Epílogo

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HIJOS DE LA NOCHE

HIJO DE LAS ESTRELLAS

EPÍLOGO

Mi pulso disminuyó.

Mi respiración se alentó.

James pensó que me perdería en ese momento.

Hikaru comentó que, si hubiera sido humano, no lo hubiera soportado.

La fría ráfaga de Mareritt dolió como un ataque de cuchillas. Me hirió hasta lo más profundo, lo más profundo de mi corazón. Cada latido extendió el efecto por mi cuerpo, como una toxina que recorría todo dentro de mí.

Tardé casi una hora en recuperar mi color natural y la consciencia. Tuvieron que cubrirme con mantas y ponerme algunas prendas de ropa extras; dejaron a nuestro "médico" hacer lo suyo a solas para que pudiera concentrarse (por primera vez, tanto en un vampiro).

Oía los sollozos de los Maine, en especial los de Mar. Quise decirle que no se preocupara, que estaba bien y que, en algunas ocasiones, las emociones nos dominaban y no éramos conscientes de lo que hacemos hasta que es demasiado tarde.

No pude.

Un destello lejano me impidió concentrarme.

El Paraíso Perdido me llamó e invitó a vivir en su valle de calma.

Rechacé la oferta. No era mi hora.

Cuando abrí los ojos, estaba en mi habitación y todo se veía oscuro por lo tarde. Los lobos de mi esposo dormían sobre mis pies y él estaba justo a mi lado, con su atención fija en mí. Parecía haberse despertado al sentir cómo me moví.

—Los Maine... —Recordé. Mi voz se oía ronca y sentía mi garganta seca.

Sudaba por el exceso de cosas encima, así que me deshice de algunas cobijas y me enderecé un poco para recobrar la compostura. Él me impidió ir demasiado lejos.

—Aira llamó a una ambulancia y se inventó la historia de un ataque durante una actividad de cacería —susurró—. No había otras opciones, después de todo. Ellos tampoco pudieron hacer mucho. Fue demasiado tarde. Tú ya estabas aquí cuando eso pasó.

En la planta de abajo, todo estaba callado y confirmé que el resto dormitaban en diferentes recámaras, entre lagrimeos y quejidos por la pérdida y la preocupación, a la hora de concentrarme un poco. Mi lazo se encargó de tranquilizar a los de mi clan para que se permitieran bajar un poco la guardia y descansar de verdad.

La cabeza me daba vueltas y me dolía, similar a la sensación de mareo ante un desmayo reciente.

—Pesa —dije en el mismo tono.

—¿Su hilo? —Asentí. Él retiró un mechón de cabello de mi frente y lo echó para atrás—. Lo sé. Estará bien pronto con nuestra ayuda.

—No podemos separarlos, Tambor. No ahora —estaban rotos. No sería justo—. La prensa querrá entrevistas, hablará de ellos, sus fanáticos lo lamentarán en redes y su tragedia los seguirá a todas partes. La aflicción y la pena los acompañará los siguientes meses, hasta que encuentren una noticia reciente y jugosa y los dejen descansar.

Acarició mis mejillas y vi sus ojos cristalizarse por un segundo.

—Por Orión —me hizo un poco de gracia oírlo expresarse de esa forma—. Estuviste muy mal hace casi una hora y no haces nada más que pensar en otros. ¿Por qué no piensas un poco más en ti? Está bien ser egoísta algunas veces.

Mordí el interior de mi labio inferior, apenado.

—Ya estoy bien —al menos me sentía un poco mejor—. Perdón por asustarte así.

Besó mi coronilla y sus lobos despertaron para acurrucarse mejor entre nosotros. Los hizo desaparecer porque, esa noche, era su turno de ser egoísta y no quería compartirme, ni siquiera con sus espíritus protectores.

—Acabaremos con esta misión juntos —prometió— y, cuando lo hagamos, podremos disfrutar de nuestra familia. Nuestro bebé estará en camino, Demian llorará porque pasaremos más tiempo con Lizzy que él y ella se reirá por su ridiculez... Y ellos se arreglarán.

Mareritt y Chase.

Lo abracé y escondí mi cara entre los pliegues de su ropa y las sábanas. Su aroma y el del detergente eran una combinación deliciosa de paz y protección.

—Si es que no lo hacen antes.

Dejamos Colombres dos días después, no sin antes haber llamado una última vez a Donovan para agradecerle por su ayuda y pedirle disculpas por todas las molestias por milésima ocasión.

Nos despedimos de la ciudad al oír el pronóstico del clima y de la, todavía reciente, sorpresa que se llevaron noches atrás por la repentina ventisca con granizo. Nadie pudo hallar una explicación sobre ese gran cambio en el ambiente porque, tal cual, no había una científica.

