o27. ❝ you don't feel remorse, you don't feel the effects, 'cause you don't think you hurt me if you wish me the best ❞

❝ venga natalia, sabemos que te quedó algo de remordimiento ❞

✦•─────• CUANDO NATALIA DESPERTÓ FUE COMO UN EFECTO casi instantáneo.

De forma casi inmediata abrió los ojos como platos a una incierta hora de la mañana. Ella era una persona que siempre madrugaba. Estaba acostumbrada a levantarse temprano gracias a Laura y aquello ya instaurado en su sistema la hizo despertarse rápidamente como si tuviera un reloj incrustado en el cerebro.

Lo peor fue recordar donde estaba.

Lo primero que vio fue algo como un inmenso desierto. Una extensa franja de piel morena sobre la que estaba apoyada.

Pedri.

Seguía en la misma posición en la que se habían dormido aquella noche. Ella sobre el pecho del canario y este con uno de sus brazos rodeándola por la cintura. Seguía durmiendo plácidamente y se oía su profunda respiración. Ella subía y bajaba ligeramente al mismo tiempo que lo hacía el pecho del hombre.

Poco a poco la tentación y la curiosidad la fue matando y alzó su rostro ligeramente hacia arriba y adelante para ver el rostro del hombre.

Mala idea.

Ojalá no lo hubiera hecho.

El mediocampista descansaba plácidamente sin darse cuenta siquiera de sus movimientos. Su cabeza estaba ligeramente hacia un lado, sus labios medianamente abiertos, su cabello extremadamente despeinado y sus párpados cerrados siendo decorados por sus gruesas pestañas que descansaban en ellos.

Era toda una postal.

Pero ella tuvo que desviar esos pensamientos.

Ahora...¿Qué hacía?

Comenzó a sentir que por su cuerpo subía un sentimiento de culpa. Como si hubiera sido descubierta cometiendo el peor de los pecados. Una Eva en el jardín del Edén buscando como cubrir su cuerpo desnudo después de habérselo entregado completamente al canario. Aquel cuerpo que yacía sobre el de él y que por un instante le dio vergüenza tenerlo en esa posición.

Miró a todos lados pensando que hacer y agradeció al cielo al recordar que el hermano mayor de Pedri no estaba ni estaría ahí así que nadie la vería en aquella casa. Pero seguía meditando sus opciones y hubo una que le pareció más racional que todas las otras:

Huir.

Sí, al inicio lo pensó y se sintió como una idiota. Pero ¿Qué más iba a hacer? No tendría ningún sentido despertar juntos. Sabía que ambos se sentirían incómodos, extraños, avergonzados, probablemente pelearían y terminarían aún peor de como habían empezado porque ambos se fueron a dormir con la misma sensación de que lo que habían hecho fue una equivocación.

También recordaba año nuevo y como le había reclamado después al futbolista que la había abandonado como si nada luego de su momento. Pero también recordó su charla del día anterior y se encontró razón a sí misma: Es distinto y casi justificable irse luego de haberse acostado si están en una situación tan culposa como la de ellos.

Se ahorraría muchos problemas. No sólo para ella, sino para él también.

Ahora ¿Cómo se movía sin despertarlo?

Con cuidado apoyó sus dos manos en el colchón, a cada costado del cuerpo de Pedri —cabe señalar que tuvo que hacer un esfuerzo para no mirarle y sucumbir—, de esa forma, se dio un poco de fuerza para impulsarse y levantar todo su tren inferior. Poco a poco comenzó a levantar su pierna derecha que estaba al otro lado lejos de la orilla de la cama y así la logró pasar por encima de González.

No obstante, casi fracasa toda su operación y cae encima de él al darse cuenta de que se había movido ligeramente sobre el colchón. Debió sentir la ausencia de calor sobre él y en su sueño se quejó, mas no despertó.

Dietz suspiró aliviada levantando unos cabellos que se le habían ido a la cara con el resoplido y acabó su misión. Todo su cuerpo estuvo del otro lado del futbolista y con delicadeza logró bajar de la cama.

Ahí, sintió un revoltijo en el estómago.

