Capítulo 21: Avistamientos

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HIJOS DE LA NOCHE

HIJO DE LA LUNA

CAPÍTULO 21: AVISTAMIENTOS

Cuando Navidad estuvo a unas semanas de celebrarse, Ryuu anunció con entusiasmo que iría a la ciudad vecina para hacer unas compras navideñas de último momento con Vanesa y Dania; Ethan decidió ir con ellas porque también debía de buscar ideas para la cena que prepararía en Nochebuena. El resto nos quedamos en la residencia de los Ainsworth para hacer una "limpieza exhaustiva", ya que el primo de Iris y su pareja confirmaron su visita (según ellos, porque había algo importante que debían de hablar con la líder en persona).

Su familia también invitó a la mía para pasar esa fecha con ellos, pues no éramos muy numerosos y creyeron que nos divertiríamos más juntos, como en mi cumpleaños; a cambio, papá y mamá ofrecieron nuestra casa para celebrar Año Nuevo.

Yo estaba ansioso por conocer a los próximos visitantes porque, a palabras de todos, eran una pareja adorable.

Mi tarea en el aseo hogareño fue limpiar los muebles de la sala y detrás de ellos.

Fue sorprendente cómo, a pesar de limpiar y limpiar, hallé pequeños montoncitos de tierra que nunca había notado (¡y eso que había pasado demasiado tiempo en esa casa las últimas semanas!). No quise preguntar porque pensé que sería grosero; sin embargo, era difícil de ignorar. Casi creí que podría llenar una maceta con todo lo que recolecté.

—Tú no tienes casa, ¿verdad? —Se burló Víctor, quien llegó poco después de haber comenzado a limpiar.

Había salido muy temprano porque tuvo un almuerzo con "las Lechuzas" y "los Cuervos", pues sus actividades se suspenderían después de eso debido a la época decembrinas. Llevaba la chaqueta de su equipo y unos pantalones ajustados que habrían provocado que su prometida le azotara el trasero con la típica confianza que los caracterizaba.

—¿En verdad lo pusieron a barrer toda nuestra tierra de casa? —Preguntó cuando el resto de los integrantes lo saludaron desde sus respectivos lugares—. De seguro pensará que somos unos puercos.

—Tampoco es para tanto —Crystal sentenció, recogiendo su cabello por milésima ocasión—. Me da algo de pena —agregó, como si yo no estuviera ahí, arrodillado para echar toda la tierra al recogedor— porque lo hace sin quejarse. No dudo en que está esperando a que le demos una explicación sobre ello.

—Podrían dejar de suponer lo que piensa y explicarle, ¿no? —Con algo de ironía, la voz de Aylan se hizo presente desde el segundo piso.

Él fue el encargado de hacer lo mismo que yo en la planta de arriba.

Ella entornó los ojos y, tras haber dejado un canasto de sábanas limpias sobre un escalón para subirlo después, se giró hacia mí. Yo suspiré un poco frustrado por no llevar conmigo mi cuaderno para anotar lo que me dijera.

—La tierra de casa no es tierra como la ordinaria, ya que viene del principal bosque de Abaddón, Amadahy—explicó.

Al ser como me hablara en otro idioma (y pese a haber comprendido que se refería al mundo demoniaco tras procesarlo), decidí pedirle que me explicara más.

Víctor tomó el plumero para sacudir las vitrinas del comedor tras lavarse las manos y se puso a trabajar a la vez que Crystal accedía a mi pedido.

—Abaddón está dividido en cinco partes: Septentrión, Meridión, Levante, Ocassus y la capital, Anemoi. Cada territorio tiene a un demonio a su mando, los cuales los designó Karlav cuando descubrió que Dirk, el padre de James —era la primera vez que alguien lo llamaba por su nombre—, los manejaba también.

—¿Entonces él tenía cinco territorios a su poder?

En el momento en que asintió comprendí la desesperación que tuvo James al necesitar que llegara alguien lo suficiente valiente para enfrentarse a su progenitor.

