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El embarazo era una cosa maravillosa y también una pesadilla al mismo tiempo. Jimin había pasado los primeros meses sin ninguna molestia en lo absoluto, incluso el tamaño de su vientre no aumento mucho, pudo ocultar el embarazo por un tiempo. Pero luego, un día, su barriga simplemente explotó.

Así como todos los síntomas del embarazo.

Náuseas matutinas.

Mareos al ponerse de pie.

Asco al oler las comidas.

Y lo peor... los terribles antojos.

Un día regreso del orfanato a casa llorando amargamente. Resulta que en el camino, salido de la nada, su cerebro recordó el delicioso sabor de los canapés que comió la noche que conoció a Jungkook.

—¿Que sucedió, Minnie?—Jungkook corrió a su lado cuando lo encontró llorando a mares.—¿Que está mal?

—Nada...

—¿Te duele algo? ¿Quieres ir al hospital?

—Yo...—Jimin se sentía estupido por llorar pero no podía controlarse a si mismo.—¡Quiero comer canapés!

Jungkook tardó unos segundos en asimilar que la razón de su desgracia eran los antojos.

—Iré a comprar algunos, ya no llores.

—Es que yo quiero... los mismos que preparó el chef Jong el día que nos conocimos.

Jungkook besó con ternura a su omega y le limpió las lágrimas.

—Ven conmigo, vamos a preparar algunos. ¿O ya olvidaste que fuimos sus ayudantes de cocina, Park Jimin?

Los canapés que prepararon juntos le supieron mejor.

Lastimosamente los incontables antojos trajeron consigo otro problema. Su peso se disparó a las nubes. Cada día se sentía mas pesado y llenito. Lo que provocó su llanto fue el día en que ya no cupo en su ropa interior. La pequeña pieza simplemente explotó por la mitad. Su grito le dio un ataque a Jungkook.

—¿Minnie, que sucedió?—El alfa tocó la puerta del baño con desesperación.—¿Puedes abrir la puerta?

Jimin abrió la puerta y lo abrazó mientras lloraba. Se había quedado en bata al darse cuenta de que nada de su ropa le quedaba.

—¿Ahora que sucede?

—¿Todavía me veo bonito?

—Por supuesto.

—¡Me creció el trasero!

—Por lo que yo estoy agradecido.—Bromeó Jungkook.

—¡Estoy gordo!

—Estás embarazado.

—¡Es lo mismo!

Jungkook le pellizcó las mejillas cuando Jimin hizo un puchero.

—Vamos a buscarte algo de mi ropa, mi ballenita.

Por supuesto, se equivocó con eso último y lo hizo llorar aún más alto. Pero luego lo contento con caricias y le hizo ver que seguía siendo atractivo y hermoso con todo y su embarazo.

La etapa del embarazo era hermosa y mas cuando tenias a tu alfa a tu lado. Cualquier malestar lo mejoraba con sus cuidados o mimos. Solo había algo que Jimin ya no podía soportar.

Los ataques de pánico de Jungkook. Aunque no lo dijera su alfa estaba al pendiente de sus náuseas, dolores o mareos. Varias veces terminaron en el hospital por cosas insignificantes.

—Solo es gas.—Les dijo el obstetra la última vez que estuvieron en el hospital.

Las palabras reconfortantes de Jimin no eran suficientes, así que decidió buscar ayuda profesional de una mente acertiva y tranquila que pudiera orientar a Jungkook y toda su ansiedad a un camino de bienestar.

* * *

—Es hora de que tu hermano mayor te invite un trago del mejor whisky escocés. Vamos.

El imponente heredero de los Min, Min Yoongi, entró a la oficina de su hermano menor. Iba dispuesto a sacarlo de su miseria. Eran tiempos difíciles para el pequeño alfa, con tanto trabajo y su nueva familia, todos podían ver que se estaba ahogando.

Cómo era de esperar, Jungkook negó con la cabeza y ni siquiera levantó la vista de los contratos que estaba leyendo.

—Debo ir a casa después de terminar con este informe.

Jungkook estaba creciendo día a día para convertirse en el digno heredero del apellido Min. Como si hermano mayor, Yoongi estaba orgulloso. Jungkook era casi tan capaz como él para liderar una empresa y lo más impresionante es que logró tener una mentalidad empresarial en pocos años. La agudez financiera de Yoongi tomó casi toda su vida para ser desarrollada. Su hermano estaba matándose en el esfuerzo, lo que era digno de admiración.

Pero hasta un adicto al trabajo como Yoongi sabía cuando era tiempo de parar.

—¿Acaso crees que te pregunte si querías ir?

—Acabo de regresar de un viaje.—La voz de Jungkook estaba ronca, producto de hablar en tantas reuniones en el extranjero.—A penas pude ver a mi omega por la tarde cuando regrese. Lo que más ansío ahora es terminar con esto y volver a casa. Lo he dejado solo por mucho tiempo.

—Jimin no es un cachorro, estoy seguro de que entenderá que salgas con tu hermano mayor a beber algo.

—Lleva a nuestro cachorrito, por supuesto que no puedo cuidarse solo.

El asunto era que Jimin podía cuidarse solo a la perfección, era Jungkook quien tenía un problema con eso. Desde que el vientre del omega se hizo más grande, no, desde que empezó a sentir las primeras molestias por el embarazo, Jungkook se trastornó. Estaba tan feliz y tan conectado a su pareja que cualquier dolencia de Jimin también la sufría él. Estaba a punto de sofocar a su omega.

—Tienes que hacer algo.—Le suplicó Jimin por teléfono.—Amo a tu hermano con todo mi corazón, pero ya no lo soporto.

—Tu elegiste emparejarte con él.

—¡Yoongi!—La voz del pequeño Kim sonaba adorable mientras se quejaba.—Solo dale algún consejo que lo tranquilice, esta cada vez más nervioso cuando se va acercando la fecha del parto. Tu eres padre, dale algún consejo.

—¿Olvidas que mi hija ya caminaba cuando la adopte? Jamás pasé por acompañar a un omega durante su embarazo, no sé qué decirle.

—Solo tengan una charla de alfas. ¡Llévalo a beber algo!

—Jimin, no creo que eso sea buena...

Antes de que pudiera seguirse negando, el omega le colgó.

—¡Gracias, sabía que podía contar contigo!

Así que ahora, aquí estaba, sentado en la barra de un bar junto a su hermano menor. Lideando con la incomodidad de dos alfas sumamente competitivos y que constantemente tenían roces por rivalidad. Eran hermanos y se amaban, pero de una manera muy particular.

—Entonces... ¿vas a tener un hijo, eh?

Jungkook se rascó el cuello con incomodidad.

—Nacerá en tres meses.

—Me alegro.

—Gracias.

Silencio.

¡Esto era un desastre!

Yoongi gruñó.

—No puedo hacer esto sin un poco de alcohol. Tu hermano mayor va a enseñarte algo acerca del Whiskey.

Jungkook decidió darle una oportunidad a su hermano, después de todo ya estaban aquí y todo era mejor que dos alfas con problemas de comunicación. Además Jimin le había dicho que necesitaban trabajar en su relación fraternal.

—¿Que recomiendas?

Yoongi le hizo una señal al tipo de la barra.

—Dos Irish Bomb.

—Enseguida, señor.—El alfa detrás de la barra se apresuró a preparar las bebidas.

—¿Irish Bomb?

—El abuelo me enseñó a beber esto cuando cumplí la mayoría de edad, es una ceremonia en nuestra familia para los alfas. Ya que no creciste con nosotros no has tenido la oportunidad de pasar por ella.

—¿Ceremonia de los alfas? ¿Que rayos significa eso?

—Significa que ya eres todo un hombre. Pero no le digas a Junghyun.

Cuando las bebidas llegaron, Yoongi brindó.—Felicidades por tu familia.

Ambos alfas empinaron los vasos y bebieron hasta el fondo.

Lo que hablaron después de que el alcohol entrara en sus cabezas era un misterio.

* * *

Jimin se despertó alrededor de los tres de la mañana, gracias al estruendo de la puerta principal, se escucharon risas y el alboroto de pasos inestables y cosas rompiéndose.

Salió apresurado del dormitorio para descubrir que la fuente del escándalo eran un par de alfas ebrios que no paraban de luchar entre sí.

—¿QUE ES LA AMISTAD?—Grito Yoongi, mientras arrastraba a un borracho Jungkook hacía el sofá.

—¿La amistad?—Jungkook balbuceó por unos minutos, cuando recordó se puso a gritar.—¡IRISH BOMB!

Jimin cruzó los brazos al ver el escándalo que estaban haciendo.

—¿Que sucede con ustedes? ¡Van a despertar a todo el edificio con sus gritos!

Al escuchar su voz, Jungkook se puso de pie tambaleante y luchó por llegar a su lado y abrazarlo. Aún en su estado fue cuidadoso de no presionar si vientre.

