𝐨𝐨𝟐. malos reencuentros

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❝ now we got problems
and i don't think we can solve 'em
you made a really deep cut
and baby, now we got bad blood ❞















































malos reencuentros, pero a la
vez primeros encuentros. ya me
van a entender ❞

✦•─────OJALÁ NATALIA PUDIERA OLVIDAR el mal sabor de boca que la noche en el club le había dejado. Había sido todo tan odioso, complicado e incómodo, que finalmente no pudo festejar como quería ya que tenía otro grupo de hombres mirándolas desde la otra esquina. En fin, las cosas no salieron como ella esperaba y ahora tenía en su lista de odio a un desconocido que esperaba no tener que ver nunca más.

Pasaron dos días y uno de los motivos por los que la chilena había ido a celebrar ya estaba llevándose a cabo. Ya había llegado a un set para una sesión de fotos con lo que sería su nueva campaña publicitaria: Adidas. La empresa la había reclutado para poder ser la cara femenina de la nueva colección deportiva "Legacy" haciendo referencia a las nuevas generaciones que estaban tomando el volante de la sociedad.

Ella estaba muy emocionada. Era algo grande, uno de los avances más grandes que había tenido en su carrera hasta el momento. Sería el rostro de una gran empresa, de una gran campaña...Y también ganaría buen dinero por eso; su contrato era bastante favorable.

—Entonces ¿Puedo posar contigo en las fotos?

Dietz soltó una suave risa mientras caminaban y miró hacia abajo.

—No, eso no lo puedes hacer.

Vio como su hermana menor Laura hacía un pequeño puchero mientras avanzaban a su lado. Ambas ya estaban en el set de la sesión de fotos y la actriz había llevado a su hermana consigo, como siempre lo hacía en ocasiones como esa.

—¿Y sí me van a dar algún regalo? ¿Como ropa deportiva? —juntó sus dos manos mirando hacia arriba.

Volvió a reír—Oye, la del negocio soy yo, no tú —la menor hizo una mueca—. Pero...Te prometo —le tomó la mano unos segundos— que con lo que gane aquí te voy a comprar algo que te va a encantar.

—¿Mejor que ropa deportiva?

Silbó—Muchísimo mejor que eso.

No era mentira. Dietz tenía una gran idea en mente para invertir el dinero que iba a ganar. Era un sueño y un proyecto que llevaba queriendo llevar a cabo por mucho tiempo y que sería asombroso para su pequeña familia.

—¡Nat! ¡Por aquí! —la chilena oyó una voz a lo lejos y sonrió cuando vio a Maira; la agente que la había contactado.

—Hola —se saludaron con un corto abrazo cuando se encontraron—. Espero haber llegado a tiempo

—Horario perfecto —la española de cabello oscuro miró su reloj sonriente.

—Traje a mi hermana menor, si no te molesta. No me gusta dejarla tanto tiempo sola. Se porta muy bien, te lo juro, sólo va a mirar.

—Hola, soy Laura. Es un gusto conocerla —saludó la menor extendiendo su mano a la recién conocida, tal y como su hermana mayor le había enseñado que debía hacer. Ésta sonrió complacida.

Maira miró a la actriz haciendo una mueca gratamente sorprendida y tomó la mano de la niña—El gusto es todo mío, Laura.

—Espero no te moleste que la haya traído.

—No, para nada —negó con una sonrisa—. Si no influye en la sesión de fotos por mí todo bien.

—Siempre acompaño a mi hermana cuando le toman fotitos y siempre me porto súper bien —las mayores celebraron su comentario.

—Es un ángel —le susurró Maira sólo para que Natalia pudiera oír—. Tus padres debieron educarla muy bien.

A la rubia se le apretó y estómago y se vio en la obligación de tragarse el nudo que se había formado en su garganta. ¿Educación de sus padres? Había sido ella quién la había educado, quién le había enseñado modales y a ser una persona amable. Si ella hubiera aprendido cosas de sus padres sería una persona terrible.

Al final la mayor no dijo nada, sólo hizo una mueca que dio por finalizada la conversación.