El señor Karlav se oía mucho más consciente de lo que hacía, más justo y equitativo.

Más humano.

—Antes, los ojos rojos eran exclusivos para la familia directa del rey. Los demonios no podían evolucionar y, si lo hacían por alguna u otra razón, les iba muy mal —prosiguió—. Cuando él murió, Karlav se dio cuenta de su gran cantidad de poder y, por supuesto, extensas tierras. Al inicio, le ofreció la mitad a James y éste se negó porque no se consideraba apto para el trabajo.

» Entonces, bajo el criterio de los dos, buscó a cuatro demonios que fueran leales, honestos, humildes, responsables y justos; sus destinados pasaron a ser sus manos derechas. Él se quedó con la capital por obvias razones y los otros cuatro evolucionaron a los ojos carmesí, volviéndose virreyes.

Me imaginé al anterior príncipe como alguien al que le gustaba más opinar y ayudar sin un título de por medio.

—Supongo que esos territorios están protegidos por el bosque que mencionaste, ¿no?

Volvió a asentir.

—Las primeras cuatro regiones que te mencioné están limitadas y rodeadas por ese bosque, cuerpos de agua, montañas o extensas arboladas ordinarias, como el Escondite del Lago Hurón Blanco. Anemoi está en el centro de todo.

Me pareció tan místico que me lamenté un poco por rechazar la mordida; aun así, no me eché para atrás. Habría sido inconsciente de mi parte tomar decisiones así en medio de un auge de euforia y excitación por saber más cosas.

—La tierra de ese lugar nos ayuda a que no nos olvidemos de dónde somos, de nuestro hogar —se detuvo a pensar en algo, matándome de curiosidad. Sonrió un poco con una pequeña chispa de pena en sus ojos—. También sirve para que recuperemos fuerzas más rápido a la hora de descansar o para remedios caseros.

—Con ella hacemos una clase de barro para tratar las quemaduras solares, si es que pasamos demasiado tiempo bajo el Sol —Víctor explicó cuando vio que Crystal volvió a tomar su canasto, lista para subir a dejar las sábanas—. Creo que ya lo sabes, ¿no? Nos debilita y puede generarnos manchas rojas muy dolorosas si pasamos mucho tiempo bajo sus rayos.

—Oh —susurré.

Me sentí algo culpable porque recordé la ocasión en la que fuimos al parque acuático, al fuerte aroma a bloqueador y al montón de cosas con las que cargaron para poder protegerse; sin mencionar las veces en las cuales descubrí a Aylan con las mejillas rosadas.

—Aquí no les ha pasado, ¿verdad...? Es decir, no tan grave.

—Si bien es uno de los lugares más calurosos de los que hemos visitado, no ha sido el caso. Nos cuidamos mucho la mayoría del tiempo —admitió él.

Su tía salió de la habitación de invitados. Fue la encargada de cambiar sábanas, toallas y cortinas, al igual que sacar los adornos navideños para poner en el pino y unos cuantos foquitos para el exterior.

—A Ryuu le molesta mucho porque ser vampiro en Colombres es quemarse y no broncearse, ¿sabes? —Rio—. Creo que fue su sueño frustrado por lo pálida que es. Seguro que el tío Scorpius opinará lo mismo que ella, haga o no demasiado frío durante su visita.

Cuando terminamos de limpiar, pedimos pollo frito para comer porque nadie tuvo ganas de ponerse a cocinar. El aroma a fritura, puré caliente y pino natural generó un ambiente agradable y acogedor.

Si antes de saber el secreto de los Ainsworth me sentía parte de su familia de alguna u otra manera, esa tarde creí haber reforzado esa idea, ese lazo.

Víctor era igual de ruidoso que mi hermano, Aylan solía intentar provocarme por debajo de la mesa (y sobre ella, frente a los ojos de los demás), Crystal e Iris eran una representación dividida de mamá y Ryuu e Ethan eran la de papá.

