Dos: Pequeñas sonrisas

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La música retumbaba por cada rincón de la enorme habitación en color azul. Era una balada lenta, excitante y maravillosamente hermosa debido a la voz aguda de aquella cantante de los famosos 50's.

Ambos jóvenes se encontraban sobre la cama con las sábanas ya algo destendidas, ella encima de él aún con el uniforme puesto. Dejaba castos besos sobre sus labios y piel color blanca como la nieve, acariciaba el abdomen del chico por debajo de su camisa provocándole uno que otro quejido. De pronto, sus manos comenzaron a bajar hasta la hebilla de su cinturón para desabrocharlo y así poder sacar con rapidez el pantalón, pero antes de hacerlo, la mano de aquel peli negro la detuvo abruptamente, haciéndola confundir al instante.

—Margo—susurró apenado—No, no puedo hacerlo hoy.

Un largo suspiro se escuchó por parte de la chica.

—Eso dices siempre que lo intentamos Yoongi—le respondió la rubia quitándose de encima, acomodando su cabello algo desordenado.

—Lo sé, pero yo...

—Está bien, no importa—le interrumpió tomándole de la mano—No voy a presionarte para nada.

—Gracias—respondió mirando hacia otro lado, evitando el contacto visual a toda costa.

—¿Qué tal si comenzamos a estudiar?—habló la chica sacando su laptop de la mochila—Después de todo, por eso estoy aquí ¿No?

—Claro—susurró sacando el cuaderno de su mochila, y justo al levantarlo, un papel salió de entre las hojas cayendo al suelo.

El peli negro se sorprendió y no tardó mucho en levantarla, quedando completamente asombrado.

—¿Qué es eso?—cuestionó la peli roja quitando aquella hoja de sus dedos.

—Es un dibujo que hizo una chica en detención—explicó tranquilo—Ni siquiera supe cuando lo metió ahí.

—¿Una chica?—cuestiono con seriedad.

—Es que...

—Es bueno—fue lo único que dijo antes de devolvérselo.

—Muy bueno de hecho—susurro admirando aquel dibujo mientras una sonrisa adornaba su rostro. Casi metía la pata.

La tarde siguió pasando con bastante lentitud, Margo decidió que lo mejor era regresar a casa antes de que anocheciera y así lo hizo.

Min Yoongi y Margo se habían conocido cuando ambos tenían quince años, el peli negro acababa de mudarse de Illinois a Gales, una pequeña nación dentro del Reino Unido por cuestiones del trabajo de su padre.
Era nuevo en ese lugar, y por el simple hecho de tener descendencia asiática por parte de su padre, había sido el blanco perfecto de burlas, a eso agreguemos que siempre había sido demasiado malo socializando, lo suficientemente tímido como para el mismo comenzar una conversación o para siquiera intentarlo, pero Margo siempre fue todo lo contrario a él, y extrañamente desde el principio se entendieron.
Pero, no fue hasta hacia apenas unos dos años que el chico se había animado a proponerle ser su novia durante una tarde común y corriente de Marzo. Sus padres la amaban, a sus pocos amigos les caía muy bien, era la chica perfecta para el increíble Min Yoongi. Todo en ella se complementaba con él, en sus estudios, el deporte, su manera de pensar se asemejaba demasiado. Todo iba "increíblemente" genial entre ellos dos, a excepción de un pequeño detalle, ella quería perder la virginidad con él, y Min no estaba seguro de que hacerlo era lo correcto.


—¿No deberíamos estar en el salón pagando nuestra condena?—cuestionó el peli negro jugando con sus dedos nervioso. Mientras el aire le despeinaba el cabello.

—En teoría...si—respondió aquella peli rosa dándole una calada a su cigarro—Pero acéptalo, te apuesto lo que quieras a que el profe ni siquiera se ha dado cuenta de que no estamos.

—Pero...

—Confía en mi ¿Okay?—le interrumpió descaradamente—No es mi primera vez en detención, ese lugar es como mi segunda casa.

—Acabo de conocerte...y en teoría me has hablado dos veces contando está, utilizando aproximadamente un total de doscientas cuarenta y ocho palabras, además me persuadiste para faltar a detención. En definitiva, totalmente, no puedo confiar en ti y en tu mala influencia. ¿Qué haré si me descubren?

—Bien—clamó algo cansada del dramatismo—En primera, yo no te persuadí, sólo te llame en el pasillo con la cabeza y tú me seguiste por alguna extraña razón que aún desconozco—mencionó sentándose correctamente para mirarle a los ojos.

Era un buen punto.

—Y en segunda...¿Las contaste? ¿Todas las palabras?—cuestionó ganándose un asentimiento tímido por el contrario.

—Tal vez, sólo es un aproximado.

—Wow, maldito psicopata—mencionó entre dientes con los ojos muy abiertos y regreso a su anterior posición—Eso es terrorífico.

Un corto silencio invadió el lugar después.
Ambos se encontraban en el patio trasero del instituto, en un espacio donde los profesores nunca pasaban (según la peli rosa) por lo tanto no tenían que preocuparse por ser vistos y ganar otro castigo. Corrijo, dónde Min se preocupaba hasta los huesos al pensar que podría ser visto mientras que a Park le valía un pepino, ella simplemente disfrutaba del viento soplando su cabello y de su porro en mano.