—Este va a ser tu camerino —llegaron a un trailer gris—. Adentro te están esperando para que te cambies ropa, te maquillen, te peinen y te preparen. Los 2 conjuntos que lucirás por hoy están ahí.

—Te lo agradezco mucho —le sonrió subiendo la escalera hacia la puerta y tomando de la mano a su hermana menor—. Ven, vamos, será divertido.

—¡Sí! —celebró ella dando cortos saltitos antes de seguirla al interior.

La preparación no fue larga. Dietz se cambió de ropa con el primer conjunto deportivo que constaba de un top y una calza —leggins, licras, o mallas, como se dice en otros países—, ambos en tonalidades blancas y verde agua. La verdad eran prendas muy bonitas y bastante cómodas; cumplían su promocionado propósito.

La maquillaron en cortos minutos ya que no tenía que ser nada ostentoso, sólo al natural, y la peinaron con dos trenzas boxeadoras cayendo a cada lado de su cabeza. Las personas que la arreglaron adularon su belleza y lo bien que se veía con la ropa; era perfecta para aquel trabajo.

Por supuesto que la opinión que más le importó fue la de su hermana menor, la cual le regalaba dos pulgares arriba cada vez que se cambiaba, la maquillaban o la peinaban, estando de acuerdo con todo lo que le hacían y celebrando como lucía.

—¡Te ves preciosa! —halagó Maira cuando la vio salir de su trailer—. El conjunto te queda perfecto, literalmente era para ti.

—Gracias —sonrió terminando de bajar y con Laura contenta a su lado—. La ropa realmente está muy cómoda. Me hace sentir bien promocionar algo que realmente sirve.

Rió—Me alegro. Ahora ven, sígueme —comenzaron a caminar—. Como hablamos por teléfono esta campaña de Adidas se trata de las nuevas generaciones, así que tú encabezas y eres la cara del área femenina ¿No es así?

—Correcto, y me siento halagada por la consideración.

—Bueno, ahora quiero que conozcas a quién será la cara masculina de esta campaña y con quién tendrás que trabajar ¿Vale? Es un futbolista.

Abrió los ojos sorprendida—Wow, un futbolista. Yo no sé mucho de fútbol, eso sí.

—Tranquila, probablemente lo conozcas, es bastante famoso. Es lo mejor que tienen el Barcelona y la selección española hoy.

—Suena interesante.

Las tres mujeres llegaron al set donde todas las cámaras ya estaban listas y la decoración para tomar las fotografías también. Estaba lleno de personas trabajando y también se podían ver otras personas con conjuntos similares al de ella, tanto en masculino como en femenino; debían ser los extras que pasarían con ellos.

—Mi colega te estará esperando detrás de las cortinas de allá —apuntó un área metros más allá—. Él te dará las próximas instrucciones y conocerás a tu compañero.

—Muchas gracias, iré de inmediato —sonrió.

—¡Suerte! —luego se agachó hasta llegar a la altura de Laura—¿Quieres venir conmigo para conseguirte una buena silla adelante y veas mejor a tu hermana?

La menor primero le echó una rápida mirada a Natalia buscando su permiso y ésta asintió sonriente, animándola a ir.

—¡Claro! —dio cortitos saltos en su lugar para luego tomar la mano de la agente y seguirla entre las cámaras. Sólo se volteó atrás un segundo para despedirse de su hermana moviendo la mano. Ella le respondió de la misma forma.

Dietz tomó una gran bocanada de aire y pegó media vuelta para ir al lugar indicado. La gente a su alrededor la saludaba e incluso le dieron una botella de agua. Se sentía en un ambiente cómodo.

Uy, si supiera.

Cuando llegó donde tenía que ir un hombre alto de cabello corto la recibió con una sonrisa.

—Natalia, hola, es un gusto conocerte —se dieron un corto abrazo.

—Muchas gracias.

—Bueno, ya vamos a empezar la sesión de fotos que primero será individual y luego en grupo, pero primero quiero presentarte a tu compañero, supongo que Maira ya te habló de eso.

—Sí.

—Bien —se alejó un poco para llamarlo—: ¡Eh! ¡Tío! Ven un segundo, tengo que presentarte a alguien.

La chilena esperó unos segundos en su lugar tratando de imaginar en su cabeza quién era ese tan aclamado futbolista con el que estaría trabajando. Le generaba demasiada curiosidad.

Sin embargo, cuando la persona llegó frente a ella la mandíbula se le cayó al suelo.

Ella lo miró.

Él la miró.

—Bien Pedri, quiero presentarte a Natalia.

Nadie dijo nada.

—Natalia, Pedri, Pedri, Natalia —el agente los señaló mutuamente—. Van a trabajar juntos así que les daré unos segundos para que se conozcan mientras voy a preparar todo.

Sin que le prestaran mucha atención, el hombre se fue mientras ambos chicos se estaban quemando con la mirada sin poder creer lo que veían.

Hasta que exclamaron al unísono:

—¡¿Tú?!

Efectivamente, Pedri y Natalia se habían vuelto a encontrar.

La chilena no podía creer lo que sus ojos estaban viendo. Los recuerdos de unas noches atrás le devolvieron la imagen de aquel chico con el que había peleado en el club y que había decidido odiar, y esas imágenes ahora calzaban perfectamente con la persona que tenía en frente.

Era él.

El futbolista casi sufre de migraña de sólo ver a la rubia ahí. ¿Cómo olvidar a la chica que le hizo la vida imposible la noche de su cumpleaños? Esa misma cara que quería olvidar y esa misma persona que había jurado no volver a ver otra vez ahora estaba ante sus ojos una vez más.

Era ella.

—¿Tú eres el tan famoso futbolista? —escupió ella.

—¿Y tú eres la tan famosa actriz? —le siguió.

Ahora ambos entendían porque sus amigos se sorprendían de que ellos no se reconocieran mutuamente. Los dos eran famosos, pero ninguno estaba pendiente del área laboral del otro. Había sido una muy mala coincidencia.

—Ay no, no puede ser, me voy a desmayar —dijo ella tomándose el puente de la nariz—. No puedes ser tú, mil veces no.

—Mi día ahora es una maravilla. ¿Cómo carajos sucedió esto?

—¿Cómo voy a saberlo yo? —puso sus brazos en jarra—. ¿Crees que mi mayor deseo en la vida era trabajar junto a una de las personas que en este momento más odio?

—No puedo creer que realmente estoy de nuevo contigo en el mismo lugar. ¿Vas a volver a reclamar y vas a echar a todo el mundo de aquí igual que el otro día? —imitó la posición.

Abrió la boca sorprendida—Pues vaya, tienes valor muchacho. Y mira, fíjate que lo voy a comenzar a pensar...¡Pero para que tú te largues de aquí!

—Es una pena —ladeo la cabeza—, porque no me voy a ir.

—¡Pues yo tampoco!

—¡Bien!

—¡Bien!

—¡Maravilloso!

—Escúchame...Pedri —lo apuntó. Se sintió extraño finalmente llamarle por su nombre—. No me importa quién seas en realidad o lo muy famoso que seas. No voy a permitir que me vuelvas a arruinar algo...Mucho menos este trabajo.

—¿Y crees que yo sí? —se cruzó de brazos y se le acercó peligrosamente—. Yo tampoco voy a dejar que me arruines esto y me niego a trabajar con alguien como tú.

Rió sarcásticamente y no le tuvo miedo al desafío: se le acercó de la misma forma—¿Alguien como yo?

—Sí. Altanera, orgullosa y con complejo de superioridad.

En ese momento algo interrumpió las palabras del español.

Agua.

Dietz había abierto su botella de agua y en el momento que él menos lo esperó la apretó para que un buen chorro cayera sobre la cara del contrario.

—¿¡Qué te pasa!? ¿¡Estás loca!?

Sus voces comenzaban a ser oídas por el público.

Ella sonrió satisfecha mientras lo veía retroceder y quejarse—Pues yo tampoco tengo intención alguna de trabajar con alguien tan molesto, insoportable y ridículo.

Ahora a ella se le vieron interrumpidas las palabras.

Con agua.

Pedri alcanzó una botella igual a la suya que había sobre una mesa, y aprovechando el momento en el que se había volteado, la abrió y repitió la misma acción que ella con él segundos antes: Apretó la botella con más fuerza que ella y un gran choro de agua impactó directo en su cara.