Claro, era una comparación fallida, ya que cada uno era muy diferente; no obstante, parecían mi segunda familia.

No, eran mi segunda familia.

Esa tarde descubrí que los vampiros y demonios tienen periodos de fortaleza y debilidad a lo largo de los años, dependiendo de los fenómenos lunares que se atravesara en esos momentos.

La Luna roja significaba un poder superior al ordinario para el rey, James, los fundadores de los clanes y los líderes de los cuatro distritos. Durante la Luna azul, los fundadores (y sus segundos al mando) y los líderes podían morir, ya fuese en manos de un enemigo o del miembro que tomaría su puesto. La Superluna era sinónimo de la época en la que demonios y vampiros podían rechazar la vida eterna ante Karlav (y, si querían, suicidarse). Por último, la Luna de cosecha era en donde los de ojos anaranjados y amarillos eran más débiles o violentos, según fuese el caso.

—No es algo exacto —Iris dijo, sirviéndose otra pieza de pollo—. Por ejemplo, si Víctor es el siguiente jefe del clan... Y no, no digo que lo serás —agregó con rapidez—. En fin, si es él, le será más fácil matarme en una noche de Luna azul; aunque, si es urgente, puede hacerlo en cualquier otra.

—Será más difícil si no es en esas fechas —atiné a decir mientras intentaba mantener las manos quietas de Aylan por debajo de la mesa.

Él rio cuando lo conseguí y apoyó la cabeza en mi hombro.

—La única exacta es la Luna roja —Crystal informó.

Sentí algo de lástima porque recordé su historia.

Ella pareció no verse tan afectada.

Pensé en que, quizá, se acostumbró.

Víctor, quien se centró en comer y curiosear en su celular, soltó una exclamación de sorpresa, provocándonos algo de desconcierto. Sus gruesas cejas se fruncieron e hizo una pequeña mueca con sus delgados labios.

—En el grupo "¿Qué está pasando en Colombres?" de Facebook están diciendo que ha habido avistamientos de algún animal que ha estado dañando a otros —le pasó el celular a Iris cuando ésta se lo pidió.

Los grupos como ese solían ser de ayuda para la gente que no acostumbraba a ver las noticias locales en el periódico y porque, la mayor parte del tiempo, éramos irrelevantes para salir en los noticieros regionales o nacionales.

La mujer leyó para nosotros.

—Desde el pasado lunes 06 de diciembre que se encontró el cadáver en descomposición del querido perro de los Martínez, el cual desapareció desde la noche del domingo 05 del mismo mes, se han hallado cuerpos de diferentes animales en ese estado, desde perros y gatos callejeros u hogareños, hasta tlacuaches, ardillas y aves.

» Se dice que podría ser resultado de una especie invasora desconocida hasta el momento. Según veterinarios de la zona, parece que terminará convirtiéndose en un caso alarmante para la fauna de la ciudad de Colombres.

» ¡Mucha atención, familias! Cuiden a sus mascotas y, para evitar preocupaciones, a los niños y adultos mayores.

» A continuación, pueden hallar una serie de fotos de los desafortunados animales para que tengan una idea de lo que pueden provocar esos malhechores. Si ven u oyen algo más, favor de comunicarlo con la página oficial del ayuntamiento de la ciudad. Gracias, estaremos al pendiente.

Dejamos nuestras piezas de pollo apenas terminamos de oír el artículo, entre interesados y asqueados.

Víctor hizo una mueca de repulsión al ver las fotos desde su lugar y dijo:

—El artículo se llama "¿El chupacabras visita Colombres?"

En otra ocasión, me hubiera reído con Don por nuestra broma de Halloween.

—¿Y qué crees que sea?

Crystal se puso de pie para llegar hasta donde estaba su amiga. Se inclinó, apoyándose en sus hombros y examinó las imágenes junto a ella.

—Si ves bien, las marcas que tienen son dos —sus dedos hicieron zoom a una fotografía que el resto no pudimos ver—. Por la distancia, podrían ser los colmillos del atacante lo que las provocó, sin mencionar que las mordidas parecen ser en la arteria aorta.

