┍ Capítulo 13: 4 contra el mundo┚

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NamJoon estaba sentado en el asiento del conductor con JungKook entre sus brazos cuando JiMin y SeokJin regresaron. 

El bebé estaba embelesado mirando a su padre, riendo mientras NamJoon le hacía muecas graciosas. Al costado de sus labios aún tenía restos de leche en fórmula. 

SeokJin en otro caso se hubiese quedado a admirarlos y no interrumpir el momento, pero ese no era "otro caso". Por lo que abrió la puerta de atrás, subió a JiMin sin decir una palabra, y le abrochó el cinturón ante la mirada interrogante de NamJoon. 

Cruzaron miradas, y SeokJin le contestó la pregunta tácita.

—Te lo digo luego, ahora solo vámonos. Pon a JungKook atrás. 

—Pero si recién empezamos a hablar, ¿No es así, pequeño?— le dio un beso esquimal al bebé, y este sonrió más. 

—NamJoon.— Su esposo lo miró serio ante su tono, y suspiró. Entendió que esa vez se haría lo que SeokJin dijera, y esperó, tan solo esperó, que NamJoon viera su mirada desesperada. 

JungKook se quejó cuando NamJoon se bajó del auto y lo llevó atrás, pero no pudieron hacer más que ignorar sus súplicas y disponerse a seguir el viaje. 

Hasta que no estuvieron lejos del lugar, en donde ni siquiera ya podían ver la estación de servicio, SeokJin no bajó la guardia. 

Soltó el aire que había estado conteniendo, y NamJoon lo miró preocupado. 

—¿Jinnie? ¿Qué sucedió allá atrás?

Jin se apretó el puente de la nariz, y dio un vistazo hacia los niños para asegurarse de que no estuvieran muy atentos a lo que decían sus padres. 

Estaban distraídos con algún vídeo en la Tablet de JiMin. 

Inconscientemente, la mano de Jin viajó hasta la de NamJoon reposada sobre la palanca, y entrelazó sus dedos con los de él. 

—...Creo que estoy paranoico. 

NamJoon apretó los labios y negó con la cabeza.

—No lo creo, Hyung. Si te sientes así, quiere decir que algo realmente pasó. 

—No, no.— apretó con fuerza los dedos de NamJoon.—Solo... aún sigue sin terminar de gustarme este lugar. 

NamJoon llevó los dedos de SeokJin hasta sus labios para besarlos. 

—De verdad lo siento, cariño.— SeokJin acarició el rostro de NamJoon.—Pero me dirías si pasara algo, ¿verdad? 

El rubio simplemente asintió, aunque una parte de su mente le decía que estaba siendo un mentiroso.

—¿Cómo siquiera supiste sobre este lugar?— SeokJin inquirió un rato después de haberse asentado junto con todas las cosas que había decidido llevar, mientras sacaba una botella de bloqueador solar del bolso.

NamJoon, para quien iba dirigida la pregunta, se encogió de hombros mientras sacaba unos flotadores para JungKook y JiMin. 

SeokJin abrió la tapa de la botella, y le indicó a JiMin que se diera la vuelta y extendiera los brazos para colocarle la loción. 

—YangMi me lo recomendó. 

Apretó tan fuerte la loción que ésta casi se derramó como un chorro sobre la espalda de JiMin.

—¿YangMi? 

—Sí, la vecina. Hyung...—

—Sé quién es, NamJoon.— SeokJin apretó la mandíbula mientras extendía delicadamente la crema sobre la piel de JiMin. A su lado, JungKook balbuceó.—Pero ¿cuándo siquiera hablaste con ella? JiMin, date la vuelta. 

NamJoon se acercó hasta ellos con los flotadores, y los dejó en la arena. 

—Ayer al salir de casa para ir a Seúl me encontré con ella.— JiMin estiró una mano para alcanzar el flotador pero SeokJin lo interrumpió colocándole el bloqueador sobre la nariz y mejillas. 

—No te quejes, JiMin. ¿O quieres terminar como un Mochi quemado?— JiMin hizo un puchero, y SeokJin terminó de cubrirlo con crema.—Ahora, espera a papi para poder entrar al agua ¿está bien? 

El azabache asintió con la cabeza, y se sentó al lado de SeokJin. Agarró luego el flotador y lo colocó alrededor de su cintura pero sin la intención de dejarlo ahí realmente.

—Lo que aún no entiendo es...— Continuó SeokJin con el tema, a pesar de que NamJoon ya había tomado la conversación como terminada.—¿Simplemente te empezó a hablar de manantiales? 

—Le pregunté si sabía sobre lugares de interés para los niños aquí en Hiseolyl.— NamJoon se pasó una mano por el cabello, y ayudó a JiMin a acomodarse. SeokJin lo miraba atentamente. —Y me comentó sobre este lugar. Es todo. 

