Capítulo 15: Quiero Estar Siempre A Tu Lado

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—Pero ¿Quién era el que los seguía? cuestionó de repente Jeongin

—¿Quieres que te de spoiler?— pregunté entre risas por lo curioso que estaba mi amigo.

—Los beneficios de saber la historia— presumió Felix y vaya que tenía toda la razón, pero algunas cosas aún no le había contado y obviamente no tenía idea de eso.

—Sí, por favor— suplico Jeongin entrelazando sus manos entre sí con un tierno puchero.

—Era Eunwoo— respondí sin más.

—¿El Guardaespaldas de JK?— volvió a cuestionar para estar del todo seguro.

—Ese mismo— le contestó feliz y yo asentí levemente.

—¿Y por qué quiso hacer eso? ¿Que lo llevó a actuar de esa forma?— vaya que jeongin era muy curioso.

—No era que él quisiera— comencé explicándole— no tienes idea de las veces que les pidió perdón a todos los involucrados, mis padres estaban muy molestos con él por las consecuencias que trajo todo lo que hizo y fue muy difícil que lo perdonaran— me encogi de hombros pero luego me di cuenta de que quizá había hablado de más.

—Espera ¿que? ¿Tus padres?— cuestionaron Felix y Jeongin al mismo tiempo y eso justo es lo que felix tampoco sabía.

—Luego llegaremos a ese punto— les dije puesto que aún no había llegado el momento de explicarles sobre eso, las cosas tenían que salir como esperaba— lo importante es que si él no hubiese dado la información que dio a Jin, quien lo mando a vigilarlos, muchas cosas malas no hubieran pasado— dije notablemente triste.

—Entendemos— dijo felix por ambos— cuéntale mi momento romántico favorito de ellos dos— exclamó emocionado y yo dejé de lado mi tristeza para continuar con la historia.

Había pasado tres meses y la relación de Tae y Jungkook iba de maravilla. A pesar de que Tae había vuelto al trabajo junto a Jimin, eso no le impedía siempre darse tiempo para pasarla junto a su querido novio saliendo a diferentes lugares de Daegu o simplemente disfrutando de la compañía del otro en una noche de películas o maraton de alguna serie que les pareció interesante a ambos y decidieron ver juntos.

Pero uno de los mejores y más románticos momentos entre ellos fue bajo la luz de la luna en aquella noche estrellada.

Todo comenzó cuando despertaron uno al lado del otro esbozando una sonrisa al verse abrazados por completo. Desde que se hicieron novios todo el tiempo querian estar juntos, así que a Jungkook le pareció una gran idea mudarse al apartamento del castañito. Dejando su apartamento completamente libre para quien estuviera buscando uno.

Se dieron un tierno beso en los labios dedicándose al mismo un «Buenos dias» en un susurro. Pará luego reír, estirar sus cuerpos par dejar la flojera a un lado y levantarse para hacer el desayuno, ya que Taehyung no era tan bueno en la cocina, Jungkook le hacía de comer.

—¿Qué cocinarlas hoy amor?— cuestionó, abrazándolo por la espalda y dejando descansar su mentón en el hombro contrario, cuando ambos estuvieron dentro de la pequeña cocina del apartamento.

—Haré lo que más te gusta— respondió y los ojitos de Taehyung se iluminaron por la alegría, sabía a que se refería ya antes le había hecho de desayunar lo que más le gustaba.

—Panqueques— exclamó emocionado y sonrió inmensamente cuando vio al pelinegro asentir. Dándole un tierno y sonoro beso en la mejilla comenzó a sacar los platos, vasos y cubiertos de la alacena para ponerlos en orden en la mesa del comedor.

Cuando Jungkook terminó de cocinar, colocó, con ayuda de la espátula, cuatro panqueques para cada uno y luego llevó la jarra hasta la mesa para llenar el vaso de Taehyung con jugo de naranja e hizo lo mismo con el suyo.

Comieron entre risas y sonrisas, hablando de todo un poco como siempre solían hacer. Cuando finalmente terminaron, juntos llevaron todo al lavador para turnarse y poder así terminar más rápido de lavar todo lo que habían ensuciado.

—Bebé— lo llamó Jungkook y el contrario hizo un sonido de afirmación para que continuará con lo que quería decirle.

—Hoy haremos algo que seguro te encantará— exclamó emocionado mientras caminaban juntos hacia su dormitorio.

—¿Así? ¿Qué cosa?— cuestionó curioso mientras sacaba ropa de su ropero para bañarse y cambiarse.

—Es una sorpresa bebé, pronto lo sabrás— dice dándole un corto beso en los labios para sacar ropa de su parte del ropero y dejarla en la cama junto a él para acostarse a ver televisión mientras su novio se baña y se cambia.