Ya le estaba dando la espalda al canario y volvió a sentirse culpable por lo que estaba haciendo. Con cuidado y vergüenza se giró hacia él y lo vio dormir con una pequeña punzada en el corazón. Aquel hombre que la llenó de placer en una noche en la que perdieron los estribos seguía ahí ante ella.

Pero...Eso era lo mejor. Era lo que tenía que hacer.

Moviéndose de puntitas por la habitación recogió su ropa encontrándola poco a poco alrededor del cuarto y cuando tuvo todo listo pensó irse y cambiarse de camino. Sin embargo, fue movida a hacer algo antes.

No pensó con totalidad sus acciones, sólo se vio a sí misma en la acción. Regresó hasta la cama y le echó una última mirada al canario descansando. Tomó las sábanas que habían quedado lejos de su cuerpo y con ellas lo tapó. Al sentir el contacto de ellas y de nuevo una ligera calidez en su cuerpo, González se acomodó un poco en su posición mas no despertó.

No supo por qué lo hizo. Quizás por nostalgia, por culpa, porque pensó que podría sentir frío o porque tuvo...Algo de remordimiento.

Pero el remordimiento no era suficiente, ya que de todas formas ella se fue.

EL SONIDO DE LA PUERTA CERRÁNDOSE UNA VEZ que Natalia entró a su departamento se escuchó por toda la estancia. Un pesado suspiro salió de sus labios una vez que se encontró sola y en la seguridad de su hogar y se odió a sí misma al verse atacada por aquel recuerdo durante todo su trayecto hasta llegar a ese lugar. Apoyó su espalda un segundo en la puerta y pensó incluso en darse un cabezazo en ella.

Su mente parecía un campo de guerra y ella estaba siendo incapaz de salir de las trincheras.

Habían pasado dos días desde la última vez que había visto a Pedri. Desde aquella pelea que tuvieron en su trailer donde se dijeron todo el arsenal que tenían y acordaron que acostarse había sido un error y que no iba a volver a suceder otra vez.

Estaban cabreados y avergonzados por lo que había sucedido. Aún no superaban el hecho de que le habían quitado el freno a todas sus fantasías sexuales y a las tremendas ganas que se habían aguantado por tanto tiempo. Se odiaban mutuamente, pero aún así, ese odio fue hundido por un fogoso deseo mucho mayor que cualquier cosa.

No se podía volver el tiempo atrás. Ya estaba hecho, sólo quedaba seguir adelante como si nada hubiera sucedido.

—¿Y tú? Qué wea ¿Te quedaste pegada?

La actriz dio un corto brinco del susto en su lugar cuando escuchó una inesperada voz de la nada. Se preocupó al incio, pero cuando vio a la dueña de aquella voz salir del pasillo hacia la cocina con la mayor normalidad del mundo y como si estuviera en su propia casa, ella se calmó.

—¿Sabes lo que es avisar? —contestó ella—. Onda...¿Avisar que vas a venir, Vivianne?

Su prima recibió su sarcástico comentario con gracia y sacó algo del refrigerador.

—Por algo me diste llaves de la casa. Puedo venir cuando quiera —se encogió de hombros.

—Sí, pero al menos avísame para no llevarme el susto po —reclamó caminando hacia ella—. Te lo digo siempre.

—Ya sé, ya sé —puso un cartón de leche sobre la mesa—. Me portaré mejor.

—Más te vale —captando lo que iba a hacer le acercó un vaso para servirse de aquel líquido.

—¿Cómo te fue en la pega hoy? —preguntó ya que ella venía recién llegando de su trabajo.

—Bien. Un poco molida sí, ya que hoy tocaron algunas escenas de pelea y no estoy tan acostumbrada como creí —se masajeó el cuello.

—Ya veo —rió—. Me emociona que estén casi por terminar de grabar.

—A mí igual. El tiempo ha pasado muy rápido.

—Lo que es yo, espero para ir a la premiere y a la fiesta. Necesito un buen reventón y portarme mal—la apuntó.

Ladeó la cabeza—Lo de portarse mal paso, creo que he hecho muchas weas últimamente.

