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Estaba pasando, en menos de dos meses, iba a casarse con Jung Hoseok, con ese alfa maravilloso que siempre había estado a su lado, soportando todos sus caprichos, ocurrencias y arrebatos. Y por primera vez, desde que se comprometieron, no sentía miedo ante la idea de atarse con un lazo a un alfa. Era maravilloso como después de admitir para si mismo que amaba a Hoseok, un mundo lleno de claridad se abrió ante sus ojos. Taehyung no se engañaba, no es como si de repente estuviera dando brincos de felicidad y su personalidad fuera otra, seguía siendo el rebelde y descarriado de la familia, la diferencia es que ahora aceptaba que su corazón estaba tomado. Y estaba perfectamente bien con eso.

Durante mucho tiempo, lucho contra la idea de crear un lazo solido con algún alfa, nunca pensó que llegaría un momento de su vida en el que considerara la idea de emparejarse y tener familia, eso no iba con él. Pero ahora, con ese inmenso amor que sentía hacia Hoseok y por el remordimiento que le ocasionaba el peso de sus errores, estaba decidido a ser el mejor compañero del mundo. Sabia que estaba haciendo las cosas mal ocultándole la pérdida de su cachorro pero el miedo a que, en cuanto lo supiera, lo perdiera era más grande. Era por eso que estaba decidido a recompensarlo y a redimirse con él. Sería el mejor omega para su alfa, quería llenarlo de orgullo y de felicidad. Taehyung era consciente de que no lo merecía pero trataría al menos de hacerlo feliz. Matrimonio, un lazo y cachorros, si eso era lo que su Hobichito quería se lo daría.

Por supuesto, era más fácil decirlo que hacerlo, redimirse le estaba costando la vida. Era tan difícil seguir las reglas y comportase que cuando terminaba el día se sentía exhausto. Y por muy determinado que estuviera, podía sentir una parte de sí mismo apagándose poco a poco, no sabía si alegrarse o deprimirse por ello. ¿No tener los ánimos suficientes para causar problemas era bueno, verdad? Era inevitable pero una parte de sí mismo estaba extinguiendose mientras se esforzaba a ser lo que no era. Su consuelo era que quería que su familia se sintiera orgullosa de él, de ver como al fin, estaba tomando las riendas de su vida.

Sus esfuerzos empezaban a dar frutos una mañana en la que su padre bajó a desayunar. El alfa tenía muchos días buenos últimamente y todos se sentían aliviados al respecto, en especial Namjoon. Esa mañana solo eran Tae y su padre, Nam no había llegado a dormir y ahora que Jimin se había mudado con Jungkook, los desayunos eran un poco aburridos. Y solitarios.

-Me alegro de verte tan feliz, Taehyung. Veo que al fin te has hecho a la idea del matrimonio. ¿Cómo van los preparativos? Solo falta dos meses. ¿Estas emocionado?

El rostro de Taehyung brilló de alegría, era la primera vez en muchísimo tiempo que su padre se interesaba en él. Todo siempre giraba alrededor de Namjoon o Jimin, problemas o alegrías, pero nunca alrededor de él. Quiso llorar cuando encontró la mirada interesada de su padre.

Aquí estoy, papá. Gracias por notarlo.

-Lo estoy. Casi todo está listo pero siempre surgen inconvenientes que necesito resolver sobre la marcha.

-Escuché que Jimin y tú discutieron por el asunto del omega de honor. ¿Que fue lo que pasó? ¿Ya no quieres que tu hermano te ayude?

-Ya está resuelto.-Tae picoteo la fruta en su plato. -¿Recuerdas a Jin? Le pedí que sea mi omega de honor y acepto. Ese fue el problema principal. Pero ambos están de acuerdo en ayudarme ahora.

-Bien. Me parece bien. -El alfa frunció el ceño al percatarse de que su hijo mayor no bajaba a desayunar. -¿En donde está Namjoon?

-Llamó anoche, dijo que se quedaría en la oficina, tenía mucho trabajo pendiente.

-Se queda mucho en la oficina últimamente.

-Se parece a ti, trabaja demasiado.

El presidente suspiró y, tras tomarse unos minutos, se levantó de la mesa.

-Debo recostarse, no me estoy sintiendo bien. Perdóname.

Tae se levanto.

-¿Necesitas ayuda?

-Estoy bien. Termina de desayunar. -Su padre se giro antes de salir del comedor y le sonrió con orgullo. -Me alegro de que estés haciendo las cosas correctamente. Te felicito, hijo.

No supo cómo hizo para no romper en llanto al escuchar esas palabras. Su padre nunca lo felicitaba por nada. Que lo hiciera en este momento, cuando se sentía tan mal e inseguro, lo reconfortó. Le dio las fuerzas y el ánimo suficiente para saber que iba por buen camino. Que sus esfuerzos no eran en vano.

