15 - Inesperadamente inapropiado.

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Era ridículo. Esa era toda la verdad. Estaba en esa casa, con ese hombre, por el simple hecho de fingir una relación. ¿Y qué hacía él?

Enamorarse del perfecto imposible.

Aun peor. Jimin se sentía usado. ''Usado'' cuando todo la estúpida idea de la farsa era justamente hacer creer a todos sobre su relación. Era ridículo sentirse usado en esta situación.

Por supuesto, que Yoongi dijera estar loco por él, que lo besara y que él sintiera su corazón casi fuera del pecho no era parte del plan. No era jodidamente parte del plan.

Pero, de nuevo, Jimin era ridículo.

[[...]]

Llegaron a la mansión pasadas las doce de la noche y durante el camino no dijeron nada. Jimin se apretujó en una esquina del auto y miró el oscuro paisaje sin a penas moverse.

Una vez en la casa, subió a la habitación a tropicones. La mirada herida y preocupada del mayor no le hacía nada bien; a penas y podía devolverla. ¿Cómo hacerlo si se sentía de esa manera? Completamente fuera de lugar.

Cerró la puerta del cuarto y caminó pensando como demonios seguiría con su ayuda a Yoongi si sus sentimientos lo estaban aplastando desde adentro. Era loco si quiera pensar en seguir lastimándose a si mismo. No podía. No podía ayudarle más.

El ruido de la puerta abriéndose lo sacó de sus cavilaciones, y la cara de Yoongi dominó todo.

—¿Qué hac-.. —no pudo terminar. Las manos del mayor se cernieron sobre su cintura y, un segundo después, esa magnifica boca estaba sobre la suya. Besándole como nadie había hecho antes.

Y no era cosa de escritor, ¿bien? Jimin había recibido buenos besos, besos regulares y besos malos.

Los besos de este hombre eran otra categoría.

Incluso si al inicio el propio Yoongi pareció dudar, quizá por miedo al rechazo, Jimin abrió su boca y dio pase libre a la lengua de este. Luego de eso, Yoongi solo se rompió.

Las manos del mayor bajaron a acariciar sus caderas y su boca se convirtió en una completa terrorista. Solo tomó y tomó de él, hasta que Jimin estuvo gimiendo de desesperación. Frustrado y excitado, cuando se sintió caer contra la cama. El pesado cuerpo de Yoongi encima suyo, y ninguno de los dos lo suficientemente dispuesto a parar.

Temblando, Jimin empujó sin muchas fuerzas al contrario con tal de hacer el espacil suficiente para poder hablar.

—B-basta-mmm...—gimoteó al sentir los labio del mayor acariciando su cuello. —Yoongi, ¿qué estas haciendo? No hay público para que tengas que hacer esto.

La mirada obsidiana de Yoongi se fijó a la suya, bajando intermitentemente a su boca.

—Dios, Jimin. —juró. —Te dije que me gustas. Estoy..., estoy loco por ti. ¿No lo dije?

El pulso del escritor estaba tan acelerado que se preguntó si Yoongi podría sentirlo.

Seguramente sí. Maldita sea》

—P-pero..., lo dijiste por la fiesta. Tus padres...ellos..

—¡No! —exclamó el otro. —Joder. No. Lo dije en serio, Jimin. Yo..., estas semanas tu y yo, no lo se. Ha sido lindo, doméstico, perfecto. —sonrió. —Y he tratado por todos los medios de no sentirme así. Pero, joder, cuando te vi al lado de ese imbécil de Johnny, me di cuenta que nunca tendríamos eso y..., lo supe.

Jimin no supo cuando había vuelto a pasar. Cuando su mente volvió a conectarse a su cuerpo él y Yoongi estaban nuevamente besándose. Y lo mas preocupante es que no quería rechazarle. Por el contrario, su propio cuerpo parecía mas que dispuesto a todo, pese a las claras alarmas en el fondo de su cabeza.

Minutos después estaban enredados en una especie de batalla por desgarrar la ropa del otro. Batalla en la que Yoongi llevaba una clara ventaja pues le había despojado de su camisa con una facilidad envidiable, dejándole con la fina tela de la camiseta transparente, mientras él continuaba desatando el molesto nudo de corbata del mayor con sus manos torpes y temblorosas.

—Ugh, mierda. ¿Como es que-...?

—Tonto. —rió Yoongi, inclinándose un poco para desatar él mismo su corbata, sin ningún esfuerzo. —¿No usabas corbatas nunca, señor escritor?

—Solo cuando me llevan a juicio —se burló él, inclinándose hacia Yoongi por mas besos.

Más, más, más. No tendría suficiente nunca, al parecer.

Yoongi quedó sin su camisa y volvió a recostarse sobre él. El peso se sentía tan correcto, tan perfecto, que Jimin abrió sus piernas casi por instinto, acunado el cuerpo del mayor entre ellas. Sus manos ansiosas acariciaron toda la espalda del más pálido, deleitándose en ello mientras su boca era devorada y sus erecciones comenzaban a frotarse duras y pesadas entre sí.

