𝐨𝟑𝟏. escenas ya conocidas

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o31. ❝ oh baby, why don't you just
meet me in the middle? i'm losing my mind just a little





























































































❝ partidos emocionates, conversaciones profundas, reclamos merecidos y escenas ya conocidas por ambos ❞

✦•──•─•──• LO QUE EN SU MOMENTO HABÍA PARECIDO una broma de mal gusto o como una inesperada sorpresa terminó siendo en pocos días la palpante realidad en la vida de Natalia: Había viajado a Arabia Saudita para acompañar a Pedri y al Barcelona en las etapas finales de la Super Copa de España.

Decidió que emprendería ese viaje sola, su prima tenía cosas que hacer y sentía que era un viaje muy extenso para Laura. Además, sentía que la estaría acarreando a ver todas sus mentiras en frente de las cámaras y los fans y prefería hacer eso en solitario y entre gente a la que no le apenaba mentirle.

Los días de adaptación al país habían pasado muy rápido. Se había instalado bien en el hotel e incluso había sido invitada por el equipo del Barça a ver uno de los entrenamientos previos al partido. Al ser ella famosa, los encargados de redes sociales del club aprovecharon de tomarle fotos, grabarla y hacer tiktoks, tanto sola como con Pedri. Aquello estalló en los medios y sabía que pondría a Elías más que feliz.

El día del partido contra el Osasuna había llegado. Se trataba de la semifinal de aquel torneo. El Real Madrid jugaría contra su rival de derbi el Atlético de Madrid mientras que el Barça lo haría contra el equipo de Pamplona. De aquellos dos juegos debía salir un sólo triunfador para disputar la final de aquel trofeo ya tan conocido para los catalanes al ser ellos los últimos ganadores de él.

La chilena ya llevaba puesto su outfit habitual: Zapatillas y jeans cómodos, una gorra y por supuesto...La inconfundible camiseta azul-grana con el número 8 y el nombre de Pedri reluciendo en su espalda.

Ya era una hábito; ya no se sentía tan extraña como la última vez. Simplemente lo hacía y todos la elogiaban cuando la veían con la polera de su hombre.

Debía estar presente, cómo no. Daba una muy buena impresión pública que la novia asistiera a aquel partido por ser una semifinal del equipo y, mucho más importante, era el partido en que González volvería a una cancha después de su lesión. Momentos como aquel eran muy importantes y sabía que él estaba emocionado por eso.

Sólo le faltaba colarse ilegalmente al campo y saltar sobre él para felicitarlo una vez acabado el partido.

No.

Se le fue asignado un palco VIP en el Al-Awwal Stadium junto a otras parejas de los futbolistas para tener más privacidad. Era grande, lujoso, moderno; ni ella podía creérselo. No había visto eso en ningún otro estadio —bueno, como si ella hubiera ido a muchos—. Se sentía como una reina ante todos los lujos y comodidades que ahí le ofrecían.

—Esta es vida ¿No? —la voz de Mikky Kiemeney; pareja de Frenkie De Jong, la trajo a Tierra de sus pensamientos personales—. De aquí se ve todo fantástico.

La holandesa se sentó junto a ella en unos sillones que daban a una perfecta vista de la cancha mientras un mesero le traía un café. La contraria recostaba a su pequeño hijo en sus brazos.

—Ni que lo digas —contestó aceptando su bebida—. No sabía que en un estadio tuvieran tantas comodidades.

—Pues así es —acarició la espalda del pequeño Miles mientras este dormía. Mientras tanto, analizó a la menor de pies a cabeza—. Partido importante ¿Eh?

Dietz se giró a verla un tanto confundida mientras ésta le regalaba una cómplice sonrisa.

—¿Ah? Pues sí, es semifinal. Es importante —contestó inocentemente.

Ella rió—Lo decía por Pedri, porque vuelve de lesión.

—Oh —reaccionó ante su pregunta cuando realmente se había concentrado en buscarle un propósito y una importancia un poco más general al asunto mas que las relacionadas con su novio—. Claro, claro que sí. Él estaba muy contento por regresar. Espero sea un gran partido —sonrió.

