-¿Qué?.

Había escuchado bien, ¿Verdad? Hoseok sintió su rostro muy tibio y sus ojos se abrieron de manera desmesurada.

-Eso, si quieres ser mi novio.

Hoseok soltó una risa algo cansada, y metió su mano al bolsillo de su abrigo para sacar lentamente una hoja de papel algo arrugada y sucia. Estaba doblada de manera que formara un pequeño  cuadrado.

Estiró su mano hasta YoonGi y el mayor tomó la hoja algo curioso.

En ella, había un dibujo de él. El más bajo de cabellos oscuros, siempre supo que Hoseok dibujaba hermoso.

-Me gusta cuando dibujas.

Hoseok mantuvo su mirada baja, no quería que el mayor notara su evidente vergüenza,  que hacía que sus mejillas se colorearan de rojo como cuando pintaba en el gran lienzo de su habitación.

-A mi me gustas tú.

YoonGi le miró algo sorprendido por las palabras que habían salido de su boca. E inmediatamente, una sonrisa iluminó el rostro del mayor. Se inclinó con más seguridad hacía Hoseok, levantó su rostro tomandolo del mentón y sus labios estuvieron juntos en menos de lo que esperó.

-Tomaré esto como un "sí, acepto."

-Tonto.

Hoseok sabía que cuando volviera a casa, las cosas seguirían igual. Mismos problemas, mismos días sin sentido. Pero nada importaba ahora, porque nada se sentía más bonito que ser correspondido. Era un calorcito agradable que llenaba su estómago cada vez que sus labios chocaban con los de YoonGi, y quería con todas sus fuerzas, que eso siguiera así por mucho tiempo.