Capítulo 22Isoamitil

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(1967)

En la soledad de nuestro dormitorio me hallo tumbada en la cama, dando la espalda a Lexa mientras se cambia al pijama, ya han pasado semanas desde el aborto. Regresamos a la rutina, con el único cambio de que acepté trabajar con la Dra. Fisher. Ahora es lo único que me mantiene distraída. Me presentó a su amigo James Baldwin es un gran activista por los derechos civiles afroestadounidenses, habla muy bien sobre el racismo y la sexualidad, para nada era de hacer bacanales. Pensaba que la bisexualidad era eso, puro vicio, mis pensamientos eran de una mujer ignorante.

Me tapo cuando noto que hay cambio de peso en el colchón de la cama, se acerca a mí y me abraza, dejo que me mime, dejo que me bese en la mejilla y como en otras ocasiones, acaba demandando más, besándome el cuello y los hombros, entrecierro los ojos y me hago la adormilada:

_ Cariño_ miró por encima de mis hombros para encontrarme con su porte serio_ Me duele la cabeza.

Asiente con la cabeza sin regalarme una sonrisa como lo hacía cada noche, me deposita un beso en la frente y me da las buenas noches, intenta esconder su disgusto suavizando su voz, forzando demasiada dulzura, noto su frustración, la comprendo, porque desde el aborto no lo hemos vuelto hacer, lo intenté en un principio, pero vergonzosamente me notaba demasiado frígida. Quiero con locura a mi mujer y por mucho que me esfuerzo, carezco de libido. Incluso intenté observar a Lexa cambiarse, antes, a la mínima que veía algo de desnudez por su parte me encendía, pero no, últimamente no y como la falta de apetito sexual me ocurría con casi todo, hasta el de alimentarme bien. Todo un poco tiene que ver, miedo a acostarme con Lexa y nuevamente sentir esa frustración de no quedar embarazada o por el contrario, quedar embarazada y que el embrión no se implante adecuadamente de nuevo. Lo que me dijo Bellamy tampoco me dejaba dormir. Intenté averiguar en la base las probabilidades de que mandaran nuevamente a más soldados, incluso le pregunté a Lexa por sus reuniones, me aseguró que no había nada que temer, que no se marcharía nuevamente.

Siento su respiración regularizarse, se ha quedado dormida y mis desplantes hacía ella me hace sentir peor de lo que estoy, lo noto, esa oleada de fealdad, me tapo la boca para no hacer ruido y dejo que salga al exterior en forma de llanto, hasta el punto de que mis lagrimales quedan secos y mis ojos escuecen. Solo de madrugada consigo caer al mundo de los sueños.

El olor a café recién hecho me despierta y el sonido del agua caer en la ducha. Lexa antes me despertaba y me proponía ducharnos juntas, después de varios rechazos me deja descansar un poco más. Me levanto tambaleante, debo de tener una cara horrible, abro el cajón y me echo un poco de colirio en los ojos, por lo menos que no se note que he estado llorando. En ocasiones da la sensación de que es inútil hacer eso, porque noto que se da cuenta, pero no me lo dice, espera que sea yo quien le diga ¿el qué? "Siento ser una carga en estos momentos".

Aun así se esfuerza, en cuanto sale del baño, se viste y cuando termino con mi aseo, ya me tiene el desayuno preparado en la mesa, mientras lee el periódico, con una mano acaricia al perro que está sentado a su lado y la cabeza apoyada en su pierna:

_ Qué barbaridad_ comentó sin dejar de mirar el periódico_ a pesar de que han descendido los miembros del Ku Klux Klans, miedo me daría encontrarme con un grupo_ tembló un poco_ no sé yo si es recomendable que sigas trabajando en ese proyecto, al menos hasta que se disuelva estos chalados de...

_ No voy a dejar de trabajar con la Dra. Fisher_ la corté_ ni voy a dejar de ver a James.