Su cambio sorprendió a muchos, entre ellos, a sus suegros. Más concretamente, a la Presidenta Jung, esa omega de hierro que lo tenía en el peor de los conceptos no estaba dispuesta a aceptar que intentaba redimirse. Para ella, Taehyung era un mal que debía erradicar. Y no podía culparla por su aversión hacia él, era el primero en aceptar que no era el indicado para Hoseok.

Al menos en eso ambos estaban de acuerdo.

Taehyung decidió que una de las cosas que debía hacer para empezar su matrimonio de buena manera era reconciliarse con su suegra. Por el bien de Hoseok, ellos debían llevarse bien. No sería justo para su alfa seguir en medio de los conflictos y obligarlo a escojer un lado. Por eso, por la tarde, se visto de niño bueno, con su boina y todo, y se presentó en la residencia de los Jung. Esperaba que su suegra estuviera en casa y por suerte la encontró, estaba atendiendo su vivero. La jardinería y su hijo eran sus más grandes amores.

Ella bajó su jardinera y lo miro con seriedad.

-Hace falta mucho más que una reunión para que me convenzas de este cambio de actitud tan repentino, Taehyung. Tú nunca has tenido una buena actitud en lo referente al matrimonio. Y menos alguna muestra de modales hacia tu familia política.

Tae se mordió el labio inferior, sinceramente apenado.

-Mi comportamiento nunca ha sido respetuoso, pero deme una oportunidad de mostrarle mis respetos. -Se trago su orgullo y le hizo un inclinación.-Se lo pido, acepteme como su hijo, suegra.

En todo el tiempo que llevaban comprometidos nunca había mostrado ni el más mínimo respeto hacia la madre de Hoseok. Y no era como si ahora estuviera ansioso por entablar una relación con ella, solo era necesario.

-No creo que alguien pueda redimirse de la noche a la mañana, Taehyung. Y levántate ya, no me creo este espectáculo. -La Presidenta estaba cruzada de brazos y su mirada de hierro lo taladraba. -¿Que ha sucedido?

Ella no era estúpida. Era una omega muy inteligente y propia, socia de uno de los grupos más importantes de Corea, una omega de admirar. Y de temer. Taehyung siempre le había temido.

-Estoy a punto de iniciar una nueva etapa de mi vida y mis acciones no me dan honor a mi, a mi familia o al alfa que amo. Quiero hacer lo correcto.

-Cosas como estas se aprenden luego de lecciones muy duras. ¿Estás seguro de que te encuentras bien? Dime la verdad. ¿Por qué has cambiado tan drásticamente, pequeño Kim?

Los ojos de Tae se llenaron de lágrimas pero no se permitiría llorar frente a ella. Si, fue una dura lección haber perdido a su cachorro, y seguiría siendo duro el resto de su vida.

-Todos merecen una oportunidad. -Fue lo único que pudo murmurar.

La Presidenta soltó un suspiro de cansancio.

-Es tedioso repetir esto pero debo hacerlo. No me parece la idea de este matrimonio, será un fracaso y el peor error que mi hijo pueda cometer. -La omega parecía resignada. -Pero tienes razón, todos merecemos una oportunidad. Si te rechazo ahora Hoseok nunca me lo perdonará y amo mucho a mi hijo como para desairarlo.

-Gracias, Presidenta.

-No, no me agradezcas, no lo hago por ti. -Le dio una de las regaderas. -Esas rosas de allí necesitan agua. Toma.

Tae dudo.

-No creo que sea buena idea, no sé nada de jardinería...

-Tampoco sabes de modales o cordialidad y, sin embargo, has venido a pedir mi bendición. Si pudiste aprender eso por tu cuenta, regar algunas plantas será pan comido.

Le tiemblan las manos mientras regaba las rosas, tenía miedo de arruinarlas. Tae no se percató de nada pero la presidenta lo observaba con interés.

-El matrimonio es como cuidar de una plantita, ¿sabes? -La omega le mostró como regar las rosas correctamente. -Con poco agua, la flor morirá. Y si agregas demasiada, las raíces se pudren.

-¿Cómo saber cuál es la cantidad correcta entonces?

-Agregas un poco cada día, tienes que observar que la tierra siga húmeda, así tu flor florece sin problemas. Lo mismo es con el matrimonio, das una pequeña cantidad de amor y comprensión todos los días, y observas como el amor se mantiene y florece en algo hermoso. -La omega cortó un pequeño vástago del rosal. -Recuerdo que tu madre amaba las rosas. Tómalo, es un regalo.

Era una muestra de paz.

Tae lo recibió con un nudo en la garganta. Nunca pensó que la Presidenta reaccionara de ese forma. Jamás pensó que le daría su bendición.

-Haré muy feliz a su hijo, señora Jung.

-Eso ya lo veremos con el tiempo, no te apresures, Taehyung.

Así que el pequeño Kim estaba luchando por redimirse y lo estaba consiguiendo. Eso le daba esperanzas de que podría llegar a ser un orgullo para todos a los que amaba.

Ya no sería la oveja negra de la familia.

No más.

Nada podría arruinar este momento de felicidad.

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