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Jennie solo entró a el grupo de las populares por ser amiga de Jisoo y Lisa desde un principio.

Algo que destaca entre ellas es que todas han perdido su virginidad, típico.

Excepto ella, ella nunca ha tenido relaciones sexuales. Mucho menos un novio.

Jennie es lesbiana, y eso le complica más el asunto, pues la "jefa" Rosé es homofóbica, al igual que las demás.

Jisoo, Jennie no puede seguir siendo virgen. Voy a sacarla de el grupo muy pronto.

—Por favor. Entiéndela. Ella no tiene la culpa.

—¡Hola, virgen!—Saludó Nayeon en manera de burla.

—Ya cállense.

—Pues es lo que eres, Nini. Y si no lo cambias...—Momo chasqueó los dedos.—¡Puf! Estás fuera.

—Como si fuera tan fácil.

—Lo es, solo que para ti no, querida.—Rosé rió.

Jennie suspiró.

—¿Qué pasa? —Preguntó Jisoo, pasando su mano por el hombro de la menor.

—Que detesto ser virgen. Lo detesto como nada. Rosé solo se burla de mi.

Las mejillas pálidas de Jisoo cambiaron a un tono rojizo. —T-tengo...tengo una idea. Tal vez así dejen de burlarse de ti.

—¿Cual?

—Decirles que ya perdiste tu virginidad con algún chico.

—Pero tal vez le pregunten a quién sea que yo fuera a mencionar. Además...—Ahora Jennie también estaba sonrojada.—Me gustaría saber cómo se siente.

—Pues...

—Jichu, ayúdame.

—¿A qué?

—A perderla.

Por más raro que pareciera, Jisoo accedió. En parte era que estaba enamorada de Jennie en secreto.


En la clase de ciencias, debían hacer un trabajo en equipo, y justo cuando Lisa estuvo apunto de escoger a Jisoo, ella se negó.

—Lo siento, Lili. Haré equipo con Jennie esta vez, ¿si?

—Claro...si quieres.

—¿Conmigo? ¿Para que?

Jisoo se acercó a la morena.—Para comenzar ahora.—Susurró.

La menor sintió un escalofrío.

Ambas se sentaron, y la profesora comenzó a indicar los componentes que usarían.

Todo estaba tranquilo, hasta que Jennie sintió caricias en su muslo derecho, que poco a poco iban avanzando más hasta llegar a su entrepierna.

—Ji-Jisoo...

—¿Quieres que me detenga?

—No...Sigue, por favor...

Las caricias pronto llegaron a el coño de Jennie, estremeciéndola. A pesar de aún tener ropa puesta, las largas uñas de Jisoo fácilmente entraron en ella. Los movimientos eran rápidos y fuertes, haciéndola respirar agitadamente.

—Mierda.

—Jennie, vierte esto.

La menor hacía todos sus esfuerzos para verter el alcohol en el frasco, pero su mano temblaba tanto que Jisoo terminó haciéndolo.

Terminaron el experimento y Jennie estaba hecha un desastre. Los dedos de Jisoo se humedecieron muy rápido.

—Jisoo, vámonos.

—¿A donde? Aun falta una clase.

—Al diablo esa maldita clase. Llévame a tu casa, por favor.

Jennie parecía tan desesperada que Jisoo no pudo negarse. Escaparon por el patio trasero y subieron a la motocicleta de la mayor.

En el momento en el que entraron, la ojimarrón automáticamente comenzó a desnudarse.

—¿Estás segura?

—Si, ya hazlo.

Jisoo la tomó del brazo y la llevó hasta su habitación. La arrojó hacia la cama y se subió sobre ella.

Comenzó besando su cuello, dejando pequeñas marcas que no se borrarían en un tiempo.

Bajó hasta sus pechos y comenzó a succionar sus pezones, haciendo que Jennie soltara pequeños gemidos.

Al llegar a su clitoris, se detuvo.

—¿Lista?

Sin esperar respuesta, Jisoo introdujo su lengua en el coño de Jennie, provocando un grito por parte de la menor.

—Sabes tan dulce...—Susurró la mayor mientras sonreía.

La lengua de Jisoo se movía cada vez más rápido y Jennie gemía cada vez más fuerte.

La mayor nunca se imaginó tener a una de sus mejores amigas gimiendo su nombre mientras movía su lengua dentro de ella. Ella también era lesbiana, pero por cuestiones de reglas no podía hacer nada al respecto.

—¡Jisoo! ¡Hazlo!—Pidió Jennie.

Jisoo obedeció y de una vez por todas introdujo su enorme miembro en la morena. La penetraba sin parar mientras ambas gemían, era un desastre ahí dentro.

—¡Je-Jennie...estoy cerca!—Dijo con intenciones de separarse.

—Hazlo dentro.

La mayor no se molestó y dejó que todos sus fluidos cayeran dentro de Jennie. Sintiéndose exhaustas. La sensación de haber provocado el primer orgasmo de Jennie era reconfortante.

Ambas cayeron en la cama jadeando, pero con una sonrisa.

—Gracias.

—No hay de qué.

Un suave beso adornó los labios de Jennie, haciéndola sentirse querida.

Por fin había dejado de lado la virginidad y podía sentirse una mujer.

Ni Rosé ni las demás volverían a burlarse de ella.

Y daba igual si no le gustaba a las homofobicas de su grupito, Jisoo fue la que la llevó a las estrellas.

Por fin había descubierto:

Como se siente.

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