SeokJin había considerado que su día había sido un auténtico asco. Él había totalmente estudiado para el examen que habían tomado hoy, pero la verdad era que, haber visto a Namjoon antes de clases había sido una muy mala idea.

El consejo que le había dado su ex psicólogo sobre alejarse de TaeHyung, le sabia tan amargo como era posible. Y le enfurecía que le enfureciera tal consejo. Era el colmo, él sabía perfectamente que tenía que alejarse de TaeHyung antes de que todo se volviera más intenso para él, porque para TaeHyung, no estaba seguro que tipo de proceso estaba siendo.

Pero esta es la parte natural del ser humano que se revela cuando te dicen que hacer y que no, por lo cual, cuando te niegan algo que, interiormente sabes muy bien que es malo para ti, automáticamente te sientes tentando y más seguro que nunca a hacerlo, sólo porque te dijeron que no lo hagas.

Y así se sentía.

El día tan horrible que había tenido había sido un borrón de sus compañeros de clases diciéndole que seguramente no había fallado tanto como esperaba y alentandole a qué dejara la cara larga y estrés en vano . Según ellos, él sólo estaba siendo pesimista por deporte, porque ya había entrado a la clase, con una nube negra sobre su cabeza.

Y por alguna razón, le habían sobrepasado los comentarios con buenas vibras, no tenía ganas de recibirlos. No servían cuando su estado de ánimo realmente era otro. Sin embargo, apenas había pisado el apartamento de TaeHyung, este se había encargado de desvestirlo, besarlo y tocarlo como estaba seguro, no lo había hecho en encuentros anteriores. Si bien estaban cayendo nuevamente en la lujuria y estaban a punto de tener sexo, las caricias de TaeHyung se sentían diferentes.

La interacción estaba siendo completamente diferente.

Le había dicho apenas había puesto un pie en su apartamento que había fallado en su exámen, su cara de pocos amigos y su ánimo grisáceo, delataban totalmente sus pocas ganas de pintar una sonrisa y de ser una compañía agradable en ese estado. Sin embargo TaeHyung no lo cuestionó. TaeHyung no dijo palabras tales como "No te preocupes, exageras" o "Es tu cabeza, estás siendo dramático" o el clásico "Seguro lo hiciste bien".

Para nada, él no había dicho nada de eso.  No había preguntado más tampoco, él solo había mirado a SeokJin fijamente a los ojos y luego lo había besado. Completo. De arriba hacia abajo y se encontraba completamente desnudo mientras la lengua de TaeHyung pasaba por entre sus muslos y su dedo bañado en lubricante se burlaba de su agujero dilatado.

Contrario a la opinión pública que solían tener de él, SeokJin era un tipo versátil, pero la mayoría de chicos con los que se había involucrado habían dado por sentado que, así de grande como se veía, le gustaba completamente dominar y era una ochenta y cinco por ciento real, pero había momentos en los que le gustaba dominar de otra forma, pero pocos habían tomado tal rol en la intimidad. Ahora por su cuenta, SeokJin solía darse su propio placer.

Hasta este momento en que tenía a TaeHyung chupando su polla con avidez y pulsando dentro de ese  punto dulce, haciéndole ver las estrellas mientras se iba en suspiros, apretaba sus dientes y enmarañaba las sábanas.

—Voy a correrme si sigues así —decía entre dientes.

TaeHyung casi se corría por lo tensa y ronca de la voz ajena. SeokJin apenas si había gemido, era todo suspiros, respiración agitada y muecas sexys que había visto desde su lugar. Había oído algún que otro gemido suave y por alguna razón a TaeHyung lo encendía más de lo normal.

Se veía jodidamente follable y duro con sus piernas largas abiertas, su piel lechosa con leves marcas coloradas debido a los suaves rasguños de TaeHyung, más sus dedos marcados en las zonas de su cadera. Todo grande y corpulento, pero a la vez suave y precioso. Soltando con un sucio ruido la polla de SeokJin y dejando su dedo quieto dentro del agujero ajeno, TaeHyung lo miraba con labios hinchados, pelo revuelto por las manos ajenas y ojos negros.

—Dios. Quiero follarte tan mal —decía con voz ronca y sensible debido a que venía unos buenos segundos y minutos largos haciendo un trabajo minucioso con la polla goteante de SeokJin.