_ Os estáis exponiendo demasiado_ dijo muy seria_ si quieres seguir muy bien, pero bajo seudónimos y nunca con tu nombre real, mucho menos atrever a que expongan y haceros fotos. Si no son chiflados de estos_ movió el periódico_ serán otros, aunque el instituto de medicina diga que la homosexualidad no es una enfermedad ¿crees que el mundo va a cambiar?

_ A lo mejor tú y el resto no, pero para las siguientes generaciones puede...

_ Haz lo que quieras Clarke_ se levantó y recogió su taza para llevarla al fregadero_ voy a sacar a Aquiles, cuando regrese espero que estés lista para irnos.

_ Lexa_ la detengo antes de que salga_ esto... _ sé que no lo hace a malas, que quiere protegerme de intolerantes_ me mantiene la mente ocupada...

_ Lo sé_ se acerca a mí y me besa en la sien_ enseguida vengo.

Es como el pez que se muerde la cola, siento que caigo en un abismo por unas razones las cuales Lexa siempre trata de quitármelas de la cabeza. En la base cada una va a sus puestos con un beso seco. Y después de varias horas en el consultorio en silencio. Niylah al final acaba acercándose y me deja un pequeño bote de pastillas en el escritorio, al leer la etiquita la miró molesta:

_ No me voy auto medicar

_ No te vas auto medicar_ me responde cruzándose de brazos_ te las estoy recetando yo y si no confías en mí puedes ir a otro especialista, ambas sabemos que te recetará lo mismo.

Aparto las pastillas a un lado y sigo con lo que estaba haciendo, fingir que leía un estudio sobre los avances neurológicos:

_ No lo necesito

_ Mostrar las fragilidades que aguarda el ser humano no es de débiles_ me dice sentándose enfrente, otra que va a tirar de proverbios baratos "no mires el vaso medio vacío" eso es lo que me esperaba_ Dejar que vean como una lágrima recorre tú mejilla demuestra lo que realmente eres.

_ ¿Y qué soy?

_ Humana y que la mente humana es compleja_ miró los papeles que había en mi mano_ debes de darte cuenta por lo que estás leyendo, el cerebro puede ser nuestro propio enemigo, admitir que se necesita ayuda médica_ volvió acercarme el bote_ no quiere decir que estés loca, simplemente el cerebro no segrega las suficientes hormonas que necesita para un perfecto funcionamiento. Te he ofrecido mi ayuda, ahora en tus manos está aceptarla o no.

_ No estoy...

_ Si estás deprimida_ me interrumpió_ no insultes mi inteligencia, ni muchos menos mis cualidades como médico, prefieres engañarte tu solita, muy bien, pero si sigues con esta situación la que tiene las de perder eres tú.

Se levanta y regresa a su puesto, en cuestión de minutos aparece el primer soldado con una buena quemadura que se hizo en la cocina. Nuevamente me niego a comenzar con ese tratamiento, puede que la Dra. Green no me diera la simpatía suficiente, pero no había errado con las pastillas, el inconveniente es que a la larga eran adictivas.

El día no fue a mejor, era viernes y mucho de los soldados tenían permisos, habían decidido quedar y tomar algo en el bar Arkadia. Como era de esperar Lexa estaba invitada y rememorando la sorpresita que me encontré en su ropa la última vez, dije que iba, aunque mis ánimos brillaban por su ausencia. El asunto es que yo salía más tarde, ya que tocaba hacer inventario, había que tenerlo todo controlado, ya que había medicamentos por los cuales serían capaces de colarse en el consultorio y robarlos. De lo que no puedo quejar de Niylah Green es que es muy laboriosa y se hace más rápido el trabajo.

Mis ganas de "asesinar" dice ser, dejar calva a una, cuando entré al bar de Octavia y vi a una mujer morena, de cabellos largos, ojos castaños, labios gruesos, alta y delgada junto a mi mujer y riendo como si le hubiera contado el mejor chiste del mundo. En cuanto Lexa me ve se me acerca y me da un beso:

_ Que bien que hayas venido

Me dice animada, sin embargo, mi atención sigue en la chica con la que estaba hablando antes:

_ ¿Quién es esa con la que estabas hablando?