Las viudas Maine decidieron acompañarnos apenas les conté mi rotunda oposición de separarlas de sus hijos de nuevo, mucho menos con una muerte reciente y dejarlas desprotegidas en el mundo humano, ahora que Cepheus confirmó que estaban de nuestro lado y que darían su vida por nosotros.

De igual manera, ellos dejaron atrás las entrevistas e invitaciones a programas de variedades para hablar del difunto y aprovecharse de su vulnerabilidad para sacar artículos interesantes. Ninguno aceptó y los primos decidieron avisar por sus redes sociales que se desconectarían un tiempo de ellas por no sentirse con el ánimo de seguir con sus posts usuales.

En esas 48 horas, intenté hablar varias veces con Mar para asegurarme que estuviera bien (más allá del vacío sentimental que provocó ver a su padre morir); él me evitó todas las veces y siempre huyó con las mejillas pálidas o los labios apretados con firmeza.

Su prima me pidió que le diera tiempo.

—No está enojado —explicó a la par que cerraba una maleta—, está asustado. Te hizo daño, Scorps... ¡Tardaste en recuperarte! Si no hubieras sido un vampiro, tú... —Se interrumpió y negó con suavidad, angustiada—. No habría podido con la culpa. Eres su líder, su amigo y una persona en la cual confía.

Me atraganté con mi propia saliva.

—Tampoco ha dejado que Chase se le acerque o el resto de nosotros —mencioné al acordarme de ese detalle. Yo había acabado de empacar lo importante y me despedí del arbolito de magnolias—. Estamos preocupados.

—Los lazos siguen tensos. Los sientes, ¿no? —Asentí con pena—. Así como para él es difícil acercarse a ti, me imagino que siente la poca confianza que el resto siente hacia su persona... Están reacios, sí —Pareció orgullosa por la nueva palabra en español en su vocabulario—. Ya verás que todo se arregla con el tiempo.

Los fundadores éramos muy susceptibles a los sentimentalismos por estar tan relacionados con toda la gente de nuestros clanes y no había ocasión en la que no buscáramos la tranquilidad y seguridad para todos. Por eso Iris e Ethan nunca se interesaron en adoptar, ya tenían "demasiado trabajo".

—Y respecto a chefcito... —Suspiró.

Los dos nos encontrábamos en la residencia de su familia para encargarnos de las últimas cosas que quedaban. Decidieron revender la casa con todo y muebles al haberles confirmado que Iris les consiguió un lugar pequeño para que pudieran vivir en la misma calle que nosotros, Cuna de Estrellas.

—Su caso es diferente. Él todavía lo busca —volví a asentir, ya que estaba seguro de eso. Lo había visto llevarle un ramo de flores y dormitar en la puerta de su alcoba para cuidarlo, como un perro guardián—. Lo que sucede es que mi primo está dolido también por su discusión y es un poco orgulloso. No creo que se lo deje muy fácil.

Solté un poco de aire por la nariz y la ayudé a bajar unas cajitas de una repisa con mi persuasión.

Para nuestra fortuna, era lo último importante ahí, así que pudimos salir, meter todo a la camioneta y prepararnos para regresarnos donde estaba el resto, en la Monterreal.

Era un día soleado y un poco de viento, mayor razón para que los meteorólogos no comprendieran lo que pasó la noche en la que nos enfrentamos a las quimeras. El Sol primaveral nos picaba la piel y el olor empalagoso y el sabor amargo del bloqueador me daban asco.

—Es géminis, déjalo estar... —continuó al subirse en el lugar del conductor y tras despedirse de su antiguo y temporal hogar—. Además, ¡se lo merece por expresarse así de él! Sé que fue difícil desde su perspectiva, pero fue un poco insensible.

No encontré la mentira y no dije nada.

Él arde.

Lo siento.

¿Lo sientes también?

Es suficiente, Scorpius.

Puedo esperar por él.

Esperaré su perdón.

La promesa del ausente Spinster me hizo sonreír.

...

Esa tarde, atravesamos el portal alrededor de las tres en Abaddón y una multitud que conocíamos muy bien nos esperaba agrupada alrededor del gran lago. Los Ainsworth, los Calligaris, los familiares de mis muchachos y Karlav quisieron darnos la bienvenida.

El ave fénix cantó de alegría y voló de mi hombro hasta su dueña, antes de desaparecer.

—¡Scorps! —Iris corrió con sus brazos extendidos hacia mí.

