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Taehyung tomó otro pañuelo y lloró aún más fuerte.

—Me odia. Y su aroma estaba cargado de tanto... desprecio.

Jimin, quién estaba revisando los expedientes de algunos de los solicitantes de adopciones, soltó un suspiro de pena.

—Lo siento mucho, Taehyunnie.

—Lo merezco, lo sé. —Tae también suspiró pero de desesperación. —Ahora no sé qué voy a hacer. ¡Ah! ¿Por qué tuve que decirles que yo iba a convencerlo? Me odia, no querrá verme.

—Eso si fue imprudente de tu parte, no debiste comprometerte más.

—¿Y sabes que es lo peor? Me dijo que se refugió en el trabajo porque era el único aspecto de su vida que yo no invadía. —Tae se limpió las lágrimas. —Ya no quiero lastimarlo, ni siquiera planeaba verlo. ¿Por qué pasan estas cosas, Jimin?

—El Ministro y el Director Cha tuvieron la culpa. Si querían atraer a los medios de comunicación debieron hacerlo promocionando el proyecto de otra manera, no así. —Jimin estaba molesto. —Debes retirarte. ¡Que tengan respeto por ti también!

—Si doy marcha atrás con esto, se sentirá como un fracaso y estoy harto de sentirme así.

—No tienes nada que probarle a nadie.—Jimin quería que su hermano lo entendiera. —Ellos no tuvieron respeto por tu vida personal, te expusieron a una situación intolerable. ¡Una demanda es lo que merecen por hacerte firmar un contrato engañoso!

—Ya pidieron perdón y lo acepte.

—Estabas tan ilusionado con este proyecto, me duele que las cosas se dieran así. Yo soy el más partidario de que hables con Hoseok, pero no era el momento, fue demasiado pronto. —Jimin estaba preocupado por su hermano, Tae no parecía tener ánimos de rendirse, pero tampoco sabía muy bien que hacer. Su ánimo inicial disminuye radicalmente. — ¿Ahora qué piensas hacer?

— ¡Pues no lo sé! ¿Por qué crees que estoy aquí llorando contigo? ¡Dame algún consejo!—Tae entrecerró los ojos. — ¿Cómo lograste tener una conversación tranquila con Jungkook cuando volviste a verlo?

—Bueno, tu reencuentro con Hoseok fue definitivamente más tranquilo. Yo ataque a Jungkook en mi forma lobuna en cuanto se me acercó. —Jimin sonrió y se abrazó a sí mismo, como si recordara algo agradable. —Todos los días, al despertar, le doy un besito sobre la cicatriz que le hice en la cara, así él sabe que lo siento. Luego me da besitos y me dice que está bien, que puedo atacarlo cuando quiera. Es un tonto pero lo amo.

Taehyung rodó los ojos.

— ¡No me estas ayudando, Jimin!

—Tu situación dista mucho de lo que era la mía. Yo no iba a trabajar con Jungkook en un ningún proyecto. —Jimin tomó la mano de su hermano. —Debes pensarlo muy bien, no quiero que salgas lastimado. Como dije, no tienes nada que probarle, a nadie.

—Es que eso no es del todo cierto. —Taehyung confesó en voz baja. —No lograre perdonarme del todo, si él no se da cuenta de lo mucho que me duele haberlo traicionado. Y sé que él tampoco estará bien. Esto es por ambos, para que logremos estar en paz, Jimin.

Taehyung tenía una buena razón para no dar marcha atrás, aun así, el riesgo de que saliera lastimado otra vez era enorme y él lo sabía.

—Bueno, en ese caso, sólo me queda apoyarte, ¿verdad? —Jimin dudaba seriamente que Hoseok fuera fácil de convencer ahora.—Hoseok no es el mismo alfa que tú conocías. Ha cambiado mucho, es más... impenetrable.

—Lo noté. —La formalidad con la que le hablo todo el tiempo fue lo peor de volver a verlo. Con su actitud fría y sus palabras educadas, todo fue más doloroso.

Hoseok siempre fue un alfa muy serio y correcto, no se dejaba manipular por nadie a excepción de Taehyng. Ahora, ni siquiera Tae era digno de romper esas barreras.