—Entonces ponte de pie, busca un maldito condón, lubrica tu polla y follame. Ya pasó demasiado tiempo —ordenaba el castaño.

TaeHyung lo miraba estúpido, mientras hacía lo ordenado.

—Sin importar si la pones o te la ponen, sigues siendo el top ¿Cierto? —decía con sonrisa ladina mientras abría el paquete de condón y lo deslizaba por su polla dura.

Estaba sensible por lo que al aplicar lubricante, apretaba sus dientes. Estaba seguro que en cuanto sintiera el calor apretado de SeokJin alrededor de su polla se correría como un maldito puberto. Estaba demasiado ansioso, pero no tiraría abajo la fachada de tranquilo.

Era inclusive difícil de creer para él mismo. Estaba demasiado necesitado de SeokJin. Algo estaba mal dentro de él. Todavía no entendía cómo un simple mortal había llegado a su vida para desestabilizarla. Si bien TaeHyung deseaba sentirse más "normal" y no seguir siendo como era, parte de él sabía que este proyecto de interactuar con otros a través de aquello que amaba más, sería un caso perdido.  Pero Dong-Gun parecía más que emocionado con la idea.

Y con el paso del tiempo, ese hombre era su único amigo, pero también representaba la imagen del único que había sido su rescate en el momento más horrible de su vida. Un faro de luz en la oscuridad que había caído sobre él. Una figura paterna que significaba más que su propio progenitor. Namjoon era el favorito y deseado de sus padres. Pero él era el favorito de Dong-Gun.

— ¿Estás listo? —preguntaba desde la punta de la cama, mirando el cuerpo de SeokJin apenas sudado en partes, tan blanco, hermoso y jodidamente poderoso.

Una sonrisa ladina con una mezcla de cansancio se pintaba en el bonito rostro de SeokJin—. ¿Tú qué crees? Trae tu culo aquí de una vez

—Woah, tranquilo. Mi culo no será el complacido esta vez

— ¿Estás seguro de eso? —se burlaba SeokJin, tirando de TaeHyung a la cama, mientras abordaba su boca con la suya.

El beso había tomado por sopresa a TaeHyung, pero no sé quejaba en absoluto. SeokJin devoraba cada maldito centímetro de su boca mientras que su lengua barría su cavidad y acomodaba a TaeHyung debajo de su cuerpo. El pintor no entendía en que momento SeokJin había almodado su cuerpo a la cama, trepado sobre él y empalandose en su polla entre besos que lo dejaban cada vez más estúpido.

¿Cómo había sucedido? No estaba seguro, pero el aire dejaba sus pulmones cuando su polla sentía el apretado calor del bonito culo del que SeokJin era dueño.

—Mierda-... —decía sobre los labios de un SeokJin que tenía los ojos más negros debido a sus pupilas dilatadas.

Los besos habían cesado mientras SeokJin bajaba lentamente y respiraba por su boca. Sus labios carnosos más hinchados y rojos robaban la atención de un TaeHyung que lo miraba como imbécil. Él no podía verse la cara de adoración que tenía por ese hombre bajando cada vez más para terminar sentado sobre su polla y  encima de su pelvis. Sus respiraciones agitadas se entremezclaban junto al sabor ajeno en los labios contrarios.

Los largos dedos de TaeHyung se marcaban a los lados de la cadera de SeokJin mientras lo sostenía, quieto y firme.

—Que humillación... —susurraba de repente TaeHyung, SeokJin fruncían el ceño, preguntando con su mirada a qué se refería. Este otro sentía los músculos tensos del pintor bajo su cuerpo—. Al primer movimiento que hagas, me correré con un maldito adolescente precoz.

La sorpresa en el rostro de SeokJin de transformaba en el gesto libidinoso más ardiente que TaeHyung había presenciado. Sus labios pintaban una sonrisa ladina, sus caderas seguras se impulsaban hacia arriba y sus dedos se clavaban en sus hombros, haciéndole sentir una vorágine de sensaciones salvajes cuando sentía su polla deslizarse debido a que SeokJin se levantaba hasta dejar sólo la punta de su glande y luego bajaba con una fuerza justa y precisa que hacía tensar aún más—si era malditamente posible—las bolas de TaeHyung.