—...Bien. ¿Kookie?— los grandes ojos del bebé se dirigieron hacia él.—Debo ponerte protector solar también, cariño.

JungKook obedientemente dejó que su padre le pusiera la crema. 

—SeokJin.— llamó NamJoon, arrodillado en la arena.

—Un poco aquí.— Extendió la loción por sus mejillas, ganándose unas risas por parte del pequeño.—Y otro más aquí. 

—SeokJin. 

—Que bebé más obediente. Creo que te mereces una porción más de leche hoy.— JungKook rió más, y SeokJin le sonrió. Luego, cerró la botella y la dejó entre su bolso, ignorando a su esposo. JungKook se paró tambaleante, y caminó hasta su hermano para sentarse junto a él en la sombra y el agujero en la arena que estaba cavando con sus dedos.

—Jin, por favor.

—NamJoon, basta.— SeokJin apretó la mandíbula.—No hay...—

—Oh, si que hay necesidad, Hyung. Porque te estás comportando infantil de nuevo. ¡No puedo creer que te pongas así porque hablé con la vecina! 

—Kim NamJoon.— Siseó SeokJin entre dientes, mirando de reojo a los niños.—No vamos a discutir nada de esto aquí. Así que trágatelo, y luego...—

Antes de que pudiera terminar, sin embargo, NamJoon le tomó el brazo, cortando su oración. 

Miró a su esposo, y este lo miraba con la mandíbula tensa.

—NamJoon, suéltame.— trató de que su voz sonara firme, pero se sentía nada ante su esposo y su expresión intimidante.

El menor lo estiró hacia arriba, y lo levantó de su lugar de un solo tirón. 

La arena entró entre sus dedos, y sujetó su sombrero con una mano para evitar que volara. NamJoon lo estiró aún más fuerte hacia el frente, y Jin miró sobre su hombro para ver a JungKook y JiMin.

—Joon, ya para. ¿Qué vas a hacer...?

—Voy a darte una lección, SeokJin.— no lo miró y siguió llevándolo.

JungKook y JiMin los vieron, y ambos se pararon, con una expresión de confusión en sus rostros.

—¿Appa? ¿papi?— preguntó JiMin, acercándose ligeramente hacia ellos. 

—Quédense ahí, niños.— SeokJin replicó, tratando de zafarse del agarre de NamJoon, pero no tratando realmente, puesto que su esposo apenas y le estaba tocando. 

NamJoon se detuvo frente a la orilla del agua, y para cuando SeokJin se dio cuenta de lo que iba a hacer, ya lo había empujado hacia el agua y el torrente frío que caía de las piedras. 

Soltó un gritito, el agua le llenó los ojos, y ¿por qué demonios el agua estaba tan fría? 

Se quitó el exceso de los ojos con una mano, y se removió el flequillo que le entraba dolorosamente en los mismos, peinando su cabello hacia atrás. 

Lo primero que vio, fue a NamJoon sonriendo estúpidamente y con victoria desde la arena.

—¡NamJoon!— exclamó Jin, consciente del tono agudo que adquirió su voz.—¡Mi ropa! ¡Mi cabello! 

—Lo siento, Hyung.— se encogió de hombros, y siguió sonriendo con sorna.

—Ya verás cuando te la devuelva, grandísimo tonto.— SeokJin resopló, agarrando el sombrero que al fin de cuentas había terminado sumergido en el agua, y se lo colocó de nuevo. Una mini-cascada cayó por su rostro al hacerlo, pero no se inmutó porque su orgullo era demasiado.—¡Me las vas a pagar!

Comenzó a caminar hacia la orilla de nuevo, pasándole a NamJoon de largo para ir hasta los niños. 

El castaño lo siguió pegado a sus talones, supuso que para llevarse a los niños dentro del agua. 

Ambos estaban sentados debajo de la sombrilla, luciendo preocupados. Sin embargo, al ver a SeokJin y a NamJoon, sus ojos se iluminaron hermosamente. 

SeokJin les sonrió levemente y JiMin habló.

—¡Papis!— se levantó de su lugar y JungKook trató de hacerlo también.—¿Qué hicie...— se detuvo abruptamente al notar el estado de Jin.—¿Que te pasó, appa? 

—Appa se dio un chapuzón, Minnie. Tranquilo. 

—Oh. ¡Oh, yo también! ¡Yo también quiero! 

—¡Kookie! 

—¿También quieren meterse al agua? Pues todos a bordo.— El menor contestó, abriendo los brazos. 

SeokJin tuvo que sonreír a pesar de su irritación ante la emoción inocente de los niños.

NamJoon alzó tanto a JiMin como a JungKook en sus brazos, caminando con los dos por el mismo lugar del cual habían venido. 

SeokJin los observó alejarse, con una suave sonrisa aún con las mejillas empapadas, convencido por un momento de las cosas podrían estar bien mientras estuvieran juntos.

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