𝐨𝐨𝟏. hasta que me conoció

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❝ en llamada, su amiga le
dice que este verano es
pa' beber. sólo quiere salir
y de nadie depender...
hasta que me conoció

















































































hasta que me conoció, como dice la canción de quevedo. pero ¿un encontrón para bien o para mal? ❞

✦•─────• NATALIA ESTABA FELIZ, MUY FELIZ.

¿Cómo no? La joven actriz estaba arrasando con su paso por España y ya tenía en el bolsillo un nuevo contrato para una nueva película y un nuevo contrato para una campaña publicitaria. Su vida iba mejor que nunca y eso que era sólo el comienzo. Aquel lugar era mucho mejor que Chile y la alejaba de todos sus malos recuerdos.

Su pequeña familia se le había desarmado muy temprano. Por años su padre sufrió con las ansiedades de su trabajo y tener que acarrear con toda su familia al hombro hizo que terminara por suicidarse cuando Dietz tenía tan sólo 13 años. El trauma de aquello tan fuerte caló hasta lo más profundo de la chica desestabilizando por completo el primer pilar de su vida. Fue un dolor enorme que cada día la hacía pensar que él se había ido por su culpa.

La muerte de su padre desató la locura de su madre. La mujer cayó en una dependencia irreversible al alcohol e incluso con algunas sustancias ilícitas que ya no la tenían en su sano juicio. Estaba perdida, inestable, irresponsable, errática y prácticamente incapacitada para ejercer su labor maternal.

¿Qué fue lo qué pasó? Abandonó a su familia.

Esperó que Natalia cumpliera su mayoría de edad para huir dejando solamente una nota en la mesa de la cocina, la cuál pedía disculpas por su cobardía, pero también le dejaba el peso a la chica de cuidar a Laura, su hermana menor.

¿Qué rayos hacía una pobre chica recién salida del Liceo con su hermana menor al cuidado?

Bueno, tuvo que aprender a salir adelante.

Lo que empezó como un pequeño trabajo para reunir dinero para ella y su hermana se convirtió en la profesión de su vida: La actuación. Pasó el tiempo y ella se convirtió en la cara principal de las teleseries chilenas, luego del cine importante del mismo país; yendo a varios festivales internacionales y más.

Vaya impresionante giro para alguien que había había pisoteado por la vida.

Su nombre comenzó a ser bastante conocido. Sin embargo, llegó un momento en donde Chile ya no la dejaba respirar con tan malos recuerdos. Tomó todas sus cosas, a su hermana y se fue a vivir a España. La ciudad de Barcelona le prometía mucho y ya tenía varias ofertas de trabajo.

Después de establecerse 1 año allí, Dietz podía decir que estaba en su mejor momento y que los malos recuerdos del pasado comenzaban a quedar atrás.

¿Qué mejor ahora? Ya gozaba de una establecida carrera que poco a poco hacía que sus traumas del pasado sólo fueran una neblina en su memoria.

—¡Es por aquí!

La voz de Natalia se alzó entre el bullicio de la gente y la música para guiar a sus amigas a través del mejor club de Barcelona. Era una noche de festejo, así que había sido ella la que propuso poner la billetera en la mesa e invitar a sus amigas a celebrar junto a ella todos sus logros de la manera más exclusiva posible.

—¿Acaso reservaste todo el club o algo? —se escuchó la voz de Camila mientras caminaban; una de sus amigas.

Rió—No doy para tanto. Sólo pedí la joyita del lugar, la cuál va a ser sólo para nosotras esta noche —miró a sus 5 amigas a sus espaldas y todas sonrieron emocionadas.

Una gran sala VIP, una barra privada, pista de baile, lugares cómodos para sentarse, sin más personas molestando y con una vista espectacular...Y todo era para ellas.

Los pasos de la rubia guiaron a su grupo por unas escaleras hasta llegar a lo que era el área privada. Habían alrededor de 5 de las famosas salas VIP y era muy raro y difícil encontrar una disponible, por eso Natalia estaba emocionada, ya que había logrado hacer la mejor reservación a tiempo.

—Buenas noches, tengo reservada la sala Diamante número 5 —habló la actriz cuando llegó con el hombre encargado.

Él la analizó—Su nombre.

—Natalia Dietz.

Sonrió—Un gusto conocerla —la había reconocido—. Claro, tengo aquí su nombre —buscó entre sus cosas una tarjeta color dorado—. Esto le da acceso a la sala y a cada uno de los beneficios que vienen incluidos en ella.