—Disculpas no te servirán en este caso, el no querrá escucharte. Tendrás que hablar en el único idioma que un alfa como él entiende. —Jimin se encogió de hombros. —Negocios.

—No lo sé, nunca he sido bueno en ese campo.

—Siempre fuiste bueno persuadiendo a los demás. Es básicamente lo mismo. Solo debes idear cómo transformar las disculpas y la posible discusión a un tema en el que puedas negociar y convencerlo.

— ¿Transformar la situación? —Taehyung lo pensó por un momento. Luego soltó un bufido. — ¡Gracias por nada, Jimin!

Jimin rodó los ojos.

—No quiso escuchar nada en cuanto hablaste de asuntos personales, ¿No es así? Pues bien, tu única oportunidad es esta. Convéncelo de que esto es lo que ambos necesitan para limpiar el apellido de los Grupos familiares, Hoseok valora mucho eso.

Si lo veías desde esa perspectiva, el plan de Jimin no era tan malo.

— ¿Crees que sea buena ida decirle que soy Vante?

—Bueno, solo si estás listo para compartir con él esa parte de tu vida. Pero eso implica que tendrás que explicarle todo. Incluso lo de... tu sabes.

Tocaron a la puerta y segundos después, Nani ingreso a la oficina para darle una agenda a Jimin.

—Perdona por molestarlos, queriditos. —La antigua Nana de ambos les dio un beso en la frente a cada uno. — ¿Cómo estas, Taehyung? Me alegro mucho de verte de nuevo.

—Mentira. —Tae hizo un puchero. —La última vez que estuve aquí me dijiste que no volviera más.

—Te dije que no quería que volvieras con cámaras otra vez. —Nani estaba indignada. —Admite que venir con cámaras y posar para una revista, como si fueras la Divina caridad, estuvo mal. Además, alteraste a los cachorros con esos postres que trajiste, fue difícil ponerlos a dormir con tanta azúcar en la sangre.

— ¡Era para que se limpiaran del paladar el sabor de las comidas de Jimin!

El omega rubio gruñó.

—¡Ya basta! —La niñera estaba enojada. — ¡Esto es el colmo! ¿Cuántos años tienen? Ya son adultos, compórtense como tal.

Ambos omegas bajaron la cabeza.

—Lo sentimos.

—Mucho mejor. —Nana asintió, complacida de que aún tenía el toque para calmar a esos diablillos. —Ahora, a lo que venía. —El semblante de la nana se entristeció. —Han traído a otro cachorrito, tiene alrededor de tres días de nacido.

El corazón de Taehyung se encogió al escuchar eso. Jimin había logrado crear un entorno amoroso y seguro para los cachorros en el orfanato, pero la realidad de cómo llegaban a ese lugar, seguía siendo dura de afrontar.

Jimin se levantó rápidamente de su escritorio dispuesto a ir al encuentro del cachorrito.

— ¿Esta en los cuneros?

—Sí, ya lo alimentaron y su pañal está limpio, ahora se quedó dormido. —Nani suspiró con tristeza. —Su madre lo abandono en una estación de autobús. La Procuraduría lo trajo tan pronto como fue posible.

—Iré enseguida. —Mientras lo decía, Jimin ya estaba a medio camino.

Taehyung trago con fuerza bajo la mirada de Nani.

— ¿No quieres ir a verlo?

—Ah...yo...no me gustan los cachorros. —Soltó una risita nerviosa. —Ya lo sabes. 

—Sí, ya lo sé todo. —Nani peino sus cabellos con amor. —Anda, ese pequeñito necesitara mucho amor en lo que encuentra una nueva familia. Ve a darle la bienvenida.

Una de las razones por las que a Tae nunca le gustó la idea de tener cachorros era porque no estaba preparado para tenerlos. Siempre estuvo seguro de que sería un desastre desempeñándose en el cuidado de sus propios hijos. La pérdida de su cachorro no cambió su mentalidad, la reforzó. Él no sabía que esperaba un cachorro, por lo tanto su experiencia fue diferente a la de Jimin, quien supo de su bebé y busco los medios para encontrar a Jungkook. Tae no sabía que lo tenía, tampoco lo esperaba. Solo supo que lo perdió. Y eso era lo que más dolía. El peso de sus errores.

