Capítulo 92. Secretos mutuos

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Leonardo se mostraba cada vez más extraño, su comportamiento era preocupante, además ausentarse sin motivo con más frecuencia.

Cada día que pasaba, Sara estaba más convencida de que algo sucedía con su líder, y este no tenía intención de compartirlo, y eso le angustiaba considerablemente.

Por no mencionar de que todavía no ha sido capaz de contarle sobre su liderazgo con la banda. Seguía sin encontrar el momento, ni las palabras para contarlo.

Sabía que hacía mal en ocultar una situación tan importante, pero le inquietaba aún más lo que sucedía realmente con Leonardo.

Por otro lado, Lara y Raph continúan sin hablar, la situación entre ellos había empeorado.

Sara le aconsejó a Raph que le compartiera alguna canción, ya que a la pelirroja le gustaba la música y conocía el estilo que solía escuchar. Pero la pelirroja no le respondía, ni siquiera daba por hecho que se molestara en escuchar la canción.

La desesperación invadía a la tortuga cada vez más, estaba convencido de que su relación con Lara podría terminar en cualquier momento.

Era una noche cualquiera, Leonardo estaba frente a la tele, Donnie estaba junto con April y Mikey. Raph quiso dedicarle un momento a escuchar más de los consejos que Sara le pudiera proporcionar.

Sara: Escucha, sé que la situación entre ambos es muy compleja en estos momentos. Pero no te dejes llevar por eso, todo irá bien. —Trató de tranquilizarlo, pero era inútil.—

Raph: ¿Qué todo irá bien? —Preguntó retórico.— Esto va acabar mal, lo presiento. Yo... Agh, no sé qué más puedo hacer... —Frustrado se llevó las manos a la cabeza.—

Sara: Con esa actitud no conseguirás nada, tienes que tratar de seguir lo mejor posible, Raph. —Dijo preocupada.—

Raph: Ya lo intento: Le comparto las canciones, le dejo su espacio, llevo días sin pasarme por allí,... Dime, ¿qué más puedo hacer? —Preguntó con desesperación.—

Sara: —Tras escucharle, le llegó a la mente una idea que podría cambiarlo todo.— Lo tengo...

Raph: —Se exaltó tras oír a la morena. La sujetó de los hombros acercándola hacia él.— ¡Dilo, sea lo qué sea!

Sara: Lara está harta de verte por la mansión, de sentir agobio por tú insistencia. Pero... ¿Qué pasaría si ocurriera lo contrario? —Sugirió sonriente.—

Raph: —Tras analizar en su mente la idea de la morena, dio una pequeña sonrisa.— ¡Eso es! Pero... tampoco debemos precipitarnos, Lara es una chica complicada.

Sara: Cierto. Pero, estoy convencida de que cambiará de parecer cuando le demos la vuelta a la tortilla. ¿Lo pillas?

Raph: Sí, pero no puedo evitar desesperarme de pensar que será de nosotros. Yo... Estoy muy preocupado con todo esto... —Suspiró pesadamente angustiado.—

Sara: No eres el único... —Susurró preocupada dirigiendo la mirada a su líder. De verlo con la extraña actitud que últimamente mostraba.—

Raph: —Se percató de la forma en la que la morena señaló a su hermano.— ¿Sabes qué es lo que le pasa?

Sara: No, pero está claro que algo lleva entre manos y no quiere contárnoslo. Todo ha vuelto a la normalidad, no entiendo qué lo trae así... —Indicó preocupada mirando al líder con una expresión.—

Raph: Tal vez sea... —Susurró pensativo, aún sin acabar la frase, sospechaba de quién era la culpable.—

Mikey: ¡Chicos! ¡Vamos a jugar a laberintos y mutantes! ¿Quién se apunta? —Entusiasmado sugirió hacia Leo, Raph y Sara.—

Sara: —Le sonrió a la tortuga de rojo incitándole a jugar.—

Raph: Ah, no, ni hablar. —Respondió reacio a volver a jugar a ese juego tan absurdo.—

Sara: Vamos, Raph. Necesitas una distracción, y no eres el único. —Indicó refiriéndose a sí misma al igual que al líder.—

Mikey: ¡Porfa, chicos! ¡Cuántos más seamos, más divertida es la partida! ¡Por favor! —Suplicó tratando de convencer al resto.—

Sara: Venga, Raph. —Volvió a insistir a la tortuga de rojo con una sonrisita.—

Raph: Agh... —Suspiró con resignación.—

Sara: ¡Mikey, nosotros también! —Exclamó entusiasmada reuniéndose con el resto para jugar.—

Entre todos, incluidos gatito helado y Chompy, se inició una partida a laberintos y mutantes con April como apuntadora de cada consecuencia por cada movimiento.