Adriana, otra de sus amigas, celebró a sus espaldas—Hoy será una gran noche.

—Cualquier cosa que necesite estaré aquí afuera —ella tomó la tarjeta—. Que tengan una maravillosa noche.

—Gracias —sonrió la rubia dándose vuelta hacia sus amigas—. Muy bien chicas, esta sala es nuestra por hoy ¡A celebrar!

Todas ellas corearon de alegría dispuestas a hacer ingreso a la sala VIP hasta que oyeron una voz a sus espaldas.

—Disculpen, un segundo...¿Ustedes han reservado esta sala?

Todo el grupo femenino se volteó cuando oyeron a un hombre hablar. Efectivamente, se trataba de un chico que parecía de su edad y era seguido por otros seis muy similares a él.

Natalia se abrió paso entre sus amigas para quedar adelante y frente al muchacho y lo analizó un poco confundida—Hola, sí...¿Hay algún problema?

Al oír la respuesta el recién llegado alzó sus frondosas cejas—¿Estás segura?

El chico era alto, moreno, con respingada nariz, de cabello castaño oscuro, redondos ojos del mismo color que hacían contraste con la camiseta color negro que estaba usando y tenía un acento español distinto a todos los que Dietz había oído. Aquel era un poco menos marcado, con las pausas en la S un poco más suaves e incluso con unas curvas rítmicas que no estaba siendo capaz de reconocer.

—Muy segura —alzó la tarjeta en su mano.

El hombre inclinó su mirada un poco más hacia el lado para no mirar a las mujeres, sino al chico que trabajaba ahí y que le había dado acceso a las mujeres a la sala.

—Lo digo porque...Nosotros reservamos este lugar también.

—¿Qué? —cantó el grupo femenino.

Inmediatamente todas las miradas se fueron al trabajador del lugar el cual se vio levemente intimidado por tanta atención que estaba recibiendo

—Eh...Yo...—revisó unas cosas en su tableta portátil y luego de unos segundos una mueva apareció en su rostro—. Efectivamente...Tengo dos reservaciones para esta sala, en el mismo horario.

—¿Qué? ¿Cómo es eso posible? —alegaron todos.

—Debió haber sido un error de administración, lo siento mucho —trató de disculparse él aún teniendo a toda una manada atacándolo.

—Felicidades Pedri, primera vez haciendo una reservación por nosotros y ya la has cagado —susurró uno de los acompañantes del representante de aquel grupo en su oído. Este sólo lo apartó con el hombro, incómodo por la situación y en comentario.

—Nada de lo siento aquí, debe darnos una solución —lo encaró Natalia—. ¿Cómo un lugar de tanto prestigio como este va a cometer un error así? ¿Quién hizo la reservación primero? ¿Yo o él?

—Eh... —el muchacho buscó en su aparato—. No tengo registro de esa información, no guardamos los detalles de las reservas VIP por privacidad a nuestros clientes.

Todos se quejaron.

—Vaya, qué conveniente —masculló la rubia.

—¿No tiene otras salas que estén disponibles? —el moreno alzó su voz hacia el hombre.

Negó—De las 5 que tenemos esta es la única disponible.

Por un momento guardaron silencio meditando en qué iban a hacer. No tenían muchas opciones y al parecer ninguno de los dos grupos tenía intenciones de irse.

—Pues, nosotras llegamos primero y ya tenemos la llave —trató de concluir Natalia.

—Pero nosotros también la reservamos e incluso hicimos el pago. No vamos a ir a otra parte —respondió quién estaba siendo el vocero del grupo.

—Pues nosotras tampoco —se cruzó de brazos.

—La única solución que puedo darles es ofrecer que compartan la sala todos juntos y, como disculpa de la casa, su dinero será reembolsado.

—¿Compartir? —se giró la rubia—. Seremos 12. Ni de chiste voy a compartir mi noche con unos tipos que ni conozco. Nosotras llegamos primero.

—¿En cuánto se desocuparía otra sala? —trató de suavizar Pedri.

El chico del club hizo una mueca—Como a la 1 de la mañana.

Ellos se lamentaron, eran recién las 8 de la noche.

Pedri y sus amigos futbolistas habían llegado a ese club con el fin de celebrar. El primero, y como el mayor del grupo, había sido el encargado de realizar la reserva, casi en contra de su voluntad ya que él no era una persona a la que le gustara mucho salir. Prefería quedarse en su casa celebrando lo que fuera pero en esa ocasión eligió hacer una excepción...Y salió mal.

—Sabemos que todo es culpa de nuestra administración, es por eso que les ofrecemos en compensación la gratuidad del uso de la sala, pero deberán compartirla... —continuó el muchacho.

—Nosotras no vamos a compartir nada.

—Nosotros tampoco.

Todos guardaron silencio cuando fueron las voces de Pedri y Natalia las únicas que se oían protestar.

—Llegamos en igualdad de condiciones aquí, creo que deberíamos mediar todo esto de alguna forma más justa —siguió el canario.

—Nosotras llegamos primero, creo que esa es una buena forma de mediar las cosas.

—No lo es, ¿Podrías tratar siquiera un segundo de ser racional?

Uh... —se escuchó por parte de los hombres.

—Hermano, bájale un cambio —susurró Pablo Gavi en su oído.

La chilena alzó sus cejas sorprendida por el comentario que había recibido y avanzó un par de pasos para quedar más cerca del hombre.

—Estoy siendo muy racional, créeme —lo analizó de pies a cabeza—. Mira, hoy estoy muy feliz, y no voy a dejar que algo me arruine esta noche...Así que con su permiso, nosotras nos vamos a celebrar.

—Oh no, no van a ninguna parte —el grupo masculino se les puso en frente para evitar su avance.

—¡Hey! ¡Muévanse! —reclamó la rubia siendo respaldada por sus amigas.

—¿Acaso sabes quién es ella? —atacó Camila apuntando a la rubia.

Ésta giró su cabeza para murmurar por lo bajo, no teniendo intención de que su identidad se revelara—Cállate.

—¿Realmente sabes quién es ella? —le susurró ahora Alejandro Balde al oído a su amigo, evidentemente reconociendo a la actriz.

—¿Realmente sabes quién es él? —de la misma forma, Adriana le susurró en su oído reconociendo al futbolista.

—No y no me importa —contestaron los principales aludidos al mismo tiempo.

Al oír que sus voces congeniaron se fulminaron con la mirada.

Incómodo...

La chilena agitó su cabellera tratando de no dejar caer su armadura de frialdad y volvió a conectar sus ojos con los del moreno. Ambos sintiendo como si una especie de corriente eléctrica los estuviera recorriendo. Había algo en la mirada del otro que les estaba confundiendo.

—Yo no voy a ceder —dijo ella con voz dura.

—Yo tampoco —respondió él de la misma manera.

—¿Puedo opinar?

—¡No! —gritaron todos al unísono cuando el chico del club habló.

Él trabajador tragó saliva nervioso e intimidado pero aún así cobró valor para hablar—: Pueden discutir por horas pero lamentablemente la mejor opción es que compartan la sala, así todos gozaran el beneficio...Y gratis.

El grupo volvió a echarse miradas, siendo Pedri y Natalia, cómo líderes de cada grupo, los que se atacaban con más intensidad.

—Ustedes deciden.

—No haremos nada de eso —escupieron ambos al mismo tiempo.

Qué mal.

Porque compartir fue exactamente lo que hicieron.

Finalmente, y ya casi a regañadientes, se vieron en la obligación de entrar todos a la sala VIP o nadie podría tener una buena noche. El lugar era amplio, sí, pero aún así se topaban con miembros del grupo contrario y eso generaba incomodidad. Al fin y al cabo parte de ambas celebraciones se vieron arruinadas. Nadie pudo festejar a gusto de la forma que querían.

Natalia estaba enfurecida. No podía creer que un completo desconocido había aparecido con su séquito para echar a perder su noche. No tenía idea quién era él, pero desde ya lo odiaba.

Estuvo fulminando al tipo con la mirada por casi 2 minutos sin detenerse desde su rincón. De repente, las ganas de seguir discutiendo y causando conflicto la invadieron y comenzó a caminar directo a la barra, en dónde él se había mantenido. En ese momento estaba solo, así que aprovechó la oportunidad.

Por el rabillo del ojo el futbolista notó que se acercaba, no sabía cómo pero ya había logrado memorizar parte de su silueta y de sus características físicas más evidentes como para saber que estaba caminando en su dirección. Mentalmente se preparó para tener que discutir otra vez.

Al inicio ella no dijo nada; ni siquiera le miró, sólo se apoyó en la barra y le pidió al chico que preparaba los tragos algo a lo que el canario no le prestó atención. Le observó con cuidado, y se reprendió a sí mismo cuando se dio cuenta que la estaba mirando demasiado, mientras que ella ni siquiera le había echado un ojo.

Estaba jugando a ser indiferente, se notaba.

Pedri la analizó detalladamente. La oscuridad del lugar que sólo era iluminado por las luces de colores no le permitía apreciarla con más persistencia. Pero le llamaba la atención su cabello rubio, pero no un rubio fuerte; se notaba que era naturalmente castaña. También su pequeña nariz, los 3 tatuajes minimalistas que descansaban debajo de su oreja, en su antebrazo y en la parte trasera de su brazo izquierdo y también sus definidos labios que en ese momento estaban cubiertos por un labial rojo que podría sobresalir de cualquier lugar.

—Toma una foto, te dura más.

González se removió en su lugar avergonzado cuando se dio cuenta que había sido descubierto. Dietz ni siquiera lo miró cuando le dirigió la palabra, sólo disfrutó verlo tenso por el rabillo del ojo. Nadie dijo nada más.

Segundos después, el chico de la barra terminó el pedido de la chilena entregándole dos vasos de un trago que el futbolista desconocía. Uno se lo quedó ella, y el otro lo arrastró con cuidado hasta que llegara junto a la mano del contrario.

Recién allí ella le miró.

Le miró expectante a su reacción, esperando ver qué hacía luego de que ella le ofreciera algo de beber. Al inicio no sucedió nada, el hombre sólo observó el vaso en silencio por un instante.

Soltando una risa nasal Pedri extendió su mano derecha y sus dedos tocaron el frío vidrio del vaso para arrastrarlo hasta quedar junto al de la chilena. La rubia lo observó con atención sin entender bien lo que sucedía, solamente dedicándose a analizar cada movimiento del hombre que ahora se apoyaba en su antebrazo izquierdo sobre la barra tratando de no doblegar su mirada.

—Yo no bebo —soltó dejando a entender que eso no era un aspecto de su vida que lo avergonzara o debilitara.

Natalia se enfocó en como la camisura de sus labios había quedado levemente abierta después de responder dándole el espacio para darse cuenta de la particular forma que sus labios tenían; no lo había visto antes.

Chasqueó la lengua saliendo de su trance y su mano jugó con el vaso que era suyo—No me digas, eres un santo.

Hizo una mueca negando—No, simplemente no es parte de mi dieta. Prefiero omitirlo.

Asintió entiendo su punto pero sin olvidar que atacaría todo lo que diría—Bueno, tienes razón, porque de santo no tienes nada —se separó de la barra dispuesta a irse no sin antes acercarse a él y decirle—: Weon.

Un poco confundido por aquella desconocida palabra, vio como ella dio media vuelta para alejarse de él y la cercanía hizo que parte de las hebras de su cabello chocaran con su hombro y su cítrico perfume le hizo cosquillas en las fosas nasales.

—¿No te vas a llevar tu otro trago? —justo cuando pensó que su discusión había acabado paró en seco al oír su voz—. Yo no me lo voy a tomar.

Se mordió el interior de la mejilla tratando de aguantarse una muy mala reacción y puso la mejor de sus caras para darse vuelta y regresar a la barra. Pedri la miró con atención y el perfil de la chica se irguió ante él, notando como las luces rojas del salón iluminaban ciertos rincones de su rostro, como la punta de la nariz y sus pómulos.

Natalia levantó el vaso que ya traía en la mano para que él centrara su atención en eso para posteriormente llevárselo a la boca, haciendo desaparecer el líquido en su interior en cosa de segundos. El vidrio resonó sobre la madera cuando acabó y repitió la acción con el que le había pedido a él. Se lo mostró, lo dirigió a sus labios y el amargor del alcohol acarició su garganta por un limitado tiempo. El vaso resonó de nuevo en la barra y sus ojos marrones volvieron a encontrarse.

—Gracias —el sonrió de lado—. La próxima vez que nos veamos recuérdame pedirte un juguito de manzana para tu sano paladar.

—Ah ¿Entonces asumes que me verás de nuevo? —escupió alzando una ceja y buscando molestarla.

Abrió la boca sorprendida e inconsistentemente se le escapó una corta risa—Chuta, ¿Yo? ¿Querer verte a ti de nuevo? —echó la cabeza hacia atrás riendo haciendo que su cabello se agitara con suavidad; Pedri lo notó—. Ni muerta. Espero esta sea la primera y última vez que tenga que verte. Me arruinaste mi noche. Se supone que hoy celebraría con mis amigas un logro importante para mí.