—No vuelvas a hacerlo—interrumpió cortando aquel silencio como las tijeras al papel—Tal vez para mi no es raro porque estoy lo suficientemente ida en este momento, pero otra persona hubiese salido corriendo para huir lo más pronto de ti.

El peli negro no dijo nada. Si, era raro algunas veces, pero cuando estaba nervioso no podía evitar contar lo que sea para concentrarse en lo que fuera a excepción de la persona con la que se encontrase.

—¿Entonces eres de un año menor?—cuestiono queriendo continuar la conversación.

—Mmm no. En teoría tenemos la misma edad, pero, deje pasar un año, entonces...

—Si, entiendo. Y...¿Qué significa esto?—cuestionó para desviarse completamente de tema señalando una frase escrita con plumón permanente en la camisa blanca de la chica.

No hacía falta decir que ella misma la había escrito, la caligrafía era terriblemente disforme.

—¿Qué cosa?—pregunto llevando su vista a donde el peli negro señalaba—Ah ¿Esto?

—Si...

—¡No puede ser! ¿No lo sabes?—exclamó como si se tratase de algo sumamente importante.

—¿Debería?

—"¿Has venido aquí a jugar a ser Jesús...."—leyó con orgulloLa frase completa es: ¿Has venido a levantar al muerto? ¿Has venido aquí a jugar a ser Jesús con los que en tu cabeza son unos leprosos? Una de las mejores frases de Bono en One.

—¿Y él es?—continuó esperando respuesta.

—Oh por Dios. De de verdad no lo sabe—susurró hablando consigo misma.

—No, no lo sé, ¿Acaso eso es algo malo?—porque no simplemente se lo decía y dejaba de darle tantas vueltas a ese tonto asunto.

—Déjame enseñarte algo de cultura, ¡Por Jesucristo!—exclamo sacando un walkman de la mochila.

—Eso es demasiado viejo—espetó asombrado el peli negro, tenía mucho tiempo sin ver uno de esos reproductores.

—Si bueno, en realidad soy una vieja que crea falsos perfiles en tinder para atraer jóvenes más chicos que yo, atrapado en este hermoso cuerpo amante de U2—exclamó haciéndolo sonreír—La mejor banda de rock irlandés desde 1976. Escucharla será la mejor decisión que hayas tomado en la vida—le dijo haciendo reír al contrario.

Yoongi, extrañamente estaba sonriendo.

Con cuidado, aquella peli rosa se fue acercando lentamente a él para colocarle los audífonos. Min podía sentirla demasiado cerca, mirar a detalle su piel blanca que hacía perfecto contraste con su cabello rosado, presenciar cada mísero detalle como las contadas pecas que adornaban la nariz de esa chica, o sus largas pestañas, tal vez de su casi imperceptible delineado en color negro, demasiado simétrico y perfecto, posiblemente del amarillo que contorneaba su iris de color verde, o quizá percibir ese aroma dulce a mandarina que lo obligó a cerrar los ojos por ser maldita mente agradable.

Todo eso mientras una bella canción inundaba sus oídos.
Lo disfrutaba, estaba disfrutándolo ¿Cómo no hacerlo en esas condiciones? Pero el placer de ese acercamiento se disipó cuando ya no sintió cerca la presencia de aquella peli rosa. Todo había pasado en cuestión de segundos que había sentido como horas, como si lo hubiese vivido todo en una especie de cámara lenta.

—Y...¿Qué te parece?—cuestiono Park sacándolo completamente de sus pensamientos. Mordiendo nuevamente un pedazo de regaliz.

—¿Cómo se llama?

One. Es una de mis canciones favoritas.

—Me agrada—respondió regalándole una media sonrisa.

—¡¿Qué hacen ahí mocosos malcriados?!—se escuchó a sus espaldas haciendo que ambos voltearan al mismo tiempo.

—¡¿Y esa quién es?!—espetó el peli negro dejándose apoderar por el nerviosismo.

—Aquí es donde tomamos nuestras cosas y corremos como desquiciados—exclamó la peli rosa levantándose abruptamente del suelo para disponerse a correr como había dicho.

Min no lo pensó mucho tampoco y corrió para alcanzar a esa chica que ya le había sacado gran ventaja mientras la profesora seguía llamándoles, sin embargo, ninguno hizo caso omiso hasta que la perdieron al dar vuelta y entrar a un salón vacío de segundo grado.

—Perfecto, tienen ensayo de la banda—dijo Park observando el horario pegado en una de las paredes—Podemos quedarnos aquí hasta perderla.

—¡Estuvo cerca!—espetó el peli negro.

—Shhh. Cállate o nos va a escuchar—susurro tapando su boca.

Pero al percatarse de que se encontraban demasiado cerca, le soltó para alejarse abruptamente de él, y se aclaró la garganta.

—¡¿No dijiste que ningún profesor pasaba por ahí?!—habló al ser liberado.

—Bueno, quizá a partir de hoy decidieron revisar también—respondió la peli rosa divertida, tratando de regular su respiración ya algo agitada—Pero descuida, era la profesora Maria.

—¿Y eso significa?

—Esa profesora está más ciega que un maldito topo, literalmente—respondió haciendo sonreír al contrario.

Y por alguna razón desconocida. A Park le emociono el hecho de ser la responsable de esa pequeña sonrisa.

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