La partida comenzaba a ser muy reñida. Pero a medida que avanzaba la partida, Leonardo se desinteresó de participar. Los demás no le dieron importancia, pero Sara estaba más preocupada por su comportamiento inusual.

La situación cambió cuando el canal 6 anunció las noticias de última hora de lo que parecía ser un incendio en un almacén destruyendo millones de dólares, y proyectando imágenes de los dragones púrpura detenidos con las caras pintadas.

Todos compartían las sospechas de que Karai junto con Shinigami eran las responsables. En cambio, Sara se preguntaba a sí misma si tal vez los suyos habrían tenido algo ver, aunque lo dudaba.

A pesar de preguntarle qué debían hacer, Leonardo se dignó a permanecer en silencio. Finalmente decidió marcharse evadiendo a los demás. Alejados del resto, Sara lo detuvo para tratar de averiguar lo que le sucedía.

Sara: ¿Se puede saber qué pasa contigo?

Leo: ¿Pasarme qué? —Preguntó confundido.—

Sara: Leo, sé sincero, por favor... ¿Va todo bien? —Cuestionó preocupada.—

Leo: Sí, va todo bien. —Respondió seriamente tratando de sonar de lo más convincente.— No entiendo porqué me lo preguntas.

Sara: Venga, Leo. Llevas varios días comportándote diferente, te ausentas más de lo habitual, y te marchas sin motivo. —Cruzó los brazos esperando respuesta.—

Leo: Sólo tengo días raros... Eso es todo. —Trató de tranquilizarla con sus explicaciones, a pesar de no ser verdaderas.—

Sara: Tus días raros no suelen ser así. Y todo lo relacionado con el espacio y el generador ya se acabó. —Replicó poniendo en duda las explicaciones del líder.—

Leo: Todo está bien. No es nada, hazme caso. —Hizo un nuevo intento por tranquilizarla. Depositó un beso en su mejilla cerca de los labios.— Nos vemos después.

Sara: —Tras comprobar que continuaba reacio a contarle lo que realmente sucedía, le angustió aún más. Se limitó a quedarse en silencio dedicándole una mirada preocupante.—

Leo: —No le gustó en absoluto ver aquella mirada. La realidad es que se sentía mal consigo mismo por mentirle. Le brindó una caricia en la mejilla, y se retiró de la guarida.—

Sara: —Sus preocupaciones por él aumentaron. Empezaba a dolerle que le ocultara la verdad. Pero en cierto modo no le hacía ninguna gracia.— Así que ahora nos guardamos secretos mutuos... 

Jack se encontraba observando desde la planta superior a los miembros de la banda. Reflexionaba en cómo Sara podría sacarlos a delante.

Unos pasos femeninos lo alarmaron. Cuando volteó para ver de quién se trataba, no podía quedarse más sorprendido.

Se trataba del nuevo look con el que Sara visitaría el lugar. Llevaba un top halter negro con malla, unos pantalones cortos, y unas botas de plataforma. También estaba maquillada, tenía la ralla de los ojos acompañada de una sombra morado oscuro, y los labios pintados de rojo.

Jack: Vaya... Creo que me acabaré arrepintiendo. No es mi estilo coquetear con dos mismas hermanas, pero... Siempre estoy abierto a cosas nuevas. —Le dedicó una sonrisita coqueta.—

Sara: —Le dedicó una sonrisita burlona frunciendo el ceño.—

Jack: Vale, tranquila. —Respondió alzando las manos.—

Sara: ¿Algo nuevo por aquí? —Preguntó observando a cada uno de los miembros.—

Jack: No, todavía estamos esperando cuál va a ser el rumbo que marcarás a partir de ahora. —Indicó.—

Sara: Si te soy sincera, aún no me hago a la idea. —Respondió reflexiva en la situación que se veía.—

Jack: Claro. Todos sabemos que habitualmente vas así. —Dijo replicándole burlón refiriéndose a su nuevo look.—

Sara: —Río levemente, pues en realidad tenía razón.—

Jack: ¿Qué piensa Leonardo de "tú nueva yo"? —Preguntó con curiosidad.—

Sara: —Su expresión cambió tras escuchar aquella pregunta. Se sentía fatal de no habérselo contado todavía.— ¿Qué crees que podría pensar?