Los minutos transcurrieron y en el momento que Taehyung salió ya vestido, Jungkook para hacer lo mismo que su lindo novio. Cuando ambos estuvieron listos, Jungkook le pidió a Taehyung las llaves de su auto para conducirlo y el accedió, ya se habían acostumbrado a turnarse para llevar al otro a algún lugar si querían salir.

—¿A dónde me llevaras?— cuestionó el castañito mientras subía al asiento del copiloto y se ponía el cinturón de seguridad.

—Lo sabrás muy pronto— contestó el pelinegro sonriendo ante el mohín que hizo su novio, para después cubrirle los ojos con un pañuelo blanco.

El viaje duró una hora y la emoción en ambos aumentaba con el pasar del tiempo.

Apenas llegaron Jungkook salió del auto y se apresuró a abrir la puerta del copiloto para tomar la mano de Taehyung y con cuidado sacarlo de allí. Taehyung caminó a ciegas siendo completamente guiado por su novio hasta que lo hizo sentarse en al parecer una manta y le quito aquel pañuelo de los ojos.

—¿Te gusta?— preguntó Jungkook intrigado por la reacción de Taehyung, quien se había tomado un tiempo viendo a su alrededor.

Estaban en lo más alto de una colina, desde donde se podía ver el inmenso cielo iluminado por el sol, y a sus pies las casas y edificios luciendo muy pequeños. Estaba sentado en una manta de cuadritos rojos y blancos con un cesta encima que estaba llena de comida.

Todo era simplemente perfecto, el lugar, la comida y sobre todo la compañía.

—¿No te gusta?— Jungkook afirmó más que preguntó, un poco inseguro al ver que su novio no le contestaba, pero aquella mirada con atisbo de duda y tristeza hizo que Taehyung saliera de su trance y negara rápidamente ante la casi afirmación del pelinegro.

—No me gusta, me encanta— se volteo por completo y abrazo fuertemente a su mayor.

—Me alegra que así sea— exclama con una inmensa sonrisa mientras se separa del menor para sentarse dejando la comida entre ellos.

—Jungkook— lo llamó de repente cuando vio cómo el pelinegro sacaba recipientes llenos de la mejor y más cara comida coreana junto a dos vasos de cristal llenando estos de soju.

Recibió un murmuró de su parte mientras probaba un poco de soju, siendo su forma de decirle que continúe hablando.

—Te amo—musitó sin evitar reír levemente al ver que Jungkook se atoró con el soju que estaba bebiendo.

Lo miró con ojos grandes y brillantes casi sin poder creer que aquellas dos palabras habían salido de la boca de su novio, se habían dicho que se gustaban y se querían miles de veces, además de miles de cosas hermosas y casi poéticas, pero nunca un te amo, a pesar de sentirlo con todo su corazón.

—¿Escuché mal?— preguntó el pelinegro haciendo reír de nuevo al castañito quien sólo negó como respuesta y poniendo ambas manos en las mejillas contrarios junto sus frentes y rozó sus narices para volver a decirle lo mucho que lo amaba.

—Yo también te amo— susurró besando apasionadamente los labios de su menor.

No podían estar más felices por estar juntos y disfrutar cada día de la presencia del contrario.

Decidieron que aquella sesión de besos continuaría después de disfrutar de la deliciosa comida que Jungkook había traído para ambos.

Taehyung fue el primero en terminar de comer y agradecerle a su novio por todo lo que había hecho y siempre hacía por él, claro que él tampoco se quedaba atrás, también había hecho este tipo de cosas y más por el pelinegro y es que ambos eran románticos con el otro siempre que podían o simplemente cuando surgía. Jungkook guardo los recipientes de Taehyung en la cesta que había traído y cuando terminó con su comida hizo lo mismo con sus recipientes, dejándola al lado derecho de sí mismo para poder apegarse al castañito y acostarse con él en la manta sobre el césped.

Con la cabeza descansado en el brazo izquierdo de Jungkook y sus manos entrelazadas, la sombra del gran árbol junto a ellos cubriéndolos, la tarde siguió llena de sonrisas, charlas largas, risas y muchísimos besos tiernos y apasionados al mismo tiempo.

Se quedaron así incluso con la llegada de la luna y las millones de estrellas en el cielo azul, momento en el disfrutaron de admirarse entre ellos jurando no dejar que nada ni nadie los separe.

°•°

Perdón por la demora
Quienes leyeron lo que puse
En el tablero saben el motivo
De mi ausencia :'c

Ya me siento un poco mejor,
pero quizá demore en actualizar,
ya que la siguiente semana entro
a la universidad de nuevo,
espero sepan esperarme :3

Lxs amoooo muchísimo ♥️

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