—De seguro lo será —la observó en silencio—. Me gustan Pedri y tú. Espero sean los siguientes del equipo en casarse y tener hijos.

Entonces Natalia se ahogó con su café y casi lo termina escupiendo delante de la holandesa.

La chilena tosió dejando la tasa en la mesa de centro frente a ellas y poco a poco trató de recuperar el aire ante aquella inesperada declaración que para nada estaba en sus planes. Mikky —un poco asustada por como había reaccionado— se inclinó tratando de darle ayuda sobando su espalda.

—Disculpa, disculpa en serio ¿Dije algo malo? —se preocupó sinceramente.

—No, no, nada —mintió ya más relajada—. Es que el café estaba caliente.

—¿Segura? —frunció el ceño.

En eso, oyeron como a lo lejos se oía el pitazo inicial del encuentro. El árbitro había dado por iniciada aquella semifinal.

—Sí —apuntó a la cancha—. Mira, mira, ya va a empezar —desvió el tema.

La holandesa sólo se rió en silencio de ella y vieron juntas el partido.

El encuentro estuvo interesante desde un inicio. Fue una pelea por posesión de balón entre ambos equipos a pesar de no haber convertido ningún gol durante el primer tiempo por parte de ambos disputantes. Eso era mucho más estresante aún. Si terminaban empatados deberían irse a la tanda de penales para decidir quién iría a la final.

Y eso es más tensión.

Había que reconocer que el equipo al mando de Xavi Hernández estaba jugando mucho mejor. Los delanteros hacían todo lo posible por llegar al área y la fortaleza de defensa conocida como BACK —Balde, Araujo, Christensen y Koundé— no estaba dejando pasar a nadie, aún a pesar de tener una fuerte baja en el arco ya que Ter Stegen había sufrido lesión y era Iñaki Peña quién lo sustituía.

Pero bueno, hablando de bajas...El mediocampo se mantenía estable. El incomparable Frenkie De Jong se afiliaba a la perfección con el llegado del Manchester City; Ilkay Gundogan, el cual era un genio con el balón. Sin embargo...Seguía faltando algo. Sergi Roberto lamentablemente no era el remplazo de Pedri y no servía como la bandita que cubriría ese espacio.

Faltaba habilidad, faltaba rapidez, capacidad de escapar de los jugadores, centros precisos, asistencias perfectas, pausa, tempo, dribleo, humillación al mediocampo contrario...Faltaba magia.

Su magia.

Pero ya vendría.

El segundo tiempo terminó sin goles pero cuando comenzó el segundo se notó la probable charla que Xavi tuvo que haberles dado. Comenzaron a jugar con más ímpetu y cuando llegaba el minuto 59, un maravilloso pase de Gundogan llega a los pies de Robert Lewandowski. El goleador del Barça hizo de las suyas anotando el primer tanto del encuentro y este a favor del conjunto azul-grana.

El estadio estalló en gritos de alegría ante la gran dicha de tener la delantera. La mayoría de los aficionados presentes eran culés así que imaginarán el bullicio euforico que allí se causó. Era aún paso más. Un paso más cerca de la final.

Pero parecía que algo faltaba.

Hasta que llegó el minuto 61.

Xavi decidió que era buen momento para realizar algunos cambios en el equipo y uno de ellos fue el mediocampista Sergi Roberto. Mientras él realizaba su salida de la cancha, ya había uno esperando en la línea del campo con su número siendo alzado por la pantalla del guarda línea.

Un número ocho.

—Nat, Nat, Nat, Nat —la voz de Mikky la sacó de su celular y más aún cuando la holandesa la sacudió por los hombros.

—¿¡Qué!? —reaccionó casi asustada.

—Van a hacer los cambios —la movió emocionada mientras veía al frente—. Viene Pedri...¡Viene Pedri!