Jack: —Asombrado ladeó la cabeza confundido.— ¿No se lo has contado? Caramba, estás progresando mucho con ese cambio.

Sara: No hay ningún cambio. No sé cómo decírselo para que no piense que he perdido la cabeza... —Reflexionó angustiada bajando la mirada.—

Jack: Te conozco, Sara. No estás aquí solamente por la elección de ellos. Debes tener otros motivos significantes por los que permaneces aquí. Con eso basta. —Aconsejó.—

Sara: —Pensando en Leo, recordó su comportamiento por el reportaje de las noticias.— Dime una cosa... ¿Habéis incendiado un almacén con millones de dólares?

Jack: ¿Quiénes? ¿Nosotros? Ptf, qué va. Más quisiéramos encontrarnos un almacén con millones. —Respondió con frustración.—

Sara: Ya veo... —Optó preguntar ante la duda, a pesar de sentir más preocupación por lo que fuera que Leo ocultaba. Reaccionó alarmada cuando su móvil empezó a sonar, y contestó.— Dime.

Raph: Sara, ¿Leo está contigo?

Sara: No, no está conmigo. Oye, ¿qué está pasando?

Raph: Ha desaparecido sin dar señales. Estamos rastreando su señal de T-Phone.

Sara: Lo dudo, pero... Voy a llamar a Lara, por si lo ha visto.

Raph: Está bien.

Sara: Hablamos después. —Colgó la llamada para rápidamente llamar a la pelirroja. Por suerte, contestó.— ¿Lara?

Lara: ¿Qué?

Sara: ¿Ha pasado Leo por allí?

Lara: ¿Él intrépido? No, qué va.

Sara: Ay, no... Lara, está metido en algo, y no quiere decírnoslo. Yo... No sé qué...

Lara: Vale, cálmate.

Sara: Los demás lo están buscando, pero... Temo por lo que sea que esté metido.

Lara: Relájate, seguro que es una tontería. Espera... ¿Eso es un pitido?

Sara: —Se trataba de una llamada grupal por parte de Nora. Ambas contestaron.—

Lara: ¿Rubita?

Nora: Hola, chicas. Perdonad que os llame a estas horas. Tengo algo que contaros...

Sara: No llamas en buen momento, Nora. Estamos buscando a Leo, los chicos están rastreando su T-Phone. Por casualidad, ¿lo has visto?

Nora: No, no lo he visto. ¿Qué está pasando?

Sara: Lleva varios días ocultándonos algo... No quiero pensar mal de él, pero... No entiendo porqué...

Nora: Tranquilízate, Sara. Sé que temes lo peor, pero debes mantener la calma.

Lara: Rubita, no te molestes. Ya he intentado eso.

Nora: Vale, mirad, creo que lo mejor que podemos hacer es reunirnos en la guarida. Ahí veremos qué podemos hacer.

Sara: Buena idea. Nos vemos allí. —Cuando colgó la llamada, soltó un pesado suspiro lleno de angustia.—

Jack: No quiero ser cotilla, pero no puedo ignorar el show que acabo de oír. —Inquieto por lo que estaba ocurriendo.—

Sara: Leo ha desaparecido y sus hermanos están rastreando su señal para localizarlo. —Suspiró llevándose la mano a la cabeza.—

Jack: No servirás de mucho aquí si sólo tienes la cabeza en tú chico. Anda, vete. —Indicó ladeando la cabeza hacia la salida.—

Sara: —Asentó agradecida por su gesto.— Nos vemos, Jack.

Nora fue la primera en llegar, se encontró con April junto a Splinter. Estos le explicaron más concretamente la situación. Fue entonces cuando Sara y Lara llegaron.

April y Nora se quedaron asombradas por el inesperado aspecto de la morena.

Nora: Caramba, Sara... ¿De dónde vienes? —Preguntó asombrada.—

Sara: Es... Complicado de contar. —Respondió con una sonrisita nerviosa rascándose la nuca.—

Splinter: Tengo la impresión de que tú también tienes algo que contarnos, Sara. —Indicó seriamente.—

April: ¿Tú también nos ocultas algo, Sara? —Cuestionó cruzando los brazos esperando explicaciones.—

Lara: Hacedle caso, es complicado. —Respondió tratando de zanjar el asunto.—

Sara: Sólo, es un poco difícil de explicar. No es nada malo, de verdad. —Respondió tratando de tranquilizarles.—

Todos se exaltaron tras los gritos de las tortugas llamando a Splinter. Leo, Raph y Mikey aparecieron llevando a Donnie inconsciente en brazos.