Un gemido sin aliento lo abandonaba, sus dedos marcaban las piel blanca de SeokJin y cuando volvía a repetir automáticamente atacaban la boca ajena para besarse sin cuidado. De la forma más pasional y carnal posible. Había una guerra de lenguas mientras SeokJin saltaba sobre su polla y sus caderas subían para encontrarse en cada caída. Todo tan perfecto que hacía curvar los dedos de los pies de TaeHyung.

Era una sincronización infernal perfecta. SeokJin mordía sus labios con desesperación cada vez que su punto dulce era tocado una y otra vez. Sus caderas, habían dejado de subir y bajar para comenzar a hacer círculos sobre TaeHyung. El movimiento era intenso y perfecto, apretando la polla del pintor en cada vaivén.

—Eres jodidamente bueno tomando mi polla —soltaba con voz ronca.

Sus dedos estaban clavados a las caderas de un SeokJin que se elevaba para sentarse recto encima de él y luego sonreía ladino, para continuar con un tortuoso movimiento circular que le hacía ver las estrellas ambos. TaeHyung estaba demasiado duro y sensible dentro del castaño y SeokJin apuñalaba y acariciaba constantemente a la perfección su punto dulce. Su próstata estaba cantando de placer.

Los gemidos de ambos parecían ir al unisono. Con perfecta sincronía y entonación. TaeHyung se estaba volviendo loco, sus parpados pesados mientras disfrutaba de cómo SeokJin nuevamente, lo follaba, estaba follando su polla, así sin más. No estaba seguro como conseguía verse tan malditamente posesivo y al mando siendo el que estaba tomando por culo.

Él se consideraba lo que llamaban un "power bottom" pero toda la actitud de "top" y dominante de SeokJin lo hacían sentirse jodidamente pasivo sin importar si él tomaba o daba. SeokJin lo dominaba por completo y estaba teniendo una extraña y perversa revelación de cuan grande podría llegar a ser esa dominancia sobre él, considerando que siempre había sido el dominante en sus relaciones sexuales pasadas.

Estaba comenzando a sentir algo similar a la preocupación y sorpresa, pero inmediatamente se le olvidaba cuando SeokJin mordía su labio inferior y dejaba caer su cabeza hacia atrás. Toda su blanca y perfecta piel estaba a la vista de TaeHyung para ser admirada junto con las perfectas proporciones de su cuerpo y su larga y gruesa polla goteando por sobre su abdomen plano.

Era una imagen que quería guardar en su memoria, o filmar  con su teléfono. Los gemidos saliendo de esos labios rojos y carnosos eran dulces y en ocasiones roncos. La forma en que sus sutil six packs se marcaban hacían babear a TaeHyung, haciendo llevar sus manos a la zona para manosearlo sin tapujos. Los amarronados botones de su pecho relucían erectos y necesitados así que que el profesor pellizcaba sutilmente sintiendo como SeokJin apretaba su polla intencionalmente, distrayendolo un momento de sus quehaceres.

SeokJin tenía pequeños centímetros más que él en sus caderas y hombros, pero tenía una cintura más angosta y la posición del momento, con sus brazos apoyados en los muslos de TaeHyung, más atrás, resaltando los músculos correctos en sus hombros, lo hacían verse jodidamente glorioso. TaeHyung gemía ante el conjunto de sensaciones, tanto en su cuerpo como en su campo visual. Luego SeokJin cambiaba el rodar de sus caderas por un constante salto que haría explotar la bolas de TaeHyung muy pronto.

—Oh, mierda... No quiero correrme aún —exclamaba agitado el pintor, nuevamente sus dedos presionaban sobre las caderas de un SeokJin que reía como un buen culo engreído.

—Si resultaste precoz, cariño —susurraba SeokJin divertido, con esa voz suave, pero ronca. Algo agitado y falto de aire.

Entonces TaeHyung los giraba a ambos. SeokJin había lanzado una maldición al aire por la bendita voltereta que le pasaba factura en su bonito culo y TaeHyung apretaba sus dientes por el tirón en su polla que casi logra lo que quería evitar. Tenía mejor resistencia si apuñalaba a SeokJin desde arriba.

Sus rodillas sobre la cama, su torso recto y levantando las piernas del castaño sólo un poco, para comenzar a golpear como un jodido demente maníaco por recuperar el control. SeokJin lo dejaba disfrutar de eso hasta que le quitaba las manos de sus piernas, sin sutilezas y las enroscaba en la cintura de TaeHyung para tirar del cuerpo del pintor encima suyo poseer su boca en un beso abrazador y nuevamente estar encima en cuestión de segundos.