—¿¡Qué!? —estalló de nuevo y se puso de pie, casi lanzándose por la orilla del balcón—. ¿En serio? ¿Ahora?

—¡Sí! —contestó Kiemeney poniéndose a su lado.

—Ya, ya, ya, ya —buscó su celular por todas partes ya que la emoción lo hizo tirarlo a otro lado. Una vez en sus manos comenzó a tomar fotos y a grabar—. Listo, listo, ¡Ahí va!

El partido fue detenido un instante por el árbitro para el momento de hacer los cambios. El capitán del Barça llegó junto a Xavi y abrazó a Pedri que entraría en su lugar. Posteriormente, todo el estadio comenzó a aplaudir, gritar y vitorear el nombre del canario cuando éste ingresó trotando a la cancha por primera vez desde su lesión. El cariño se notaba y mucho más aún como la afición lo había extrañado.

El mago había regresado.

—¡Vamos! —gritaba la chilena mientras filmaba y tomaba fotografías—. ¡Vamos, vamos. Estamos de vuelta!

Ahora ustedes de estarán preguntando...¿Era todo eso parte de su actuación?

Déjenme responderles.

No, no lo era.

Era la misma Natalia en su esencia.

Hasta ella se sorprendió segundos más tarde cuando acabó de grabar y el partido continuó con normalidad. Se mantuvo estática un instante mientras sentaba e incluso se llegó a desconocer.

¿Qué rayos había sido eso? ¿Por qué había olvidado que todo era una actuación y que él no era su novio real? ¿En qué momento se había emocionado por verlo y animarlo como nunca antes?

Prefería no preguntárselo.

Pero algo no le calzaba en su rompecabezas.

Algo le pasaba.





























































































PARA MAYOR REGOCIJO DE TODOS, EL PARTIDO ACABÓ mucho mejor de lo esperado. Un gol de Lamine Yamal en el último minuto con asistencia de Joao Félix selló el encuentro con una victoria completa del conjunto azul-grana. ¡Estaban en la final! El domingo se enfrentarían al Real Madrid para disputar la Super Copa de España. Era un Clásico; un partidazo y mejor aún en una final.

Acabado el partido las parejas de los futbolistas fueron a esperarlos como de costumbre en un hall en la salida del estadio para abrazarlos y felicitarlos. Ahí tuvo que estar Natalia también, con su mejor sonrisa y con la mayor dulzura que pudo sacar para ir a abrazar y felicitar a Pedri.

González sabía que eso vendría, así que cuando la vio sonrió y trató de aguantarse la risa para recibirla en sus brazos y oír como ella lo felicitaba; repitiendo el mismo diálogo que ya se había aprendido.

Posteriormente todos se retiraron a su respectivo hotel. No obstante, el canario se ofreció a ir a dejar a la chilena al suyo que no quedaba muy lejos del lugar donde la concentración azul-grana se estaba hospedando.

Una vez en el lugar, el futbolista no quiso sólo dejarla en la puerta del edificio, sino que se aseguró de que ella estuviera bien hasta ingresar a su habitación, a la cual entró junto a ella.

—Gracias por venir a dejarme. No era necesario —murmuró ella suavemente caminando dentro de la estancia y dejando sus cosas en el sofá.

Se encogió de hombros—La gente nos vio irnos juntos, son más puntos para Elías.

Ella rió y se giró hacia él un instante—Tienes razón.

—Además...Mi hotel está casi a la vuelta. No es mucha la diferencia.

—Si tú lo dices —se estiró un poco. Ya era tarde—. ¿Quieres algo antes de irte? ¿Agua? ¿Un té? Tampoco soy un monstruo como para no ofrecerte algo.

Rió y apuntó a la cocina—Te robaré un vaso de agua.

—Dale, no hay problema. Yo voy y vuelvo —anunció.

Luego, el mediocampista observó como ella desaparecía de la estancia hacia otra área de su cuarto —que era enorme—. Mientras tanto, él se fue a la cocina y buscó un vaso en alguna parte para después llenarlo con agua del fregadero. Bebió en silencio meditando personalmente en la gran victoria del día y sobre todo...En como la chilena había estado ahí también.