Cuando llegó al salón de las cunas, todas estaban vacías, a excepción de una. La del nuevo cachorro.

Jimin ya estaba arrullándolo y besando su frente.

—Míralo, Tae. Es tan pequeñito y precioso. —Susurro Jimin. —Le encontraré un buen hogar, me esforzare porque así sea.

— ¿Por qué abandonan a sus hijos de esa forma? —La simple imagen de las mejillas sonrojadas del bebé y su puñito en la boca fue suficiente como para ablandar su corazón. — ¿Cómo pueden ser capaces de algo así?

—Es algo que siempre me pregunto desde me hice cargo, pero no soy nadie para juzgar. —El semblante de Jimin era tan serio y frío que le sorprendió. —Aquí no aseguramos de que estos angelitos puedan conseguir un buen hogar en donde les den el amor que no pudieron, o no  quisieron, darles quienes los trajeron al mundo.

Eso era incomprensible para Tae.

Puede que él haya sido irresponsable, y que toda la culpa de la pérdida de su bebe recayera sobre él, pero de haberlo tenido, quizás con todos sus defectos, su cachorro habría tenido un padre que se preocupara por él. Y no solo estaba hablando de Hoseok.

—Debí saber que existía. —Tae tragó duro las lágrimas de culpa. —Yo no lo sabía, lo juro. De haberlo hecho lo habría cuidado, jamás habría sido tan irresponsable, no con su vida de por medio...

—Lo sé, Taehyunnie. — Jimin no necesitaba saber a lo que su hermano se refería. —Algún día estarás bien, te lo prometo. Mientras tanto, está bien llorar, no tienes que sufrir en silencio. Tengo algo que te hará sentir mejor.

Taehyung empezó a negarse al ver que su hermano tenía toda la intención de que sostuviera al cachorro.

—No, Jimin...

—No puedes huir del dolor para siempre, Tae. —Jimin se aseguró de que Tae sostuviera al bebé de la forma correcta. —Ahí está, bien hecho. ¿Ves cómo se siente tranquilo entre tus brazos? Esto es lo que me llevo a querer dirigir la asociación de mamá. La paz que encontré consolándolos a ellos y ellos a mí. Verlos tan pequeñitos e indefensos y teniendo que enfrentar el mundo solos, te hace ver que algunos tienen peores problemas que tú.

Taehyung siguió llorando con el pequeño bebé entre sus brazos. Dejando que toda la culpa se fuera y liberando el dolor que tanto había callado. Que el bebé durmiera con tanta tranquilidad mientras lo arrullaba, le hizo sanar un poco su alma. Y le dio esperanzas de que quizás algún día, sería capaz de proteger a otro cachorro como no supo hacerlo con el primero. Y de remediar un poco el desastre que fue su vida.





***


Una semana después, los esfuerzos de Taehyung fueron infructuosos. Cada vez que llegaba o llamaba para pedir una cita, Hoseok la rechazaba. Esperaba que el tercer día en que sus llamadas fueran rechazadas o desviadas al buzón, dejara de buscarlo, pero no fue así. El alfa se sorprendió al verlo una mañana esperando afuera de su oficina. ¿Tae creía que yendo personalmente iba a recibirlo? Cruzaron miradas y de la manera más fría posible, Hoseok ordeno que no quería recibir a nadie. Paso una semana y el omega seguía insistiendo, se mantenía esperando afuera de su oficina aun sabiendo que no sería recibido.

—Lo siento, el CEO Jung estará ocupado hoy también.

En ese momento, las puertas del ascensor se abrieron y Hoseok salió justo para escuchar lo que la secretaria acababa de decirle a Taehyung. Ignoró al omega y camino hacia su oficina, acompañado de un grupo de alfas de traje que lo seguía, entre ellos socios del Grupo, secretario personal, y asesores legales. Hoseok era el heredero de los Jung y esto se lo recordó. El grupo empresarial pasó justo frente a Tae, era imposible que no lo hubiera visto, pero el alfa lo ignoró. No era la primera vez que lo hacía.

La secretaria se levantó e hizo una reverencia.

—CEO Jung, bienvenido. —Corrió para ponerse a su lado. —Tengo listos los informes que me solicito hoy por la mañana y la oficina de reuniones esta lista para recibir al Jeque.

Hoseok se dio giro hacia sus acompañantes y los despidió con una inclinación cortes.

—Nos vemos en treinta minutos en la sala de reuniones, caballeros.

Y si más, entro a su oficina.

Segundos después, la puerta de su oficina se abrió de manera estridente.

—¡Ya estoy cansado de esto!

—¡Joven amo, espere! —La secretaria se apresuró a detenerlo pero no pudo, el omega ya estaba adentro de la oficina.

—¡No había manera de que no supieras que estaba esperándote ahí afuera! ¿O te has quedado ciego de repente, Jung Hoseok?

Hoseok suspiró y se reclinó contra su asiento. Se había quitado el abrigo y tenía las mangas de la camisa arremangadas. Su cabello castaño estaba un poco largo y un mechón rizado caía sobre su frente, lucía relajado, pero la luna sabía que no lo estaba.

Le hizo una señal a la secretaria.

—Puedes retirarte.

—Lo lamento, señor.

Con la secretaria fuera de la escena, Taehyung cerró la puerta y caminó hacia el escritorio hasta estar frente a él. Y maldito sea su lobo interior, Hoseok aprecio cada rasgo hermoso en el rostro de Tae, así como el refrescante aroma a océano que lo perseguía incluso en sus sueños. Su mayor fantasía y su peor sufrimiento, estaba materializado frente a él. Y por la esencia levemente picante, no estaba feliz.

—Sé que no quieres verme, pero no tienes que tratarme como a un molesto vendedor de seguros o tarjetas de crédito.

Hoseok se quitó las gafas, cansado.

— ¿A qué has venido, Kim Taehyung?

—Quiero hablar contigo.

—Y yo no quiero escucharte.

—Es acerca del Proyecto.

—Menos aún.

Hobichito, por favor...

Taehyung dio un pequeño salto ante el gruñido repentino del alfa. Hoseok no estaba de humor y escuchar el apodo, ese bendito apodo que tanto había amado en el pasado, le sacó de sus casillas.

Nunca vuelvas a llamarme así.

El lobo de Taehyung quiso llorar, la voz de mando de Hoseok es algo que siempre odio.

El alfa lo sabía. Tae había perdido el derecho de llamarlo así. Le parecía una cruel burla a toda su relación. "Hobichito" era el alfa estúpido que Taehyung engaño. No quería volver a escuchar ese maldito apodo, jamás.

—Tienes razón de estar enfadado.

—¿Oh, eso crees?

—He venido porque quiero que aclaremos las cosas, por favor.

—¿No te parece que es un poco tarde?

—Lo lamento, Hoseok.

Hoseok estaba harto de escuchar "lo siento". Un patético "Lo siento, lo lamento, perdona" no solucionaba nada. Tampoco era una disculpa significativa.

—Si sólo has venido a llorar y a repetir que lo lamentas, mejor vete. No tengo tiempo para desperdiciar, mi próxima reunión es en veinte minutos.

—No quieres hablar de nosotros. Está bien. —Taehyung lucía nervioso. —Hablemos entonces de lo que pasó hace una semana.

Eso era aún peor.

Hoseok no quería recordar lo que sintió al verlo de nuevo. Por una estúpida razón—el maldito lazo de los destinados—su lobo, en lugar de estar furioso, quiso correr y tomar al omega entre sus brazos y hacerle prometer que no escaparía de su lado, jamás.  Un año sin saber de él, fue más que suficiente. Quiso escapar de esa oficina antes de que su lobo lo controlara, antes de que cometiera una tontería, pero luego, Tae había abierto la boca y se olvidó del llamado del lobo. Todo el enojo volvió de nuevo.

Y terminaron discutiendo.

Hoseok apretó los puños al recordar como Tae se quedó llorando en la acera, lo vio a través de sus retrovisores. No podía decir que eso no provocó algo en él porque sería mentira.

—Mi decisión no va a cambiar.

—Quiero pedirte que lo reconsideres, por favor.

—No tengo ninguna intención de trabajar contigo, ni siquiera quiero verte, ¿qué es lo que te cuesta entender?—Hoseok empezaba a enojarse. —Si sigues insistiendo pensaré que tuviste algo que ver en todo esto.

—Ya te dije que fue una sorpresa para mí también.

—No quiero estar involucrado en algo que tenga que ver contigo.

—Sé que tú nunca podrás perdonarme por todo lo que hice. Tampoco vas a entender por qué actúe así, a menos que sea honesto contigo. —Taehyung estaba rogando ahora. —Dame una oportunidad para aclarar las cosas, Hoseok. ¡Por favor!

—Nada de eso importa ya, me da igual. Las cosas entre nosotros ya terminaron.

—No es cierto. Todavía queda mucho entre tú y yo. Ahora que mi mente esta mejor puedo sentir como mi lobo te llama y como el tuyo me llama de igual forma. —Tae lo miro a los ojos. —No podemos evitarnos para siempre. ¿Pasaremos toda una vida resentidos el uno con el otro? Tenemos un lazo roto que no sanará nunca, a menos que aclaremos las cosas.

—Desde el momento en que me ocultaste las cosas y no fuiste honesto, todo se terminó.

—Yo no estaba bien. —Tae tenía todo el aspecto de alguien que ha tomado la decisión más importante de su vida y no parecía dar marcha atrás. —Tú siempre me perseguías cuando escapaba, ahora yo haré lo mismo contigo.

Definitivamente esto no era lo que el alfa quería escuchar.

— ¿De qué rayos estás hablando, Taehyung?

—Tú siempre dijiste que yo haría cosas grandiosas y nadie, ni siquiera yo, te creía. Dame la oportunidad para que todo el mundo sepa que tenías razón. Trabajemos juntos, Hoseok. —Tae le suplicaba desde el fondo de su alma. —Déjame pedirte perdón de esta manera, devolviéndote el honor que perdiste al ser mi alfa. ¿Podrías darme una oportunidad?

Los bellos ojos de Taehyung estaban llenos de sinceridad. Y por mucho que Hoseok quiso apartar la mirada del rostro del omega, no pudo. El tiempo parecía haberse detenido. Ambos estaban perdidos en los ojos del otro.

Fue un pequeño momento lleno de fragilidad, ninguno dijo nada, pero sus lobos aullaron al sentir la cercanía del otro.

Fue casi doloroso.

— ¿Por qué lo hiciste, Taehyung?

—Hay tanto que quiero decirte, Hoseok...

La puerta se abrió de repente y la secretaria entró, rompiendo la atmósfera.

—El Jeque llegó, lamento molestarlo, señor.

Un alfa de cabello negro, traje caro, anillos de diamantes en cado uno de sus dedos y un turbante en la cabeza, entró detrás de la secretaria.

—Déjalo, mujer. Me puedo anunciar solo. —El Jeque le dio una mirada poderosa a todos en la habitación. — El Príncipe Hamdan Bin Mohammed Al Maktoum, un gusto verlos de nuevo.

El alfa recién llegado era conocido por los Kim también, era un magnate del petróleo en Arabia Saudita. Por años, había pretendido tanto a Jimin como a Taehyung. Pero tenía una especial preferencia por Jimin. Algunos decían que habían tenido una corta relación pero nadie pudo probarlo jamás.

El alfa saltó un suspiro exagerado y miro con apreciación hacia el omega Kim.

A Hoseok no le gusto el brillo apreciativo de su mirada sobre Taehyung.

— ¡No importa cuántas maravillas vea en este mundo, mis ojos no han visto seres más hermosos que los omegas Kim! —El Jeque extendió su mano, ofreciéndola al omega.

—Príncipe Fazza. —Taehyung sonrió cuando el Jeque depositó un suave beso en su mano.

