Veintitrés.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Nota: buen momento para actualizar: en el cumpleaños de nuestro bebo favorito, Thiago.

---

Siempre pensé que si le contaba la verdad tras mi relación con Sam a mis padres, no me creerían. Ellos realmente lo tenían en un pedestal, como un gran chico y novio. Por eso, verlos llorando y disculpándose, fue un gran shock para mí.

Acabé llorando junto a ellos y con nosotros, se unió Emma. Thiago se quedó en una esquina en silencio. Seguramente se encontraba incómodo, pero aun así se había quedado y se lo agradecía.

Mis padres junto a los de Thiago, se encargaron de todo lo legal, lo que provocó que a mí se me hiciera más llevadero el proceso.

Pocas veces se hablaba de que lo más difícil de toda la situación era aceptar que te había pasado. A veces, no somos conscientes de que esto podría ocurrirles a muchas más personas de las que creemos y lo vemos como algo ajeno a nosotros hasta que lo vivimos en carne propia. Supongo que eso me pasó a mí.

También me costó salir de mi casa sin miedo, sin saber si me encontraría a Sam, si él me buscaría para vengarse, si podría volver al instituto. Todas esas dudas me carcomieron durante días hasta que decidí que, con ayuda de Emma y apoyo incondicional de mis padres y amigos, pisaría de nuevo el instituto.

Obviamente, seguía siendo difícil ir y que todo el mundo fijase su mirada en mí, pero podría acostumbrarme, o eso creía. Al menos, ya habían detenido a Sam.

—¡Ben! —gritó una voz a mis espaldas, asustándome y haciendo que tirase todo lo que tenía a mano—. Joder, lo siento, no era mi intención asustarte.

Zack se acercó para ayudarme a recoger los libros y objetos que se me habían caído. Intenté forzar una sonrisa.

—No pasa nada. —Me apoyé sobre mi taquilla para poder mantenerme de pie.

Mis piernas temblaban, no, todo mi cuerpo lo hacía y no sabía por qué. Inspiré y espiré varias veces.

—¿Te encuentras bien? —cuestionó, preocupado.

—Sí, sí, es el estrés, ya sabes, tener a todos mirándome es un poco incómodo y creo que por eso estoy muy alerta —me excusé para restarle importancia al asunto.

—Uhm, sí, la gente ya podría ser más discreta, lo que menos querrás es acordarte del imbécil como para que estén ellos como un recuerdo constante —bufó.

Aunque sorprendiera, Zack también podía ser inteligente a veces y soltaba cosas con sentido, pero claro, solo de vez en cuando. En muchas ocasiones había deseado poder ser tan despreocupado de la vida como él. Seguía sin saber cómo lo lograba.

—Da igual —reí nerviosamente—, ¿para qué me buscabas?

—Ah, sí, pronto es el cumpleaños de Thiago y queremos hacerle una fiesta sorpresa. Sabemos que no estás muy por la labor, pero si te apetece, podrías asistir, le haría mucha ilusión —comentó.

—¿Su cumpleaños? ¡Joder! Cierto, este 27 de diciembre, eso es la semana que viene, ¿no? Es verdad, las clases se acaban esta semana. Mierda, mierda, mierda. —Esperaba que no se notara que estaba abrumado—. Claro que puedo, es Thiago, pero no tengo regalo. —Torcí la boca.

—Eh, eh, relaja, Ben, no pasa nada, hemos pensado en un regalo conjunto y ya, ¿va? No te estreses que suficiente has tenido este mes. —Apoyó sus manos sobre mis hombros—. Tómatelo con calma, que lo tenemos todo controlado, ¿vale? Ahora, ¿necesitas ayuda con eso?

Señaló los libros que apenas podía sujetar porque seguía temblando como una gelatina. Aunque normalmente me negaría, acabé por aceptar porque sabía que no podía y estos últimos días había aprendido a pedir ayuda a mis amigos en vez de enfrentarlo todo solo, podía parecer estúpido, pero para mí era un gran logro.

—Cada vez que decís que lo tenéis todo controlado, acaba mal.

—¿Perdona? Dime solo un ejemplo en el que haya pasado eso que dices. —Frunció el ceño mientras agarraba mis libros e incluso mochila. En vez de quejarme, suspiré de alivio y comenzamos a caminar juntos dirección al aula.

—El año pasado, en el cumpleaños de Elián, acabamos... acabasteis por incendiar la alfombra y planta favoritas de su madre, casi nos mata —suspiré—. Este año, fuimos a casa de Thiago para jugar videojuegos, Hass y tú acabasteis durmiendo en el tejado, Kyle y Tyler vomitaron todo el baño y Elián casi quema su cocina.

—Vale, eso no cuenta. Además, no has hablado de ti. —Desvió la mirada porque sabía que tenía la razón.

—Porque yo no tengo nada que ver cuando dices: "lo tenemos controlado". Encima, siempre acaba en incendios, voy a acabar pensando que tenéis un gusto pirómano o algo así —bromeé.

—Mejor olvidémonos de eso. Te juro que lo tengo todo controlado, bueno, no yo, Hass, ¿vale? ¿Te sientes más seguro así?

Solté una risa y asentí.

—No es por menospreciarte ni nada, Zack, pero confío más en Hass cuando se trata de organizar cosas, con él no suelen acabar en incendios.

—Sí, con él siento que todo saldrá bien. —Hizo un puchero—. Menos mal que lo tenemos a él porque nosotros somos un desastre.

—Lo quieres mucho, ¿verdad? —dije de repente.

—Claro, ¿acaso lo dudabas?

Negué con la cabeza.

—Jamás haría eso, solo estoy un poco celoso.

—¿Qué? ¿Por qué lo estarías?

—Porque a mí también me gustaría tener un amor tan bonito y cursi como el vuestro —anhelé.

—Oye, Ben, ya te llegará, que solo tenemos diecisiete años, casi dieciocho, nos queda toda una vida.

—Y tú ya has encontrado a tu alma gemela, ¿quién eres para hablar? —Le saqué la lengua.

—Si hablamos de almas gemelas, la tuya es Thiago, imbécil.

—¿Qué?

—Pues claro, las almas gemelas no tienen por qué ser parejas, sabes, ¿no? Pueden ser amigos y familia, así que deja de decir tonterías, todos tenemos la nuestra. Además, el amor va y viene, pero los amigos de verdad se quedan para siempre y ya has visto que Thiago se quedó y siempre lo ha hecho.

Sentí un nudo en mi garganta.

—A veces siento que en realidad he atado a Thiago, Zack, que se queda a mi lado porque me he aferrado a él y...

—No digas tonterías, por Dios, Ben, es cierto que tenéis que trabajar en la relación porque se rompió por lo de Sam, pero joder, si Thiago se quisiera ir, podría hacerlo y lo sabes. Creo que, en realidad... —Tragó saliva—, no eres tú quien ha atado a Thiago a ti, sino que tú mismo te has atado a él y no sabes cómo soltarte, Ben. Seamos sinceros, dependes de Thiago y tienes que trabajar en eso. ¿Has pensado en ir al psicólogo, Ben?

Se sintió como una bofetada de realidad y dolió, dolió mucho más de lo que pensaba porque era verdad.

—No —musité—. Mis padres siguen buscando alguno privado que tenga buenas recomendaciones.

—Quizá Hassel te pueda ayudar, creo que su hermano pequeño va a uno que tiene muy buenas reseñas, no sé si quieras que le pregunte...

—Sí —mascullé—, estaría bien...

—Oye, Ben, no te lo decía a malas lo anterior. —Tragó saliva de nuevo.

—Ya, solo estoy procesándolo, Zack —sonreí con tristeza—. Entre lo de Sam y lo de Thiago, creo que no me encuentro muy bien —reí sin gracia—. Honestamente, creo que esto viene desde hace mucho tiempo atrás.

—Ben...

—¿Sabes que Thiago por fin se me declaró? Bueno, "declararse". —Torcí la boca.

—Ah, ¿por fin... ¡qué!? —exclamó por la sorpresa—. ¿Puedes repetir lo que has dicho?

—Thiago se me declaró —repetí.

—Ah, se te declaró... ¿y qué hiciste tú?

—Lo rechacé. —Me encogí de hombros.

—¿Por?

—¿No estás haciendo tú muchas preguntas?

—Pues claro, ¿qué mejor que enterarse de la situación amorosa actual de mi pareja favorita?

—¿Qué? ¿Pareja favorita?

—Sí, ¿no lo sabías? Sois algo así como la pareja más esperada del año, todo el mundo está esperando que digáis que en realidad sois novios en secreto o algo así, pero no importa, responde a mi pregunta, Benjamín Smith Torres.

—No puedo querer a alguien cuando no me quiero ni a mí mismo, Zackarias. —Rodé los ojos.

—¿Tiene que ver con lo de que no te has estado sintiendo bien últimamente? Ya entiendo por qué no te he visto con característico delineado de ojos desde hace tiempo. Lo echo un poco de menos.

—Qué poco tacto tienes, Zackarias, te hablo de cómo me siento como la mierda y tú me dices que echas de menos mi delineado —dije con tono burlesco—. Si quieres, te lo hago a ti.

—No es mi estilo, pero si te ofreces... —Se encogió de hombros.

Reí y negué con la cabeza.

—Otro día será.

Al parecer, las clases no se me iban a hacer tan pesadas, lo sabía porque tenía amigos como Zack a mi lado que, a veces, parecían mis payasos personales.

---

Buenas madrugadas y  feliz cumpleaños a Thiago aunque ni salga en el capítulo JASHDASH. Lo gracioso es que mientras escribía la parte del cumpleaños, ni siquiera me había dado cuenta de que DE VERDAD era su cumpleaños, quién diría que sería Capricornio, en fin.

Podemos ver en el capítulo que Ben ha comenzado a tener secuelas de todos los maltratos :((, lo bueno es que tiene amigos como Zack, que te recomiendan psicólogos kjasdkjas.

La verdad es que tengo más sorpresas preparadas por estas fechas, pero también tengo sueño aksdj, así que ya las veréis si no comienzo a procrastinar de nuevo.

Besitos de media mañana.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro