba a almorzar en una cafetería, y así pasar el rato. 

Jack: Buenos días. ¿Qué tal con la resaca?

Jack: Se me ha ocurrido que quizá te apetezca acompañarme en el almuerzo. Todos los días voy a tomar un almuerzo en una cafetería. La invitación la tienes. 👍

A la pelirroja no le terminaba de gustar la compañía de Jack , pero... ¿Qué resultaría más gratificante?

¿Ir al gimnasio para un rato de Kick boxing para después volver a casa, y así sucesivamente?

O ... 

¿Pasar el rato con alguien con el que puede ser de ayuda para distraerse, y complementaria el tiempo?

En su cabeza, la pelirroja se hizo ese planteamiento, lo que la convenció para aceptar la invitación.

Lara: Eso suena a que puede ayudarme a desperezarme. 😪

Lara: Venga, vale. Pero no te acostumbres, te lo aviso a tiempo. 😜

Jack: Me quedo con el '' sí ''. 👌

Jack: Te paso la ubicación. 

Tras recibir la ubicación de la cafetería en la que se ha mantenido para verso, no esperar más a la ducha par darse un baño rápido. 

A pesar de que sea Jack quien se trate de la compañía, decidió que lo mejor era distraerse todo lo posible. Lo que le ayudaría a sobrellevar mejor la angustia y tormento que la invade por la situación con Raph

Al menos, no se trataba de ningún desconocido, lo que ayudaba a resultarle más favorable, incluso en su relación con Jack

La pelirroja recién había llegado a la cafetería, tras entrar cerró la puerta del local.

Fue fácil localizar a Jack, pues estaba en una de las primeras filas de los asientos colindantes a las cristaleras del local.

Lara se acercó al siento en el que estaba él, y se sentó en el asiento de en frente. 

Jack: Hasta la resaca te sienta bien. —Dijo como piropo dedicándole una sonrisita.—

Lara: No esperes las gracias, ni un cumplido de vuelta. —Respondió indiferente dedicándole una sonrisa burlesca.—

Jack: Me conformo con decirlo. —Dijo restándole importancia.— ¿Qué te apetece?

Lara: No soy fan del café, pero si me ayuda a aclararme el coco... Me sirve. —Respondió encogiéndose de hombros.—

Jack: ¡Un café por aquí, por favor! —Exclamó pidiendo el café a uno de los camareros.

Lara: No me digas, ¿te has hecho amiguito de los empleados? —Preguntó sarcástica.—

Jack: En cierto modo. Son de ese tipo de empleados a los que les cuentas tú vida. Y, ¿sabes qué? Por una vez he ganado el respeto de alguien. —Contó señalando al empleado que mencionó.—

Lara: No pudo evitar reírse por la respuesta cómica.— Me resulta difícil de creer, pero no me extraña. No sabe el tipo de capullo que eres. 

Jack: Un capullo con encantos, y don de gentes. Es un plus muy difícil de encontrar. —Indicó junto con una atractiva sonrisa.—

Lara: —Rió levemente rodando la vista.—

Jack: Bueno, cuéntame. No me has hablado nada de ti anoche. —Dijo sintiéndose invadido por la curiosidad.—

Lara: Te sabes toda mi vida entera. ¿Qué te voy a contar? —Respondió con una pregunta tratando de evitar tener que contar algo de su vida.—

Jack: Solo las peores cosas de tú vida, pero no he tenido el placer de saber las buenas. —Dijo prestando toda su atención a la pelirroja.—

Lara: ... —Continuó evadiendo la pregunta, mirando a su alrededor.—

Jack: Vamos. A parte de recuperar a tú hermana y padre, tener a las tortugas en tú vida, y a tú novio tortuga, tiene que haber algo más. —Rememoró tratando de lograr sonsacarle algo de su vida.—

Lara: Ah, sí, ''mi novio tortuga..." Ts ... —Respondió nada contenta en susurro lo bastante alto como para que la escuchara.—

Jack: ¿Problemas en el paraíso? —Preguntó con asombro frunciendo el ceño.—

Lara: ¿Qué paraíso...? —Cuestionó insignificante frunciendo el ceño. Cuando al fin le entregaron el café, no tardó en dar el primer a la vez que un gran sorbo.—

Jack: Parece que tenemos mucho de lo que hablar. —Dijo cayendo en la cuenta de que algo estaba sucediendo con la pelirroja y Raph. No iba a negarlo, estaba deseando saberlo.—