—Vampiros —Víc murmuró.

La fundadora frunció sus labios y emitió un pequeño sonido generado por la confusión.

—Para nosotros nos puede parecer eso... Para ellos...

—Es imposible —la Lawson se apartó del teléfono, rompiendo el ambiente incómodo de una manera un poco desafortunada. Hasta yo me sorprendí—. En este territorio no hay nadie más que nosotros, solo estás tú, Iris. Es ridículo. No creo que hayas visto un lazo desde que llegamos, aparte del de Hayden.

Lilium negó, apagando el teléfono para regresárselo a su sobrino.

—Aún si lo hubiera, no habrías transformado al implicado, por lo menos no de la nada —prosiguió—. Eres mucho más prudente.

—Se los habría dicho —concordó y, tras ponerse de pie, suspiró—. Quizá haya más criaturas de las que nosotros creemos.

—¿Nos estás diciendo que crees en la tontería del chupacabras? —Víctor preguntó, incrédulo.

Ella no respondió por unos segundos.

—Recuerda las cuatro explosiones que hubo hace mucho tiempo, la que provocó el surgimiento de los demás mundos. Espero que esta guerra no sea nuestra y le pertenezca a alguien más —desgraciadamente, esos datos jamás me los contaron.

Recogió su plato y avisó que estaría en su despacho para pensar un poco.

Crystal la imitó y nos dejó a solas al irse a su alcoba.

—Estamos de acuerdo en que eso es una vil estupidez, ¿no? —Se giró a nosotros, quienes nos quedamos callados hasta ese momento.

—Si no ha sido Iris y nosotros tampoco, ¿entonces quién lo sería? No hay explicación lógica por ahora, Víc —Aylan lamentó.

Aún quedaba pollo, puré y refresco, pero ya no teníamos hambre, no después de eso.

—Aunque tienes mucha razón con que el chupanoséqué es una idea demasiado descabellada —ignoró que los vampiros ya eran una posibilidad alocada para civiles ordinarios, como yo—. ¿Crees que nuestros protectores se manifestaran en nuestra contra?

—Lo dudo —otra vez comenzaron a hablar con referencias que no entendí, por lo que me puse a recoger los platos para lavarlos y a dejar la basura en su lugar—. No necesitan alimento, ¿para qué atacarían a esos otros animales? Además, eso es imposible. Si los tenemos es porque tenemos el control suficiente.

—Ah. Hayden no sabe de lo que hablamos —mi novio comprendió mi confusión mediante el lazo o, tal vez, por mi reacción natural.

Al acabar con mi trabajo de limpieza adicional, palpó el lugar en donde estuve sentado antes, entre él y su primo, para contarme.

—Lamento que este día haya sido una lluvia de información para ti. Sé que es muy confuso todo esto.

—Siempre y cuando no me digan que estamos en medio de una guerra apocalíptica en la que el mundo corre riesgo de explotar y que el único salvador soy yo, todo bien —rio y, tras limpiar sus manos con una servilleta, comenzó a explicarme el (esperaba) último dato que necesitaba saber sobre los vampiros y demonios.

—Nosotros, los habitantes de Abaddón, tenemos diferentes poderes; en nuestro caso, tal y como te hemos dicho, a veces pueden estar relacionados con nuestra vida antes de ser transformados. Esta energía la podemos materializar en un animal siempre y cuando seamos de ojos anaranjados o rojizos porque representa nuestro equilibrio interno.

—Los de ojos anaranjados, sean vampiros o demonios, tiene criaturas comunes como: perros, gatos, lobos, algún tipo de ave... Los de ojos carmesí, escarlata o el rey portan la habilidad de manifestar animales mitológicos —mis cejas se alzaron por la sorpresa cuando Alejandro retomó la explicación. Eso se oía bonito e interesante—. Para que te des una idea, nuestra tía puede hacer que su poder tome forma de un ave fénix.