Nora se sobresaltó sintiendo un nudo en el pecho cuando vio el preocupante estado de Donatello. Desolada, se acercó a él permaneciendo a su lado.

Lo más impactante, fue cuando Sara vio a Leonardo con esa apariencia tan oscura y diferente. Por su parte, Leonardo también se asombró impactado por la sorprendente apariencia de su novia.

Raph, Mikey y April trasladaron a Donatello al dojo, por supuesto, Nora pensaba acompañar a la tortuga hasta que volviera en sí.

Después de que Leonardo hablara con el sensei, llegó el momento de contarle la verdad a Sara. Al salir del dojo, se la encontró esperándolo con Lara apoyada junto al arcade. La expresión de su rostro transmitía asombro, pero mayoritariamente preocupación. 

Sara: ¡¿Leo?! —Exclamó exaltada aún sorprendiéndose de su impactante apariencia.—

Leo: Hola, Sara... —Saludó con una pequeña sonrisita.—

Sara: —Asombrada lo admiraba de arriba abajo, no daba crédito a lo que estaba viendo, a cómo veía a la tortuga.— Estás diferente...

Leo: Bueno, tú también... —Indicó admirando su look tan llamativo.—

Sara: —Se quedó mirándolo convencida de que su cambio estaba ligado a lo que fuera que andaba metido. Preocupada, acarició su mejilla gentilmente.— ¿Qué has estado haciendo estos días...?

Leo: Y-yo... —Suspiró pesadamente con resignación, ya no debía ocultarlo más.— He estado ayudando a Karai a desmantelar las operaciones de Shredder para ponerles fin...

Sara: —Escuchar el verdadero motivo de sus ausencias y comportamiento extraño, la sorprendió. Sospechaba de que se tratara de Karai, pero no esperaba la verdad.— Por eso no estabas por las noches...

Leo: Sí. Yo... Lo siento... —Se disculpó cabizbajo. Estaba arrepentido y avergonzado por ocultarle la verdad, de mentirle descaradamente.—

Sara: —Su respiración comenzó a acelerar. Viniendo de él no esperaba que no confiara en ella lo suficiente como para haberle contado la verdad desde el principio.— Me has mentido... ¿Por qué tenías que hacerlo? ¿Por ella... verdad?

Leo: No, no, nada de eso. Los dos queríamos lo mismo, desbaratar las operaciones de Shredder. Pensé... que les vendría bien mí ayuda. No quise decirte nada porque quería dejarte al margen. Me comprendes, ¿verdad? —Preguntó esperanzado.—

Sara: ¡¿Comprenderte?! —Exclamó retórica.— ¡No has querido confiar en mí para contármelo, Leo! ¡¿Te das cuenta del daño qué me has hecho por eso?!

Leo: Sí, me doy cuenta, y lo siento. Créeme que no estoy orgulloso conmigo mismo, cometí el error de pensar que era la mejor opción. —Explicó.—-

Sara: No quería pensar mal de ti, pero... Que me mintieras a la cara... Que tú lo hagas... Sé lo qué significa Karai para ti y para todos, ¡pero eso no justifica que me engañes así! —Replicó exclamando decepcionada.—

Leo: ¡Lo sé, no debí haberlo hecho, y rectifico mi error! —Respondió nervioso.— Pero, no soy el único que tenía algo que decir... ¿Verdad?

Sara: —Enfadada frunció el ceño ladeando la cabeza.—

Leo: Dímelo, Sara... ¿Qué es lo que te tiene tan inquieta durante estas semanas? Sé que no son sólo esas pesadillas, y que tiene que ver con ese cambio. —Señaló su inesperada apariencia esperando explicaciones.—

Lara: —Prestó completa atención en la tensa discusión entre ambos, estaba ansiosa por ver la reacción del líder.—

Sara: —Le frustró que el momento de confesarlo llegara en una discusión tensa entre ambos, pero el momento tenía que llegar.— Soy la nueva líder de la banda que antes era la mafia...