Lara: No eres lo bastante capullo para no caer en la cuenta de que no quiero hablar de mi maldita vida. —Respondió fríamente cruzando los brazos.—

Jack: Más bien me estás diciendo que no quieres hablar de lo que sea que te trae tan malhumorada. —Indicó insinuando frunciendo el ceño. -

Lara: No pudo evitar el asombro con el que reaccionó tras su acertada insinuación.— Vaya, al fin has aprendido a pensar con madurez. Me estoy sintiendo orgullosa... Un orgullo muy minúsculo, claro. —Optó por responder con su amable sarcasmo.—

Jack: —Aquella respuesta sarcástica le hizo reír a carcajadas.—  Adoro esos momentos en los que brillas con tu descarada y atrevida personalidad. Sobre todo porque nunca lo he visto en ninguna chica. 

Lara: Es algo sencillo. Sólo hay que ser perseguido por una mafia con el objetivo de matarte, formar parte de la vida de unas tortugas mutantes, y tener una vida de chiste... Así de simple. —Dijo sarcástica riéndose levemente.—

Jack: Digamos que he estado muy, pero que muy cerca de pasar por lo mismo. No por nada nos entendemos tan bien, ¿no te parece? —Preguntó con una sonrisita.—

Lara: No sé qué decirte, todavía estoy en duda. —Respondió devolviéndole la misma sonrisita.—

Jack: Podemos darle remedio rápido. Solo hay que volver a reunirnos en el mismo local a la misma hora. La gente se entiende mejor en un sitio de ambiente. —Propuso indirectamente dedicándole otra de sus sonrisitas.—

Lara: —Rió levemente consciente de la proposición para esta noche. Pero ésta vez decidió sin duda alguna.— Entones voy a tener que darme un empujón hasta entonces... —Dijo para darle otro gran sorbo a su café.—

La pelirroja llegó a la mansión, aunque no volvió sola. Jack decidió acompañarla, pues sintió curiosidad por ver la tan mencionada mansión.

Este ya nada más llegar, se había quedado impresionado con la edificación y la fachada de la mansión.

Jack: Vaya... No quiero pensar en el dinero, pero... Tengo delante a miles y miles de dólares ante mis ojos, y no puedo ignorar eso. —Señaló fascinado.—

Lara: Dale las gracias a mí tío, a ese que tú difunto, y cabrón de tú jefe, mandó ejecutar en Canadá. —Respondió rememorando aquellos sucesos con una sonrisita despectiva.—

Jack: Mejor lo reservo para dedicarle un brindis, le daremos el mérito merecido. Oh, otro motivo más para vernos de nuevo. —Dejó caer lo último dedicándole una sonrisita acompañada por un guiño.—

Lara: —Río levemente rodando la vista y negando. Cuando abrió la puerta de la entrada, dejó paso al chico.— Si te ves capaz de soportar esa fascinación, pasa.

Jack: Me arriesgaré. —Respondió.—  Y... Seré un capullo, pero uno caballeroso. Por favor, las damas primero. —Señaló indicándole pasar.—

Lara: Ts... Chorradas... —Resignada entró primera a casa, y después de enterar Jack cerró la puerta.—

Jack: —Cuando llegó al salón, incluso se quedó aún más fascinado que lo visto en el exterior.— Esto sí que resulta maravilloso. 

Lara: Y mejor no te enseño todo lo demás. Tenemos incluso una piscina. —Dijo riéndose levemente.—

Jack: ¿Qué? ¿Va en serio? —Preguntó fascinado.—

Lara: —Asentó junto con una sonrisita de lado.—

Jack: Caramba... Esto supera cualquiera de los hoteles de cinco estrellas. —Comentó realmente fascinado por la mansión. Era una maravilla mirase por donde mirase.— Ahora que estamos en pleno verano, me invitarás a un baño, ¿verdad?

Lara: —Respondió con una leve risa burlesca.— No te lo tengas tan creído. 

Jack: No pierdo nada por hacer el intento. —Rió levemente encogiéndose de hombros.— Al menos, déjame ver tú habitación. Siempre he querido saber cómo es. 

Lara: Nah, no te daré ese gusto. 

Jack: ¿Ni siquiera puedo asomarme por la puerta? —Preguntó buscando dónde podría encontrarse la habitación.—

Lara: Si lo haces, te daré un portazo en todas las narices. —Respondió nada dispuesta a mostrarle su habitación.—

Jack: Oh, vamos. Solo será un momento. —Insistió tratando de localizar la habitación de la pelirroja.—

Lara: Que no, tío. —Respondió en un tono más serio, impidiéndole que buscara su habitación.—

En el intento de detenerlo, Lara sujetó a Jack de tal forma que ambos estaban a muy poca distancia del otro. Asombrados por el acercamiento inesperado, se miraron entre ellos. 

