Thor se adelantó para ir a su habitación mientras Loki seguía platicando con su madre sobre el poder de las runas, él solo quería relajar su mente, después de pensar de esa manera de su hermano menor y decidió meterse a la cama antes de que él llegara, no quería que pasara de nuevo algo así.

Loki llegó sigilosamente a la habitación apagando las luces, se cambió de ropa con un hechizo simple, Thor aún no dormía pero mantenía los ojos cerrados y espero a sentir como el cuerpo de su hermano se acomodaba en la cama, pero Loki tardó en hacerlo ya que él se encontraba en el balcón mirando hacia al cielo, Thor lo observaba desde la oscuridad, tan bello a la luz de las lunas, de nuevo vio ese tono azúl en su mejilla, Loki se dió la vuelta para ir hacia la cama, Thor cerró los ojos para no ser descubierto.

Esa sensación en el pecho apareció de nuevo al sentir de cerca ese cuerpo, el aroma de su hermano le pareció exquisito y le incitaba a querer tocarlo, quería sentir su piel junto a la suya, sentía las ansias de besarlo, Thor no pudo evitar otra erección, se mordió los labios y se dió la vuelta para darle la espalda a Loki y tratar de pensar en otra cosa que no fuera querer saltar sobre su hermano en ese instante.

Al día siguiente Thor se había marchado desde muy temprano, mucho antes de que Loki se hubiese despertado, el ojiverde seguía trabajando con su Madre la mayor parte del día.

Odin y el rubio regresaron dos días después en la madrugada.

Thor entró a su habitación tratando de no hacer mucho ruido al entrar, cosa que no pasó, su armadura cayó al suelo haciendo el ruido suficiente  para despertar  a Loki.

Medio incorporado en la cama y con cara adormilada Loki prendió las luces con un chasquido de sus dedos,  se le quedó mirando al musculoso—lo siento—dijo Thor, terminó de desvestirse y se alistó para dormir.

Loki se quedó sentado, cuando su hermano se metió a la cama este dijo en voz baja—Perdóname lo siento— El rubio volteó extrañado e hizo que este le repitiera lo que había dicho.