Leo: ¡¿Qué?! —Exclamó impactado por la revelación. Ya sabía con antelación que se trataba de ellos, pero no esperaba algo semejante.— ¡¿Cómo se te ocurre?!

Sara: No fue enteramente decisión mía, y además tengo mis motivos. —Explicó.— Pero a diferencia de ti, yo estaba dispuesta a contártelo. Tú me has demostrado qué la confianza entre los dos no significa nada. —Replicó decepcionada.—

Leo: Eso no es verdad. Yo confío plenamente en ti. Sí, admito mí error, y me arrepiento de la forma que he actuado. Pero esto no quiere decir que no confíe en ti. —Trató de retractarse de su error.—

Sara: Pues no es lo que has demostrado desde el momento que se te ocurrió actuar así. No tienes idea de lo que me duele saberlo de esta manera... —Sentenció decepcionada, alejándose de él para ir al dojo.—

Leo: —Con frustración la vio alejarse. Suspiró pesadamente, sintiéndose claro culpable de su error, con ella y con todos.—

Lara: La has cagado, intrépido. —Indicó brindándole unas palmaditas sobre el caparazón.—

Leo: ¿Cómo es qué no fue enteramente decisión suya? ¿Qué ha pasado que yo no sepa? —Preguntó desconcertado por la desconocida situación de Sara con la banda.—

Lara: Jack encontró una carta con las voluntades de Ángel. Quería que Sara ocupara su lugar y se adueñara de su fortuna. No aceptó, pero gracias a esa estúpida carta tuvo que enfrentarse a Jack. Quedó en pie, y ellos la eligieron. —Explicó resumiendo la situación.—

Leo: —Escuchar la situación por la que estaba pasando su novia le asombró. Pero sintió decepción de que ella tampoco le contara lo que le sucedía.— Tampoco ha confiado en mí para contarlo...

Lara: Mira, ella no terminaba de afrontarlo, además de tener la cabeza en ti, preocupada de lo que estaba pasando contigo. A ella tampoco le gusta el hecho de crecer rodeada de esa gente. Yo la entiendo... ¿La entiendes tú? —Cuestionó para después irse al dojo con los demás.—

Leo: —Tras reflexionar en la pregunta, llegó a entenderlo. Comprendió que se trataba de una situación muy complicada para Sara. No era la primera vez, tendía a silenciar situaciones complejas hasta el momento acertado. No la podía culpar por eso.—

Sintiéndose culpable y decepcionado consigo mismo por las consecuencias que ha traído su errónea decisión, Leonardo se sentó en las escaleras que conducían al dojo.

April salió para hablar con él, tratando de entender el motivo de su errónea actuación. Lo entendía, pero es un hecho que Karai siempre hará lo que le plazca teniendo su alianza o no.

El T-Phone de Leonardo lo alertó de una llamada perdida y dos mensajes avisándole de la nueva misión que llevaría entre manos. Debía acudir en ayuda de Karai, sabía que iba a correr un grave peligro si no acudiría para ayudarla.

Pero antes, necesitaba al menos arreglar las cosas entre sus hermanos, y, por supuesto, con su novia.

Leo: Chicos, lo siento. Debería haberos dicho lo que estaba haciendo. —Indicó dirigiéndose a sus hermanos y a Sara, lamentándose de su error.— Probablemente, no merezca liderar este equipo después de lo que he hecho.

Sara: —A pesar de darle la espalda decepcionada, lo escuchaba estando de brazos cruzados.—

Raph: —Igual de decepcionado con él, cruzó los brazos dirigiendo la mirada hacia otro lado.—

Leo: Karai va a seguir yendo tras Shredder... Os necesito. —Suplicó por la ayuda de sus hermanos.—

Lara: ¿Crees qué es tan fácil hablar así y actuar cómo si nada? Ellos son tus hermanos y siempre te perdonarán. Pero aquí tienes a alguien que con esas palabras tan simples no es suficiente. —Replicó seriamente.—

Sara: Lara, déjame esto a mí.

Leo: Lo sé, tienes razón, Lara. —Respondió entristecido, admitiendo su error.—

Sara: —A pesar de continuar decepcionada, dirigió la mirada hacia él sintiéndose dolida por el error que había cometido.—

Leo: —Cabizbajo y avergonzado se acercó a ella.— No te culpo por mirarme así, entiendo tú decepción.

Sara: Hice mal en no contarte desde el principio mi situación, lo tengo claro. Pero creía que confiabas en mí para todo. No quería llegar a dudar de ti, pero tú lo has conseguido... —Decepcionada volviendo a desviar la mirada.—

Leo: Lo sé, y me arrepiento. Perdóname Sara, por favor. —Se disculpó tratando de solucionar el problema.—

Sara: —Tras oír sus disculpas, suspiró pesadamente volteándose cara a él.— Mira, tienes un asunto que arreglar, y ahora no es momento. Es mejor que arreglemos esto después de que termines. —Sentenció cruzando los brazos.—

Leo: Entiendo... —Sintiéndose angustiado por la situación, aceptó suspirando con resignación.— Está bien.

Lara: —Observando la tensa y delicada situación de la pareja, sintió un impulso por mirar a la tortuga de rojo.—

Raph: —Cuando se dio cuenta de que su pelirroja lo miraba, también dirigió la mirada hacia ella. Pero recordando los consejos, optó por desviar la mirada a otro lado.—

Lara: —Reaccionó confundida frunciendo el ceño por el gesto de este. Pero le restó relevancia apartando la mirada también, y cruzó los brazos enfurruñada.—

El ambiente entró en calma cuando los chicos se dirigieron a la guarida de Shredder para ayudar a Karai y a Shinigami con sus nuevos objetivos, y asegurarse de que estas salieran ilesas.

Donatello volvió en sí tras perder la consciencia. Con ayuda de April y Splinter, lo enderezaron estando sentado en sobre el suelo.

Una vez que la tortuga estaba estable, la rubia no pudo contenerse para abrazarlo.

Nora: ¡Donnie! —Exclamó entusiasmada, abrazándolo llena de alivio y alegría.—

Donnie: ¡Au! —Exclamó dolorido. Reaccionó abruptamente asombrado cuando era Nora quien lo estaba abrazando, motivo que le arrancó una embobada sonrisa.—

Nora: Uy, perdona. —Se disculpó avergonzada separándose de él.—

Justo entonces aparecieron los demás, quienes se lanzaron para abrazarlo. Estos reían alegres del buen estado de su hermano.

Después de que Karai se retirara tras hablar con Splinter, Leonardo era consciente de que debía arreglar las cosas con la morena. Se preocupó cuando no vio rastro de ella ni de la pelirroja.

Leo: Nora, ¿a dónde han ido? —Preguntó por las chicas.—

Nora: Han vuelto a la mansión, ya que April, Splinter y yo estábamos cuidando de Donnie. —Explicó.—

Leo: Gracias. —Asentó para después dirigirse hacia la salida.—

Nora: Ánimo, seguro que se le pasa. —Trató de animarlo dedicándole una pequeña sonrisa.—

Leo: —Como agradecimiento le devolvió la sonrisa, y rápidamente abandonó la guarida.—

Leonardo se apresuró en llegar a la mansión, necesitaba arreglar las cosas con su pareja.

Cuando entró, se encontró a la pelirroja en el sofá junto a Luna y Brandy.

Lara: Ya estabas tardando. —Saludó sarcástica.—

Leo: —Buscó a la morena mirando por todos lados, pero no la encontraba.— ¿Dónde está?

Lara: En el jardín. No está muy contenta. —Indicó seriamente.—

Leo: Lo sé. —Respondió cabizbajo.— Todo es culpa mía...

Lara: Pues sí. —Recalcó levantándose del sofá.— Bueno, os dejo solos. Ya me imagino cómo acabará la noche.

Leo: —Reaccionó exaltado mirándola con el ceño fruncido.—

Lara: No me mires así, todos sabemos que vais a acabar bien. Siempre solucionáis bien vuestros problemas... —Susurró con desánimo, subiendo las escaleras hacia su habitación.—

Leo: —Se la quedó mirando con preocupación, sabía de lo que estaba hablando.—

La tortuga no esperó ni un momento más para dirigirse hacia el jardín trasero.

La morena se encontraba de brazos cruzados frente a la fuente que adornaba el jardín, reflexionando en lo sucedido esta noche.

Leo al fin se reunió con ella, estaba a sus espaldas. Pero esta lo notó llegar.