La actriz dejó sus palabras en el aire mientras que la mayor la seguía con la mirada al alejarse de ella para ir en busca de la jarra con agua dentro del refrigerador. Natalia trató de ignorar el silencio evitando sobrepensar que era por algo malo y cruzó los dedos esperando que su comentario hubiera pasado desapercibido delante de su prima.

Sin embargo, no lo hizo.

—De eso mismo te quería hablar.

La menor se congeló en su lugar al escuchar a Vivianne en un tono bastante serio. Incluso, pudo apostar que se había cruzado de brazos. Aquellas intenciones la asustaban.

Poco a poco y tratando de mantener la calma, la rubia comenzó a girarse para quedar frente a frente a la castaña dándose cuenta que su postura era la que había imaginado. No se le veía tan contenta.

—¿Tú crees que yo soy weona?

La menor tragó saliva en silencio.

—Te conozco caleta, sé que el otro día pasaste la noche en casa de otra persona.

Natalia cerró los ojos, esperando lo peor, lista para enfrentar su vergüenza.

—No te estoy retando o algo por el hecho de que lo hagas porque...Somos adultas. Pero me frustra que no me hayas contado que te estás viendo con alguien debajo del contrato con Pedri.

Al darse cuenta de cómo ella estaba viendo la situación, la actriz soltó el aire que había estado reteniendo en sus pulmones y, sorprendida, se llevó una mano al pecho.

—Oh —hizo una pausa—. Sí...Eso...

—¿Te acostaste con alguien, cochina? —volvió a recriminar—. Laura me dijo que no llegaste hasta la tarde del día siguiente.

—Laura fue a una pijamada a casa de una de sus amigas, no me hables como si la hubiera abandonado aquí sola —reprochó—. Yo misma la fui a buscar después.

—Sucia, pero responsable —dijo por lo bajo.

—Oye —le dio un golpe en el hombro.

—Yapo, cuéntame, no seas egoísta ¿A quién estás viendo? —se acercó ya pareciendo un poco más emocionada que enojada.

—Vivi, no quiero hablar de esto —le pasó por el lado.

—¿Por qué? Nosotras nos contamos todo siempre —reclamó.

—Ya, pero ahora no quiero abrir el tema.

—¿Le contaste a Pedri?

La rubia pareció ahogarse con su propia saliva y comenzó a toser.

—¿Qué?

—Ya sabes, decirle que estás viendo a alguien ya que su noviazgo es falso y puedes hacerlo —se encogió de hombros—. Supongo que puedes decirle.

Frustrada y sin saber qué hacer ante la situación, la rubia se tomó el rostro en las manos. Estaba sin escape.

—Vivi, porfa para.

—Yapo, ¿Con quién te viste? —seguía insistiendo—. ¿Con el chico del bar el otro día?

Apretó los labios—No.

—¿Con Miguel? El doble de riesgo en el set que encontramos lindo —batió las cejas.

—...No.

—¿Entonces quién? —comenzaba a desesperarse—. ¿El de la fiesta?

—No.

—No me digas que te fuiste con ese cantante de...

—No —interrumpió de inmediato.

—¿Arón? ¿Piper?

—No, eso fue sólo un desliz hace tiempo en el set.

—Weona, como dices eso de ese bombón —rió—. ¿Quién entonces? ¿Arturo?

—No.

—¿Manuel?

—Que no —dijo ya estresada.

—¡Dime entonces po weona!

El grito ya cansado de su prima fue la gota que rebasó el vaso. Se quedó en silencio un segundo pensando en sí decirle o no la verdad. Luego, recordó que ella era su prima y que era una persona de confianza que no la juzgaría —bueno, quizás no al inicio—, pero valía la pena hablarle del tema. Pero, si decidía decirle, tampoco sabía cómo. ¿Cómo empezaba explicando semejante metida de pata?

Era complejo, ella se sentía compleja en medio de aquel tema.

—¡Bien! —soltó la rubia estresada y tomó una bocanada de aire—. Ya sí sé, sí sé, me acosté con alguien.

—¿Quién?

Natalia apretó los labios formando una fina línea y miró a su prima con ojos nerviosos mientras ella la miraba con ojos de intriga. Conocía a Vivianne, ella tenía un carácter bastante especial.

Se rascó la nuca—Eh...No me lo vas a creer.

Puso sus brazos en jarra—Si me dices te creo.

La cosa realmente estaba siendo compleja. Sabía lo que la mayor de diría y aún así recordarlo ya era un peso adicional sobre sus hombros.

Se pasó la mano por la boca—Con P...

La mano en su boca hizo que no se le entendieran muy bien sus palabras y eso descolocó a la castaña.

Frunció el ceño confundida—¿Qué?

Repitió el gesto—Con...Dri.

Agotada de tantas vueltas que se estaba dando, la mayor puso sus manos con fuerza sobre la isla de la cocina.

—¿¡Con quién, weona!?

—¡Con Pedri!

Silencio.

El rostro de Vivianne fue completamente un poema. Inmediatamente se le desfiguró la cara pasando de una estresada a una completamente sorprendida. No pudo emitir palabra por los primeros minutos ya que su mente se había bloqueado ante algo que no estaba siendo capaz de entender o creer.

Su prima la observó atentamente esperando alguna nueva reacción o algún estímulo que indicara que estaba viva y que no la mataría. Pero seguía estática hasta que:

Soltó una risa nerviosa—Me estás webeando.

Su rostro mostró aflicción y dejó caer su cabeza estrepitosamente sobre la isla de la cocina.

—No.

Posteriormente la mayor la tomó, la levantó de donde estaba y la sacudió por los hombros como loca.

—¡¿Te follaste a Pedri?! —la movió.

—¡Sí, conchetumare! —la apartó y se volvió a tomar el rostro.

—¿¡Pero por qué!?

—¡No sé!

—¡Pero si te cae como las weas!

—¡Sí sé! —se llevó una mano a la boca.

—Oh, Natalia culiá —se tapó la cara—. Es que yo no te puedo creer esto. De todos los hombres en el mundo te acostaste con el que más mal te cae.

—¿Tú crees que yo no lo sé? —se cruzó de brazos—. Fue un error la wea. Los dos nos dimos cuenta de eso...Pero muy tarde.

—¿Cómo pasó?

Ante la pregunta y los distintos puntos por los que se podía tomar, la menor parpadeó unos segundos en silencio.

—No te estoy hablando de la parte donde te dan contra el suelo weona, ve al grano, lo otro sé cómo pasa —agregó ante su falta de respuesta.

Cerró los ojos—Erí' insoportable.

—¡Ya!

—Es que no sé cómo pasó —se encogió de hombros—. De un momento a otro nos vimos...Acumulando tensión sexual de la nada. Nos pasó en Año Nuevo...

—¿¡En Año Nuevo!? —asintió y la otra se tapó la boca—. Por eso llegaste tan rara. Te tenía cachada.

—¡Ya sé! Pero te juro que ninguno de los dos sabe como pasó. Ya al final nos quedamos discutiendo un día en su casa y...Tuvimos sexo. Ya está, sólo eso.

—Sexo con pelea, ya si eso igual no suena mal —hizo una mueca.

—¡Vivianne!

—Ya, y qué quieres que te diga —se encogió de hombros—. ¿Que te felicite? ¿Que te aplauda? ¿Que te de una medalla? ¿Gaviota de platino?

—No —se movió incómoda.

—Yapo. Te follaste al último en la Tierra al que te querías follar. ¿Cómo pasó? No sé. Espero que no se trate de sentimientos involucrados.

—No —negó de inmediato—. Para nada. Sólo fue...Calentura.

—Ah —chasqueó la lengua y la analizó de pies a cabeza—. Calentura.

—Sí —se hizo la indiferente—. Y ya hablamos del tema. Es algo que no va a volver a pasar.

—¿Hablaron o pelearon?

—Sí, sí, peleamos y qué tanta wea —bufó—. Las cosas vuelven a ser como antes y era.

Hubo un corto silencio en el cual Vivianne analizó a su prima y la veía distinta. Sí, ella había llegado a casa muchas veces con la historia de que se había acostado con alguien. Actores, cantantes, personas famosas o personajes ocasionales en una fiesta. Todos con permanencias irregulares en su vida que se mantenían como algo sin importancia a la mañana siguiente.

Sin embargo, veía algo de remordimiento en ella y eso no lo había notado antes.

La sentía incómoda hablando del tema. Como que buscaba omitirlo o terminarlo rápidamente porque había una parte interna de sí misma que sí se sentía alcanzada por lo que había sucedido con el canario. La mayor de las Dietz no la veía tan indiferente como estaba proclamando ser. Sí, reconocía que era un error, que peleó con Pedri, que las cosas sucedieron de aquella forma y todo lo demás...Pero detrás de esa gélida careta había remordimiento.

Pues...Vivianne no estaba tan perdida.

Pero Natalia jamás lo reconocería.

—Bueno —la castaña retomó la conversación—. Sé que no quieres que te juzgue más así que no lo voy a hacer. Si dices que para ti esto no significó nada, que fue sólo calentura, que lo enterraron en el pasado y no lo volverán a hacer...Yo te creo.

La rubia alzó su mirada con un destello de esperanza y tranquilidad regalándole una pequeña sonrisa a su prima.

—Pero, como tu prima, me tienes que decir si folla bien o no.

La expresión le cambió de inmediato—Puta la wea.

Entre risas de la mayor, Natalia se alejó de ella indignada ante su mala broma y buscó irse de la habitación mientras se guardaba todo su orgullo en el bolsillo.

—Oye, yapo —la voz de la mayor la detuvo y se giró—. Si era broma, oh.

—Si era broma, oh —imitó su voz de forma irónica.

—Pero siempre hablamos de estas cosas cuando pasan. Es normal entre nosotras —se encogió de hombros.

—Sí, pero esta vez no fue algo normal —la apuntó antes de querer voltearse otra vez.

—Ya, al menos dime una cosa —la menor se volvió a girar.

—¿Qué?

Hizo una mueca—No es nada, sólo algo que aprendí en una escena de esa serie que vimos.

—¿Cuál?

Hizo una pausa—Suits.

Entonces, Natalia vio como su prima ponía sus dos dedos índices en el aire; juntos uno frente al otro. Al notar y reconocer aquella referencia al programa de televisión, la menor abrió los ojos como platos.

—Tú me avisas cuando tenga que parar —dijo la castaña.

Posteriormente, ella comenzó a separar lentamente los dedos, moviéndolos hacia atrás y dejando un evidente espacio poco a poco para que su prima le indicara cuando llegaba al tamaño adecuado.

La actriz estaba por perder la cabeza y buscó irse.

—Pervertida —la apuntó dando media vuelta.

—¡No me dejes aquí! ¡Sigo esperando! —alzó la voz.

Cansada de sus bromas y dispuesta a hacerla quedar mucho más sorprendida, Natalia —sin saber de dónde había sacado las agallas— se volvió a girar hacia ella, miró el espacio entre sus dedos en movimiento y escupió:

—Aún no vas ni en la mitad.

Y sin decir otra cosa la rubia se retiró dejando a su prima boquiabierta.

Soltó un pequeño grito—¡Conchetumare! ¡Y sigues viva!

btw esta es la escena y referencia a suits por si alguien no la captó djxjdj:

https://www.youtube.com/watch?v=zv7X-vs616s

HOLA MI GENTE, MIERCOLES DE ICSY COMO SIEMPRE. QUÉ TAL ANDAN?

siento que ya se me bajaron un poco las revoluciones con tanto caos anterior así que tomemos un respiro djdjd

qué les pareció el cap de hoy??? disculpen si estuvo fome o algo, pero me pareció interesante explorar la perspectiva de natalia de toda la situación. qué fue lo qué más les gustó?? apuesto que vivi en la última parte JAJAJAJAJAJ

en fin, siempre se los digo pero, diossssss se vienen tantas cositas. y una de ellas (les tiro el spoiler) es un personaje que conversamos en capítulos atrás. tan tan tannnnn

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gracias por tanto familia, ya somos 30k nedri lovers!!! SEGUIMOS !

SEE YOU SOON