Sí, era un contrato y todo, pero se alegraba en silencio al saber que ella estaba en las gradas.

Segundos después, vio como ella regresaba junto a él atando su cabello en una coleta. Se había cambiado de ropa. Usaba un jeans más cómodo y una camiseta holgada. Ya no tenía su outfit de partido que incluía la polera con el número 8 del español.

Al analizarla, el canario soltó una suave risa—Te veías mejor con mi camiseta puesta —molestó.

Rió sarcásticamente—Claro, porque es en contra de mi voluntad.

Ladeó la cabeza—Puede ser —la mujer llegó junto a él y buscó unas cosas en una alacena—, pero creo que mi nombre y mi número son el mejor accesorio que puedes usar.

Se detuvo un segundo y lo miró negando con la cabeza—La victoria te afectó, tienes el ego por las nubes. Ya bájate.

Rió—Te digo la verdad. Además... —recordó que tenía algo para molestarla y era momento de sacarlo a flote—. Sé que estuviste muy emocionada en las gradas.

Ella detuvo su actuar y escondió su rostro entre la puerta del mueble, maldiciendo en su interior.

—De hecho —se rascó la barbilla— diría que fue más que eso, que estabas saltando...Grabando, tomando fotos...

Ella quiso darse en la cabeza con la misma madera de la alacena.

—...Y coreando mi nombre cuando ingresé al campo —se había puesto junto a ella; sentía su presencia a su lado, pero lo seguía ignorando escondida—. ¿No es así?

Mikky... —maldijo por lo bajo a la persona que sabía que le había contado todo eso.

—Oye —cerró la puerta que cubría su rostro y finalmente quedó expuesta ante él— ¿Es cierto?

Sin tener escapatoria, la mujer le miró sintiéndose muy avergonzada. Al momento no se dio cuenta que esa había sido su actitud durante el partido. Fue segundos después donde reaccionó y se dio cuenta de lo emocionada que estaba. ¿Qué iba a decirle? La había pillado, y sabía que iba a usar eso a su favor para molestarla.

Terminó bufando—¿Qué rayos querías que hiciera? Debía parecer real ¿No?

Rió—¿Tan necesariamente real?

—Ah ya, ya te pusiste weon —volvió a reír sabiendo que la había puesto nerviosa—. No te creas tan importante.

—¿Por qué? Si fuiste tú la que alentaba sin parar —la siguió mientras ella continuaba abriendo puertas de las estanterías de arriba buscando algo.

Gruñó—Ya te dije que fue una actuación.

—Bueno, entonces eres una maravillosa actriz.

—Sí, sí lo soy —siguió abriendo puertas ya más molesta.

—Porque yo creo...

—Pedri.

—...Que todo fue...

—Pedri, ya te hablé.

—...Bastante genuino.

—¡Pedri!

Entonces un hueco sonido se oyó.

Luego de eso...

Un quejido.

Natalia sólo pudo llevarse las manos a la boca asustada por lo que había hecho.

Había abierto una puerta tan fuerte que —al estar el canario cerca de ella— éste recibió accidentalmente el fuerte impacto de la madera sobre su rostro, específicamente el área de su nariz. El futbolista se quejó de dolor y se echó hacia atrás con sus manos cubriendo la zona afectada

Espantada por aquel acto reflejo que había terminado en una tragedia, la chilena se llevó las manos a la boca sorprendida y luego se le acercó rápidamente para asegurarse de que estaba bien.

—Ay no, perdón, perdón, perdón, fue un accidente —trataba de verle el rostro—. Por mucho que te odie te juro que no ha sido con esa intención.

—Qué linda eres —murmuró sarcásticamente con el sonido de su voz obstruida por sus manos.

—Déjame ver —con cuidado le apartó las manos de la nariz y se dio cuenta del estado de ésta. Ligeramente roja y con un pequeño hilo de sangre resbalando—. Conchetumare, la cagué —se tomó la cabeza—. Ven conmigo, te revisaré eso.

—No te preocupes, estoy bien —trató de decir un poco adolorido con su mano en la nariz.

—Ya, no te hagas el hombre ahora. Vamos a verte eso.

Entonces, la chilena lo tomó de la mano y comenzó a jalarlo en dirección al baño. El futbolista —ya medianamente mareado por el dolor— sólo se dejó guiar por ella sabiendo que no tenía muchas más opciones.

Una vez en el baño, la mujer lo condujo para que pudiera sentarse sobre el inodoro y así atenderlo mejor. Como primera medida de emergencia le extendió un poco de papel higiénico para que se pusiera en el área afectada.

—Ponte eso ahí, buscaré el botoquín a ver si hay algo que sirva —le ordenó.

Él solamente asintió y se quedó en silencio esperándola sintiendo como la sangre seguía corriendo y empapaba el papel que tenía encima.

Segundos más tarde la mujer regresó con el botiquín y lo dejó en un mueble junto a él. Posteriormente, tomó más papel higiénico para reemplazar el que ya estaba sucio.

—Haz la cabeza hacia abajo, no hacia arriba —indicó.

—¿Quién te habrá enseñado eso? —murmuró con ironía observándola desde su posición.

—Ya no hables, no deberías —reclamó.

Pero oigan, él no se equivocaba. Aquello era como una escena ya conocida que los trasladaba al recuerdo de su primera cita oficial en donde Natalia tuvo un accidente muy similar al de él. La nariz de la chilena estrellada por un mesero y Pedri siendo el que la atendía en un baño del lugar.

Ahora los papeles se habían invertido. Era González el accidentado y Dietz quién trataba de curarle.

Quién lo diría.

La chilena lo observó y trató de moverse cerca de él tratando de atenderlo mejor, pero de lado no era suficiente; no podía hacerlo bien. Así que como medida desesperada y sin importarle lo que pudiera decirle en ese momento soltó:

—Mueve tus manos para allá.

El futbolista obedeció y sacó sus manos de su regazo para ver como luego la rubia se acomodaba para sentarse sobre él.

La sensación fue horrible. Pero no me malentiendan, fue como si hubieran activado un interruptor que les trajo a la memoria infinitos recuerdos de aquella noche juntos que —supuestamente— ya estaban siendo capaces de dejar atrás. Pero no se podía. Todo lo que hacían los llevaba ahí una y otra vez.

Sin escape.

—Dame eso —ya instalada en una mejor posición para atenderle le quitó el primer pedazo de papel, lo tiró a la basura y le entregó otro para cambiarlo—. Ya está disminuyendo el sangrado.

—Tienes una fuerza enorme, Dietz —trató de bromear.

—Yapo —cerró los ojos avergonzada—. Te juro que ha sido sin querer. Si te hubiera querido golpear de verdad no te estaría ayudando y te lo habría advertido.

—Tranquila —negó—. Estoy bien.

—Lo lamento tanto —le quitó el papel para ver como estaba y se encontraba mucho mejor. No había sido un golpe tan duro como el de ella así que curaría más rápido—. Al menos tienes la nariz entera. Si te la hubiera roto Xavi me colgaría porque eso te dejaría sin jugar.

—En efecto —asintió.

—Soy la más weona de Chile —volvió a ponerle el papel—. Ya, pero ya está pasando.

—Sé que no te caigo bien pero este recibimiento no me lo esperaba.

—Yapo, deja de molestarme que me siento más mal aún —él rió—. Y disculpa todo esto —se apuntó refiriéndose a como estaba sentada—Fue una medida desesperada.

Él negó—Tranquila, no me incomoda esta posición.

Al oírle y al entender a donde iba aquel comentario, la rubia cerró los ojos.

—De hecho, ya se me hacía conocida —agregó.

Ella sobre su regazo, son sus cuerpos chocando, con sus piernas a sus costados y ahora con las manos del canario sobre sus caderas que se habían sumado a aquella ecuación transformaba todo en un deja vu. Todo se trataba de escenas ya conocidas, de recuerdos ardientes, de sensaciones intensas.

