┍ Capítulo 57: Voy a protegerte ┚

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

¡Hola a todos! :D Ya ha pasado una semana de la anterior actualización, y realmente no sé porqué, ya que ya tenía el capítulo listo (/_-) lo siento por eso.
De todas formas, aquí está el nuevo, y espero que lo disfruten!

También quiero dedicar este capítulo a anabluesanchez HobiMaddox Larosasinespinas y HaruhiYorouza por su incesante apoyo a esta historia, se merecen el mundo! Así también a todas las otras personas que la siguen <3

Sin más preámbulos, disfruten la lectura!


SeokJin

NamJoon y él miraron con pena al una vez efusivo pelirrojo, mientras este sollozaba amargamente entre los brazos de YoonGi.

Había podido mantener la compostura como para contar su relato hasta cierta parte, pero una vez que había llegado a un punto, el chico simplemente se había roto. Como si el tan solo recuerdo de lo que había pasado le pudiera hacer daño.

Sin embargo, por lo que había dicho ya, no dudaba que estuviera tan inestable mentalmente. Lo que había contado era simplemente horroroso.

¿Y él le creía?

Pues sí; ya había visto suficientes cosas raras en ese lugar. Además, HoSeok siempre había sido alguien firme. Que estuviera en ese estado significaba que algo de verdad le había sucedido.

Eso estaba más que claro; lo gritaban la sangre fresca en su cabeza, los rasguños en sus brazos y los hematomas en su cuello.

Sintió a NamJoon agarrarle la mano.

—HoSeokie...— arrulló YoonGi, acariciando delicadamente el rostro del menor. Este se alejó un poco.

—No dejes que me toquen, no dejes que me toquen, por favor, por favor.— de repente el enfermero comenzó a decir, tomando desprevenido a todos.—Ya no, ya no, ya no...

La mirada que intercambiaron los tres fue suficiente para decir todo lo que pensaban.

—HoSeok, ya no estás ahí.— YoonGi le tomó del rostro, apretando sus mejillas entre sus palmas y obligándolo a mirarlo.—¿Entiendes? Mírame.— Desde su lugar, Jin no podía ver realmente el rostro de HoSeok, pero supuso cuando este finalmente había unido su mirada con la del doctor, por el agua en los párpados de YoonGi.— Estás conmigo. No volveré a dejar que te pase nada. Te lo juro.

—YoonGi...— susurró tembloroso el otro, con sus dedos morados aferrándose al costado del mayor disimuladamente. YoonGi le sonrió tristemente, tocandole el pelo de forma suave pero con un dolor tan profundo como lo es una herida psicológica. 

Aquella escena le pareció a Jin una antítesis perfecta. La mímica ideal de cuán doloroso es amar a alguien; y tuvo miedo. 

Apretó la mano de NamJoon con fuerza. 

—¿Ya te sientes mejor?— le preguntó YoonGi unos momentos después. Los hombros de HoSeok se hicieron más pequeños, como si estuviera a un paso de acurrucarse contra el azabache. 

SeokJin esperó una respuesta positiva. Aunque estuviera muy lejos de una, viendo toda la situación. 

—No sé.— el enfermero soltó aire, llevando una mano hasta su frente y quitándose el pelo de los ojos. Tembló con fuerza una vez más, y SeokJin decidió que tal vez lo mejor sería que los dejaran solos.—Solo quiero dormir, hyung. No quiero se-sentir nada. 

YoonGi apretó los finos labios en una línea. SeokJin supo que estaba maquinando un plan casi asesino contra los que habían dejado a HoSeok así. 

—Podrás dormir cuando me digas donde estás lastimado, HoSeok. 

El susodicho bajó la cabeza, sacudiéndola de un lado a otro. En vez de contestar, jugueteó con los dedos largos del doctor, como un niño aburrido. 

Eso no era buena señal. 

SeokJin miró a NamJoon, y este asintió cuando el mensaje le llegó. 

—Es bueno que estés con nosotros, HoSeok-ah.— se encargó de decir Jin, levantándose junto a NamJoon. HoSeok no reconoció la presencia de ninguno más que del azabache.—Ya es hora de que levante a los niños ¿verdad, Joon? 

—Jin tiene razón. Es un gusto tenerte, HoSeok. Los dejaremos en paz.— El moreno colocó una mano sobre el hombro derecho de su marido, y lo dirigió hasta afuera. SeokJin simplemente lo siguió, mordiendo sus labios al pensar. 