Sara: ¿No estabas ocupado ésta noche también, cómo las demás? —Preguntó fríamente.—

Leo: Eso se acabó. Ahora tengo algo mejor de lo que preocuparme. —Se acercó a sus espaldas, acariciando sus hombros con suavidad.—

Sara: ¿De qué? ¿De arruinar la confianza qué habíamos forjado? —Cuestionó fríamente sin dirigirle la mirada.—

Leo: Crees que no confiaba en ti para contártelo, pero no es así. Confío plenamente en ti, y por eso estaba convencido de que, al igual que todos, me habrías dicho que era una mala idea. —Explicó.—

Sara: Pero preferiste ignorarlo... por ella. Comprendo lo que significa Karai para todos, para ti. No tengo nada en contra, lo entiendo y me parece bien. Pero, la manera en la que has actuado... no es digna de ti. Eso era lo que ella quería de ti, y lo permitiste. —Indicó con decepción.—

Leo: Sí... Tienes toda la razón. He sido un estúpido. Tenía claro que dejarme influenciar por ella no iba a traer nada bueno, pero lo dejé pasar por ayudarla. He cometido el error a pesar de saber dónde me metía. —Explicó rectificando su error.—

Sara: Me alegra que lo veas con claridad. Aún así, has acabado haciéndome daño, Leo. Algo que no esperaba de ti. —Indicó frustrada y desanimada.—

Leo: Lo sé, y no sabes cuánto me arrepiento... —Indicó cabizbajo avergonzado de sí mismo.—

Sara: —Volteó cara a cara a él, mirándolo desanimada.— ¿Por qué no me lo has contado desde el principio?

Leo: Quería dejarte al margen, no me lo perdonaría si te expusieras a esos peligros en los que yo me vería involucrado con Karai y Shinigami. —Explicó tratando de hacerla entender que en cierto modo fue por su bien.—

Sara: ¿Hablas de exponerme a peligros cuándo crecí rodeada de la mafia qué me quitó de mi familia? Un poco tarde, ¿no crees? —Cuestionó frunciendo el ceño ladeando la cabeza.—

Leo: Cierto. Pero, mientras yo esté contigo, pienso mantenerte a salvo de cualquier cosa. Porque me importas, lo eres todo para mi... Te quiero, a ti... —Acarició cálidamente su mejilla mirándola a los ojos.—

Sara: —Aquellas palabras y junto a su mirada la paralizaron. Lo miró de arriba abajo por completo, pero se apartó todavía mostrándose reacia.— No me líes... Eso no quita el daño que me has hecho...

Leo: Sé que la he fastidiado contigo, me arrepiento de verdad. Por eso quiero arreglarlo. —Mirándola desanimado suplicó con la mirada.—

Sara: —Nuevamente se le quedó mirando. Agitó la cabeza continuando en su postura.— Haberlo pensado antes... —Sentenció retirándose del jardín, volviendo a dentro.—

Leo: ¡Espera! —Exclamó persiguiéndola.—

La morena no le hacía ningún caso mientras recorría el camino hasta subir a su habitación. Leonardo no iba a irse sin más, quería arreglar las cosas con su novia.

Cuando entró en la habitación tras ella, apagó las luces exaltando a la morena. Cuando esta volteó hacia él, besó sus labios atrapando sus mejillas con calidez.

Esta se asombró por el inesperado beso, pero no se apartó. Cuando la tortuga se separó de sus labios, vio como si la morena volviera en sí tras el beso.

Sara: ¿Q-qué estás...?

Leo: ¿Crees qué no me doy cuenta de cómo me miras? No has parado de mirarme así en toda la noche. —Indicó en un tono coqueto.—

Sara: —Reaccionó avergonzada con un ligero sonrojo.— Eso no cambia

Leo: —De nuevo la interrumpió con otro beso, pero esta vez, uno apasionado.—

Sara: —Exaltada por el beso, intentó alejarlo de ella, pero fue incapaz cuando la tortuga la acorraló a la pared inmovilizando sus manos en la pared sobre la cabeza.—

Leo: —Tras acorralarla en la pared inmovilizando sus manos, se separó del beso observando su reacción.— ¿Esto te convence?