—Tu aroma al océano sigue siendo exquisito. —El Jeque soltó una carcajada al escuchar un leve gruñido proveniente de cierto alfa que fue olvidado en una esquina. — ¡Veo que soy un imprudente! Lo lamento, Ceo Jung. Olvidé que para esta fecha ustedes ya deben estar emparejados. ¡Mis felicitaciones!

Hoseok estaba mortalmente serio.

—No hubo ninguna ceremonia de emparejamiento.

—¿Ah, no? —El Jeque aplaudió. — ¿Y mi pepita de oro, mi amado Mini-Mini? ¿Alá habrá escuchado mis ruegos y sigue soltero?

Taehyung negó con la cabeza, el alfa era tan adorable.

—Encontró a su pareja destinada, lo siento.

—Igual no podría ofrecerle matrimonio. Debo casarme con la bruja de mi Prima, la jequesa Bint Saeed, siete años mayor que yo.—El Jeque tuvo escalofríos. Aunque no fue por mucho tiempo. —Entonces, si ustedes no están enlazados, con tu permiso Jung. ¿Quisieras cenar conmigo esta noche, Taehyung, mi tormentita del desierto?

Hoseok gruño. ¿Cómo se atrevía a invitarle a una cita estando el presente? Además, ¿con que derecho entraba ese tipo a su oficina? Estaban discutiendo un asunto serio antes de esa molesta interrupción.

Sólo faltaba que Taehyung aceptara.

Después de todo, ellos no eran nada y no tenía por qué negarse.

Taehyung era el colmo del descaro, no estaría sorprendido si...

—Con todo respeto, su alteza, tengo trabajo que hacer esta noche. Debo retirarme. —Tae se despidió de Hoseok y, con completo descaro, se acercó y le dio un beso en la mejilla. El contacto fue tan efímero pero deseado, que Hoseok se paralizo. La suave voz de Tae y su aroma tan cerca lo mareó. Tae hablo como si fueran amantes que compartían un secreto. —Te pido una vez más que lo reconsideres, por favor, Hobichito.

La sonrisa coqueta de Taehyung era, sin lugar a dudas, una provocación.

Cuando el omega se fue, el Jeque lo estaba mirando con mucha seriedad.

—No quisiera entrometerme, pero ¿porque no te casaste?

—No éramos compatibles. Y fue mejor así.

— ¡Oh, qué barbaridad, te engañó! En mi país lo azotarían hasta la muerte por ser un descarado. Pero en lo personal, me inclino por los castigos americanos. —El Jeque hizo el ademán de darle apretar algo entre la palma de su mano. —Una mano firme en las nalgas y una polla bien dura clavada en el trasero y nunca más lo hará de nuevo. ¡Te lo garantizo!

Hoseok quería gruñir, otra vez. La imagen en su cabeza no le gustó.

— ¿Perdón?

El Jeque le dio una palmada en la espalda.

—Demos inicio a la reunión. ¿Los planos para las torres de energía solar están listos?

Una semana, ese era el tiempo que llevaba Kim Taehyung de regreso en su vida. Y él ya estaba perdiendo la cabeza. Otra vez.

Las palabras y el rostro de Taehyung le impidieron concentrarse las siguientes dos semanas.

Hoseok era un idiota, ese omega le había destrozado la vida porque lo amaba más allá de lo que era saludable. Y sólo bastaba verlo una vez para que su lobo enloqueciera. Taehyung siempre había sido un omega terco, pero esta nueva actitud en la que estaba enfrentando sus errores, lo tenía desconcertado.

¿Valdría la pena revivir el sufrimiento del pasado solo por escuchar una explicación? La respuesta es que era un riesgo innecesario.

Aun así, hasta que no hablara con Taehyung, siempre viviría con el dolor de la traición y la incertidumbre. Taehyung no estaba pidiendo una segunda oportunidad —ambos sabían que ese puente era irreparable—solo estaba pidiendo ser escuchado y dar una explicación.

Y maldita sea la Luna, Hoseok quería escucharlo, desesperadamente.

















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¡Gracias infinitas x leer!💖

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