—Pues yo estoy igual —se encogió de hombros—. Hoy celebraba algo...Importante, y eso que no soy una persona que acostumbre a salir...

—Se nota, tienes toda la cara de ermitaño español —lo interrumpió.

Apretó la mandíbula y Dietz no pudo evitar notar cómo se le tensaban los músculos—Y tú tienes toda la cara de de una arrogante...

Su voz quedó en el aire cuando no supo como completar la frase. En todo ese tiempo que había pasado con ella no había sido capaz de adivinar su procedencia o a qué nacionalidad le recordaba su acento. Sólo sabía que española no era. Pero ese acento marcado, tono de voz fuerte, que incluso que llegaba a sonar altivo con un ritmo similar al de una montaña rusa no lo había oído nunca.

Al ver qué le pasaba ella sonrió—Obvio, eres europeo, te apuesto a que ni siquiera sabes que mi país existe.

—No soy un ignorante.

—Desde que llegaste aquí me demostraste todo lo contrario.

—Podría decirlo lo mismo ya que no sabes pedir una reservación.

—¿Y tú? ¿Con qué cara me lo dices? —se le acercó peligrosamente—. Oh, no me recuerdes la volá que lamentable nos hizo conocernos. Arruinaste mi noche.

—Y tú la mía.

Gruñó apretando las manos—¿No podías...Simplemente no aparecer? Si hubieras llegado 5 segundos más tarde esto no hubiera pasado y jamás te hubiera conocido.

—No tienes idea como a mí también me hubiera gustado saltarme la parte de conocerte —la miró de pies a cabeza—. Dabas la impresión de ser una persona amable.

Rió enseñando sus dientes—Uy, lo lamento tanto —dio dos golpecitos en su hombro—, mi intención no era arruinarte las ilusiones. Ya no podrás soñar conmigo, supongo.

Pedri no dijo nada, sólo la miró incrédulo negando con la cabeza en forma horizontal. Estaba sorprendido por el sarcástico y molesto carácter de la chica. Tal y como había dicho, se había llevado una mala sorpresa al conocerla.

—Ya, no pongas esa cara de fantasma, era una broma. No creo que aún debas soñar conmigo, es muy pronto para nuestra relación —lo molestó guiñándole un ojo.

—Eres insoportable —se le acercó.

—Y tú un completo idiota —se acercó de la misma manera.

—Si tanto te quejas por tenerme cerca ¿Por qué no te vas al otro lado de la sala a fastidiar a alguien más?

—Oh, es justo lo que haré para no tener que seguir viéndote la estúpida cara —se apartó—. Ten cuidado con la barra, creo que en realidad no sirven juguito de manzana para hombres como tú.

Y sin esperar que él le rebatiera otra cosa, Dietz se retiró triunfante pero aún así molesta. Todo lo que implicaba la presencia de ese hombre desconocido le estaba generando migraña, y estaba agradecida de pensar que mañana sería otro día y no tendría que preocuparse por verle la cara.

Pedri soltó un quejido de sus labios y se tomó la cabeza entre las manos, igualmente frustrado y estresado. ¡Qué carácter tenía esa chica! Era realmente insoportable y estaba seguro de que le había sacado una cana o alguna espinilla solamente por estrés.

Pero en el fondo, ambos se maldecían por haberse dado el tiempo de analizarse mutuamente al detalle. Ahora, cada rasgo distintivo de cada uno estaba pegado en un rincón de su mente.

El futbolista soltó un suspiro ya un poco más relajado y miró al techo para decirse a sí mismo:

—Feliz cumpleaños para mí, supongo.

Bueno, no todas las celebraciones se dan como uno quiere ¿No?






















































AY MADRE MIA ES HOY

NO PUEDO CREER QUE YA ESTAMOS EN EL PRIMER CAPÍTULO AAAAA

qué les pareció? opiniones de nuestros personajes? de la relación que tendrán? de su pequeño altercado? AH, LES ESTARÉ LEYENDo <3

ay es que estoy muy emocionada por este proyecto y quiero subir TODO DJXNDKX al inicio les dije que tenía escrito hasta el capítulo 9 pero ya voy en el 11 muajaja así que espero, por un tiempo, estar actualizando esta fic semanalmente.

espero les guste tanto como a mí!

HASTA LA PRÓXIMA!

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