Sara: ¿Debería? —Preguntó burlona.—

Leo: Puede que aún no... —Depositó varios besos sobre sus labios.— Pero acabarás convencida... —Bajó los besos hasta su cuello, volviéndolos húmedos y cosquillosos.—

Sara: Leo... N-no sigas p-por ahí... Ah... —Gimió inevitablemente por esos besos tan satisfactorios.—

Leo: —Sonrío victorioso y gustoso por escuchar una agradable respuesta a sus intentos. Continuó brindándole pequeñas lamidas y mordisquitos juguetones.—

Sara: Mm... —Ahogó un leve gemido mordiendo sus labios. La realidad es que le encantaba lo que hacía, pero no quería demostrarlo.—

Leo: —Cayó en la cuenta de lo que intentaba su novia, por lo que optó por acariciar todo su cuerpo.—

Sara: —Aún mordiéndose su labio inferior, cerró los ojos disfrutando de las sensaciones tan satisfactorias que el líder le brindaba.—

Leo: —No quería hacerle creer que iría más allá sin su disposición. Se separó de su cuello, dirigiendo la mirada hacia su rostro, sus ojos conectados con los suyos.—

Sara: —Su respiración comenzó a agitarse, se paralizó tras la mirada de su líder. No lo podía engañar, le encantaba verlo con su nuevo aspecto, la había embobado desde el principio. No quiso resistirse más, y atrapó sus labios con los suyos apasionadamente.—

Leo: —Correspondió gustoso por el beso, a su vez haciéndole entender que ella quería lo mismo.—

Ambos se devoraban entre el beso mientras mutuamente se desprendían de prendas que les podría estorbar. Juntos se echaron sobre la cama, quedando el líder encima de ella.

Sonrío pícaro cuando observó que la chica no portaba sujetador, así que se le ocurrió una idea muy morbosa. Le subió el top hasta los brazos dejándolos inmóviles.

La morena se puso roja cuando vio sus pechos al descubierto portando únicamente las braguitas. Pero poco le importaba cuando se quedaba embobada viendo esos ojos azules rodeados por la badana negra que este portaba.

La tortuga besaba con pasión los labios de su novia mientras acariciaba todo su cuerpo. Este se acomodó entre sus piernas, ambos estaban impacientes por sentirse, así que no se hicieron esperar más.

La tortuga inició con unas embestidas un poco aceleradas y constantes, arrancándole al momento unos placenteros gemidos a su novia. Ambos estaban atrapados entre sus miradas a la vez que expresaban el placer que empezaban a sentir.

Para Leonardo resultó muy excitante ver a su novia gemir de una manera que siempre lo enloquecía mientras observaba sus senos moverse al son de las embestidas. Aceleró aumentando el ritmo, arrancando mutuamente numerosos y satisfactorios gemidos.

Ambos se dejaban llevar por el aumento de placer y excitación que los invadía. La tortuga devoraba el cuello de su novia mientras apretaba suavemente sus senos, mientras que esta echó la cabeza hacia atrás arqueando un poco la espalda por semejante placer.

Estaban cerca del clímax, así que Leonardo aceleró bruscamente las embestidas aumentando así el placer entre ambos. Este mordió ligeramente el cuello de su novia, y soltó un gruñido de placer tras correrse junto con un gemido en forma de grito por parte de la morena.

Ambos se dejaron caer sobre la cama exhaustos, y la tortuga liberó a la morena sacándole la prenda que atrapaba sus brazos. La morena se echó sobre la tortuga, y este la abrazó por la cintura.

Sara: ¿Sabes una cosa? —Preguntó agitada.— Nunca puedo enfadarme contigo en serio... —Admitió riéndose levemente acariciando su mejilla.—

Leo: Tenía esa impresión. —Río levemente.—

Sara: Oye... ¿por qué no me has mostrado ese "modelito" antes? Te queda muy sexy. —Admitió coqueta.—

Leo: Tal vez debí haberlo hecho. —Sonrío coqueto.—

Sara: Esto... ¿Sería demasiado si... vamos por una segunda ronda? —Preguntó coqueta poniéndose sobre él.—

Leo: ¿Tienes ganas de más? —Preguntó con una sonrisa pícara.—

Sara: El negro te sienta demasiado bien. —Confesó mordiéndose el labio inferior.—  Además, no soy la única con ganas de más.—Respondió con una sonrisita traviesa.—

Leo: Chica lista. —Admitió pícaro. Volvió a besar apasionadamente los labios de su novia, echándola sobre la cama para colocarse de nuevo entre sus piernas.—

No os podéis hacer una idea de lo entusiasmada que me siento de al fin desarrollar este capítulo. 😄

Llevaba muchísimo tiempo con este capítulo en mí imaginación, y me emociona al fin haberlo creado.

Claro que este no es el único capítulo que me siento emocionada de desarrollar, todavía hay más capítulos que siento tremendas ganas de crear.

Y esos capítulos están al caer. 😉😋

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