Las caderas del CEO implantaron un ritmo sucio, haciendo que Jimin gimiera, aun si ambos estaban perfectamente vestidos de la cintura para abajo. No tenía derecho de sentirse de esa manera, por dios. Estaban solo frotándose como pubertos y, sin dudas, era la mejor sensación que Jimin había experimentado en su vida.

—Yoon-..qué?

—Shh. —pidió el otro, bajando sus besos por todo el cuello hasta llegar a su pecho. Dio una lamida juguetona sobre la tela suave que tapaba su pezón y las caderas de Jimin tuvieron un vergonzoso espasmo. —¿Sensible? —murmuró. —Muy lindo, bebé.

Dios, ¿bebé?》

—Yo...,ah, dios.

La boca de Yoongi se cernió sobre uno de sus pezones y succionó. La tela y el calor de la lengua combinándose para explotar uno de los puntos mas débiles de su cuerpo. Y eso pareció ser suficiente para que el cerebro de Jimin se desconectara por completo. Cada suave succión tiraraba deliciosamente de su pene, haciendo todo su cuerpo cosquillear de excitación. La lengua de Yoongi acariciaba y salivaba la fina tela tras cada mordida, pero solo lo suficientemente suave para que Jimin no sospechara de sus próximas succiones.

Justo cuando pensó que el mayor dejaría de atormentarlo, la lengua recorrió todo el camino hasta el pezón abandonado y jugó con él hasta que Jimin comenzó a temblar suavemente. La camiseta empapada y pegada a él como un segunda piel.

—¿Vas a correrte solo por eso, Jiminnie? —preguntó burlón. La erección del escritor casi podía verse latir bajo la tela del entallado pantalón, y la mancha de presemen era enorme. —Dios, tan mojado por mi. ¿Que se supone que haga contigo si eres tan perfecto, Minnie?

—Ohh. —gimoteó frustrado, mientras los labios envolvían su pezón derecho.

Sus manos se sujetaron de las sábanas cuando sintió a Yoongi desabrochar su pantalón. Con una habilidad practicada, sus prendas fueron retiradas y su erección chocó contra su abdomen terriblemente roja y mojada. Dolorosamente sensible, también.

—Tan bonita, por dios. —murmuró Yoongi mientras admiraba su polla, la misma que comenzó a liberar presemen abundantemente sin ningún estímulo más que la mirada lasciva del otro. —¿Puedo tomarla en mi boca, bebé? Es tan bonita. Todo tu es tan bonito que quiero probarte por completo. ¿Me dejarías?

Jimin asintió tan coordinado como pudo y, ni bien lo hizo, el calor de la boca de Yoongi estaba tragándolo por entero. La lengua acarició su ranura y las mejillas se ahuecaron al punto asfixiarle.

Ni siquiera tuvo una oportunidad, estaba corriéndose a la primera succión.

—Mierda, Yoon- por dios. —maldijo, apretando sus abdominales al sentir el orgasmo arrazarlo de golpe. —Espera...

Pese a sus suplicas, Yoongi succionó y tragó todo, como si ese no fuera el momento más erótico que Jimin alguna vez hubiese vivido y solo fuera cualquier otra cosa. Las replicas se extendieron mientras la succión seguía atormentando su pene ya flácido y, en medio de sus espasmos sintió un dedo acariciar su entrada.

—¡Espera! —chilló.

Los ojos de Yoongi le miran, su boca todavía ocupada, y Jimin siente la lívido volver a su cuerpo por la imagen. Es tan desaconsejable como jodidamente satisfactorio, si le preguntan, y él lo quiere. Esto es lo mas importante, de hecho.

No sabe cuando, ni cómo comenzó a sentirse así, pero quiere estar con este hombre. Este hombre que es insufriblemente frustrante la mayor parte del tiempo, pero también es divertido, amable y a Jimin le gusta, ¿bien? Le gusta mucho Yoongi, y no quiere detenerse a pensar los motivos por los que no debería, si su pene está aún en la boca del otro.

—¿Pasa algo malo? —pregunta Yoongi, de repente.

Y, bueno, mierda si su voz no es jodidamente sexy y ronca después de lo que le hizo a Jimin.

—Solo..., no sé que tan buena idea es esta. —gime, el dedo del mayor acariciando su fruncido agujerito sin pausas. —Yo..., hace mucho que no..., tu sabes. Y, hacer esto contigo...,¿estaría bien?

Yoongi sonrió. —¿No te gustó lo que hice?

Es un maldito cabrón, decide Jimin. Por supuesto que sabe que le gustó, joder. Jimin se corrió literalmente con 20 segundos en su boca, así que no es una redundancia decir que le gustó hasta el punto de convertirlo en un pre-adolescente sin resistencia.

—Sabes que sí. —estaba seguro que, para este punto, su rostro debería al menos estar rosa fucsia. —Pero...el contrato...

Yoongi lo tomó en la boca de nuevo, succionando con entusiasmo y haciéndolo endurecerse con facilidad. El dedo continuó su función y, un poco después, estaba adentrándose en su interior.

