¡Cuarto mes!

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Reacciones sorpresivas, besos secretos y quizás Min YoonGi está un poco confundido ahora.

—JiMin, ¿ya estás listo? —preguntó desde la sala, abotonando su chaqueta para el frío día de noviembre. Las temperaturas estaban bajando cada vez más por las fechas y sus ganas de salir disminuían el doble, pero hoy era obligatorio.

Quizás la nieve caería un poco antes este año, normalmente se sufría en enero, pero YoonGi podía jurar por sus huesos congelados que si la temperatura seguía bajando a esa velocidad, quizás serían testigos de la próxima era del hielo en corea.

Agradecía la existencia de los abrigos calientes.

—¡Listo! —JiMin salió de la habitación. Un gorro de lana encima de su rubia cabellera, más un gran conjunto de ropa abrigadora que era completamente suya—. ¿Me queda bien? —dio una vuelta y miró sus pies, luego le dedicó una suave sonrisa a YoonGi.

YoonGi sonrió de vuelta, casi riéndose, y dio un par de pasos hacia el contrario antes de tomar sus mejillas entre sus manos y acariciar sus tibios pómulos. No entendía cómo no podía negarse al impulso de tocar a JiMin, pero ni siquiera intentaba disimular el hecho de que siempre quería tenerlo entre sus brazos y mantenerse así por horas y horas.

—Eres tan jodidamente adorable —murmuró sin ser capaz de contenerse más.

—¿Uh? —levantó ambas cejas, luego las frunció—, no seas grosero.

—Te acabo de decir un cumplido y sólo piensas en la grosería —negó con la cabeza como si estuviera realmente ofendido. JiMin por un segundo pareció preocuparse por haberlo hecho enojar en serio, pero la pequeña sonrisa de YoonGi le dio una pista, así que le dio un pequeño golpecito en el pecho por haberlo engañado—. Ahora me agredes.

El menor infló sus mejillas como respuesta y YoonGi suspiró con una sonrisa en su rostro.

—Eres precioso.

Entonces besó sus labios con suavidad.

JiMin rió encantadoramente y besó sus labios de vuelta. YoonGi sonrió y rodeó la cintura ajena con cariño, sintiendo su corazón cálido cuando el contrario respondió colocando sus brazos alrededor de su cuello. Ambos se apretaron cariñosamente, casi anhelando el contacto ajeno como algo necesario.

YoonGi aprovechó y robó otro beso.

—Esto no lo puede saber NamJoon —comentó mientras movía sus dedos por la línea de sus caderas—, así que ten cuidado con lo que digas.

—¿Otro secreto? —ladeó un poco su cabeza y miró con ojos curiosos al mayor, YoonGi sonrió y lo besó nuevamente.

—Sí, otro secreto —asintió, acariciando su nariz con la contraria.

JiMin sonrió, los secretos eran consecuencia de la confianza, YoonGi confiaba en él.

—Bien, NamJoon Hyung no sabrá sobre nuestro secreto —picó una de las pálidas mejillas de Min.

—Bien —besó su frente—, vamos.

[💌]

NamJoon tomó un sorbo de su café caliente con una elegancia innata y luego dejó cuidadosamente la taza sobre la pequeña mesa marrón. YoonGi miró la taza un segundo y enarcó una ceja mientras volvía a mirar al contrario; no se veía en absoluto como el tipo que estaba tomando cervezas en su casa el otro día, en ese momento, NamJoon no lucía tan elegante, suponía que era por la "formalidad" que requerían estas reuniones obligatorias.

—Entonces, ¿algo interesante que hayan hecho recientemente? —preguntó tranquilamente. Una sonrisa amable decoraba su rostro como era costumbre. Si a YoonGi no le pareciera tan sospechoso el sujeto, seguramente le caería bien.

YoonGi de inmediato recordó el beso que habían compartido, eso sin duda había sido la cosa más importante en el transcurso de los dos meses que no habían hablado con NamJoon, sin embargo, él no le diría algo como eso.

—Pues —bebió de su propia taza, un chocolate caliente recién servido. JiMin le había recomendado que lo pidiera porque este venía presentado con un pequeño gato hecho con crema—, acabamos de poner navidad en casa.

—Ah, y YoonGi me compró ropa para invierno —extendió un poco sus brazos para mostrar, NamJoon enarcó una ceja.

—Oh, ¿entonces ya le hablas sin honoríficos? —preguntó, bastante interesado.

—Los eliminamos hace un tiempo —dijo como si no fuera la gran cosa, ahora JiMin miraba al gatito destruido sobre su taza con sorpresa—, creí que se sentiría más cómodo hacerlo así.

—¿Entonces te sientes mucho más cómodo con JiMin que como te sentías al inicio? —la sonrisa amable se ensanchó, mostrando un sentimiento de orgullo cuando YoonGi asintió—. JiMin ha mejorado bastante...

—Nos hemos visto hace poco, no exageres —se encogió de hombros—. Pero sí, supongo que ha mejorado mucho.

—¡Eso es genial! —felicitó el hombre—. ¿Cómo te sientes ahora, JiMin?

—¡Muy bien! —sonrió—. Estar con YoonGi me gusta, aunque últimamente no estamos saliendo mucho por el clima, pero nunca es aburrido cuando estoy con él.

—¿Sí? ¿Y qué hacen? —la manera en la que el robot se desenvolvía era intrigante e impresionante, no creía que mejoraría tanto en tan pocos meses.

YoonGi comparó la mirada de NamJoon con la de un padre orgulloso de su hijo.

—Comemos juntos y hablamos mucho —comenzó y el pálido se sonrojó un poco por los recuerdos—, también vemos televisión juntos, hum, ese tipo de cosas —asintió.

—Entiendo —ahora miró a YoonGi—. ¿JiMin ha hecho alguna cosa que sientas increíble?

—Uh... no lo sé, es normal —NamJoon enarcó una ceja, a pesar de que le parecía un poco gracioso que YoonGi fuese tan cerrado sobre su vida, eso no ayudaba con el experimento y el pálido pareció entender su mueca—. Bueno, en general, supongo que si alguien lo conociera ahora, lo máximo que pensaría es que es una persona muy inocente, pero una persona, al fin y al cabo —trató de explicarse..

YoonGi no creía que fuese la gran cosa, pero NamJoon estaba sintiéndose jodidamente orgulloso en ese momento.

—Bien, JiMin, ¿qué opinas del clima? —sus preguntas cambiaron, eran más complicadas y requerían una opinión subjetiva.

—Está muy frío —sonrió.

—¿Te gusta?

—No lo sé, en estas épocas suelen haber resfríos así que no me gusta mucho —respondió pensativo—, YoonGi se puede enfermar, prefiero que esté un poco más cálido —el pálido tomó otro sorbo de su chocolate, un poco más avergonzado ahora por la preocupación ajena.

—Entiendo, ¿qué te parecen los niños?

—Son adorables —sonrió—, me gustaría poder pasar más tiempo con ellos, he tratado de jugar con ellos en el parque que está cerca de casa, pero ha sido muy poco —se veía un poco decepcionado al respecto—. Pero he podido jugar con el hijo de HoSeok Hyung.

—¿Sí? ¿Te divert...? —de repente, el celular del hombre vibró sobre la mesa y no dudó en tomarlo, excusándose con ambos—. Lo siento, un momento —miró la pantalla un segundo antes de contestar—. Buenos días, ¿qué sucede?

YoonGi se dispuso a tomar otro sorbo de su bebida mientras pensaba en lo bien que estaría comer unas hamburguesas como cena, pero el sonido de la silla de NamJoon casi cayéndose lo alertaron; el hombre se había levantado de su puesto, sus ojos abiertos como platos y su taza medio derramada sobre la mesa. Un par de clientes se giraron hacia el pequeño alboroto y YoonGi frunció sus cejas mientras miraba la expresión anonadada de NamJoon.

—¿Qué? —preguntó un poco muy alto y YoonGi frunció sus labios.

—Hey —YoonGi lo llamó, pero el hombre seguía quieto, escuchando atento lo que sea que le estuviera diciendo al otro lado de la línea—. Uh, hombre, ¿estás bien?

—¿NamJoon Hyung? —JiMin se encogió un poco en su puesto, mostrando una perfecta expresión de preocupación que hubiera encantado a NamJoon si este no estuviera casi teniendo un colapso nervioso.

—B-Bien, voy de inmediato —contestó hacia el otro lado de la línea, arregló su gabardina y colgó la llamada—. Lo siento mucho, ocurrió algo... algo muy importante y tengo... tengo que irme —el movimiento de sus manos era torpe mientras dejaba el dinero sobre la mesa y colocaba la silla donde debía, toda la tranquilidad que había poseído desde que YoonGi lo conoció no estaba por ningún lado.

—Bueno... —frunció sus cejas—, ¿nos reunimos otro día, entonces? —miraba sus movimientos con cautela.

—Sí, supongo, como quieras —decía rápido, parecía estar tratando de controlar su respiración errática, así como una expresión que trataba de escapar entre sus facciones—. Hablamos luego —se despidió rápido.

YoonGi observó cada uno de sus movimientos con ojos confusos y no pasó por alto la manera en la que NamJoon miró a JiMin antes de salir por la puerta.

—¿Está mal que no entienda lo que acaba de pasar? —le preguntó el rubio, YoonGi suspiró.

—No, porque yo tampoco entiendo qué mierda pasó.

JiMin frunció sus cejas.

—Las groserías —Min parpadeó—, no digas groserías.

—Cierto, lo siento —le sonrió y miró el pequeño desastre sobre la mesa.

La manera de actuar de NamJoon había sido tan clamada y calculadora hasta ese punto, que la sorpresa en el rostro de YoonGi era palpable. No entendía qué demonios pudo haber pasado para tal reacción, pero la cara que hizo NamJoon era el equivalente a que le hubiesen dicho que ganó el premio nobel de ciencia, pero que este se rompió antes de tocar sus manos; había una emoción contenida y una decepción enorme, ¿qué tantas cosas podrían haber sucedido?

Se preguntó si lo que impulsaba su curiosidad era por el simple y mero hecho de que haya reaccionado casi tirando la mesa en su camino o si era consecuencia de la manera en la que había mirado a JiMin; sus ojos fijos en él como si quisiera llorar.

Sin embargo, no quiso concentrarse en eso porque realmente no era su problema. Esperaba que no lo fuera.

—Entonces, ¿terminamos aquí? —miró al rubio entonces, concentrándose en él a pesar de que lucía igual de confundido.

—¿NamJoon Hyung estará bien? —le preguntó y YoonGi apretó los labios sin saber qué decir exactamente, la preocupación en los ojos de JiMin era tan realista que se sintió mal por no poder darle una explicación.

—Él está bien, pero algo debe haber sucedido, quizás tenga arreglo —le sonrió aunque ciertamente, no tenía ni la menor idea—. Démosle un tiempo, quizás luego nos explique o al menos nos avisará que todo está bien, seguro nos llama hablando sobre la siguiente reunión pronto.

El menor asintió en entendimiento, luciendo un poco pensativo.

—¿Vamos a casa a ver películas como tanto te gusta? Quizás salgamos a patinar después, ¿te gustaría, JiMinnie?

El menor sonrió, todo ápice de preocupación desapareciendo y asintió eufórico. Cuando salieron del local sus manos se entrelazaron como un precioso reflejo combinado con el frío y YoonGi olvidó toda la extraña escena anterior sólo para concentrarse en la hermosa sonrisa de JiMin y en lo increíblemente feliz que estaba a su lado.

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