—¿Y ustedes? —Quise saber.

Él sonrió, victorioso.

—Yo tengo un lobo gris mexicano llamado Balto —anunció con orgullo. No pude imaginar a otro animal que fuese tan acorde con su personalidad y aspecto—, Ethan tiene a un búho, Ryuu a una lechuza, Crystal un águila real y Aylan un conejo. Es muy bonito, deberías de verlo. Es un poco manso.

—¿Podrías no hablar así de él? —Su primo estiró el brazo para darle un golpe que terminó siendo muy flojo por la distancia—. Estos animales evolucionan junto a nuestros ojos, si es que pasamos de ojos anaranjados a rojos o viceversa. En el caso de la tía Crystal, pasó de ser el halcón que representaba a Horus en la mitología egipcia, a lo que es ahora.

» Si sucede de anaranjado a amarillo, desaparece. Los impulsos violentos no nos dejan meditar bien, imaginarlo y sentirlo; por lógica, no es común que alguien de ese estatus tenga un poder más allá de los ordinarios.

A comparación de los humanos, tenían más fuerza y agilidad, también mejor audición y visión, incluso curación instantánea.

—Le llamamos espíritus protectores porque, si no fuera por nuestros poderes, no dudamos que hubiéramos muerto de una u otra forma antes —carcajeó el otro—. Tenemos la posibilidad de moldearlos la primera vez y, en algunas ocasiones, unos son capaces de ser más de uno, como los tíos Scorpius y James —ya averiguaría después eso.

En el momento en el que pregunté sobre cuáles eran sus poderes, sentí un pequeño peso concentrarse en mis muslos. Al inclinarme, descubrí a una pequeña bola de pelos marrón con orejas caídas trepada en mí.

—Son las mascotas especiales que te mencioné hace tiempo —Aylan me guiñó un ojo y, luego, me respondió mi duda.

Resultaba ser que él tenía de habilidad especial la electrokinesis, Víctor el control de la materia (en especial la que estaba hecha de plomo), Ryuu podía transportarse y multiplicarse, Iris era una cambiarrostros, Crystal controlaba el fuego e Ethan manejaba los sueños y exploraba la mente de la gente que tocaba.

En conclusión: todo era de locos.

—El tuyo... —comencé con torpeza.

Alejandro nos dejó al haber escuchado que su tío y Ryuu llegaron. Mientras él los ayudaba a bajar las compras, yo me quedé sentado para acariciar al lindo conejo y soportar la mirada interesada de mi novio.

—Es por lo que me contaste antes, ¿no? —Pregunté—. Lo de querer no ver quién era tu atacante.

—Sí.

Lo dijo tan fácil que me dolió.

Me dolió no haber estado presente en un momento tan espantoso para él, mi alma gemela.

—El poder de mi tía proviene de esos días de desesperación en los que hubiera preferido ser alguien más para pasar desapercibida y huir con su primo —cargué al conejo con cuidado y lo acerqué a mi rostro para verlo con detenimiento.—. Le puse Nochu.

Era un belier holandés ordinario, suave, cálido y esponjoso

—Se escucha como "noche" —no creí que eso fuera intencional. Su lengua materna no era el español, como para que hubiese pensado en eso antes—. ¿Sabías que los conejos son animales relacionados con la Luna? Hay una leyenda maya que lo relaciona con la forma que tiene en su superficie, la del conejo y Quetzalcóatl.

—Eres muy ñoño, Hayden.

Cuando el conejo desapareció de entre mis manos, él fue quien cambió de lugar para sentarse sobre mis piernas.

Le sonreí y planté un beso en su mejilla.

—Uno muy cursi —agregó y sus ojos brillaron como el amanecer.

Lo reté diciéndole que él era igual y, a diferencia de lo que pensé, asintió sin rechistar después de besar la comisura de mis labios.

—En nuestro universo, tú eres el Sol y yo la Luna.

El universo en donde solo existíamos él y yo. 

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