En eso, Sara salió del piso superior para bajar al salón. Y en lo que baja por las escaleras, se quedó asombrada de ver a Jack y a Lara de esa forma que, hasta casi parecía que iban a darse un beso. 

Estos también supieron de la presencia de la morena, reaccionando congelados sin moverse.

Sara: ¿Jack? —Preguntó sorprendida por su inesperada aparición.—

Jack: Hola, Sara. Cuánto tiempo sin verte. Irónico, todavía tengo muy presente esos tiempos en los que nos veíamos día sí y día también. —Respondió alegremente acercándose hacia ella.—

Sara: Yo no, hasta que me lo has recordado... —Respondió despectiva.— ¿Qué te trae por aquí?

Jack: Quería pasarme por aquí, ya que venía a acompañar a Lara de vuelta a casa. —Respondió.—

Sara: Así que, acompañarla... —Dijo con cierta confusión, dirigiendo la vista hacia la pelirroja. No entendía cómo es que de repente su hermana se veía con Jack, de quien nunca se supone que confiaría.—

Jack: Sí. Bueno, te preguntaría cómo estás, pero, en esta maravilla no podéis estar mal. —Dijo riéndose levemente.—

Sara: No te creas. Estamos pasando por un momento... extraño... —Respondió refiriéndose indirectamente a todo lo que trae la situación entre Lara y Raph.—

Lara: —Fácilmente, adivinó a cuento de qué esa respuesta. Rodó la vista soltando un pesado suspiro.—

La escena fue interrumpida por la entrada de Nora. Cuando llegó al salón, se quedó sorprendida de encontrarse con Jack

Nora: ¡Hola, chicas! ¿Qué tal todo por...? —No terminó la pregunta cuándo se sorprendió al encontrarse a Jcak.— Vaya, parece que no soy la única que os hace visitas...

Jack: No nos han presentado. Soy Jack. —Se presentó ante la rubia.—

Nora: Nora. Y a diferencia de ti, yo sí te conozco. Reconozco que fue interesante investigar sobre ti. —Reveló con una sonrisita.—

Jack: Qué sorpresa. ¿Tenéis una amiga policía y no me decís nada? —Preguntó sarcastico.—

Nora: No, policía no... Criminóloga. —Señaló con una sonrisa orgullosa.—

Jack: —Su expresión cambió tras oír su real vocación. Tras eso, sintió que era hora de irse.— Bueno, hasta aquí mi primera visita. Un gusto conocerte, Nora. Ah, y, Sara... A partir de ahora, volveremos a vernos muy a menudo. —Sentenció junto con una sonrisita.—

Sara: —Como respuesta, ladeó la cabeza mostrando una expresión de confusión.—

Jack: Nos vemos, Lara. —Se despidió de la pelirroja para dirigirse hacia la salida.—

Las tres chicas se quedaron mirándose entre ellas, notándose una cierta incomodidad en el ambiente, pues ninguna se atrevía a ser la primera en hablar. 

Cuando se escuchó la puerta de la entrada cerrarse, indicando que Jack había salido, ese silencio incómodo terminó siendo Sara quien lo rompió.

Sara: ¿Qué acaba de pasar? —Preguntó completamente confundida dirigiendo la mirada a ambas frunciendo el ceño.—

Nora: No lo sé con certeza, pero, hasta que lo pueda deducir... Admito que verle en persona le hace justicia después de verlo durante mi investigación. —Admitió junto con una sonrisita.—

Lara: Pues en lo que lo deduces, es mí turno para largarme... —Concluyó para retirarse, y así evadir tener que darle explicaciones a su hermana.—

Sara: Lara, espera. En algún momento tenemos que hablar de lo que está pasando. —Dijo seriamente en un intento de detenerla.—

Lara: Y ese momento no va a ser ahora. Chao. —Se despidió dirigiéndose hacia su habitación.—

Sara: —Soltó un pesado suspiro, lleno de agotamiento.— Ahora es cuando desearía ser yo mí propio padre...  

Nora: Sí, nada gratificante, desde luego. —Dijo.—

En ese momento, el teléfono de Nora sonó cuando recibió unos mensajes entrantes de Whatsapp

Tenía cierta idea de quién podría tratarse, pero igualmente, encendió su móvil para asegurarse. Tal y cómo lo suponía... 

Era Charles. 

Charles: Hola, preciosa, ¿Cómo estás hoy? ❤

Charles: He pensado que podríamos pasar el rato de nuevo como ayer por el mismo parque. 

Charles: O, también podemos dar una vuelta por una zona distinta, y me enseñas más lugares de la ciudad. 

Charles: Suena bien, ¿verdad? Ya me dices cuando te decidas. 😉

La rubia se sentía incómoda por los mensajes de Charles. Empezaba a sentir una sensación extraña y desagradable. 

Sara: ¿Necesitas algo, Nora?

Nora: ¿Qué? —Preguntó al reaccionar de quedarse mirando aquellos mensajes.— Ah... No, no. Hoy me apetecía venir para veros, y, ya sabes, pasar el rato entre chicas. Siento no haber avisado.

Sara: No, tranquila. Está bien. Ponte cómoda, y hablamos de lo que quieras. —Ofreció amablemente con una sonrisa.—

Nora: —Tras aceptar, decidió rápidamente desbloquear su teléfono, para así desde la venta de notificaciones, dejar los mensajes de Charles en visto. Guardó el teléfono, y soltó un pesado suspiro.— 

Sara: Bueno, ¿de qué te gustaría hablar? —Preguntó con curiosidad.—

Nora: De cualquier cosa excepto de chicos.  —Rió levemente.— 

Sara: Oh... —Rió levemente ante su inesperada respuesta.— Muy bien, buena respuesta. —Bromeó.—

Nora: Sí, así es... —Soltó una risita un tanto nerviosa, pues no podía dejar de sentirse incómoda por los mensajes de Charles.—

Ya en la tarde, Nora se encontraba en su casa. Hoy era un día en el que tanto Janice como William podían descansar.

Era un día que estaba toda la familia en casa, algo que no era nada recurrente, pues los trabajos de cada uno eran muy exigentes.

Janice pensó que como celebración estaría bien hacer una cena familiar. Ya que, habitualmente, no solían cenar todos juntos por la ocupación de cada uno.

Mientras que Janice empezaba a ponerse en la cocina, y William respiraba la poca tranquilidad que su trabajo le permitía, cada uno de sus hijos estaba en sus cosas.

Liam jugando al "League of leyends" con sus amigos. Mientras que Nora no hacía otra cosa que comerse el coco.

Recordar aquellos mensajes, las palabras empeladas, la sensación,...
Esas extrañas impresiones que sintió en el reencuentro, habían vuelto.

Alex de nuevo se pasó por la habitación de su hermana, esta vez sin pedir permiso.

Alex: ¿Algo qué quieras compartir? —Preguntó con curiosidad.—

Nora: Alex... —Riñó seriamente ladeando la cabeza.—

Alex: ¿Qué? Sólo estoy mostrando preocupación por mí hermana mayor. —Respondió sentándose a su lado.—

Nora: Te preocupas por estar al orden del día con mis relaciones que no tengo porqué contarte. —Reprochó seriamente.—

Alex: Eh, ya te desahogas con tus mejores amigas. ¿Qué tiene de malo que también lo hagas con tu propia hermana? No todo el mundo tiene esa suerte... —Dijo dedicándole mirada de cachorrito.—

Nora: —Rodó la vista y resignada suspiró.— Algo no va bien. Tengo la extraña impresión de que algo no encaja con Charles.

Alex: Oh, no me digas que... Voy a tener que decirte... "Te lo dije". —Dijo vocalizando lentamente las tres últimas palabras.—

Nora: Todavía es pronto, quizá me esté haciendo una idea equivocada... —Pensó en voz alta.—

Alex: Venga, Nora. Eres la inteligente de la casa. No lo eches a perder. —Dijo decepcionada cruzando los brazos.—

Nora: Alex, no podemos llegar a ninguna conclusión, todavía no. Debemos esperar, y continuar con la oportunidad. Solo así podremos llegar a algo. —Sentenció firme con la decisión.—

Ambas se alarmaron cuando escucharon el timbre sonar. Se miraron entre ellas confundidas, pues se supone que nadie esperaba visitas.

De fondo se escuchó a Janice dispuesta a acudir. Ambas no se quedaron ahí pasmadas, y también fueron por la incertidumbre de la visita inesperada.

Cuando llegaron al recibidor, se encontraron a Janice abriendo la puerta. Después de girar la manivela, y abrir la puerta con lentitud, la expresión en la cara de Nora era de impacto.

La visita sorpresa... era Charles.

Janice: ¿Charles? ¿Eres tú? —Preguntó asombrada.—

Charles: ¡Hola, señora Fisher! —Saludó alegremente.—

Janice: ¡Qué sorpresa! ¿Qué haces aquí? —Preguntó sorprendida.—

Charles: Llevo aquí una semana de visita a ver un colega que está estudiando en esta ciudad. Casualmente, me encontré con Nora hace unos días, y últimamente nos estamos viendo. —Explicó sonriente.—

Janice: Oh, ¿en serio? No me ha dicho nada. —Respondió con confusión dirigiendo la vista hacia su hija mayor frunciendo el ceño.—

Alex: Ya... ¿Por qué será...? —Preguntó sarcástica susurrando hacia su hermana.—

Nora: —No sabía ni siquiera qué decir, estaba completamente impactada sin quitar la vista de Charles.—

Charles: Hey, Nora. Pasaba por aquí, y ya que no me habías contestado los mensajes, pensé en pasarme para verte. —Dijo dedicándole una sonrisita.—

Nora: —Frunció el ceño por el injustificado motivo de subir hasta su casa por el simple hecho de no responderle los mensajes.—

Alex: Como si eso fuese una razón más que lógica para venir hasta aquí cuando os visteis ayer... —Reprochó fríamente cruzando los brazos.—

Janice: ¡Alex! —Riñó a su hija.—

Charles: No me digas, ¿tú eres Alex? —Preguntó asombrado de ver lo mucho que había crecido la pequeña.— Vaya, cuánto has crecido.

Alex: Resulta que lo mío es natural. Porque es lo que tiene lo niños, que crecen. —Respondió sarcástica sonando despectiva.— ¿Por qué es algo para sorprenderse?

Charles: —Río tras la respuesta de la pequeña.— Qué adorable, sigue siendo tal y cómo la recuerdo.

William: Janice, ¿quién es? —Intervino confundido por desconocer la inesperada visita. Se asombró también de ver al ex novio de su hija mayor después de tanto tiempo.— ¿Charles?

Charles: Oh... Hola, señor Fisher. Cuánto tiempo sin verle. —Saludó formalmente.—

William: Sí. Em... ¿Te has equivocado de ciudad? O, ¿no me digas qué también te has mudado aquí? —Preguntó confundido.—

Janice: ¿Te puedes creer qué él y Nora se han estado viendo estos días, y no nos ha dicho nada? —Dijo mostrándose decepcionada con su hija mayor.—

William: ¿No me digas...? —Preguntó dirigiendo la vista hacia su hija mayor.—

Nora: Bueno... Sólo han sido un par de veces, y... Hemos acordado ser solo, y, únicamente, amigos. ¿Verdad, Charles? —Cuestionó al joven aparentando los dientes, tratando de contenerse.—

Charles: Sí, cierto. Oye, ¿quieres qué salgamos un rato? —Propuso sonriente a la rubia.—

Alex: No, ni hablar.  Está ocupada ayudándome con los deberes. —Respondió en lugar de su hermana.—

Charles: ¿Deberes? ¿En junio? —Preguntó con confusión.—

Alex: ¿Es qué nunca te han mandado deberes para vacaciones? —Cuestionó frunciendo el ceño y cruzando los brazos.—

Charles: Bueno, entonces... Os dejo seguir con los deberes. Sólo quería pasarme para ver cómo estabas. No olvides de que seguiremos hablando. —Dijo dedicándole una sonrisita a la rubia.—

Nora: —Como respuesta no dijo palabra alguna, solamente frunció el ceño ladeando la cabeza con confusión.—

Janice: Nos alegra verte, Charles. —Dijo amablemente.—

William: ¿Ah sí? —Preguntó confundido.—

Janice: —Indirectamente, le dedicó una mirada asesina por mostrarse irrespetuoso.—

Charles: —Río levemente.— Lo mismo digo. Bueno, nos vemos. Hasta pronto, Nora. —Se despidió sonriente hacia la rubia.—

Tras irse Charles, dejó una gran incomodidad en el ambiente. Tanto que la expresión de Nora no dejaba de ser desconcertante.

Confundidos a la vez que decepcionados por la discreción de su hija mayor, se la quedaron mirando exigiendo explicaciones.

Nora: Pienso que no sé cómo debería tomarme esto... —Indicó desconcertada.—

Alex: Pienso que no quieres saber lo que pienso. —Dijo sarcástica aún de brazos cruzados mostrándose decepcionada con ella.—

Nora: Pienso lo que tú... —Respondió con una sonrisa torcida mostrando los dientes, reflejando la incomodidad que la invadía.—

Cuando llegó la noche, era de esperar que la pelirroja iba a volver a aquel local para pasar el rato con Jack.

Sin que la pelirroja pudiera darse cuenta, y era algo complicado puesto que miraba hacia todas las azoteas, Raphael la observaba.

Gracias a las sombras, se camuflaba para desplazarse sin que Lara pudiera percatarse.

Cuando la pelirroja llegó al local, echó un último vistazo hacia las azoteas. Sentía la corazonada de que Raph estaba ahí.

Lara: —Suspiró pesadamente.— No te escondas, Raph. Sé que estás por ahí... Te siento... —Susurró parándose a reflexionar en la última palabra. Agitó la cabeza volviendo a suspirar, y se metió al local sin más tardar.—

Por otro lado, Raph se dejó ver una vez que la pelirroja había entrado en el local.

Sentía una presión en el pecho, había caído en la cuenta de que la situación entre ambos iba a alargarse más de lo esperado.

Raph: Si esto continúa así, no dejarán de ser dificultades para recuperarla... —Dijo angustiado llevándose una mano a la cabeza, sin apartar la mirada del local.—

Ya estando la pelirroja con Jack, ambos optaron por bailar un rato juntos.

Después de bailar, se fueron a la barra para pedirse alguna bebida que les calmara la sed.

Jack: Oye, has estado muy bien. Me has dejado impresionado. — Indicó con asombro.—

Lara: Gracias. Y, por una vez, puedo decir lo mismo. Esperaba que te movieras como un mono, pero nada mal. —Respondió sarcástica con una sonrisita.—

Jack: Me alegra saberlo. Espera a que pruebe mi dosis de adrenalina, te quedarás boquiabierta. —Cuando le sirvieron una chupito de alcohol tomó todo de un sólo trago.—

Lara: No será ese pedazo de trago a lo que llamas adrenalina... —Insinuó frunciendo el ceño.—

Jack: ¿No me digas qué no bebes? —Preguntó con asombro.—

Lara: No todos necesitamos esa basura. —Respondió tajantemente.—

Jack: Pero un par de tragos no son para tanto. —Dijo dándole el lado bueno.—

Lara: —No dijo nada puesto que se quedó en duda.—

Jack: ¿Quieres probar? —Sugirió a la pelirroja.—

Lara: ... —Sabía que no lo necesitaba, pero aún así optó por tomar un trago. Asintió.—

Jack: Dos chupitos por aquí. —Pidió al camarero, y en seguida este los sirvió.— Bueno, tú primera.

Lara: —Se quedó unos instantes sin terminar de decidirse. Pero optó por echarle valor, y probar de su trago.— Agh... Qué fuerte es esta mierda...

Jack: —Río por su reacción.— Tan sólo en los primeros tres tragos. —Se tomó su trago de una.— Uf... Sí señor.

Lara: —Optó por tomar de nuevo de su trago, esta vez un poco más.—

Jack: Bien, ya le vas cogiendo el tranquillo. —Indicó con una sonrisita.—

Lara: No sé cómo a la gente le gusta esta mierda... —Dijo asqueada.—

Jack: Les gusta porque es un escape temporal de la vida de cada uno. —Respondió.—

Lara: Ah... —Irremediablemente le recordó a su necesidad de evadirse de su situación. Pero quería evitar ese tipo de salida—

Jack: Bueno, y... ¿Qué es lo que te tiene tan enfurruñada? —Preguntó con curiosidad.—

Lara: No pienso hablar de ello. —Negó fría y tajantemente.—

Jack: Está bien, como quieras. —Respondió resignado alzando las manos.— ¿Te animas? —Sugirió indicándole la pista de baile.—

Lara: —Asintió aceptando, pero antes se terminó lo poco que quedaba de su chupito de alcohol.—

Ambos continuaron la fiesta. La sorpresa es que cada vez tanto Lara como Jack lo estaban pasando muy bien juntos.

Pero la diferencia entre anoche y esta vez es...

Que a la pelirroja empezaba a gustarle cada vez más el rumbo por el que, sin caer en la cuenta, estaba tomando.

Lamento que el capítulo me quedara tan largo. Supongo que estaréis acostumbrad@s, ¿no? 😅

Como veis, se vienen cosas realmente turbias.

Así que espero que os gusten las situaciones turbias, porque os toca esperar el próximo capítulo. 😉

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