Y como si fuera un globo que acababa de desinflarse, borró su sonrisa:

_ Clarke, no empecemos con tus celos, es la mujer del soldado Mcgowan, solo estábamos teniendo una agradable conversación.

_ ¡Clarke!_ escucho a mi espalda la voz de Raven, me sorprende que esté en el bar a esas horas, sin Collins y más gordita_ ¿te importa que te la robe un poco soldado?

_ Para nada_ dijo sin sonreír_ a ver si la animas un poco, parece ser que ni confía en mí mucho menos le agrada mi compañía_ me acusó con amargor_ ya dudo que haga algo bien.

No quiero discutir, así que agarro la mano de Raven y nos alejamos hacia la barra, desconozco su situación con Octavia, pero tampoco me negó el acercarnos hasta ella. Ni preguntó, que queríamos beber, nos conocía lo suficiente para ya servirnos directamente, bebidas libres de alcohol, ya que Raven no podía por el embarazo y yo, por no complicarle la situación a Lexa:

_ ¿Qué ha sido eso?

Me pregunta Raven:

_ Pasa que Lexa está pagando mis defectos_ respondo apoyada en la barra, observo la pista de baile y recuerdo la primera vez que bailamos, porque se empeñó en que le concediera un baile_ no la merezco_ acabo admitiendo_ siempre acabo haciéndola daño por mis inseguridades_ agacho la cabeza_ estoy pensando en tomar Isoamitil

_ ¿Eso qué es?

Me pregunta Octavia apoyándose enfrente:

_ Un narcótico con fines terapéuticos, mayormente depresión_ respondió Raven antes de mirarme_ ni en broma hagas eso.

_ ¿Por qué?_ pregunta Octavia_ si Clarke lo necesita ¿No crees que sea mejor?

_ Demasiado adictivo_ Admití dándole la razón a Raven_ pero desde el aborto, Lexa y yo no..._ me cuesta decirlo en voz alta_ noto su frustración y a cada vez discutimos más

_ ¿Cuándo no discutís?

Volvió a preguntar Octavia. Sí, Lexa y yo podemos llegar a ser un poco el aceite y el agua. Pero si hemos conseguido durar casi cinco años, con nuestros altibajos, es por algo, sigo queriendo a Lexa, mucho y si ella me falta me termino de hundir:

_ Dudo que discutan en la cama

Respondió Raven. Ya estaba tardando mucho en hacer un comentario con contenido sexual. La camarera de ojos verdes apretó los labios y me acarició el brazo:

_ Cariño, casi todo lo que prescribes es adictivo_ miró a su alrededor, percatándose de que todo estaba en orden y nadie necesitara de su atención_ sígueme

Me dijo antes de llevarme a la parte trasera del bar, donde había un montón de cajas de vidrio vacío, y de un mueble que había en un rincón sacó lo que parecía ser un cigarro hecho a mano y me lo ofreció:

_ Octavia sabes perfectamente que yo no fumo.

_ Esto es hierba terapéutica_ dijo entre risas_ pruébalo por lo menos esta noche_ me señaló con el dedo índice_ y por mucho que digan, no es para nada adictivo, es esto y el iso... lo que sea que me dijiste.

Raven miró con cierta extrañeza al cigarro que sostiene mi mano:

_ Lástima que no me puedo unir

_ En ese caso hazme el favor de mirar que hace Lexa, hoy hay mucha chica guapa

Le pido a mi amiga embarazada, mientras que yo me aventuro a fumar por primera vez esa planta supuesta alucinógena y que afecta al sistema nervioso. Lo miro durante otro par de minutos antes de mirar a Octavia que permanece expectante, como si verme hacer algo "ilegal" fuera lo más alucinante del universo:

_ ¿Tendrá el mismo efecto narcótico?

Octavia pone una mueca y niega:

_ Odio los narcóticos, es psicoactiva_ mueve la cadera_ ya saber sube el estado de ánimo, euforia e incluso hay personas que tienen el efecto biagra

_ ¿Efecto biagra?

_ Como una moto

Era una droga u otra, mi vida está repleta de malas decisiones y puede que estuviera a punto de tomar otra mala decisión. A la primera calada me dio mucha tos, tanto así que creía que expulsaría el pulmón, entraba áspero e irritaba todo la laringe y el esófago. Octavia también fumó, ya que según ella al ser mi primera vez seguramente que con medio cigarro sería más que suficiente.

Ingerido con la alimentación, mayor tiempo era la curda pero tardaba más en subir, si se fumaba, subía antes al igual que se pasaban los efectos más rápido. En cuanto salimos, comienzo a notarlo, empieza a afectar al sistema cognitivo, la visión y un poco el lenguaje, una estupidez, pero me entró la risa tonta al escuchar mi propia voz:

_ Te voy a preparar algo de picar_ me dijo Octavia_ bebe el refresco, el azúcar te vendrá bien.

Mirándolo ahora, sé que ese momento fue como un parche, un momento eufórico que no duraría eternamente y cuando pasara la realidad seguía siendo la misma. Pero aquel momento, aquel momento sonreí como no lo había hecho en un tiempo, bebo un poco del refresco azucarado y busco con la mirada a Raven. Me había hecho el favor, tanto así que estaba en la pista de baile con Lexa, posiblemente diciéndola alguna de sus payasadas y haciendo de reír a mi soldado de ojos verdes. Me acerco hasta donde están:

_ Raven ¿me devuelves a mi marido?

Al menos controlo ese detalle y no se me escapa la palabra "mujer". Mi amiga asiente y nos deja a "solas". Lexa parece haberse olvidado de la pequeña discusión y me sonríe, ese tipo de sonrisa que deja sin aliento y mis piernas amenazan con flaquear, me rodea la cintura baja con las manos:

_ ¿todo bien?_ me pregunta antes de darme un beso en la mejilla, abrazo por encima de sus hombros_ ¿estás cansada? Cuando quieras ir a casa

Me dejo guiar por ella, a pesar de que me siento más animada, siempre consigue tener el mismo efecto en mí:

_ ¿Por qué eres así?

Preguntó con el ceño fruncido:

_ ¿Cómo?

_ Tan perfecta_ respondo, casi con molestia_ a tu lado me haces sentir como si no...

_ ¿Cómo si no qué?

De nuevo su seriedad, aunque en esta ocasión era más por la curiosidad que otra cosa:

_ Como si no te mereciera, que no llego a la suela de tus zapatos y que no...

_ Clarke, quiero dejarte claro una cosa_ acercó su rostro al mío para intensificar su mirada, cosa que agradezco, porque veo un poquito, solo un poquito, borroso_ te merezca o no, no está en tus manos decidir si debo o no estar a tu lado. No soy perfecta, me estás idealizando y no debes hacer eso.

_ Pero mira como me tratas tú_ euforia a la mierda "hola lágrimas de cocodrilo"_ y mira cómo te trato yo

Siento sus brazos estrecharme y me acerca a su pecho:

_ Pasas por una mala racha lo comprendo_ se separa un poco para mirarme nuevamente_ perdona si estos últimos días estado gruñona, debe ser que estoy en los días del mes

Bromea en un susurro para que solo pueda escucharlo yo:

_ ¿Ves? soy yo quien debe andar disculpándome...

_ No Clarke_ me acaricia la mejilla_ lo que tienes que hacer es dejar de pensar tanto, ¿Me quieres?

Cuan niña pequeña asiento con la cabeza:

_ Yo también te quiero, a pesar de tus celos, de que eres imprudente, cabezota... te quiero, Clarke, cuando estoy contigo el tiempo va a otro ritmo, aunque sé que moriremos juntas de ancianitas, la vida me habría parecido demasiado corta, siempre ansiaré más tiempo junto a ti.