—Hijo de pe-... —Taehyung se tragaba las palabras cuando gemía complacido—. No puedes ceder el control nunca ¿Cierto, Jinnie? —sus dedos de clavaban en las caderas de un SeokJin que lo miraba con la lujuria misma pintada en sus ojos y continuaba moviéndose—. Me voy a correr... —decía casi gimiendo.

SeokJin sonreía, se aproximaba a la oreja de TaeHyung y susurraba ronco—. Entonces cierra la boca y correte dentro de mí.

El cuerpo de TaeHyung colapsaba con tal facilidad ante la orden dada que, toda su polla se drenaba dentro del  condón, pero su instinto animal hubiera deseado por completo llenar a SeokJin con su esencia. Segundos más tardes de verlo y oírlo gemir con esa voz grave, SeokJin, se enderezaba, dando unos pequeños saltos más y con la ayuda de la gran mano del pintor que comenzaba bombear su polla a través de las réplicas de su propio orgasmo, hacía que SeokJin se corriera como un demente, dejando los pequeños saltos por suaves vaivenes que eran increíbles para las sensaciones de ambos.

Todo el cuerpo completo entumecido de placer y luego caía encima del pecho de un TaeHyung que lo recibía sin problema alguno. SeokJin estaba exhausto, ser quien recibía no siempre significaba recostarse sobre su espalda y dejarse hacer. Era más fuerte que él tomar el control y TaeHyung tenía ese mismo problema sobre cederlo o no. Sin embargo, seguían encajando a la perfección y no podía evitar sonreír cuando sentía los dedos de TaeHyung acariciando su espalda sudada.

Sonreía como imbécil, joder.

—Me aconsejaron alejarme de ti —soltaba el castaño repentinamente.

Las caricias se detenían, TaeHyung se tensaba notablemente bajo el cuerpo de SeokJin. El silencio los abrazaba a ambos por unos momentos. TaeHyung se preguntaba si habría sido Namjoon quien le aconsejó tal cosa, como se lo había pedido o había sido alguien más del entorno de Jin.

— ¿Tú quieres alejarte de mí? —preguntaba luego de unos momentos.

Comenzaba a odiarse por primera vez por el simple hecho de sentirse ofendido sobre algo que él había pedido a su hermano, en primer lugar. Contrario a lo que todo el mundo opinaba sobre él, muy en el fondo y por primera vez en mucho tiempo, TaeHyung podía admitir que le caía bien este hombre.

No quería arruinarlo, pero su lado egoísta tampoco quería dejarlo ir.

—Por el momento prefiero tenerte cerca —susurraba SeokJin, luego salía de encima de TaeHyung, ambos más cómodos y decentes. El castaño pasaba sus brazos por debajo de su cabeza y se veía simplemente glorioso estirado sobre la cama del pintor.

Este se había levantado para limpiarse y volvía del baño pasando un paño húmedo por el vientre de SeokJin para limpiarlo, lo había sorprendido con tal acto, luego había arrojado el paño en su tacho de basura cercano y cuando se acomodaba en su cama, lo hacía de lado, viendo en dirección a SeokJin. Le recordaba al momento en el que este se había acomodado en el suelo de su otra habitación para ver el arte sobre su techo y él lo había acompañado, para sólo mirarlo y admirarlo a él. A SeokJin.

Estaba así, tal cual, observándolo con sus dedos picando por tocar el perfil perfecto de su amante.

SeokJin suspiraba, abría sus ojos y miraba a TaeHyung unos momentos, relamía sus labios y luego lanzaba su pregunta—. ¿Has pensado en alejarte de mí? —TaeHyung alzaba sus cejas—. Cómo en: realmente alejarte, de verdad.

TaeHyung fruncía su ceño visiblemente y lo pensaba un momento. La respuesta era simple y en parte lo enfurecía.

—Creo que debería alejarme, pero realmente no quiero hacerlo.

Mil disculpas la tardanza.
Tengan buen inicio de semana 🥺🫶🏻
Sepan que no llego a responder siempre sus comentarios, pero l@s sigo leyendo con las misma ganas 🫂💜

Abracitos y besos. Con amor niñita Nanykoo 💜

Gracias a todos los saludos por mi cumpleaños, ya responderé uno por uno 🥺💜💜