Eran unos verdaderos idiotas. Siempre recordarían que hicieron el amor y no podrían no volver al tema.

Finalmente ella negó y evitó su mirada—Ya cállate.

Pedri no contestó de inmediato, sólo la miró y no dejó de hacerlo mientras ella trabajaba. El sangrado ya estaba pasando, así que tiró los papeles a la basura, lo limpió con delicadeza como si fuera su novia real y luego buscó unas cosas en el botoquín. Ella seguía, pero el futbolista sólo podía mirarla y mirarla.

Le estaba cuidando, se estaba preocupando por él y además sabía que en su cabeza no dejaba de rondar aquel recuerdo que a él también lo estaba atacando.

Entonces, sin saber de dónde había sacado el valor, le dijo:

—¿Por qué te fuiste?

La chilena se paralizó.

Volvió a alzar su mirada hacia él en sorpresa y sintió que el cuerpo le temblaba. No lo podía permitir; sabía que él lo notaría debajo de sus manos. Sin embargo, sintió algo diferente. La primera vez que le había reclamado eso lo hizo molesto y bastante estresado. Ahora, había nostalgia y una pizca de tristeza en su voz, cosa que la hizo sentir como una idiota.

Debía evitar todo eso a como diera lugar. No lo quería hablar.

Terminó soltando una risa nasal—El golpe te tiene afectado. Estás hablando puras weás.

En el fondo quería pretender que era por eso. Estaba golpeado y un poco mareado, quizás se debía a eso.

Quizás sí.

O quizás no.

González no respondió de inmediato, sólo siguió viéndola con la misma intensidad mientras ella tomaba un tubo de crema en sus manos y lo analizaba con el ceño fruncido.

—Creo que esto debería ser la crema antiséptica, pero está en otro idioma que no entiendo —negó—. Bueno, si termina siendo lidocaína sería muy gracioso.

Aún absorto por el dolor, el sangrado y por ella misma, el canario sólo rió suavemente.

La mujer abrió la crema y puso un poco en su dedo. Posteriormente la aplicó sobre la zona afectada bajo la atenta mirada del futbolista. Si Vivianne, Fabiana, Gavi o alguien que supiera que lo suyo era una mentira estuviera viendo aquello no lo creerían, porque parecían una pareja real cuidando uno del otro.

Pedri tampoco sabía si echarle la culpa a su mareo o no pero —como dijo la rubia— se estaba poniendo a hablar puras weás.

—Oye —la sacudió ligeramente; casi imperceptible—, te estoy hablando en serio.

Ella cerró los ojos, dejó la crema de vuelta en el botiquín y negó.

—Basta, estás mareado, no piensas lo que dices.

—Sí lo hago —se sintió ofendido—. Míranos...Así otra vez —ella comenzó a sentir que el corazón se le aceleraba—. ¿Crees que no me va a traer recuerdos que luego de transforman en despecho porque te fuiste en la mañana?

—¿Por qué me reclamas esto ahora? —se quejó.

—Porque no me has dado una respuesta verdadera —protestó subiendo el tono.

—Sí te la di.

Él río—No me vengas con gilipolleces, Dietz. Sabes perfectamente que esa no es la respuesta real.

Está mareado, está mareado, está mareado, está mareado.

Por eso actúa así, por eso actúa así. No es en serio, no es en serio.

La chilena no dejaba de repetirse eso en la cabeza, tratando de pensar que el motivo de la charla y su reacción estaba siendo por eso.

—Pues sí la es —volvió a insistir—. No debimos haber hecho lo que hicimos y lo más sano fue cortarlo de raíz.

Negó—Esa no es la forma, joder.

—Pedri, no seguiremos teniendo esta conversación. Te di un golpe en la nariz y estás desvariando. No te voy a hacer caso —le sacudió el rostro.

—No estoy desvariando —negó—. Te estoy reclamando porque te fuiste...Por una razón patética.

La rubia se tomó el rostro entre las manos y se sintió como una inútil al no tener más argumentos para decirle. Todo lo que ella estaba diciendo él lo estaba desechando.

—Si tan sólo te hubieras quedado... —la observó con adoración—. Las cosas serían muy diferentes.

Ella se asombró por sus palabras y el corazón comenzó a galoparle mucho más fuerte; sentía que iba a salirse de su pecho. Estaba en la nada. No sabía que estaba pasando y no sabía qué más hacer.

—¿Diferentes? —cuestionó arrugado la nariz—. No lo serían.

—¿Quién dice que no?

Rió—¿En qué mundo tú y yo encajamos? —se encogió de hombros—. Hubiéramos terminado peleando igual. ¿Sabes por qué? Porque así somos. Estamos fingiendo una relación a pesar de odiarnos.

Él guardó silencio y comenzó a analizar sus palabras, como su un pequeño destello de cordura estuviera volviendo a su sistema.

—Lo siento pero es la realidad —siguió ella—. Hubiéramos causado un desastre peor del que ya tenemos.

El hombre reaccionó y negó con la cabeza—¿Y a quién mierda le importa?

Sus rostros ya estaban demasiado cerca del otro. Millones de sensaciones comenzaron a revolverse dentro de ellos y los infinitos recuerdos de sus labios y sus cuerpos juntos cayeron como una bomba. Iban caminando en círculos. Volvían a lo mismo una y otra vez.

Un círculo vicioso.

—A nosotros nos importa —contestó en un susurro que chocó contra sus labios.

La miró a los ojos—Tal vez.

Sin embargo, cuando sus labios estaban por tocarse, la chilena vio como un nuevo hilo de sangre comenzaba a resbalar por la nariz del mediocampista. Ella se hizo para atrás y eso hizo que él reaccionara, tanto por su actuar por como volvía a salirle sangre. Rápidamente la actriz tomó papel otra vez y le cubrió el área, tomando su rostro para que lo inclinara en vez de alzarlo.

La mujer negó mientras le ayudaba—¿Ves? Es mejor dejar de hablar de esto.

Rendido y un poco más cuerdo, González puso los ojos en blanco—Excusas.

Rió—Ya cállate, o te seguirá saliendo sangre.

—Oye —la volvió a llamar.

—Te estoy hablando en serio. Este tema se acabó, no me vuelvas a preguntar por él —sentenció.

Negó—No es eso.

—¿Entonces?

—¿Vas a ir? — preguntó analizándola—. Ya sabes, a la final.

Sabía que se refería a la final del torneo que se disputaría el domingo pero aún así le sorprendió ligeramente que le cuestionara por su presencia allí.

Asintió suavemente—Sí.

Él sonrió—Perfecto.

Pedri en ese momento no lo sabía.

Pero vaya que necesitaría de Natalia ese día.


















































































HOLAAAAAAAAA

AMISTADES PERDÓN POR EL ERROR DEL SÁBADO. ESTABA ESCRIBIENDO Y ACCIDENTALMENTE SE SUBIO EL CAPÍTULOOO

me dio tanta risa ver como me escribían en el tablero o en el cap anterior JSJDKSKD DE VDD PERDON

igual sirve recordar que las actualizaciones son los miércoles!!! para que estén tranquilxs jdjxd

en fin!!! QUÉ LES PARECIÓ. muchas cosas juntas y ajá pero EL FINAL??? EL FLASHBACK DE LA NARIZ? PEDRI MAREADO SIENDO HONESTO?? DIGANME CUÁL FUE SU PARTE FAV ❤

sí, estamos en modo supercopa...así que ya saben qué se avecina. les aviso que se vienen capítulos tristes en esta fic. traigan pañuelos

130 votos para actualización

gracias por tanto apoyo 🥺 seguimos subiendo y ya casi somos 40k!!! AAAAH. no dejen de votar y comentar. les amoooo 💖

SEE YOU SOON

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