Dirijo mis manos hasta detrás de su nuca. De verdad, estoy convencida de que Lexa tendría que haber sido oradora, abogada o que se yo, lo que sí tengo por seguro que tenía la capacidad de derretirme con sus puñeteras palabras. Ojala, ojala el universo fuera benevolente y regalarme un poco de esa seguridad que Lexa tiene al decirme todas esas cosas:

_ Te odio_ digo curvando los labios y acercándome más a ella_ te odio mucho.

_ No mienta doctora_ me dice con voz picara_ está muy mal visto.

Traga un poco de saliva antes de acercarse y chocar por fin sus labios con los míos. Suave, dulce, respetuosa, cortés, considerada y todos los sinónimos que puedan existir. La correspondo, como no lo hago en semanas, eso la incentiva y profundiza sus besos. Octavia tenía razón y noto como ardo, ardo tanto que gimo en su boca:

_ Joder_ me dice con voz ronca_ vayámonos a casa_ mira hacia a la barra y alza la voz_ Octavia, apunta los refrescos a mi cuenta mañana lo pago

Casi me arrastra hasta el coche, pues sí se la notaba necesitada.

En ningún momento quise emocionarla, de verdad, juro que tenía las mismas ganas que ella y cuando de regreso a casa, en plan juguetona pasé su mano por su entrepierna, la note excitada y aquello me hizo humedecerme más. El problema es que todo lo que sube baja, no hablo de su erección pobrecita mía, ni de mi calentón. Dando traspiés llegamos a la habitación y caigo desplomada a la cama, no recuerdo en que instante ocurrió, en el instante en el que me quedé totalmente dormida.

No me desperté muy católica que digamos y después del calentón con el que quedó Lexa, lo volvió a intentar, vuelta a empezar a la rutina con el "cariño estoy indispuesta" solo que en esta ocasión era de verdad. No le agradó para nada, aun así, nuevamente volvió a forzar su sonrisa y desearme los buenos días.

La hierba terapéutica no me convenció, así que al llegar al consultorio ahí estaba el isoamitil que me había prescrito Niylah. Quiero a Lexa y no quiero perderla, a nadie sienta bien los desplantes, como los que le estoy dando. Agarro el bote y lo abro, vertiendo una cantidad de pastillas en mi mano, las miro, casi hasta desgastarlas con la mirada, suspiro fuertemente y las vuelvo a guardar en su sitio, nunca me han gustado las pastillas, ni si quiera para el antibiótico puedo ser constante, ya puedo sentir mucho dolor para tomar más de una, frunzo el ceño y paso mi mano por el abdomen plano. Recordé un poco la conversación que tuve con Lexa en la pista de baile. Así pues salí del consultorio y la busque por los hangares hasta que di con ella. Curvé la comisura de los labios, se veía preciosa con ese mono manchado de aceite, en cuanto me ve me devuelve la sonrisa y se dispone a acercarse, cuando un teniente se acerca hasta mi mujer a grandes zancadas:

_ SUB. OFICIAL WOODS

_ Señor

Responde recta y con la mano en la frente:

_ Le traigo este comunicado.

Quedo a unos metros y tengo mala espina de aquella carta que le han entregado. Lexa vuelve a saludar al Teniente y abre la carta, palidece y me mira, la conozco, ya la he visto anteriormente justo casi tres años antes, antes de marcharse a Vietnam:

_ Clarke

Escucho que me llama, sin embargo, yo me giro, no estoy preparada para escuchar lo que me tiene que decir. A sí pues, salí de aquel lugar para refugiarme en mi consultorio, bueno, ya ni si quiera era mío del todo, era compartido con Green. Que en cuanto me ve llorar, se acerca preocupada:

_ ¿Clarke? ¿Qué ocurre? ¿Estás bien?

Niego con la cabeza, no alcanzo a decir ni una sola silaba, duda si acercarse un poco más, hasta que por fin rompe las distancias y me abraza. Sigue dándome desconfianza, pero en esos momentos me estaba ofreciendo algo que necesitaba mucho. Un abrazo.  

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