Al dejar mi equipaje, recibí su abrazo sin dudarlo y nos balanceamos de un lado a otro. Las últimas semanas fueron un sube y baja para todos. El poder vernos nos recargó la energía y se hizo cargo de desvanecer nuestras malas vibras.

A pesar de la tristeza que reflejaba sus rostros, pude notar a Emma, Mareritt y a Shirley encantados por contemplar, por primera vez, la belleza natural de Amadahy. Sus ojos brillaron por el reflejo de la luz solar y el agua y su cabello se despeinó por la suave brisa.

Aira corrió directo a donde estaban Ryuu y Víctor, quienes no tardaron nada en recibirla con un fuerte abrazo al deducir la razón del peso anormal de su hilo negro al ver que faltaba Aldo entre los nuevos; no les dijimos antes para no alterarlos. Ella presentó a su madre.

Con el rabillo del ojo, vi a Mar tensarse por los nervios cuando los señores Spinster, los hermanos de Chase y HyunSeok se le acercaron para saludarlo; no obstante, casi al instante escuché su risita, apenado por algún cumplido. Él también presentó a su mamá.

Karlav nos refugió en sus brazos a James y a mí apenas acabamos de saludar a todos. Sus abrazos siempre eran firmes y reconfortantes, como los de un hombre experimentado y cariñoso.

—Lamento no haberles enviado más ayuda —nos murmuró. Sus labios estaban contra la cabellera castaña de Tambor. "Hijo", creí escuchar—. Daré el comunicado oficial a todos el 10 de abril. Hablaré a profundidad sobre todos los Maine, Cepheus, las quimeras...

Faltaban tres días para eso.

Tendríamos tiempo suficiente para organizarnos.

—Respecto al ataque que sufriste... —Dudó en continuar al sentir cómo me aparté. No dejaría que hablaran falsedades de mi integrante o lo vieran con miedo—. Sabes que no puedo guardármelo, ¿verdad? No es que sea peligroso, es cuestión de precaución.

—Me necesita a mí, eso es todo —sentencié—. Al poder de Abaddón, a su destinado, a su familia y a su líder.

—Su padre falleció —recalcó, como si yo no lo supiera. Sentí a mi esposo rodear mi cintura—. Las personas son susceptibles en momentos como estos, lo sabes. Si Iris estuvo así por su mejor amiga y con siglos de experiencia, ¿cómo estará él? —Hablaba quedito para que el resto de los vampiros y demonios no lo oyeran—. Evolucionó, sí. El problema es...

—Que todavía no se conoce a sí mismo lo suficiente y los límites de su poder, lo sé —completé y recordé cómo ese mismo joven me había dicho que siempre lo mejor era ser honestos—. Te pido que lo hagas con mucho cuidado, si consideras que es necesario informar.

Vi a Anne, la hermana menor de Matty y chefcito, abrazar con fuerza a su nuevo cuñado apenas lo oyó sollozar, entre avergonzado y deprimido por la mención de su papá en la conversación. La señora Spinster hizo lo mismo con Emma, sin dudarlo ni un segundo.

Chase se quedó cerca, impotente y con la mirada fija en el suelo por no poder brindarle el apoyo que quería a su alma gemela. Su hermano le dio una palmadita en la espalda para animarlo y HyunSeok susurró algo que no fui capaz de escuchar.

Los hilos me informaron del actual bienestar del resto y me permití relajarme. Cepheus no haría nada al enterarse que estamos todos juntos, aunque tengamos algunas grietas por el reciente incidente. Las estrellas nos unieron por algo, no nos dejaríamos vencer tan pronto, mucho menos por un tipo con delirios y deseos que no le correspondían.

Karlav dio el comunicado el día acordado.

Presentadores de las televisoras más importantes y formales de Abaddón asistieron para transmitirlo en vivo, al igual que sitios web demoniacos. Nosotros también tuvimos que asistir y vestimos con nuestras mejores galas, por ser el clan implicado y, en el caso del Gran Consejo, ser la mano derecha del rey y encargados de la investigación sobre las quimeras.

Los ciudadanos recibieron bien a los Maine, en especial por comprender sus pesares y al confirmar que uno de ellos era la reencarnación de la querida Dalila; sin embargo, cuando el señor Colom comenzó con la parte de su discurso dedicada a la familia, la población pareció dividida.

No fue la muerte de Aldo por el veneno de la mamba.

No fue el que Aira hubiese regresado como figura pública.

No fue el haber hecho una "escenita" en Colombres al enfrentarnos.

No fue ocultar el desarrollo de Aren, ni su habilidad digna de envidiar.

O, tal vez, eso último tenía algo de culpa.

Parte de la población se mostró desencantada ante la declaración que tuve que brindar sobre las posibilidades que, hasta ese momento, descubrimos que brindaba el don de mi integrante, mucho más al enterarse que detalles tan sensibles, como lo era el clima, podían cambiar por su carácter.

Los cultivos, las casas, los animales, la propia gente. Todo y todos corrían peligro, si a un jovencito le daban ganas de enojarse o entristecerse. Fue debido a ello por lo que exigieron, a través de mensajes y comentarios, que recibiera ayuda profesional para que controlara sus arranques, lo cual Mareritt aceptó sin pensárselo. Estaba muy de acuerdo.

—Lo único que pido es paciencia —confesó cuando el rey le dio la palabra—. Soy nuevo en todo esto y, comprenderán, no sé mucho sobre Abaddón, al menos no por haberlo vivido en carne propia. Prometo poner de mi parte, siempre y cuando los demás también lo hagan.

Las quejas se desvanecieron y, guiados por la felicidad de reconocer la sinceridad de la difunta primogénita de la familia de los Senderos en su presencia, festejaron su regreso.

Lo que no esperamos fue la avalancha que se hizo al haber relatado cómo el poder del implicado era más grande de lo que podíamos imaginar y del daño que a alguien, como yo, su líder y uno de los diez fundadores, podía hacerle.

Aira, que estuvo detrás de cámaras en todo momento, nos hizo un gesto negativo para informarnos de lo pésimo que se tomaron semejante suceso. Fueron, en especial, supuestos fanáticos de Midnight Pleasure que se justificaban con la gran preocupación que tenían por el vocalista.

@Gato_negro32: "¡Es un peligro! Para él, para ellos, para nosotros".

@Estrella_Fugaz: "¿Y él es candidato a sublíder de los Sallow? ¡Imposible!".

@Chase_Ámame: "Pobre Chase. Su alma gemela resultó un poco... Defectuosa".

@Omnipresente69: "Me niego a que sea Dalila. Yo llegué a conocerla y no era así".

@Fantasma_444: "Dañó a Scorpius. ¿Qué le espera al resto, a nosotros? ¡Ni loco lo acepto!". 

Ver los comentarios cuando acabamos la transmisión me revolvió el estómago.

—Contemplé que algo así fuera a pasar —me susurró James al verme a nada de comenzar a temblar y morderme las uñas. Puso sus manos sobre mis hombros y me dio un pequeño apretón—. ¿Confías en mí?

No dudé en asentir al encontrarme con su mirada, rojiza y segura de sí misma.

Lo que no sabía era que, al saber el plan, se me estrujaría más el corazón.

...

Apaciguar las masas con sentimentalismos y la verdad.

—Me alegro mucho de verlos de nuevo —Chase habló a la pantalla de su celular durante un en vivo junto Demian, Matthew y sus parejas—. Como sabrán, estamos en medio de un descanso para traerles nuevo contenido dentro de poco. Estar en la industria de la música durante tantos años nos ha hecho pensar que no tenemos nada más qué contar.

Chase era... Inefable.

Era torpe con las palabras, cuando se trataba de la persona que amaba, y no era común que se expresara con seriedad y sentimentalismos con el resto; aun así, frente a una cámara, sabía cómo manejar y dirigirse a las masas, resultado de tantos años de carrera.

Todos nos encontrábamos en su reconocida sala de grabación. El resto que no estábamos en cuadro, nos encontrábamos a unos cuantos metros de ellos, con la respiración pesada y nuestros latidos como locos.

—Nunca hablé de manera pública del dolor que sentí al perder a Dalila y el enojo e impotencia que me invadía, cada que recordaba esa fecha tan trágica... Nunca lo hablé y, aun así, todos saben lo difícil que fue para mí ese duelo —sin darme cuenta, susurré una afirmación—. Incluso hace unos meses, era alguien insoportable cuando se trataba de ese tema.

No.

No mientas.

Ya no.

Nunca más.

—Fue en este último viaje que encontré a un hombre maravilloso que logró hacerme sentir como un adolescente enamorado de nuevo. Uno creativo, serio, que se ríe de mis desgracias, sin pelos en la lengua y un maldito orgullo más grande que el de YoungSoo —se relamió los labios antes de continuar. Sentí sus nervios—. Actuar y hablar sin pensar me hizo recibir mi merecido karma.

Las pálidas mejillas de Mareritt adquirieron un color rosado y su cuñado le dio un empujoncito que le hizo reír, indispuesto a dejarlo preocuparse de más. Él sabía mejor que nadie cómo la gente hablaba por hablar por la rabia y los celos.