—Ahí está... el amor... de mi vida...

Jimin le correspondió al abrazo y negó con la cabeza.

—¿Cuánto bebieron ustedes dos?

Fue una pregunta estupida porque al instante recibió de respuesta el grito efusivo de los dos alfas.

—IRISH BOMB

—¡LA AMISTAD ES IRISH BOMB!

—¡NO!—Jungkook gritó con todas sus fuerzas.—¡HERMANDAD!

—¡LA HERMANDAD ES IRISH BOMB!—Eso fue lo último que Yoongi dijo antes de quedarse profundamente dormido en el sofá.

Mientras tanto Jungkook se enfocó en abrazar a su omega y no paraba de repetir que lo amaba, que sería un buen padre y que amaba a sus estupidos hermanos.

Cualquiera que los viera pensaría que eran unos hermanos cómplices y amorosos. Jimin se sorprendió de lo mucho que el alcohol revelaba de las personas.

—De acuerdo, vamos a la cama, grandote.

Guió a su alfa hasta la habitación y lo ayudó a acostarse.

Volvió a la sala para cubrir a Yoongi con una manta, el heredero de los Min no paraba de repetir que debían armar el castillo inflable para la fiesta de cumpleaños de Jia. Justo como Jimin habia sospechado, el alfa amaba demasiado a su pequeña hija como para castigarla.

Yoongi no podía regresar a la mansión Min en ese estado. Llamó para avisarle al Abuelito que su nieto estaba bien.

—¿Abuelo, que es el Irish Bomb?

—¿Qué?—El Abuelo soltó una carcajada.—¡Que van a saber esos cachorros de ser un hombre!

—¿Eh?

—No te molestes con esos dos, ve a la cama y descansa. No es hora de que el bebé y tú estén despiertos. Jia está dormida también. Dejen que esos idiotas despierten mañana sin saber que los golpeó. Les espera una montaña de contratos que revisar en la oficina.

Diciéndose que los alfas Min eran un completo misterio para él, Jimin volvió a la cama y mimo a su alfa hasta que este se adormeció.

—¿Tienes algún... antojo?—Balbuceo Jungkook.—¡Dime y tu alfa ira a conseguirlo! ¿Quieres fresas? ¿Canapés? ¡Te traeré los benditos canapés!

—Estamos bien, solo cómpranos unos chocolates mañana. Y dame un masajito en los pies, cargar a tu cachorro es muy agotador.

Jungkook se tambaleó hasta ponerse de rodillas en la cama y alcanzar los pies del omega. Su borrachera lo volvía adorablemente torpe.

—¡Voy a masajear tus pies ahora!

Pero en lugar de hacerle un masaje relajante le hizo cosquillas hasta que Jimin lloró de la risa. Una de las cosas que amaba de Jungkook era la delicadeza con que lo tocaba, incluso ahora, tenía cuidado con no lastimar su vientre.

Terminaron abrazados, la enorme mano del alfa se movía en círculos sobre su estómago. Al sentir la presencia de su padre, el cachorro dio una patada.

—¡Oh!—Jimin sonrió.—Acaba de patearme.

Y ese fue el momento en el que Jungkook empezó a llorar.

—Seré el mejor padre del mundo.—Balbuceó mientras besaba el vientre de Jimin.—Yo nunca te voy a abandonar como me abandonaron a mí, pequeñito. Papá siempre estará aquí para amarte.

Eso tocó una fibra sensible en el corazón de Jimin.

Jungkook había estado paranoico con el embarazo porque estaba asustado, el bebé que perdieron, el carácter caprichoso de Jimin y el no tener un padre los primeros años de su infancia lo tenían trastornado. Tenía miedo de no ser un buen padre.A pesar de que el alfa Jeon lo crió como si fuera su propio hijo, el trauma de ser abandonado por su verdadero padre y luego ser rechazado cruelmente aún vivía en su interior. Y era por eso mismo que sabía que su alfa sería un padre grandioso.

—Descansa, futuro papá.—Jimin le dio un beso en los labios para reconfortarlo.—Tu omega y tu cachorro siempre estarán aquí para ti.







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Este era el capítulo especial del kookmin que me hacía falta.

Ahora si, díganle adiós a esta hermosa historia porque se viene el Final+Epílogo en unas horas. 😭❤️

También quería preguntarles si tenían alguna canción que quisieran recomendar para el final de la historia para cerrar con broche de oro. 😊

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