—Tan apretado, mi dios —susurró Yoongi, alternando pequeños besos coquetos por toda su erección. —Imaginé que estarías así, ¿sabes? La primera vez que te vi.

—Me secuestraste...

—Shh, detalles técnicos. —siseó.

El cuerpo del mayor se deslizó sobre él y su boca atrapó la suya justo cuando introdujo otra lubricada falange en su interior. Jimin tuvo el torpe impulso de cerrar sus piernas, mientras se sintió lleno de repente con tres dedos. Pero, dios, el movimiento de estos era tan bueno, tan hábil, que solo se dejó hacer.

—Voy a entrar, ¿si? -murmuró Yoongi, incorporándose para quitar su pantalón y su bóxer justo frente a él. Para deleite de Jimin, la vista es más que panorámica. —Un momento, amor —y rompiendo el pequeño paquete con los dientes, colocó el condón y añadió lubricante sobre el.

Jimin suspiró ansioso. No mentía si decía llevar mucho tiempo sin sexo; el 90% de sus relaciones no habían llegado ni siquiera a eso y el otro diez había sido hace bastante tiempo. El sexo no era algo que realmente deseara o necesitara.

Hasta ahora

Hasta Min Yoongi.

Gimió agudamente cuando sintió la sedosa intromisión, su cabeza se fue hacia atrás y sus piernas se abrieron todo lo que pudieron para facilitar la entrada. La cabeza roma de la polla de Yoongi tanteó dulcemente su entrada hasta que se introdujo por entero. Los ojos de Jimin se cerraron ante el increíble placer mezclado con dolor.

Tan intoxicantemente bueno, incluso si dolía un poco. Su circunferencia se sentía perfecta en su agujero, estirando lo justo para que no quedara un espacio sin tocar.

Y, cuando Yoongi comenzó a deslizarse hacia fuera para la primera envestida, tocó suavemente su próstata.

—Ahí, es ahí Yoongi~

Con un gemido mezclado con una risa, Yoongi hundió su cara contra el cuello del escritor y comenzó a joderlo con fuerza. Apuñalando el punto dulce del chico con cada dura envestida, sin perderse ni una vez. Las piernas torneadas y perfectas del mas joven se envolvieron en las caderas del otro y sus brazos se sostuvieron de la cama, mientras sus caderas chocaban duramente.

El sonido pecaminoso del lubricante abriendo paso a la polla llenaba toda la habitación junto a los pesados testículos de Yoongi chocando contra las nalgas del menor. No sabía explicarlo, pero de alguna manera Yoongi encontraba el modo de golpear su próstata con cada empuje, haciéndolo doblarse ante cada roce.

—Mierda, ohh dios. —gimoteó Jimin, su pene rojo y tenso sobre su abdomen, a punto de venirse solo por ser follado por este hombre. —¿C-cómo yo..., tan rápido...?

El ritmo implacable solo aumentó ante sus gritos. Su cuerpo se arqueó de gusto, su mano intentó tirar de su propia polla abandonada, recibiendo un manotazo por parte de Yoongi quien solo apretó sus caderas para que pudiese ser empalado mejor.

—Vas a correrte solo por mi jodiendote, bebé. —prometió el mayor.

Su orgasmo recorrió todo el camino, serpenteado en su columna y haciendo cantar sus nervios hasta llegar a su abdomen. Sus sentidos tan tensos por la liberación que pensó ser capaz de desmallarse si no se corría pronto.

Yoongi empujó una, dos veces, y Jimin se corrió balbuceando algo ininteligible y disfrutando entre jadeos agudos. Su orgasmo fue tan intenso que no pudo detenerse de abrazar con fuerza al cuerpo cerniéndose sobre él. El mayor se estrelló contra él con precisión, golpeando su punto entre las réplicas, hasta que se corrió y cayó desplomado sobre su cuerpo.

Tan perfecto que Jimin se asustó.

Nunca se había sentido así. Con nadie, jamás así. Como si su orgasmo durara para siempre y su cuerpo se derritiera de placer y comodidad.

Jodidamente no debería sentirse cómodo en esta situación. No con este hombre. No con el error que acababan de cometer.

Cariño, confianza y comodidad.

El remolino de sensaciones en su pecho era totalmente inapropiado.

Pero Yoongi se posicionó a su lado, acarició su cintura con cariño y le sonrió.

—¿Te dije que me gustas?

Jimin abrió los ojos y lo miró directamente a los ojos con la respiración aun agitada. Su corazón martilleando en su tórax mientras bebía la imagen desnuda y satisfecha del otro hombre.

—Creo que oí algo de eso. —bromeó con una sonrisa.

Por un momento se sintió ridículo. Expuesto y desnudo y completamente inapropiado. Pero luego Yoongi se inclinó, lo besó y todo estuvo perfecto.

—Bien. —murmuró Yoongi contra su mejilla. —Mantén eso en mente.

Y Jimin no pudo borrar su sonrisa incluso si ya estaba dormido entre los brazos del otro.

💘💘💘

Loco, pues pasó.

No que el Jimin muy muy, pero se dejó llevar y de qué manera.

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