Incluso los fanáticos estaban en su derecho a estar molestos al no conocerlo y de lo único que sabían de él fue que me hirió (por error). ¿Quién no lo evitaría con esa noticia?

—Mareritt Maine no es Dalila de los Senderos. Nunca lo comprendí por completo hasta que lo tuve frente a frente —su mano se movió apenas unos centímetros, dudoso en si entrelazarla con la ajena.

No lo hizo.

Sus dedos se rozaron.

—Necesité tenerlo de pie, bailando una cursi canción sobre la magia de la hora azul en medio de un gentío, para saber que era el hombre de mis sueños —literalmente—. Y, aun así, los errores del pasado han hecho que lo eche a perder.

—Tú no... —La voz del patinador se apagó al darse cuenta de que lo interrumpió.

—Si no lo hubiera hecho, si hubiera sido más consciente, tal vez habría evitado lo que pasó. Él no habría huido, hubiéramos estado más coordinados a la hora de luchar y hubiéramos socorrido a Dean y al señor Maine, así no se hubiera alterado y afectado a Scorpius por accidente —prosiguió, ajeno a la interrupción.

—El hubiera no existe —repitió Mar y Chase sonrió con tristeza al encontrarse con su mirada.

—Lo sé —le dio la razón sin rechistar, antes de girarse al frente—. Debo admitir que las estrellas no pudieron darle a alguien peor que yo como su destinado. Hablo demasiado o no hablo lo suficiente y me guardo cosas, no tengo cuidado con cómo me expreso en algunas ocasiones y, en general, creo que hasta lo volvería loco con ver el reguero que tengo en mi recámara.

—Típico de aries —susurró YoungSoo y nos hizo reír a todos, bajito.

El en vivo ayudaba a que se sincerara no solo con sus seguidores, sino también con su pareja que, si bien parecía todavía afectada, apreció también su honestidad y, claro, que hubiera aceptado a participar en el plan de James.

—Así que, si se dan cuenta de los cambios de clima, pido disculpas adelantadas. Lo más seguro es que será por mi culpa —el contrario le dijo que no fuera dramático y lo hizo reír por primera vez en esos días—. Lo que no voy a permitir es que lo ataquen en redes, sean humanas o demoniacas, sean seguidores o no. Mareritt es más que un simple recipiente que contiene el alma de Dalila, no es alguien peligroso y, mucho menos, haría daño a alguien por gusto.

—Hemos estado siglos en la industria del entretenimiento —Matthew tomó la palabra—. Lizzy y HyunSeok jamás recibieron un comentario de odio o malintencionado porque comprenden lo especial que es hallar a tu alma gemela, ¿y sí lo hacen con él? ¿En verdad están preocupados por los Sallow o están hablando desde su miedo a lo desconocido?

—Han existido cientos de demonios y varios vampiros que han portado con orgullo habilidades de los cuatro elementos que, con el paso del tiempo, también provocaron ciertos "problemas" para la sociedad en la que se desarrollaban —Demian dijo—. Y nadie los juzgó.

—Lo que caracteriza a Abaddón es la unión de su pueblo, sin importar las diferencias —Lizzy apoyó y Hyun le tomó de la mano con una sonrisita.

—Pedimos que tengan con Mareritt la misma consideración que tuvieron con ellos y con nosotros dos —agregó él. Su altura y grandes hombros hacían ver bajita a Elizabeth.

Mar no dijo nada porque no debía de hacerlo.

Por primera vez, no estaba solo, ahogándose en las profundidades de las críticas.

Salí de la sala con una sonrisa satisfecha y con una paz más reluciente en mi pecho justo cuando la banda comenzó a hablar de sus nuevos proyectos en solitario, en grupo y su posible regreso, de sus inspiraciones actuales a la hora de escribir sus canciones y cómo atravesarían por un concepto llamado "Bajo el Manto Nocturno", en honor al destino.

James no tardó en seguirme y atraparme en sus brazos en medio pasillo.

—Prometo que acabaremos con esto pronto —dijo contra mi oreja, quedito.

Cuando sus labios se hicieron camino a los míos, supe que el príncipe de Abaddón aún tenía mucho más que ofrecer y que no se daría por vencido, mucho menos después de haber dejado escapar al enemigo.

Las estrellas cantaron para nosotros una canción que nadie más pudo escuchar.

La palabra "rey" golpeteaba en su pecho.

Los astros nos llamaban.

Los cuerpos celestes coreaban a gritos por sus reyes.

Era hora de dejar de huir.

Nunca más.

FIN.

Nos vemos en "Hijo de la Oscuridad".

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