Cuando estuvieron separados por la puerta, Jin pudo hundir su rostro entre sus manos como había querido hacer desde que vio a HoSeok. 

NamJoon le sobó la espalda, apretando puntos estratégicos para relajarlo. 

—Ya no sé qué pensar, Joonie. 

NamJoon suspiró. 

—Yo tampoco, siendo sinceros. 

—Pero tú crees que hay algo raro aquí, ¿verdad, cielo?— El mayor levantó su rostro de sus manos para encarar a su esposo.—Me crees ¿no es así? 

NamJoon le sostuvo la mirada, con esos ojos castaños tan sabios suyos. 

—Te creería hasta la más fantasiosa de las mentiras, Jinnie. 

Entró SeokJin a la habitación de JiMin silenciosamente. NamJoon se separó de él en el pasillo, alegando que lo mejor sería que Jin despertara a los niños con su forma delicada. Por supuesto, ante eso el rubio rodó los ojos, pero lo aceptó. Por lo que ahora estaba en proceso de levantar "delicadamente" a los tres pequeños durmiendo profundamente en la cama de JiMin. 

O al menos pensaba que estaban durmiendo. 

Grande fue su desconcierto al ver que solo habían dos cuerpecitos hechos ovillo entre las sábanas. 

El cabello azabache de JiMin era indiscutiblemente reconocible y las manitos regordetas de Jungkook también. 

Se acercó hasta la cama para ver si sus ojos no le estaban engañando, y ansiedad comenzó a aparecer en su mente cuando confirmó que sólo estaban sus hijos allí. 

¿Se habría TaeHyung ido ya? 

¿Estaría en el baño? ¿Perdido? ¿Le habría pasado algo? 

Consideró despertar a sus dos hijos para buscar a TaeHyung, hasta vio la silueta dibujada junto a la ventana del fondo. 

Soltó el aire que estaba conteniendo, y grandes zancadas llegó hasta el otro niño. 

—TaeHyung...— murmuró con los labios apenas separándose, y agachándose hasta la altura de este. TaeHyung continuó mirando afuera de la ventana, arrugando la nariz ligeramente.—¿Que pasa, cielo? 

TaeHyung hipó, como si conteniera un sollozo.

Jin frunció el ceño preocupado, admirando el perfil del menor. 

—P-Perdón, Hyung...— replicó el castaño, dirigiéndose hacia Jin, la luz de la tarde convirtiendo sus lágrimas en botones de oro cayendo por su rostro. 

TaeHyung estaba llorando. 

—Oh, mi amor.— Abrazó al niño contra su pecho, mientras este comenzaba a llorar desconsolado y se agarraba con fuerza de la espalda del rubio.—Está bien. 

—N-No quie-quiero ir con e-ella, Hyung.— lo oyó lamentarse con una voz extremadamente triste.—Quiero q-quedarme contigo. 

Su corazón se saltó varios latidos, y enterró sus dedos entre el pelo largo de TaeHyung. 

—Haré lo que pueda, pequeño.— tuvo un sabor amargo en la boca al decir eso.—¿Puedes decirme por qué no quieres ir con tu mami? 

Los hombros del niño se sacudieron con más fuerza. 

—...Tengo p-prohibido de-decirlo, Hyung.  Lo siento.— lloriqueó.—Lo siento de verdad, Hyung. 

—Está bien, TaeHyung-ah, no te preocupes. Solo quiero que estés bien, cariño.— Inclinó la cabeza y presionó sus labios contra la sien del niño.—¿Que dices si llamo a tu mami y le digo que te quedarás durante la noche? 

TaeHyung asintió fervientemente. 

—Sí, Hyung.

—Perfecto. Ahora ya no llores, TaeTae.—lo separó de su pecho, para mirarlo y limpiarle el rostro con sus dedos.

TaeHyung se sonó la nariz, mirando a Jin por debajo de sus largas pestañas negras. 

—¿Hyung?

—Dime, TaeHyung-ah. 

Jin le sonrió, animandolo a continuar. El castaño dudó un momento, pero luego habló con toda la resolución del mundo. 

—No quiero que mi mami te lastime como dijo que haría. Así que voy a protegerte. Te lo prometo, hyung. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro