Capítulo 20

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—¡Eso estuvo cer...! —la tranquilidad me invadió en cuanto vi a Kook a salvo, prácticamente estaba en la acera nuevamente.

Todo pasó tan rápido que me estaba costando algo asimilarlo, llegó al otro lado de la acera en cuestión de segundos y junto a él se encontraba el doctor que hace un tiempo me dijo palabras realmente extrañas; Taehyung me sostenía entre sus brazos y observaba al otro extremo tan confundido como yo; además, el chico al otro extremo de la carretera tenía una expresión indescifrable, sus labios estaban entreabiertos y frunció el ceño, incluso, su mano derecha estaba extendida en mi dirección, pero en cuanto se percató de ello la bajó nuevamente.

—Suéltame —empujé ligeramente a Taehyung, quien por primera vez pareció escuchar mis palabras.

—¿Estás bien? —hasta sus palabras eran dudosas.

Posó su mirada sobre el chico junto a mí por algunos segundos y luego sobre mí. Quería una explicación, una que sentía merecer, pero por el momento no la podía responder. Ni siquiera yo estaba plenamente consciente de lo acontecido.

—Sí, lo estoy —hasta tenía la garganta seca.

—Es bueno verte nuevamente, So Hee —el doctor intervino, no sabía si agradecer su intervención o sentirme más nerviosa.

El semáforo peatonal sonó nuevamente, intenté cruzar nuevamente para acercarme a Jungkook y tranquilizarlo un poco; sin embargo, Taehyung me sujetó con fuerza y murmuro entredientes "Esa es la peor decisión que podrías tomar ahora mismo".

—También es bueno verte otra vez, Kim Taehyung —su sonrisa no era la misma de hacía un instante, pasó de la dulzura a una expresión completamente amenazante.

—Despídete de él —susurró cerca de mi oído —, finge que no son cercanos.

El alivio fue momentáneo, todo se fue tornando más sombrío, sin importar la distancia.

—Te estuve buscando, pero luces distinto, además, jamás pensé que los tres nos volveríamos a encontrar de esta manera— dio unos cuantos pasos para acercarse, pero el semáforo peatonal se puso nuevamente en rojo.

Estaba impaciente, pisoteaba una y otra vez su pie derecho contra el concreto de la acera mientras esperaba. Taehyung lucía extremadamente nervioso, nunca antes lo vi así; no obstante, tampoco era capaz de apartar la mirada del chico frente a nosotros, quien lo veía con burla y probablemente sabía lo que estaba generando en él.

Jungkook y yo estábamos sobrando allí, parecía algo personal entre ellos, pero no éramos capaces de intervenir.

—También es bueno verlo doctor, pero debo irme —agité mi mano en señal de despedida —Hablemos luego, amigo —me dirigí a Jungkook y le sonreí, su rostro se tornó más confuso.

"¿Amigo?" leí sus labios.

—Sí, definitivamente será lo mejor, parece que me he estado perdiendo de mucho —se rió sin ganas, mientras observaba a Tae con desagrado.

¡Rayos! El en serio lo malinterpretó, nunca quise crear esta clase de escena, pero solamente surgió, incluso me sentí mal en cuanto se volteó molesto y se encaminó nuevamente al edificio.

—Vámonos —el supuesto demonio me tomó de la mano e intentó caminar con rapidez en cuanto el semáforo cambió otra vez.

—¡Mierda! —estaba extremadamente molesto, pero la forma en la que tragaba saliva una y otra vez me indicaba su temor.

—¿Qué fue todo eso?

—El comienzo del infierno que viviremos, So Hee. Sin duda alguna, eso era lo último que quería que pasara, estamos arruinados.

—No comprendo nada.

—Es sumamente complicado, no es algo que pueda intentar explicar a la ligera, además, si para ti siempre fue difícil creerme, cuando te lo explique pensarás que estoy demente. Por ahora solamente puedo darte una advertencia, aléjate completamente de Jungkook o él será el siguiente en salir lastimado, bueno, con suerte saldría solamente "lastimado".

—¿Me estás amenazando otra vez? —intenté soltarme de su mano, pero él me sujetó con más fuerza.

—Tu actitud de mierda no solamente te llevará a ti a la perdición, sino que también a todos los que te rodean y aprecian. Escúchame, hazlo por una maldita vez en tu vida —su mirada era tan amenazante que no me animé a contestarle —. Cuesta creerlo, So Hee, pero yo no soy del todo el villano aquí, además, todo lo que está pasando es el resultado de nuestras acciones.

Mordí el interior de mi mejilla para evitar soltar algo que lo molestara y empeorar todo.

—No creas que siento piedad de ti, solamente no quiero que lo arrastres en esta mierda y el problema se haga más grande, asimismo, solo intento salvar mi propio pellejo

Tan malditamente egoísta, pero no lo puedo culpar cuando desde el inicio me dijo que no tendría compasión alguna por mí; sin embargo, no lograba comprender por qué seguíamos encontrándonos en los momentos menos esperados, entre más intentaba alejarme, más me acercaba a él. Probablemente no debía huir del problema y afrontarlo, pero se me hacía complicado.

No obstante, nuestra relación se estaba volviendo extremadamente extraña, al inicio era más confuso y en serio lo detestaba, pero nuestras discusiones se volvieron tan habituales que parecían las de una hermana con su hermano; incluso, tratar de explicarlo era difícil.

¿Acaso él perdió su supuesto poder sobre mí?

Dejó de caminar en cuanto estuvo frente a su auto y me observó a los ojos con una expresión de seriedad por poco tiempo, aunque no impidió que cierta incomodidad me invadiera, hasta el punto de hacerme apartar la mirada.

Abrió la puerta de conductor, la cual luego cerró de un portazo. Bajó la ventanilla y simplemente dijo un "Sube", lo hice sin rechistar.

Tal vez no lo hizo.

En el reflejo del espejo lo vi suspirar pesadamente, posteriormente, colocó sus manos sobre el volante y dejó caer su cabeza en el centro, aunque cuando sonó la bocina la levantó de golpe.

No puedo burlarme, no puedo... Demasiado tarde. Mi carcajada lo hizo girarse violentamente, además, me vio con cierta molestia.

—¿Es en serio? Bueno, sí debería serlo ante una situación tan complicada, pero como todavía no tienes idea de nada... es cuestión de vida o muerte, bueno, técnicamente yo ya lo estoy, entonces en mi caso sería tortura.

Inmediatamente dejé de burlarme por sus crudas palabras, pero fue él quien estalló a carcajadas.

—Si mueres ahora te irás conmigo al infierno, ¿no sería eso peor para ti?

—Mejor cállate, tan siquiera deseo imaginarlo —me coloqué el cinturón y crucé mis brazos.

—Es mejor si no lo imaginas, no le desearía algo así a nadie. Si la vida en la tierra suele ser un asco, allá abajo es mucho peor, además, estarás allí por la eternidad. Mientras vives, sé prudente e intenta hacer el bien.

—Sabio consejo de un demonio, supongo.

—Más bien es un consejo de mi todavía pequeña parte humana inhumana, lo cual es probablemente solo un 1%.

—Pienso que eres más humano de lo que crees, te arrepientes de las malas acciones que te llevaron ahí.

—¡Wow! Me conoces un poco más de lo que creí. Bien, no debería hacer esto, pero como ya sabes bastante, te llevaré a nuestra casa.

—No creo que sea una buena idea.

—Y no lo es, por supuesto, está plagada de varios demonios distintos, solamente no los observes demasiado ni intentes entablar conversaciones, menos con Fred —abrió los ojos más de lo usual y negó con su cabeza.

Con algunas palabras una pequeña parte de la tensión se disipó. Definitivamente nuestra relación y comunicación era completamente extraña, cada vez estaba más segura de ello.

Permanecimos en silencio durante todo el trayecto. Me llevaba a un sitio desconocido, ¿debería confiar en él?

¡Por supuesto que no!

Los edificios poco a poco desaparecían de mi campo de visión, pero no me animaba a decir nada al respecto, debía admitir que la curiosidad me estaba matando por conocer más al respecto; sin embargo, ¿por qué yo entre todas las personas?

—¿Han ido más personas? —tal vez si hablaba mi nerviosismo disminuiría.

—Sí, muchas, pero ninguna ha sabido mucho de nosotros.

—¿Por qué vivirían en una casa por cualquier otra persona?

—¿Por qué no lo haríamos? Bueno, existimos varios tipos con diversas misiones. A algunos no nos importa ser vistos, aunque los que son más tímidos no le muestra ninguna forma al mundo; sin embargo, tampoco quiere decir que seamos visibles para todos, solamente lo somos con quienes nos conviene. Somos tantos que, si el mundo lo supiera, se impactaría.

—No logro comprenderlo del todo.

—Y probablemente nunca lo harás hasta ir al infierno. Las personas que venden sus almas o hacen pactos poseen una perspectiva diferente, ellos se preparan para cuando sea su turno, por eso puede vernos a todos y a cambio deben servirnos, así como nosotros los ayudamos. Puede ser increíble, pero fui convocado por el dueño de la casa, quería ser millonario como cualquier otro estúpido humano, me eligieron porque estudié administración de empresas y contabilidad, además, tenía otras misiones aquí.

—¿Qué clase de misiones?

—Acostarme contigo, por ejemplo, o con varias mujeres —se encogió de hombros.

—Por un momento olvidé que eras así de desagradable, ¿por qué te mandarían a hacer algo así?

—No te culpo, también me siento asqueado de ello, pero no puedo explicar el motivo.

—¿Qué? No vas a dejarme con la intriga —le di un golpe en el hombre para que me diera alguna explicación, incluso apretó sus labios con fuerza —. Taehyung. ¡Hey!

Centró su mirada en la carretera y no dijo nada hasta que llegamos al sitio, el cual efectivamente era una mansión. Aparentemente los demonios viven muchísimo mejor que cualquiera,

El portón eléctrico se abrió y él condujo al garaje, el cual estaba a unos cincuenta metros de la entrada.

—Vamos —salió del auto y me observó expectante.

*****

Hola,  como me tardé un poco en actualizar, en un rato subiré el siguiente capítulo (es prácticamente una continuación de este, pero lo dividí para que no quedara tan largo y al menos subir una parte más rápido).

Creo que con este capítulo se declara inaugurado gran parte del drama.

Espero que les guste este pequeño maratón.💖

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