Capítulo 9

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JungKook tomó asiento en el lugar que le fue indicado, y juraba que se encontraba más tieso que una estatua. Apenas fue capaz de sacar un cuaderno de su mochila y un lápiz para aparentar que anotaba.

Pero, ¿le ponía atención a la lección de historia o a la representación de Afrodita a su lado?

La última se veía más tentadora.

Sin embargo, su línea de pensamientos en que se dedicaba a memorizar cada una de sus facciones fue interrumpida cuando su compañera de banco cortó un pedazo de la última hoja de su cuaderno y la dejó sobre su escritorio.

Un sonido similar a un zumbido se hizo presente en sus oídos.

"Deja de mirarme, pareces un acosador."

Bueno, al parecer no era tan disimulado como creía.

Respondió a su notita y la extendió por el banco.

"Lo siento, es solo que me pareces muy bonita."

Vio a TaeRi sonreír ligeramente por el rabillo del ojo.

"Gracias por el cumplido. ¿Cuál es tu nombre?"

Se apresuró a escribir su respuesta.

"Jeon JungKook, ¿cuál es el tuyo?"

"Soy Kim TaeRi."

Entonces, JungKook supo que la chica de nombre Kim TaeRi se iba a convertir en dueña de sus pensamientos.

Al terminar las primeras dos horas de clases, el rubio debatió en gran medida sobre si debía iniciar una conversación con la castaña y, lo más importante, sobre qué tema podría hablar para iniciar una conversación.

Nunca había sido muy bueno para socializar, era un poco torpe en ese sentido, pero estaba dispuesto a intentarlo.

No obstante, uno de sus nuevos compañeros de curso interrumpió sus intenciones al hablar a su lado.

—Hey, Jeon JungKook, bienvenido. Soy Choi SooBin.

El rubio lo observó. Alto, de cabello castaño y con una expresión burlesca. Se veía de ese tipo de persona que era desagradable hasta decir basta.

—Hola. —respondió apenas.

—Al parecer no hablas mucho. —se rió—. Cómo sea; he venido a salvarte de cometer un error.

Frunció el ceño.

—¿Un error?

—El de hablar con Kim TaeHyung.

Percibió a TaeRi empuñar sus manos.

—¿Quién es Kim TaeHyung? —preguntó confundido.

—La persona que está sentada a tu lado.

JungKook la miró de reojo, ¿se refería a TaeRi?

—No entiendo; ella dijo que su nombre es TaeRi.

—Oh, sí, TaeHyung ha insistido desde hace dos años en que lo llamemos TaeRi. —respondió mientras recargaba su peso en el banco del rubio—. Pero la supuesta chica que ves a tu lado trae una sorpresa entre las piernas y es feliz con eso. No es una chica, es solo un travesti.

El rubio entendió todo, y a la vez seguía confundido. Porque, ¿acaso eso tenía algo de malo?

—Los genitales no definen tu identidad de género, ¿nunca te has detenido a informarte un poco sobre el tema?

SooBin lo miró estupefacto.

—¿Cómo que no lo hacen? Si naciste con pene, eres hombre. Si naces con vagina, eres mujer. Es biología básica. Si TaeHyung quiere cambiar su género, debería cortarse lo que trae entre las piernas y...

—A la única persona que le van a cortar lo que trae entre las piernas será a ti, Choi SooBin. —interrumpió TaeRi, cansada de la situación—. Porque, al parecer, para ti es demasiado importante si es el único argumento que utilizas para definir mi identidad. Lo que, por cierto, no debería interesarte.

JungKook se giró a mirarla por completo, anonadado. Su tono de voz tranquilo le daba cierto escalofrío, porque su mirada le daba a entender que tenía muchas emociones mezcladas, menos la tranquilidad.

—Tengo libertad de opinión, TaeHyung. —respondió SooBin—. Tu absurda palabrería no me va a callar.

—Tu libertad de opinión se va al bote de la basura cuando dañas la integridad física o mental de otra persona. —lo miró, claramente molesta—. Si este chico, por algún u otro motivo, decide empezar a hablar conmigo no debería afectarte en lo más mínimo. Porque, a diferencia de ti, él no tiene mierda en la cabeza.

—No cruces la línea, TaeHyung.

—No sé quién es TaeHyung, aquí solo están TaeRi, JungKook y el sin neuronas de Choi SooBin. —peinó su cabello hacia el lado izquierdo y su mirada fue a parar a la ventana—. Te recomendaría abandonar el tema ahora. Si sigues, voy a pensar que en realidad estás celoso.

Una risa sarcástica y nerviosa se coló por sus oídos. Era odioso.

—¿Celoso? Tienes el ego muy alto, TaeHyung. —su risa odiosa se escuchó una vez más—. Pero me iré, porque no soporto seguir una conversación con ustedes.

Y en menos de lo que canta un gallo, Choi SooBin y el grupo de oyentes curiosos que había abandonaron el salón.

TaeRi suspiró cansada. JungKook la miró.

—Por lo que veo... —empezó el rubio— No es la primera vez que te toca defenderte de él.

La castaña lo observó por el rabillo del ojo antes de regresar su mirada a la ventana.

—Choi SooBin y los sin neuronas de este salón se dedican a hacer comentarios inapropiados siempre que tienen la oportunidad. Estoy acostumbrada a este tipo de situaciones, pero no deja de ser molesto.

JungKook asintió.

—Es comprensible.

—Solo que nunca nadie me había ayudado a defenderme. —susurró—. Gracias, JungKook.

—¿Por qué me das las gracias? —preguntó confundido.

—Por entender y no juzgar.

Entonces, Jeon JungKook entendió que TaeRi no era una dama en apuros que necesitaba un príncipe para rescatarla, pero que el apoyo que un caballero como él podía darle era más que suficiente.

Porque siempre estuvo sola con el peso de un entorno injusto.

[Hi~

Creo que este capítulo es el más largo hasta el momento, pero me gusta mucho mucho.

JungKook y TaeRi supremacy, sisi.

Nos leemos prontito, bye~]

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