𝙴𝚕 𝚓𝚊𝚛𝚛𝚘́𝚗 𝚍𝚎 𝚛𝚘𝚜𝚊𝚜 𝚛𝚘𝚓𝚊𝚜.

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-Quedate aquí, ya vuelvo.

Le hablé a James, que seguía en la puerta.

Caminé rápido, veloz como una avestruz, si, lo sé, me dije a mi misma que no seguía a Jordan, pero me mentí a mi misma, necesitaba saber lo que iba a decir y explicar lo que vio y malinterpretó.

-Ey! Detente!. - pedí. - por favor!.

-Que me detenga? Para que? Que vas a decir? O como vas a mentir, cuáles son tus nuevas mentiras?

Lo agarré del brazo.

-Tienes que escucharme, sé que todo lo que viste se ve realmente mal, demasiado, lo sé, pero hay una explicación y tienes que escucharla.

-Abril, no quiero saber nada mas de ti.

-Jordan tienes que escucharme, hay una explicación, en serio.

-Aunque me lo dijeras no te voy a creer, no eres más que una mentirosa.

-Mentirosa? Me estás llamando mentirosa, cuando fuiste tú, el que me mintió sobre el hecho de que tienes novia?

Abrió su boca, para hablar, pero evidentemente no tenía nada que decir.

-Ves, ambos somos igual de mentirosos. - dije con rabia.

-Tal vez esa es la única razón por la que me gustabas y pensar que dejé una relación de años solo por una chica recién aparecida.

Sus palabras ardían, quemaban, dolían, más cuando todo lo que decía era cierto.

Nunca supe defenderme bien con palabras, creo que prefería los golpes ya que en la adolescencia, cuando peleaba con Artur, siempre le ganaba.

-Bien, me enjuagaré la boca tantas veces como pueda para olvidarme de las veces que nos besamos, es más, me la enjuagaré con cloro, detergente y todo lo que sirva para desinfectar mi boca!

Dije enojada y colerica, si el podía decir cosas para lastimarme, yo también podía y lo haría, nunca me dejé intimidar por nada ni por nadie, ninguna persona podía tratarme así, tratar de hacerme sentir culpable de algo, no sin que yo lo aceptará.

-El que debería enjuagar se la boca soy yo. - estaba segura que iba a decir algo hiriente.

-Bien y que esperas que no te vas?.

-La que debería irse eres tú, ya que te están esperando.

-Abril! De que discuten ustedes dos?. - interrumpió Artur.

La sangre se me heló al ver a Artur junto a mi padre. Mire con temor a Jordan, decir la verdad justo en este momento ocasionaría un caos total.

-Nada. - dije tratando de ocultar mis nervios y rogándole a Dios que le cerrará la boca a Jordan.

-Hay un chico desnudo en su habitación. - Jordan me acuso aún molesto y se marchó no sin darme una gran mirada de odio.

Cómo es esto posible? El me mintió e inmediatamente fue la víctima con sus grandes y conmovedoras excusas.

-No está desnudo, una toalla lo cubre.

Aclaré con esperanzas de que nada se saliera de control, pero mis esperanzas se fueron por el barranco en el momento que Artur corrió a la habitación, abrió la puerta sin más y se abalanzó sobre James

-ARTUR! PARA, LO VAS A MATAR! PAPÁ HAZ ALGO!.

Fuertes golpes se escuchaban, creía que le rompería los huesos y que nadie haría nada para detenerlo, mi padre seguía en shock parado en medio de la puerta, los nervios se apoderaron de mi y  entonces tomé un jarrón decorado con rosas rojas y lo tiré en la cabeza de Artur, este se giró a verme y luego cayó al piso.

-ABRIL, QUE HICISTE!

Mi padre miraba la sangre que salía de la cabeza de Artur, James se levantó chocando con la mesita de noche.

-LO MATÉ? MATÉ A MI HERMANO? DIOS! IRÉ A LA CÁRCEL DE TODAS FORMAS.

Agarré de los brazos a mi padre, Tom seguía impresionado ante los hechos, todo había ocurrido tan rápido, sin previo aviso sin tiempo para meditar las cosas, Dios realmente no me quería recibir en el cielo, es más, creo que seguramente estaba regalando le mi alma al señor que vive debajo de nosotros, cuando muriera el infierno me esperaría con los brazos abiertos.

-Hija tranquila, solo lo noqueaste, tu hermano estará bien, llamaré a la ambulancia.

Mi padre se alejó hasta cruzar el pasillo, sacó su celular e hizo un par de llamadas, la primera a Margaret, ella llegó inmediatamente y su preocupación y asombro fue evidentemente, le dijo algo a papá y desapareció del lugar.

-Él estará bien. - James trató de aligerar la situación, aunque estaba segura que él trataba de convencerse a sí mismo. - estará bien.

Corrí al baño para vestirme, en cuanto salí, la chica de servicio le había conseguido ropa a James, nos sentamos en la cama mientras esperábamos un milagro.

Al instante llegó la ayuda, llevándose a mi hermano en una camilla.

El personal del hotel, se paralizaron al ver el accidente, estaba a punto de convertirme en la asesina de mi propio hermano, seguro mamá está avergonzada de mi comportamiento.

-Vienes?. - preguntó papá, subiendo en la ambulancia.

Negué varias veces.

-Iré con James.

Respondí, su gesto no fue muy bueno que digamos, pero evitó el regaño.

-Ten cuidado.

Asentí y seguí a James.

-Estas bien?

-La cena no pudo ir peor, papá se va a casar con la vecina, tú estás aquí, dije cosas terribles a Jor... Acabo de golpear a mi hermano y cuando despierte me odiará tanto que ni me mirará, lo siento, pero es obvio que no lo estoy!

James abrió la puerta delantera, esperando a que subiera, pero dudé.

-Deberías ir a tu hotel, seguro estas cansado y necesitas dormir, iré en taxi.

-Quiero ir contigo, mas cuando soy el culpable de que atacaras a tu hermano.

Mire sus ojos claros como la miel, su mirada llegaba a ser tan dulce que hasta empalagaba mis ojos.

-Si, pero prefiero coger el taxi, hablamos luego.

Gire, caminando por la vereda, para tomar un taxi libre.

-Abril!

-Que?

-Solo no quiero que vuelvas a huir, no, cuando fue difícil encontrarte, de nuevo.

Sus palabras fueron como un martillazo en mi cabeza, al darme cuenta lo tonta, estúpida, idiota que fui al rechazarlo y luego aceptarlo, jugar con sus sentimientos me hacía ser mala persona, y ese era el mártir de mi mala suerte y no el hecho de que no fuese la favorita de Dios.

-Entre nosotros no ocurrió nada esa noche, cierto?

Soltó su fuerte y agradable risa.

-No, no lo hicimos y no porque no quisiera.

Sus palabras fueron suficientes para que me sonrojara, claro que no lo notó por la distancia y la oscuridad de la calle.

Dicho eso, tomé un taxi y me obligué a regresar a la triste realidad, tenía problemas por resolver, como el hecho de la cabeza rota de Artur, la poca preocupación de Ariel ante todo, la boda de mi padre y Jordan, esta última era imposible de solucionar.

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