—¡Oye! ¡Qué wea! ¿Cuál es tu problema? —se quejó mientras trataba de secarse la cara y recuperar visibilidad.

—Oh, perdón, ¿Te molestó? —dijo con sarcasmo—. ¡Pues así me sentí yo!

—¡Antes muerta que trabajar contigo! —siguió lanzándole agua de lo que le quedaba en la botella—. ¡Te odio!

—¡Pues yo no tengo un sentimiento diferente! —imitó la acción con el resto de su agua.

—¡Deja ya de meterte en mi vida!

—¡Y tú en la mía!

—¿¡Qué rayos está pasando aquí!?

Ambos detuvieron su guerra cuando Maira y el agente que estaba con Pedri aparecieron entre las cortinas con una expresión facial como si hubieran visto un fantasma. Observaron toda la escena. Natalia empapada, González empapado, el suelo empapado, su ropa arruinada, maquillaje y peinado.

Era un verdadero desastre.

Una vergüenza.

—¿Por qué? ¿Por-Por qué? ¿Por...? —la mujer miraba todo y no podía encontrarle sentido—. ¿Qué les pasa? ¿Por qué estaban peleando?

—Resulta que sí conozco al weon después de todo —la actriz lo apuntó.

—¿Cómo me dijiste? —se vio confundido y la rubia rió al verlo aturdido por una palabra chilena que él no conocía.

—¿Y qué con eso? ¿De repente decidieron que se odian y que van a pelear?

—Sí —respondieron ambos al mismo tiempo.

—Ay, Elías me va a matar —susurró Maira al recordar a su jefe y las posibles cosas que haría si sabía de aquel altercado.

—Samuel aquí debe haber un error, de verdad no puedo trabajar con ella —dijo el futbolista apuntándole y el hombre que los había presentado se encogió de hombros.

—No creo que haya otra alternativa.

—¡Debe de haberla!

—Muy bien, muy bien —Maira se puso en medio de ambos y les susurró—: No puedo creer que le vaya a decir esto a dos celebridades pero dejen de actuar como unos niños —los aludidos se echaron una mirada ardiendo en ira—. Mírense, están todos empapados. Mejor pónganse a rezar de que nadie más haya visto este escándalo o se va a armar uno peor.

—Pero... —hablaron al mismo tiempo.

—Nada de peros —levantó sus dedos índice—. Nos vamos. Deben cambiarse de ropa y empezar de cero. No puedo creerlo, realmente no puedo creerlo.

A regañadientes, cada agente respectivo se llevó a uno de los involucrados por distintas direcciones. Ambos pidiendo perdón a los mayores y explicando sus razones detrás de su encontrón. Aún así, todo lo que dijeran no era suficiente para justificar la escena que se habían mandado.

Algunos se habían dado cuenta y los veían pasar en silencio. Otros ni siquiera se habían percatado de su discusión pero sí los vieron salir de su escondite con agua escurriendo por sus cuerpos.

¿Qué harían ahora?

Parte de la euforia se les había ido y ahora sentían un poco de vergüenza. Realmente cada uno se había excedido un poco más de la cuenta.

Sin embargo, y en distintas ubicaciones dentro del estudio, ambos se quejaron ante sus agentes respectivos diciendo:

—¡No vamos a trabajar juntos!

¿Están seguros, muchachos?






















































































AAAAY DIOOOOSSSSS SEGUNDO CAPÍTULOOOOO

cómo están?? cómo les va gente?? un jueves de fútbol distinto ya que estos capítulos los tenia listos mas los otros no:c mil perdones. ando de viaje y tengo 919292929 cosas que estudiar

EEEN FIN, qué les pareció??? este reencuentro caótico?? la pelea de agua?? todo??? CUENTENME QUÉ LES GUSTÓ <3

mi propósito es actualizar esta fic semanalmente o al menos hasta que se me acaben los capítulos djdjd pero así como vamos tendríamos como 11 semanas con capítulos seguros. qué opinamos? 🤑🤑

30 votos para actualización

denle mucho amor ya que esta fic es mi nuevo bb y quiero avanzarla ya😭

SEE YOU SOON

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