Once.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Me removí bajo las sábanas antes de sentarme sobre la cama.

¿En qué momento decidí que era buena idea beber? Mi cabeza iba a explotar.

—Dios mío, ¿qué hice ayer? —pregunté al aire.

—Beber.

Dirigí mi mirada hacia la puerta, de donde provenía la voz.

—Gracias, Thiago, no me había dado cuenta. —Rodé los ojos—. ¿Por qué no me detuviste?

—¿¡Que no te detuve!? —exclamó—. ¿Quién fue el que después de que le dijera cinco veces que parara, bebió otra botella más?

—No sé de qué hablas. —Desvié la mirada y tosí falsamente varias veces—. ¿Dónde estamos?

—En mi casa, específicamente, mi habitación.

—¿Pasó algo importante ayer? —Me tumbé de nuevo.

—Uhm, no mucho, solo fuimos a beber más después de la fiesta.

—Vaya —respondí—. Eso significa que hice alguna tontería.

—Como siempre, bueno, deja de lamentarte y vístete. —Me lanzó una camiseta y unos pantalones de pijama—. Te espero abajo para desayunar.

Hice una mueca y le contesté vagamente que bajaba enseguida.

Me encontraba en bóxers, ¿por qué? Ni puta idea.

Me fui al baño y me cepillé los dientes mientras contemplaba mi lamentable aspecto. Emma me iba a matar cuando se enterara.

Sin embargo, no era momento para preocuparse de tonterías porque estaba ocupado concentrándome en no morir de una migraña.

Me puse el pijama y bajé hasta la cocina para encontrarme un plato de tortitas recién hechas.

Me senté con rapidez y agarré una para darle un bocado.

—Joder, sí que están buenas —hablé con la boca llena

—Normal, las he hecho yo —replicó Thiago, quien estaba cocinando aún más—. Y cierra la boca cuando comas.

Reí, me acerqué a él por su espalda y lo abracé.

—Gracias por ser mi mejor amigo.

Lo vi hacer una cara extraña para después asentir.

—¿Qué sería de ti sin mí? —bromeó.

—Nada, por eso digo que debes estudiar mucho porque vas a tener que mantenerme.

—¿Y cuándo quedamos en eso? —rio.

—Lo acabo de decidir. —Me encogí de hombros.

—¿Y si sale mal tu plan?

—Vivimos los dos bajo el mismo puente.

—Así que juntos hasta en la desgracia, ¿eh?

—Pues claro —refunfuñé—. Por cierto, ¿hice algo durante la fiesta?

—No creo que te apetezca saberlo —suspiró.

—Tú solo cuenta.

—Te besaste con Sam —reveló.

—¿Cómo? —Forcé una sonrisa—. ¿Con quién has dicho que me besé?

—Con Sam, y no fueron solo besos —tosió lo último.

Me iba a morir ahora mismo, ¿con el imbécil de mi ex?

—¿No fueron solo besos?

Él negó con la cabeza y yo, alarmado, palpé sobre mi pantalón, en busca de alguna dolencia o marca.

No podía haber sido tan estúpido.

—No, no, no. No llegasteis a follar, pero sí a meteros la lengua hasta la garganta.

—Joder, ¿sabes por qué lo hice?

No recordaba absolutamente nada de lo que había pasado después de que cruzara la puerta de la casa de la fiesta.

¿En qué momento me pareció brillante besar a mi ex?

Thiago dudó unos segundos antes de responder.

—Porque pensabas que era S, por no hablar de que se aprovechó de que estabas borracho.

---

Intenso el final, ¿eh? Poco a poco vamos descubriendo cositas y, ¿qué pasa con Thiago? Jeje, lo descubriremos pronto.

Y sí, actualicé, sorprendente, pero yo conseguiré cumplir con la maratón, lo juro (no tanto).

Besitos de media mañana.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro